Re: LOS NUEVOS JUDAIZANTES VUELVEN A COLOCAR EL YUGO SOBRE LOS HOMBRES.
Desglosemos Romanos 8:1-8
1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
Los que no entienden este verso tampoco entienden a Cristo. Es sencillo. Has lo que quieras y todo lo que te pida la carne y no lo que los mandamientos de Dios dicen y vivirás conforme a la carne. Vive tu vida en comunión con la voluntad de Dios obedeciendo su ley y no serás culpable de ella, y vivirás en el Espíritu. La palabra de Dios es espiritual y se entiende espiritualmente. El Espíritu Santo te guía a todo entendimiento.
2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
¿Cuál es la ley de vida y cuál la ley del pecado y de la muerte?
La de vida es vivir como Cristo vivió y la del pecado y la muerte, es vivir bajo la condenación del pecado, sin Cristo: la muerte eterna.
3 Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;
Es claro que era débil por la carne y la ley me condenaba como sigue condenando hoy a quienes no aceptan el sacrificio de Jesús, mas hoy todo lo puedo en Cristo que me fortalece y vive en mí.
4 para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
Para que la ley del pecado se cumpliese, Jesús murió por nosotros en su carne, y nosotros juntamente hemos muerto a esta; para vivir conforme al Espíritu. Por eso Pablo dice: Con Cristo estoy juntamente crucificado y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí.
5 Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.
Si no has muerto a la carne ¿Cómo esperas vivir conforme al Espíritu? Porque Cristo mismo fue muerto en la carne, pero vivificado en Espíritu, esto, para que quienes creemos en él, participemos de su Espíritu de Vida y resurrección.
6 Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.
El mensaje es que muramos al yo (los deseos de desobedecer a Dios, la carne) y viva Cristo en nosotros. Si somos movidos por su Espíritu (si obedecemos al Espíritu), permanecemos en vida y en paz con Dios. Porque la ley del pecado y muerte ya no tiene potestad en nosotros.
7 Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;
El que vive conforme al Espíritu, está sujeto a la ley de Dios. En otras palabras, lo que dice este verso, y conforme a lo que hemos leído, es que antes no podíamos cumplir con la ley de Dios y ahora sí, pues que los que vivimos conforme al Espíritu, nos sujetamos a la ley de Dios. Ninguna condenación hay en nosotros. Y si pecaremos, Jesús es nuestro abogado. Antes cumplíamos su ley ante el ojo humano, mas hoy la cumplimos por estar en nuestro corazón, habiendo adquirido nueva naturaleza y viviendo conforme a esta, el Espíritu nos obstruye para que no pequemos. Esto hace que nos sea difícil pecar, si en verdad hemos creído.
8 y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.
Entonces, los que no pueden sujetarse a la ley de Dios en el corazón, pues no viven conforme al Espíritu, viven conforme a la ley del pecado y la muerte, como lo vimos en lo que Pablo enseña en los versos 2 y 3,
Que Dios les bendiga.
