A ver, Ricardo. No te pongas a lograr un convencimiento de la propaganda que hay entre los hermanos separados, cuando esas propagandas no son ciertas.
Tené presente que al momento de la crucifixión la Iglesia tuvo una persecución hasta el año 300 por parte del Imperio Romano. No había templos, porque andaban en catacumbas los templos y muchos de los primeros cristianos.
Las cosas ciertamente eran más sencillas que hoy, incluso en vestimentas y demás. Por eso se conservan ciertas Ordenes como la de los franciscanos, o bien la Orden mekhitarista (son sacerdotes armenios al estilo franciscanos). Porque no está mal predicar el Evangelio mediante la sencillez tampoco y aunque se vean anticuados, da un mensaje.
Creo que hay varias formas de predicar el Evangelio más allá de la recitación de citas bíblicas o las denominadas catequesis.
Más allá de esta observación. Hubo sacerdotes desde que murieron en Cristo los Apóstoles hasta el año 300. Los romanos no tuvieron nada que ver con la fundación de la Iglesia. Sino más bien fue el paso de una Iglesia que estaba escondida por la persecución, y que de golpe vio que podía salir a la calle. Así como está la cuarentena mundial hoy en día. Si un día terminara, yo creo que más o menos sería Sodoma y Gomorra el planeta entero (fiestas y demás).
Hay que tener presente, que en este período de una Iglesia que permanecía escondida, tampoco tenía tantos recursos como para Vaticano y demás. El Vaticano está en la Biblia, y las medidas no son tan grandes las que describe la Biblia, sino que describe una ciudad relativamente pequeña para la cantidad de personas que lo habitan (dice SEGÚN MEDIDAS HUMANAS). Quiere decir que son millones y millones de personas en la superficie descripta ahi (Vaticano). Recordá que en el momento de su construcción, no habían tantas personas como hoy las hay así que no fue un "porque está en la Biblia".
Si te molesta la "ostentosidad" de la Iglesia, fruto de un largo pasado, una historia que marcó el mundo, espero que también tengas esa forma de actuar acorde a tus opiniones, es decir, de forma sencilla que sean las cosas.