Nota al Forista Protestante.
Con el presente mensaje no intento probar la veracidad del dogma católico de La Maternidad Divina de María. Mi única y exclusiva intención es probar que dicho dogma no entra en contradicción con el testimonio de La Biblia, Palabra de Dios.
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Dios te bendiga Emaus.
Para el dogma de la maternidad divina no he visto que existan objeciones respecto a contradicciones con La Biblia, excepto que se pretende dividir La Divinidad para salvar que María no puede ser Madre de Dios Padre ni del Espíritu Santo, y que por tanto el título que le otorga Isabel (Elizabeth) como "Madre de Mi Señor" no puede aportarse como prueba. Además de que al ser Dios eterno y su existencia previa a la de María, esta no puede ser su Madre.
Este dogma toca el misterio mismo de la Santísima Trinidad y es necesario hacer unas aclaraciones sobre ella antes de llegar a María.
En La Trinidad tenemos tres personas distintas y diferenciadas, pero que son un mismo Dios y comparten las mismas características sustanciales; independientemente de las "labores" que realice una de estas Personas, ella comparte con las otras dos los mismos y exactos atributos de su Naturaleza; ninguna de estas Personas ha sido creada y ninguna de ellas antecede a la otra en la dimensión temporal. Así el Padre es Dios, el Espíritu es Dios y el Hijo es Dios, sin embargo no tenemos tres sino un solo Dios (Credo Atanasiano). Por lo tanto, lejos de las diferencias de "labores" de estas Personas, es improcedente tratar de diferenciar lo que puede hacer una Persona, o distinguir las características sustanciales que goza sólo una de ellas. Es por esta razón que algunos versos bíblicos nos resultan "incómodos" u "obscuros" al no saber a ciencia cierta qué persona de la Divinidad realmente actúa, y está por demás decir que no es la intención del autor sagrado haer tal diferencia por lo ya mencionado.
Tenemos el caso de La Resurrección; Jesús confiesa tener poder para levantarse Él mismo luego de muerto y lo profetiza Juan 2, 19-22; Pablo nos dice que el responsable de La Resurrección es el Espíritu en Romanos 8, 11 (ver 1, 4 también) y en varias circunstancias vemos que el responsable es Dios Padre, Gálatas 1, 1. Sabemos que el responsable de la obra de la Encarnación es el Espíritu Santo, pero una lectura de Lucas 1,35 nos puede hacer pensar que quien "cubrirá" a María es Dios Padre. En Hechos 5,3-4 Pedro no hace distinción entre mentir a Dios y al Espíritu Santo. Otros pasajes como el de 2 Corintios 3, 17 "Porque el Señor es el Espíritu..." lejos de ser teológicamente inexacto no hace más que resaltar la idea que expongo, de esta manera Dios Padre es el Señor, Jesús es el Señor y el Espíritu es el Señor.
Una correcta comprensión de la persona de Jesús nos lleva a hacer algunas aseveraciones. Jesús no recibió su divinidad en algún momento. La naturaleza humana de Jesús estuvo siempre unida, indisoluble e hipostáticamente a su naturaleza divina. Es incorrecto atribuirle hechos a una de las naturalezas de Jesús y no a la otra, hablar de Jesús-Hombre y Jesús-Dios, su persona es una sola, un solo Cristo. La Divinidad residía en su total plenitud en la persona de Jesús corporalmente, esto no significa que Él fuera "portador" de Dios, sino Dios mismo. Jesús ciertamente es La Plenitud que lo llena todo en todo. Jesús no necesitaba la unción del Espíritu Santo como algo ajeno a su naturaleza para realizar su obra en tanto que aquel Espíritu era el suyo propio.
Pues bien, aclarados esos puntos, llegamos a una conclusión sencilla: Jesús no es "dos naturalezas", Jesús es una persona. Las madres no paren naturalezas, las madres paren personas. María es Madre de Jesús, por tanto Madre de Dios.
No quiero adelantarme a contestar posibles objeciones, por lo que prefiero dejarle mi aporte claro y expresivo y luego responderé a lo que usted objete.
En el Amor de Jesús.
Gabaon.
Con el presente mensaje no intento probar la veracidad del dogma católico de La Maternidad Divina de María. Mi única y exclusiva intención es probar que dicho dogma no entra en contradicción con el testimonio de La Biblia, Palabra de Dios.
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Dios te bendiga Emaus.
Para el dogma de la maternidad divina no he visto que existan objeciones respecto a contradicciones con La Biblia, excepto que se pretende dividir La Divinidad para salvar que María no puede ser Madre de Dios Padre ni del Espíritu Santo, y que por tanto el título que le otorga Isabel (Elizabeth) como "Madre de Mi Señor" no puede aportarse como prueba. Además de que al ser Dios eterno y su existencia previa a la de María, esta no puede ser su Madre.
Este dogma toca el misterio mismo de la Santísima Trinidad y es necesario hacer unas aclaraciones sobre ella antes de llegar a María.
En La Trinidad tenemos tres personas distintas y diferenciadas, pero que son un mismo Dios y comparten las mismas características sustanciales; independientemente de las "labores" que realice una de estas Personas, ella comparte con las otras dos los mismos y exactos atributos de su Naturaleza; ninguna de estas Personas ha sido creada y ninguna de ellas antecede a la otra en la dimensión temporal. Así el Padre es Dios, el Espíritu es Dios y el Hijo es Dios, sin embargo no tenemos tres sino un solo Dios (Credo Atanasiano). Por lo tanto, lejos de las diferencias de "labores" de estas Personas, es improcedente tratar de diferenciar lo que puede hacer una Persona, o distinguir las características sustanciales que goza sólo una de ellas. Es por esta razón que algunos versos bíblicos nos resultan "incómodos" u "obscuros" al no saber a ciencia cierta qué persona de la Divinidad realmente actúa, y está por demás decir que no es la intención del autor sagrado haer tal diferencia por lo ya mencionado.
Tenemos el caso de La Resurrección; Jesús confiesa tener poder para levantarse Él mismo luego de muerto y lo profetiza Juan 2, 19-22; Pablo nos dice que el responsable de La Resurrección es el Espíritu en Romanos 8, 11 (ver 1, 4 también) y en varias circunstancias vemos que el responsable es Dios Padre, Gálatas 1, 1. Sabemos que el responsable de la obra de la Encarnación es el Espíritu Santo, pero una lectura de Lucas 1,35 nos puede hacer pensar que quien "cubrirá" a María es Dios Padre. En Hechos 5,3-4 Pedro no hace distinción entre mentir a Dios y al Espíritu Santo. Otros pasajes como el de 2 Corintios 3, 17 "Porque el Señor es el Espíritu..." lejos de ser teológicamente inexacto no hace más que resaltar la idea que expongo, de esta manera Dios Padre es el Señor, Jesús es el Señor y el Espíritu es el Señor.
Una correcta comprensión de la persona de Jesús nos lleva a hacer algunas aseveraciones. Jesús no recibió su divinidad en algún momento. La naturaleza humana de Jesús estuvo siempre unida, indisoluble e hipostáticamente a su naturaleza divina. Es incorrecto atribuirle hechos a una de las naturalezas de Jesús y no a la otra, hablar de Jesús-Hombre y Jesús-Dios, su persona es una sola, un solo Cristo. La Divinidad residía en su total plenitud en la persona de Jesús corporalmente, esto no significa que Él fuera "portador" de Dios, sino Dios mismo. Jesús ciertamente es La Plenitud que lo llena todo en todo. Jesús no necesitaba la unción del Espíritu Santo como algo ajeno a su naturaleza para realizar su obra en tanto que aquel Espíritu era el suyo propio.
Pues bien, aclarados esos puntos, llegamos a una conclusión sencilla: Jesús no es "dos naturalezas", Jesús es una persona. Las madres no paren naturalezas, las madres paren personas. María es Madre de Jesús, por tanto Madre de Dios.
No quiero adelantarme a contestar posibles objeciones, por lo que prefiero dejarle mi aporte claro y expresivo y luego responderé a lo que usted objete.
En el Amor de Jesús.
Gabaon.