LOS EVANGELICOS a favor del DIVORCIO!

el divorcio no agrada a Dios....pero.

el divorcio no agrada a Dios....pero.

Ningun divorcio agrada a Dios,pero si el hombre deja a su mujer por cualquier otro motivo que no sea adulterio,puede ella irse con otro
 
Marcos
Capítulo 10
1 Y PARTIENDOSE de allí, vino á los términos de Judea y tras el Jordán: y volvió el pueblo á juntarse á él; y de nuevo les enseñaba como solía.


2 Y llegándose los Fariseos, le preguntaron, para tentarle, si era lícito al marido repudiar á su mujer.


3 Mas él respondiendo, les dijo: ¿Qué os mandó Moisés?


4 Y ellos dijeron: Moisés permitió escribir carta de divorcio, y repudiar.


5 Y respondiendo Jesús, les dijo: Por la dureza de vuestro corazón os escribió este mandamiento;


6 Pero al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios.


7 Por esto dejará el hombre á su padre y á su madre, y se juntará á su mujer.


8 Y los que eran dos, serán hechos una carne: así que no son más dos, sino una carne.


9 Pues lo que Dios juntó, no lo aparte el hombre.


10 Y en casa volvieron los discípulos á preguntarle de lo mismo.


11 Y les dice: Cualquiera que repudiare á su mujer, y se casare con otra, comete adulterio contra ella:


12 Y si la mujer repudiare á su marido y se casare con otro, comete adulterio.

Segun entiendo solo al hombre/esposo le es permitido repudiar a su mujer....mas no asi a la mujer??....me equivoco

DLB
 
mi opinion ....

mi opinion ....

Hola hnos .Bendiciones .
Me gustaría aportar mi opinion al asunto . Creo que hay cosas que estan claras otras ,no tanto .... al menos para la mayoria de cristianos evangelicos que miramos de adaptarnos lo máximo a la palabra de Dios .
En mi tiempo de cristiano he visto varias enseñanzas en este tema .

-Todos estan de acuerdo que : Los que se casan es para toda la vida . Mientras los dos viven tienen que amarse , con la protección del Señor y es un vinculo sagrado , son uno NO DOS . Lo que es uno no debe separase .

- Cuando uno de los dos comete adulterio . ¿que pasa ? . Creo que la mayoria de "responsables " evangélicos enseñan que debe perdonar al otro miembro . ¿Y si no procede al arrepentimiento (el adulter@ ) . ¿Que puede hacer el "agraviad@" ?. El pasaje .

Mt:5:31: También fué dicho: Cualquiera que repudiare á su mujer, déle carta de divorcio:
Mt:5:32: Mas yo os digo, que el que repudiare á su mujer, fuera de causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casare con la repudiada, comete adulterio.

Da a entender que es el único caso (el adulterio) que permite la separación (NO EL DIVORCIO) , si es dificultoso el perdonar (que no lo creo ,con la grácia de Dios). Pero... ¿permite volverse a casarse? . CREO QUE NO , LA PALABRA NO DICE NADA DE PODER VOLVERSE A CASAR . Aunque hay ministros que dicen que si . Ahi creo , en este punto hay grandes diferencias entre ministros evangélicos . ¿Que pensais?.

¿Y que pasa cuando el marido o esposa es repudiada (sin razon de adulterio ) por el conyugue ? . ¿Debe quedarse en el estado de separación siempre?.Conozco un joven cristiano que se caso dos veces con "cristianas" lo abandonaron dos veces . Lo dejaron hecho polvo . Ellas amaron más al mundo . ESTE CHICO ¿PUEDE CASARSE OTRA VEZ? ¿PREGUNTO? . nO CONTESTO A ESTO SE ME ESCAPA , DE MI CONOCIMIENTO . ¿QUE PENSAIS?


En cuanto a las bodas por papeles , ver : Juan 4:1-30
La mujer Samaritana y Jesus
¿Que da a entender con este pasaje?
"...el que ahora tienes no es tu marido " . esta claro que vivia con un hombre . Pero se puede deducir bastante claro , que no habia tenido relaciones sexuales con el . ¿Vivia con el como amigo ?. ¡Seguramente!.

Los que se casan solamente por papeles . Si no hay relaciones sexuales . Es solamente un arreglo de papeles . Más bien sería un engaño a las autoridades ?estafa? . A Dios no sel le engaña . Estos no estan casados delante de Dios .

A los jovenes y no tan jovenes (ahora es moda en personas mayores ) , que viven juntos con sus respectivas vidas sexuales , les suelo decir , que lo que hacen ES MUY SERIO DELANTE DE DIOS , Son maridos (matrimonios) como lo fueron para Jesus los maridos de la Samaritana .


Sin más y con mucho grácias por permitirme dar mi opinion/pensamiento seguro que hay más para aportar y mejorar . Estoy para aprender .

Un abrazo en Cristo . Manel
 
Doctrina católica sobre el matrimonio

Doctrina católica sobre el matrimonio

EL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO

1601 "La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole, fue elevada por Cristo Nuestro Señor a la dignidad de sacramento entre bautizados" (CIC, can. 1055,1)

I El matrimonio en el plan de Dios

1602 La Sagrada Escritura se abre con el relato de la creación del hombre y de la mujer a imagen y semejanza de Dios (Gn 1,26- 27) y se cierra con la visión de las "bodas del Cordero" (Ap 19,7.9). De un extremo a otro la Escritura habla del matrimonio y de su "misterio", de su institución y del sentido que Dios le dio, de su origen y de su fin, de sus realizaciones diversas a lo largo de la historia de la salvación, de sus dificultades nacidas del pecado y de su renovación "en el Señor" (1 Co 7,39) todo ello en la perspectiva de la Nueva Alianza de Cristo y de la Iglesia (cf Ef 5,31-32).

El matrimonio en el orden de la creación

1603 "La íntima comunidad de vida y amor conyugal, fundada por el Creador y provista de leyes propias, se establece sobre la alianza del matrimonio... un vínculo sagrado... no depende del arbitrio humano. El mismo Dios es el autor del matrimonio" (GS 48,1). La vocación al matrimonio se inscribe en la naturaleza misma del hombre y de la mujer, según salieron de la mano del Creador. El matrimonio no es una institución puramente humana a pesar de las numerosas variaciones que ha podido sufrir a lo largo de los siglos en las diferentes culturas, estructuras sociales y actitudes espirituales. Estas diversidades no deben hacer olvidar sus rasgos comunes y permanente. A pesar de que la dignidad de esta institución no se trasluzca siempre con la misma claridad (cf GS 47,2), existe en todas las culturas un cierto sentido de la grandeza de la unión matrimonial. "La salvación de la persona y de la sociedad humana y cristiana está estrechamente ligada a la prosperidad de la comunidad conyugal y familiar" (GS 47,1).

1604 Dios que ha creado al hombre por amor lo ha llamado también al amor, vocación fundamental e innata de todo ser humano. Porque el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios (Gn 1,2), que es Amor (cf 1 Jn 4,8.16). Habiéndolos creado Dios hombre y mujer, el amor mutuo entre ellos se convierte en imagen del amor absoluto e indefectible con que Dios ama al hombre. Este amor es bueno, muy bueno, a los ojos del Creador (cf Gn 1,31). Y este amor que Dios bendice es destinado a ser fecundo y a realizarse en la obra común del cuidado de la creación. "Y los bendijo Dios y les dijo: "Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sometedla'" (Gn 1,28).

1605 La Sagrada escritura afirma que el hombre y la mujer fueron creados el uno para el otro: "No es bueno que el hombre esté solo". La mujer, "carne de su carne", su igual, la criatura más semejante al hombre mismo, le es dada por Dios como una "auxilio", representando así a Dios que es nuestro "auxilio" (cf Sal 121,2). "Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne" (cf Gn 2,18-25). Que esto significa una unión indefectible de sus dos vidas, el Señor mismo lo muestra recordando cuál fue "en el principio", el plan del Creador: "De manera que ya no son dos sino una sola carne" (Mt 19,6).

El matrimonio bajo la esclavitud del pecado

1606 Todo hombre, tanto en su entorno como en su propio corazón, vive la experiencia del mal. Esta experiencia se hace sentir también en las relaciones entre el hombre y la mujer. En todo tiempo, la unión del hombre y la mujer vive amenazada por la discordia, el espíritu de dominio, la infidelidad, los celos y conflictos que pueden conducir hasta el odio y la ruptura. Este desorden puede manifestarse de manera más o menos aguda, y puede ser más o menos superado, según las culturas, las épocas, los individuos, pero siempre aparece como algo de carácter universal.

1607 Según la fe, este desorden que constatamos dolorosamente, no se origina en la naturaleza del hombre y de la mujer, ni en la naturaleza de sus relaciones, sino en el pecado. El primer pecado, ruptura con Dios, tiene como consecuencia primera la ruptura de la comunión original entre el hombre y la mujer. Sus relaciones quedan distorsionadas por agravios recíprocos (cf Gn 3,12); su atractivo mutuo, don propio del creador (cf Gn 2,22), se cambia en relaciones de dominio y de concupiscencia (cf Gn 3,16b); la hermosa vocación del hombre y de la mujer de ser fecundos, de multiplicarse y someter la tierra (cf Gn 1,28) queda sometida a los dolores del parto y los esfuerzos de ganar el pan (cf Gn 3,16-19).

1608 Sin embargo, el orden de la Creación subsiste aunque gravemente perturbado. Para sanar las heridas del pecado, el hombre y la mujer necesitan la ayuda de la gracia que Dios, en su misericordia infinita, jamás les ha negado (cf Gn 3,21). Sin esta ayuda, el hombre y la mujer no pueden llegar a realizar la unión de sus vidas en orden a la cual Dios los creó "al comienzo".

El matrimonio bajo la pedagogía de la antigua Ley

1609 En su misericordia, Dios no abandonó al hombre pecador. Las penas que son consecuencia del pecado, "los dolores del parto" (Gn 3,16), el trabajo "con el sudor de tu frente" (Gn 3,19), constituyen también remedios que limitan los daños del pecado. Tras la caída, el matrimonio ayuda a vencer el repliegue sobre s í mismo, el egoísmo, la búsqueda del propio placer, y a abrirse al otro, a la ayuda mutua, al don de sí.

1610 La conciencia moral relativa a la unidad e indisolubilidad del matrimonio se desarrolló bajo la pedagogía de la Ley antigua. La poligamia de los patriarcas y de los reyes no es todavía prohibida de una manera explícita. No obstante, la Ley dada por Moisés se orienta a proteger a la mujer contra un dominio arbitrario del hombre, aunque ella lleve también, según la palabra del Señor, las huellas de "la dureza del corazón" de la persona humana, razón por la cual Moisés permitió el repudio de la mujer (cf Mt 19,8; Dt 24,1).

1611 Contemplando la Alianza de Dios con Israel bajo la imagen de un amor conyugal exclusivo y fiel (cf Os 1-3; Is 54.62; Jr 2-3. 31; Ez 16,62;23), los profetas fueron preparando la conciencia del Pueblo elegido para una comprensión más profunda de la unidad y de la indisolubilidad del matrimonio (cf Mal 2,13-17). Los libros de Rut y de Tobías dan testimonios conmovedores del sentido hondo del matrimonio, de la fidelidad y de la ternura de los esposos. La Tradición ha visto siempre en el Cantar de los Cantares una expresión única del amor humano, en cuanto que éste es reflejo del amor de Dios, amor "fuerte como la muerte" que "las grandes aguas no pueden anegar" (Ct 8,6-7).

El matrimonio en el Señor

1612 La alianza nupcial entre Dios y su pueblo Israel había preparado la nueva y eterna alianza mediante la que el Hijo de Dios, encarnándose y dando su vida, se unió en cierta manera con toda la humanidad salvada por él (cf. GS 22), preparando así "las bodas del cordero" (Ap 19,7.9).

1613 En el umbral de su vida pública, Jesús realiza su primer signo -a petición de su Madre- con ocasión de un banquete de boda (cf Jn 2,1-11). La Iglesia concede una gran importancia a la presencia de Jesús en las bodas de Caná. Ve en ella la confirmación de la bondad del matrimonio y el anuncio de que en adelante el matrimonio será un signo eficaz de la presencia de Cristo.

1614 En su predicación, Jesús enseñó sin ambigüedad el sentido original de la unión del hombre y la mujer, tal como el Creador la quiso al comienzo: la autorización, dada por Moisés, de repudiar a su mujer era una concesión a la dureza del corazón (cf Mt 19,8); la unión matrimonial del hombre y la mujer es indisoluble: Dios mismo la estableció: "lo que Dios unió, que no lo separe el hombre" (Mt 19,6).

1615 Esta insistencia, inequívoca, en la indisolubilidad del vínculo matrimonial pudo causar perplejidad y aparecer como una exigencia irrealizable (cf Mt 19,10). Sin embargo, Jesús no impuso a los esposos una carga imposible de llevar y demasiado pesada (cf Mt 11,29-30), más pesada que la Ley de Moisés. Viniendo para restablecer el orden inicial de la creación perturbado por el pecado, da la fuerza y la gracia para vivir el matrimonio en la dimensión nueva del Reino de Dios. Siguiendo a Cristo, renunciando a s í mismos, tomando sobre s í sus cruces (cf Mt 8,34), los esposos podrán "comprender" (cf Mt 19,11) el sentido original del matrimonio y vivirlo con la ayuda de Cristo. Esta gracia del Matrimonio cristiano es un fruto de la Cruz de Cristo, fuente de toda la vida cristiana.

1616 Es lo que el apóstol Pablo da a entender diciendo: "Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla" (Ef 5,25-26), y añadiendo enseguida: "`Por es o dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne'. Gran misterio es éste, lo digo respecto a Cristo y a la Iglesia" (Ef 5,31-32).

1617 Toda la vida cristiana está marcada por el amor esponsal de Cristo y de la Iglesia. Ya el Bautismo, entrada en el Pueblo de Dios, es un misterio nupcial. Es, por así decirlo, como el baño de bodas (cf Ef 5,26-27) que precede al banquete de bodas, la Eucaristía. El Matrimonio cristiano viene a ser por su parte signo eficaz, sacramento de la alianza de Cristo y de la Iglesia. Puesto que es signo y comunicación de la gracia, el matrimonio entre bautizados es un verdadero sacramento de la Nueva Alianza (cf DS 1800; CIC, can. 1055,2).

La virginidad por el Reino de Dios

1618 Cristo es el centro de toda vida cristiana. El vínculo con El ocupa el primer lugar entre todos los demás vínculos, familiares o sociales (cf Lc 14,26; Mc 10,28-31). Desde los comienzos de la Iglesia ha habido hombres y mujeres que han renunciado al gran bien del matrimonio para seguir al Cordero dondequiera que vaya (cf Ap 14,4), para ocuparse de las cosas del Señor, para tratar de agradarle (cf 1 Co 7,32), para ir al encuentro del Esposo que viene (cf Mt 25,6). Cristo mismo invitó a algunos a seguirle en este modo de vida del que El es el modelo:

Hay eunucos que nacieron así del seno materno, y hay eunucos hechos por los hombres, y hay eunucos que se hicieron tales a sí mismos por el Reino de los Cielos. Quien pueda entender, que entienda (Mt 19,12).

1619 La virginidad por el Reino de los Cielos es un desarrollo de la gracia bautismal, un signo poderoso de la preeminencia del vínculo con Cristo, de la ardiente espera de su retorno, un signo que recuerda también que el matrimonio es una realidad que manifiesta el carácter pasajero de este mundo (cf 1 Co 7,31; Mc 12,25).

1620 Estas dos realidades, el sacramento del Matrimonio y la virginidad por el Reino de Dios, vienen del Señor mismo. Es él quien les da sentido y les concede la gracia indispensable para vivirlos conforme a su voluntad (cf Mt 19,3-12). La estima de la virginidad por el Reino (cf LG 42; PC 12; OT 10) y el sentido cristiano del Matrimonio son inseparables y se apoyan mutuamente:

Denigrar el matrimonio es reducir a la vez la gloria de la virginidad; elogiarlo es realzar a la vez la admiración que corresponde a la virginidad... (S. Juan Crisóstomo, virg. 10,1; cf FC, 16).

II La celebración del Matrimonio

1621 En el rito latino, la celebración del matrimonio entre dos fieles católicos tiene lugar ordinariamente dentro de la Santa Misa, en virtud del vínculo que tienen todos los sacramentos con el Misterio Pascual de Cristo (cf SC 61). En la Eucaristía se realiza el memorial de la Nueva Alianza, en la que Cristo se unió para siempre a la Iglesia, su esposa amada por la que se entregó (cf LG 6). Es, pues, conveniente que los esposos sellen su consentimiento en darse el uno al otro mediante la ofrenda de sus propias vidas, uniéndose a la ofrenda de Cristo por su Iglesia, hecha presente en el sacrificio eucarístico, y recibiendo la Eucaristía, para que, comulgando en el mismo Cuerpo y en la misma Sangre de Cristo, "formen un solo cuerpo" en Cristo (cf 1 Co 10,17).

1622 "En cuanto gesto sacramental de santificación, la celebración del matrimonio...debe ser por sí misma válida, digna y fructuosa" (FC 67). Por tanto, conviene que los futuros esposos se dispongan a la celebración de su matrimonio recibiendo el sacramento de la penitencia.

1623 Según la tradición latina, los esposos, como ministros de la gracia de Cristo, manifestando su consentimiento ante la Iglesia, se confieren mutuamente el sacramento del matrimonio. En las tradiciones de las Iglesias orientales, los sacerdotes –Obispos o presbíteros– son testigos del recíproco consentimiento expresado por los esposos (cf. CCEO, can. 817), pero también su bendición es necesaria para la validez del sacramento (cf CCEO, can. 828).

1624 Las diversas liturgias son ricas en oraciones de bendición y de epíclesis pidiendo a Dios su gracia y la bendición sobre la nueva pareja, especialmente sobre la esposa. En la epíclesis de este sacramento los esposos reciben el Espíritu Santo como Comunión de amor de Cristo y de la Iglesia (cf. Ef 5,32). El Espíritu Santo es el sello de la alianza de los esposos, la fuente siempre generosa de su amor, la fuerza con que se renovará su fidelidad.

III El consentimiento matrimonial

1625 Los protagonistas de la alianza matrimonial son un hombre y una mujer bautizados, libres para contraer el matrimonio y que expresan libremente su consentimiento. "Ser libre" quiere decir:

— no obrar por coacción;
— no estar impedido por una ley natural o eclesiástica.

1626 La Iglesia considera el intercambio de los consentimientos entre los esposos como el elemento indispensable "que hace el matrimonio" (CIC, can. 1057,1). Si el consentimiento falta, no hay matrimonio.

1627 El consentimiento consiste en "un acto humano, por el cual los esposos se dan y se reciben mutuamente" (GS 48,1; cf CIC, can. 1057,2): "Yo te recibo como esposa" - "Yo te recibo como esposo" (OcM 45). Este consentimiento que une a los esposos entre sí, encuentra su plenitud en el hecho de que los dos "vienen a ser una sola carne" (cf Gn 2,24; Mc 10,8; Ef 5,31).

1628 El consentimiento debe ser un acto de la voluntad de cada uno de los contrayentes, libre de violencia o de temor grave externo (cf CIC, can. 1103). Ningún poder humano puede reemplazar este consentimiento (CIC, can. 1057, 1). Si esta libertad falta, el matrimonio es inválido.

1629 Por esta razón (o por otras razones que hacen nulo e inválido el matrimonio; cf. CIC, can. 1095-1107), la Iglesia, tras examinar la situación por el tribunal eclesiástico competente, puede declarar "la nulidad del matrimonio", es decir, que el matrimonio no ha existido. En este caso, los contrayentes quedan libres para casarse, aunque deben cumplir las obligaciones naturales nacidas de una unión precedente precedente (cf CIC, can. 1071).

1630 El sacerdote ( o el diácono) que asiste a la celebraci ón del matrimonio, recibe el consentimiento de los esposos en nombre de la Iglesia y da la bendición de la Iglesia. La presencia del ministro de la Iglesia (y también de los testigos) expresa visiblemente que el matrimonio es una realidad eclesial.

1631 Por esta razón, la Iglesia exige ordinariamente para sus fieles la forma eclesiástica de la celebración del matrimonio (cf Cc. de Trento: DS 1813-1816; CIC, can. 1108). Varias razones concurren para explicar esta determinación:

— El matrimonio sacramental es un acto litúrgico. Por tanto, es conveniente que sea celebrado en la liturgia pública de la Iglesia.
— El matrimonio introduce en un ordo eclesial, crea derechos y deberes en la Iglesia entre los esposos y para con los hijos.
— Por ser el matrimonio un estado de vida en la Iglesia, es preciso que exista certeza sobre él (de ahí la obligación de tener testigos).
— El carácter público del consentimiento protege el "Sí" una vez dado y ayuda a permanecer fiel a él.

1632 Para que el "Sí" de los esposos sea un acto libre y responsable, y para que la alianza matrimonial tenga fundamentos humanos y cristianos sólidos y estables, la preparación para el matrimonio es de primera importancia:

El ejemplo y la enseñanza dados por los padres y por las familias son el camino privilegiado de esta preparación.

El papel de los pastores y de la comunidad cristiana como "familia de Dios" es indispensable para la transmisión de los valores humanos y cristianos del matrimonio y de la familia (cf. CIC, can. 1063), y esto con mayor razón en nuestra época en la que muchos jóvenes conocen la experiencia de hogares rotos que ya no aseguran suficientemente esta iniciación:

Los jóvenes deben ser instruidos adecuada y oportunamente sobre la dignidad, dignidad , tareas y ejercicio del amor conyugal, sobre todo en el seno de la misma familia, para que, educados en el cultivo de la castidad, puedan pasar, a la edad conveniente, de un honesto noviazgo vivido al matrimonio (GS 49,3).
 
enviado por aracelymarvel:

Los que se casan solamente por papeles . Si no hay relaciones sexuales . Es solamente un arreglo de papeles . Más bien sería un engaño a las autoridades ?estafa? . A Dios no sel le engaña . Estos no estan casados delante de Dios .


Paz.

Si algo pide respedo Dios, es a la ley, es un razonamiento logico lo que mencionas, pero Dios tambien pide respeto a los gobernantes,y el que se casa, casado esta en mi opinion.

Si algun hermano nos puede aclarar mas sabiamente este punto, de manera mas clara.






Paz y Bendiciones en Cristo...:radiante:
 
Perdon;

es AraceliyManel

disculpa hermana... :risa::D:D:D


Bendiciones ... :radiante:
 
Re: Doctrina católica sobre el matrimonio

Re: Doctrina católica sobre el matrimonio

Originalmente enviado por: bellarmino
EL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO

1601 "La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole, fue elevada por Cristo Nuestro Señor a la dignidad de sacramento entre bautizados" (CIC, can. 1055,1)

I El matrimonio en el plan de Dios

1602 La Sagrada Escritura se abre con el relato de la creación del hombre y de la mujer a imagen y semejanza de Dios (Gn 1,26- 27) y se cierra con la visión de las "bodas del Cordero" (Ap 19,7.9). De un extremo a otro la Escritura habla del matrimonio y de su "misterio", de su institución y del sentido que Dios le dio, de su origen y de su fin, de sus realizaciones diversas a lo largo de la historia de la salvación, de sus dificultades nacidas del pecado y de su renovación "en el Señor" (1 Co 7,39) todo ello en la perspectiva de la Nueva Alianza de Cristo y de la Iglesia (cf Ef 5,31-32).

El matrimonio en el orden de la creación

1603 "La íntima comunidad de vida y amor conyugal, fundada por el Creador y provista de leyes propias, se establece sobre la alianza del matrimonio... un vínculo sagrado... no depende del arbitrio humano. El mismo Dios es el autor del matrimonio" (GS 48,1). La vocación al matrimonio se inscribe en la naturaleza misma del hombre y de la mujer, según salieron de la mano del Creador. El matrimonio no es una institución puramente humana a pesar de las numerosas variaciones que ha podido sufrir a lo largo de los siglos en las diferentes culturas, estructuras sociales y actitudes espirituales. Estas diversidades no deben hacer olvidar sus rasgos comunes y permanente. A pesar de que la dignidad de esta institución no se trasluzca siempre con la misma claridad (cf GS 47,2), existe en todas las culturas un cierto sentido de la grandeza de la unión matrimonial. "La salvación de la persona y de la sociedad humana y cristiana está estrechamente ligada a la prosperidad de la comunidad conyugal y familiar" (GS 47,1).

1604 Dios que ha creado al hombre por amor lo ha llamado también al amor, vocación fundamental e innata de todo ser humano. Porque el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios (Gn 1,2), que es Amor (cf 1 Jn 4,8.16). Habiéndolos creado Dios hombre y mujer, el amor mutuo entre ellos se convierte en imagen del amor absoluto e indefectible con que Dios ama al hombre. Este amor es bueno, muy bueno, a los ojos del Creador (cf Gn 1,31). Y este amor que Dios bendice es destinado a ser fecundo y a realizarse en la obra común del cuidado de la creación. "Y los bendijo Dios y les dijo: "Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sometedla'" (Gn 1,28).

1605 La Sagrada escritura afirma que el hombre y la mujer fueron creados el uno para el otro: "No es bueno que el hombre esté solo". La mujer, "carne de su carne", su igual, la criatura más semejante al hombre mismo, le es dada por Dios como una "auxilio", representando así a Dios que es nuestro "auxilio" (cf Sal 121,2). "Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne" (cf Gn 2,18-25). Que esto significa una unión indefectible de sus dos vidas, el Señor mismo lo muestra recordando cuál fue "en el principio", el plan del Creador: "De manera que ya no son dos sino una sola carne" (Mt 19,6).

El matrimonio bajo la esclavitud del pecado

1606 Todo hombre, tanto en su entorno como en su propio corazón, vive la experiencia del mal. Esta experiencia se hace sentir también en las relaciones entre el hombre y la mujer. En todo tiempo, la unión del hombre y la mujer vive amenazada por la discordia, el espíritu de dominio, la infidelidad, los celos y conflictos que pueden conducir hasta el odio y la ruptura. Este desorden puede manifestarse de manera más o menos aguda, y puede ser más o menos superado, según las culturas, las épocas, los individuos, pero siempre aparece como algo de carácter universal.

1607 Según la fe, este desorden que constatamos dolorosamente, no se origina en la naturaleza del hombre y de la mujer, ni en la naturaleza de sus relaciones, sino en el pecado. El primer pecado, ruptura con Dios, tiene como consecuencia primera la ruptura de la comunión original entre el hombre y la mujer. Sus relaciones quedan distorsionadas por agravios recíprocos (cf Gn 3,12); su atractivo mutuo, don propio del creador (cf Gn 2,22), se cambia en relaciones de dominio y de concupiscencia (cf Gn 3,16b); la hermosa vocación del hombre y de la mujer de ser fecundos, de multiplicarse y someter la tierra (cf Gn 1,28) queda sometida a los dolores del parto y los esfuerzos de ganar el pan (cf Gn 3,16-19).

1608 Sin embargo, el orden de la Creación subsiste aunque gravemente perturbado. Para sanar las heridas del pecado, el hombre y la mujer necesitan la ayuda de la gracia que Dios, en su misericordia infinita, jamás les ha negado (cf Gn 3,21). Sin esta ayuda, el hombre y la mujer no pueden llegar a realizar la unión de sus vidas en orden a la cual Dios los creó "al comienzo".

El matrimonio bajo la pedagogía de la antigua Ley

1609 En su misericordia, Dios no abandonó al hombre pecador. Las penas que son consecuencia del pecado, "los dolores del parto" (Gn 3,16), el trabajo "con el sudor de tu frente" (Gn 3,19), constituyen también remedios que limitan los daños del pecado. Tras la caída, el matrimonio ayuda a vencer el repliegue sobre s í mismo, el egoísmo, la búsqueda del propio placer, y a abrirse al otro, a la ayuda mutua, al don de sí.

1610 La conciencia moral relativa a la unidad e indisolubilidad del matrimonio se desarrolló bajo la pedagogía de la Ley antigua. La poligamia de los patriarcas y de los reyes no es todavía prohibida de una manera explícita. No obstante, la Ley dada por Moisés se orienta a proteger a la mujer contra un dominio arbitrario del hombre, aunque ella lleve también, según la palabra del Señor, las huellas de "la dureza del corazón" de la persona humana, razón por la cual Moisés permitió el repudio de la mujer (cf Mt 19,8; Dt 24,1).

1611 Contemplando la Alianza de Dios con Israel bajo la imagen de un amor conyugal exclusivo y fiel (cf Os 1-3; Is 54.62; Jr 2-3. 31; Ez 16,62;23), los profetas fueron preparando la conciencia del Pueblo elegido para una comprensión más profunda de la unidad y de la indisolubilidad del matrimonio (cf Mal 2,13-17). Los libros de Rut y de Tobías dan testimonios conmovedores del sentido hondo del matrimonio, de la fidelidad y de la ternura de los esposos. La Tradición ha visto siempre en el Cantar de los Cantares una expresión única del amor humano, en cuanto que éste es reflejo del amor de Dios, amor "fuerte como la muerte" que "las grandes aguas no pueden anegar" (Ct 8,6-7).

El matrimonio en el Señor

1612 La alianza nupcial entre Dios y su pueblo Israel había preparado la nueva y eterna alianza mediante la que el Hijo de Dios, encarnándose y dando su vida, se unió en cierta manera con toda la humanidad salvada por él (cf. GS 22), preparando así "las bodas del cordero" (Ap 19,7.9).

1613 En el umbral de su vida pública, Jesús realiza su primer signo -a petición de su Madre- con ocasión de un banquete de boda (cf Jn 2,1-11). La Iglesia concede una gran importancia a la presencia de Jesús en las bodas de Caná. Ve en ella la confirmación de la bondad del matrimonio y el anuncio de que en adelante el matrimonio será un signo eficaz de la presencia de Cristo.

1614 En su predicación, Jesús enseñó sin ambigüedad el sentido original de la unión del hombre y la mujer, tal como el Creador la quiso al comienzo: la autorización, dada por Moisés, de repudiar a su mujer era una concesión a la dureza del corazón (cf Mt 19,8); la unión matrimonial del hombre y la mujer es indisoluble: Dios mismo la estableció: "lo que Dios unió, que no lo separe el hombre" (Mt 19,6).

1615 Esta insistencia, inequívoca, en la indisolubilidad del vínculo matrimonial pudo causar perplejidad y aparecer como una exigencia irrealizable (cf Mt 19,10). Sin embargo, Jesús no impuso a los esposos una carga imposible de llevar y demasiado pesada (cf Mt 11,29-30), más pesada que la Ley de Moisés. Viniendo para restablecer el orden inicial de la creación perturbado por el pecado, da la fuerza y la gracia para vivir el matrimonio en la dimensión nueva del Reino de Dios. Siguiendo a Cristo, renunciando a s í mismos, tomando sobre s í sus cruces (cf Mt 8,34), los esposos podrán "comprender" (cf Mt 19,11) el sentido original del matrimonio y vivirlo con la ayuda de Cristo. Esta gracia del Matrimonio cristiano es un fruto de la Cruz de Cristo, fuente de toda la vida cristiana.

1616 Es lo que el apóstol Pablo da a entender diciendo: "Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla" (Ef 5,25-26), y añadiendo enseguida: "`Por es o dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne'. Gran misterio es éste, lo digo respecto a Cristo y a la Iglesia" (Ef 5,31-32).

1617 Toda la vida cristiana está marcada por el amor esponsal de Cristo y de la Iglesia. Ya el Bautismo, entrada en el Pueblo de Dios, es un misterio nupcial. Es, por así decirlo, como el baño de bodas (cf Ef 5,26-27) que precede al banquete de bodas, la Eucaristía. El Matrimonio cristiano viene a ser por su parte signo eficaz, sacramento de la alianza de Cristo y de la Iglesia. Puesto que es signo y comunicación de la gracia, el matrimonio entre bautizados es un verdadero sacramento de la Nueva Alianza (cf DS 1800; CIC, can. 1055,2).

La virginidad por el Reino de Dios

1618 Cristo es el centro de toda vida cristiana. El vínculo con El ocupa el primer lugar entre todos los demás vínculos, familiares o sociales (cf Lc 14,26; Mc 10,28-31). Desde los comienzos de la Iglesia ha habido hombres y mujeres que han renunciado al gran bien del matrimonio para seguir al Cordero dondequiera que vaya (cf Ap 14,4), para ocuparse de las cosas del Señor, para tratar de agradarle (cf 1 Co 7,32), para ir al encuentro del Esposo que viene (cf Mt 25,6). Cristo mismo invitó a algunos a seguirle en este modo de vida del que El es el modelo:

Hay eunucos que nacieron así del seno materno, y hay eunucos hechos por los hombres, y hay eunucos que se hicieron tales a sí mismos por el Reino de los Cielos. Quien pueda entender, que entienda (Mt 19,12).

1619 La virginidad por el Reino de los Cielos es un desarrollo de la gracia bautismal, un signo poderoso de la preeminencia del vínculo con Cristo, de la ardiente espera de su retorno, un signo que recuerda también que el matrimonio es una realidad que manifiesta el carácter pasajero de este mundo (cf 1 Co 7,31; Mc 12,25).

1620 Estas dos realidades, el sacramento del Matrimonio y la virginidad por el Reino de Dios, vienen del Señor mismo. Es él quien les da sentido y les concede la gracia indispensable para vivirlos conforme a su voluntad (cf Mt 19,3-12). La estima de la virginidad por el Reino (cf LG 42; PC 12; OT 10) y el sentido cristiano del Matrimonio son inseparables y se apoyan mutuamente:

Denigrar el matrimonio es reducir a la vez la gloria de la virginidad; elogiarlo es realzar a la vez la admiración que corresponde a la virginidad... (S. Juan Crisóstomo, virg. 10,1; cf FC, 16).

II La celebración del Matrimonio

1621 En el rito latino, la celebración del matrimonio entre dos fieles católicos tiene lugar ordinariamente dentro de la Santa Misa, en virtud del vínculo que tienen todos los sacramentos con el Misterio Pascual de Cristo (cf SC 61). En la Eucaristía se realiza el memorial de la Nueva Alianza, en la que Cristo se unió para siempre a la Iglesia, su esposa amada por la que se entregó (cf LG 6). Es, pues, conveniente que los esposos sellen su consentimiento en darse el uno al otro mediante la ofrenda de sus propias vidas, uniéndose a la ofrenda de Cristo por su Iglesia, hecha presente en el sacrificio eucarístico, y recibiendo la Eucaristía, para que, comulgando en el mismo Cuerpo y en la misma Sangre de Cristo, "formen un solo cuerpo" en Cristo (cf 1 Co 10,17).

1622 "En cuanto gesto sacramental de santificación, la celebración del matrimonio...debe ser por sí misma válida, digna y fructuosa" (FC 67). Por tanto, conviene que los futuros esposos se dispongan a la celebración de su matrimonio recibiendo el sacramento de la penitencia.

1623 Según la tradición latina, los esposos, como ministros de la gracia de Cristo, manifestando su consentimiento ante la Iglesia, se confieren mutuamente el sacramento del matrimonio. En las tradiciones de las Iglesias orientales, los sacerdotes –Obispos o presbíteros– son testigos del recíproco consentimiento expresado por los esposos (cf. CCEO, can. 817), pero también su bendición es necesaria para la validez del sacramento (cf CCEO, can. 828).

1624 Las diversas liturgias son ricas en oraciones de bendición y de epíclesis pidiendo a Dios su gracia y la bendición sobre la nueva pareja, especialmente sobre la esposa. En la epíclesis de este sacramento los esposos reciben el Espíritu Santo como Comunión de amor de Cristo y de la Iglesia (cf. Ef 5,32). El Espíritu Santo es el sello de la alianza de los esposos, la fuente siempre generosa de su amor, la fuerza con que se renovará su fidelidad.

III El consentimiento matrimonial

1625 Los protagonistas de la alianza matrimonial son un hombre y una mujer bautizados, libres para contraer el matrimonio y que expresan libremente su consentimiento. "Ser libre" quiere decir:

— no obrar por coacción;
— no estar impedido por una ley natural o eclesiástica.

1626 La Iglesia considera el intercambio de los consentimientos entre los esposos como el elemento indispensable "que hace el matrimonio" (CIC, can. 1057,1). Si el consentimiento falta, no hay matrimonio.

1627 El consentimiento consiste en "un acto humano, por el cual los esposos se dan y se reciben mutuamente" (GS 48,1; cf CIC, can. 1057,2): "Yo te recibo como esposa" - "Yo te recibo como esposo" (OcM 45). Este consentimiento que une a los esposos entre sí, encuentra su plenitud en el hecho de que los dos "vienen a ser una sola carne" (cf Gn 2,24; Mc 10,8; Ef 5,31).

1628 El consentimiento debe ser un acto de la voluntad de cada uno de los contrayentes, libre de violencia o de temor grave externo (cf CIC, can. 1103). Ningún poder humano puede reemplazar este consentimiento (CIC, can. 1057, 1). Si esta libertad falta, el matrimonio es inválido.

1629 Por esta razón (o por otras razones que hacen nulo e inválido el matrimonio; cf. CIC, can. 1095-1107), la Iglesia, tras examinar la situación por el tribunal eclesiástico competente, puede declarar "la nulidad del matrimonio", es decir, que el matrimonio no ha existido. En este caso, los contrayentes quedan libres para casarse, aunque deben cumplir las obligaciones naturales nacidas de una unión precedente precedente (cf CIC, can. 1071).

1630 El sacerdote ( o el diácono) que asiste a la celebraci ón del matrimonio, recibe el consentimiento de los esposos en nombre de la Iglesia y da la bendición de la Iglesia. La presencia del ministro de la Iglesia (y también de los testigos) expresa visiblemente que el matrimonio es una realidad eclesial.

1631 Por esta razón, la Iglesia exige ordinariamente para sus fieles la forma eclesiástica de la celebración del matrimonio (cf Cc. de Trento: DS 1813-1816; CIC, can. 1108). Varias razones concurren para explicar esta determinación:

— El matrimonio sacramental es un acto litúrgico. Por tanto, es conveniente que sea celebrado en la liturgia pública de la Iglesia.
— El matrimonio introduce en un ordo eclesial, crea derechos y deberes en la Iglesia entre los esposos y para con los hijos.
— Por ser el matrimonio un estado de vida en la Iglesia, es preciso que exista certeza sobre él (de ahí la obligación de tener testigos).
— El carácter público del consentimiento protege el "Sí" una vez dado y ayuda a permanecer fiel a él.

1632 Para que el "Sí" de los esposos sea un acto libre y responsable, y para que la alianza matrimonial tenga fundamentos humanos y cristianos sólidos y estables, la preparación para el matrimonio es de primera importancia:

El ejemplo y la enseñanza dados por los padres y por las familias son el camino privilegiado de esta preparación.

El papel de los pastores y de la comunidad cristiana como "familia de Dios" es indispensable para la transmisión de los valores humanos y cristianos del matrimonio y de la familia (cf. CIC, can. 1063), y esto con mayor razón en nuestra época en la que muchos jóvenes conocen la experiencia de hogares rotos que ya no aseguran suficientemente esta iniciación:

Los jóvenes deben ser instruidos adecuada y oportunamente sobre la dignidad, dignidad , tareas y ejercicio del amor conyugal, sobre todo en el seno de la misma familia, para que, educados en el cultivo de la castidad, puedan pasar, a la edad conveniente, de un honesto noviazgo vivido al matrimonio (GS 49,3).





Pues aquí en España, SI TIENES DINERO $$$$$ , es fácil que el Tribunal de la Rota anule tu matrimonio por la IC.


No sé como es en otros paises, pero el dinero es un buen remedio para conseguir que la IC excuse tu desacierto al casarte.


La anulación NO ES UN DIVORCIO, sino que la iglesia católica da por hecho que ese matrimonio nunca debió realizarse y lo anula.
 
El tribunal de la Rota está en Roma

El tribunal de la Rota está en Roma

En la cancillería eclesiástica: no es la base militar de Rota.
 
Re: El tribunal de la Rota está en Roma

Re: El tribunal de la Rota está en Roma

Originalmente enviado por: bellarmino
En la cancillería eclesiástica: no es la base militar de Rota.


¡¡¡ Mejor me lo pones todavía !!!


Desde la sede central de Roma, ANULAN los matrimonios a cambio de grandes sumas de dinero. $$$$$$$$$$$$$$$$$
 
te equivocas

te equivocas

Existe una gran desinformación al respecto. Las grandes sumas de las que se hablan ("la nulidad me costó x dinero") no se aclara a donde van. La Rota recibe unos emolumentos mínimos de lo referente a trámites jurídicos. Cuando se habla de grandes sumas es cuando la nulidad se tramita a través de un abogado o procurador civil, en estos casos- que es el de los famosillos- es cuando se desembolsan las grandes sumas. Si se hace por procuradoría eclesiástica los gastos son mínimos.
 
10:19 Por el placer se hace el banquete, y el vino alegra a los vivos; y el dinero sirve para todo.


10:19 Por el placer se hace el banquete, y el vino alegra a los vivos; y el dinero sirve para todo.

Para TODO sirve el dinero,para comprar un matrimonio y para deshacerlo
 
eso es ser un cateto

eso es ser un cateto

y demagogo
 
Re: te equivocas

Re: te equivocas

Originalmente enviado por: bellarmino
Existe una gran desinformación al respecto. Las grandes sumas de las que se hablan ("la nulidad me costó x dinero") no se aclara a donde van. La Rota recibe unos emolumentos mínimos de lo referente a trámites jurídicos. Cuando se habla de grandes sumas es cuando la nulidad se tramita a través de un abogado o procurador civil, en estos casos- que es el de los famosillos- es cuando se desembolsan las grandes sumas. Si se hace por procuradoría eclesiástica los gastos son mínimos.




Aparte de esas grandes sumas de dinero, que NO SE SABE DONDE VAN, lo cierto es que se miente y se falsea para ANULAR un matrimonio, y sin embargo se muestra una actitud TOTALMENTE FARISAICA ante el mundo.


Es como tener cientos de orfanatos, y cientos de curas pederastas por ahí andando sueltos.

Doble lenguaje, ¿entiendes Belarmino?

La gente ya no cree en Dios, y en muchos casos es el TESTIMONIO que durante siglos ha dado la iglesia católica.

¡¡ Abre los ojos !! y no defiendas una institución corrupta.


Fija tus ojos en Cristo NO EN LOS HOMBRES:angel:
 
respondiendo a Sakar

respondiendo a Sakar

Originalmente enviado por: Sakar
Paz.

Si algo pide respedo Dios, es a la ley, es un razonamiento logico lo que mencionas, pero Dios tambien pide respeto a los gobernantes,y el que se casa, casado esta en mi opinion.

Si algun hermano nos puede aclarar mas sabiamente este punto, de manera mas clara.
Paz y Bendiciones en Cristo...:radiante:

Amado hermano :
Me mantengo en lo que creo (es una opinion más ) , para profundizar .
Dices : que Dios pide respeto a las autoridades y más PIDE OBEDIENCIA , NO HACERLO ES PECADO , pero creo que en el tema de boda es algo más que ponerse de acuerdo en papeles
- Es amarse
- es coabitar ,es decir hacerse uno por medio de la relación sexual . Esto es "tomar posesion del matrimonio"
y mas ....

Ademas en lo del respeto a la autoridad . Si respetan . Mira : :Los que arreglan papeles ,parece ser que se someten a lo que la legalidad permite . Casarse y divorciarse .¡ Solamente aprovechan la ley para fines propios! . No digo que esté bien . Pues como sabemos es una MENTIRA/ENGAÑO a la sociedad . pero Legal . Asi funciona en politica . ¿Esto tenemos que dar valido como casamiento ? . Creo sinceramente que NO ,
¿Es moral ? NO
¿ Esta autorizado por Dios casarse de esta manera ?
Sabes como yo que no
¿Dios considera válido estos casamientos ? Creo que no

Por el momento esta es la conclusión que llego y me da paz en este tema . ¿Estoy en lo cierto ? . Quiza alguien o TU mismo me da más luz en este tema . Estoy abierto . Manel
Un abrazo en Cristo
 
Re: Re: Doctrina católica sobre el matrimonio

Re: Re: Doctrina católica sobre el matrimonio

Originalmente enviado por: Maripaz
Pues aquí en España, SI TIENES DINERO $$$$$ , es fácil que el Tribunal de la Rota anule tu matrimonio por la IC.


No sé como es en otros paises, pero el dinero es un buen remedio para conseguir que la IC excuse tu desacierto al casarte.


La anulación NO ES UN DIVORCIO, sino que la iglesia católica da por hecho que ese matrimonio nunca debió realizarse y lo anula.



Permitime, Maripaz, aclarar un error de concepto en lo que aquí manifestas.

Lo que la Iglesia católica hace es discernir si ocurrió algun evento que hizo que el Sacramento no haya sido concretado.

Causales pueden ser (por ej):

- Que alguno de los novios estuviere ya casado.
- O sin el pleno uso de sus facultades por cuestiones emocionales.
- O si alguno de ello fue obligado (típico caso del novio con una pistola del suegro en la espalda).
- etc


Entonces la Iglesia busca comprobar SI HUBO PLENA LIBERTAD de ambos contrayentes para ELEGIR LIBREMENTE celebrar ese Sacramento.


Por ello la Iglesia NO PUEDE ANULAR el matrimonio sino dilucidar si HA EXISTIDO EN REALIDAD. Es decir que, a lo sumo, si corresponde, dirá si el Sacramento fue INVALIDAMENTE celebrado.


Lo de los "$$$$$$$$" forma parte de la mitología popular, claro esta, porque si se piden pruebas ...... Mmmmhhhhhhh !! Mas allá de eso, te conozco prudente y que no correras el riesgo de levantar falso testimonio. Podrías decir, simplemente "se dice que .... $$$$$$ lo cual ya no es lo mismo.



Bendiciones
 
Re: Re: Re: Doctrina católica sobre el matrimonio

Re: Re: Re: Doctrina católica sobre el matrimonio

Originalmente enviado por: daniel brion
Permitime, Maripaz, aclarar un error de concepto en lo que aquí manifestas.

Lo que la Iglesia católica hace es discernir si ocurrió algun evento que hizo que el Sacramento no haya sido concretado.

Causales pueden ser (por ej):

- Que alguno de los novios estuviere ya casado.
- O sin el pleno uso de sus facultades por cuestiones emocionales.
- O si alguno de ello fue obligado (típico caso del novio con una pistola del suegro en la espalda).
- etc


Entonces la Iglesia busca comprobar SI HUBO PLENA LIBERTAD de ambos contrayentes para ELEGIR LIBREMENTE celebrar ese Sacramento.


Por ello la Iglesia NO PUEDE ANULAR el matrimonio sino dilucidar si HA EXISTIDO EN REALIDAD. Es decir que, a lo sumo, si corresponde, dirá si el Sacramento fue INVALIDAMENTE celebrado.


Lo de los "$$$$$$$$" forma parte de la mitología popular, claro esta, porque si se piden pruebas ...... Mmmmhhhhhhh !! Mas allá de eso, te conozco prudente y que no correras el riesgo de levantar falso testimonio. Podrías decir, simplemente "se dice que .... $$$$$$ lo cual ya no es lo mismo.



Bendiciones


Daniel


Conozco dos casos MUY ALLEGADOS



En uno, tras tres años de matrimonio, se dilucida que hubo por ambas partes incapacidad para asumir obligaciones esenciales e ignorancia de la naturaleza del matrimonio. En fin, él economista y ella abogado, muy bien economicamente y con los que mantuve una realción muy personal.

¿Sabes lo que te digo? esa anulación ¡¡¡ FUE UNA FARSA TOTAL !!!



El segundo caso, novios durante cinco años, que convivian juntos y tras el matrimonio, al poco tiempo se declara anulado el "sagrado vínculo" ¡¡¡ por impotencia !!!


¡¡¡ parecia un chiste !!! :D


En fín, que no me convencen tus argumentos, teniendo tan cerca unos casos tan llamativo$$$$$$$$$$$$$$$$
 
Deja a Mari Paz que tiene razón

Deja a Mari Paz que tiene razón

De hecho es un tema de los protestantes. Debemos tener en cuenta que su iniciador fue fray Martín Lutero, que para poderse casar con Sor Catalina von Bora, tuvo que renegar de sus votos: de hecho para eso fue la reforma, con una causa tan promiscua. No les demos lecciones de eso.
Que por cierto parece ser que Lutero, como no sabía muy bien como conocer sexualmente a sor Catalina tuvo que dirigirse a un prostíbulo del Norte de Italia (así le quedó la cara al pobre)
 
Re: Deja a Mari Paz que tiene razón

Re: Deja a Mari Paz que tiene razón

Originalmente enviado por: bellarmino
De hecho es un tema de los protestantes. Debemos tener en cuenta que su iniciador fue fray Martín Lutero, que para poderse casar con Sor Catalina von Bora, tuvo que renegar de sus votos: de hecho para eso fue la reforma, con una causa tan promiscua. No les demos lecciones de eso.
Que por cierto parece ser que Lutero, como no sabía muy bien como conocer sexualmente a sor Catalina tuvo que dirigirse a un prostíbulo del Norte de Italia (así le quedó la cara al pobre)


¿Otra vez "atacando" a Lutero?


Ya te he dicho que NO SEGUIMOS A LUTERO, pues seguimos a Cristo.


Sobre la historia, de la cual tu iglesia ha sido bien manipuladora, eres un buen hijo de Roma, que tergiversa, tuerce y manipula a su antojo,..................quizá dentro de unos años, hables bien y decidas , como hizo tu iglesia, restaurarlo.


Por cierto, los prostíbulos siguen siendo visitados por monjes, curas y altos cargos................y para no gastar dinero, violan a monjas o a niños.
 
Re: Re: Deja a Mari Paz que tiene razón

Re: Re: Deja a Mari Paz que tiene razón

Originalmente enviado por: Maripaz
¿Otra vez "atacando" a Lutero?
Yo no ataco a Lutero; si le picaba ahí, él mismo...
:bicho:




Ya te he dicho que NO SEGUIMOS A LUTERO, pues seguimos a Cristo.

Vale pues seguís a Cristo, pero repitiendo las afirmaciones teológicas de Lutero
:dormido2:


Sobre la historia, de la cual tu iglesia ha sido bien manipuladora, eres un buen hijo de Roma, que tergiversa, tuerce y manipula a su antojo,..................quizá dentro de unos años, hables bien y decidas , como hizo tu iglesia, restaurarlo.


Por cierto, los prostíbulos siguen siendo visitados por monjes, curas y altos cargos................y para no gastar dinero, violan a monjas o a niños.
[/QUOTE:

Las violaciones de niños y eso obedece a una relajación de la disciplina eclesiástica, y se percibe en los lugares donde hubo una cierta protestantización del culto, de la doctrina de la liturgia, etc.

:beso: :beso: :beso: :beso: