Me rectifico
Me rectifico
Paz de Dios.
jmarraiz dijo:
Conclusión<?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-comfficeffice" /><o></o>
Ninguno de los cuestionamientos que el autor ha planteado para cuestionar la inspiración de los libros canónicos es válido. De hecho, algo es canónico no porque alguien crea o no crea ver en el contradicciones, tampoco que no logre entender ciertos pasajes, tampoco que no carezca de alguna imprecisión histórica, que el autor esté plenamente conciencia de su inspiración y mucho menos que no concuerde con las doctrinas personales de su denominación. Sino que es la "Tradición apostólica la que hizo discernir a la Iglesia qué libros constituyen la lista de los libros santos" (Dei Verbum 8,3; Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica, No. 120). Como dice dice la Dei Verbum en el No. 9: "La Escritura es la Palabra de Dios puesta por escrito bajo la inspiración del Espíritu Santo. La tradición recibe la palabra de Dios, encomendada por Cristo y el Espíritu Santo a los Apóstoles, y la transmite íntegramente a sus sucesores, para que ellos, iluminados pro el Espíritu de la verdad, con su predicación la conserven fielmente, la expongan y la difundan. Por eso, la Iglesia no saca exclusivamente de la sola sagrada Escritura la certeza de todo lo revelado. Así se han de respectar con el mismo espíritu de devoción". <o></o>
El hecho de que los protestantes acepten el canon del Nuevo Testamento establecido por la Iglesia en los concilios de Concilio de Hipo, en el año 393 A.D. y el Concilio de Cartago, en el año 397 y 419 A.D, ambos en el norte de África, y no acepten dicha decisión acerca del canon Alejandrino (con 46 libros para el Antiguo Testamento) es también una incoherencia, ya que está demostrado que antes de esta fecha no había unanimidad en cuanto a los escritos del Nuevo Testamento. Y si para esta época ellos manejan la tesis protestante de que la Iglesia ya se había corrompido (Luego de Constantino) ¿Qué garantía tienen que los libros seleccionados por una Iglesia que ya ellos consideraban apostata pueda dar un juicio real y verdadero sobre la inspiración de su Biblia?<o></o>
“A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos.»” Mateo 16,19<o></o>
Habiendo releído con un minuto más de detenimiento, veo que no estaba en lo cierto cuando dije que la conclusión no estaba en discordancia con lo afirmado por el Magisterio romanista. Ahora me rectifico.
Originalmente enviado por Juan 8:32
No, ya no lo contradice, pues cambió Ud. su afirmación inicial. La de ahora (si no a volvió a cambiar nuevamente) está alineada con lo que afirma el Vaticano I y la Dei Verbum. Claro que perdió algo de espectacularidad...
JMARRAIZ
Ok, dejo sentado dos puntos importantes:
1) Dices que como está ahorita NO CONTRADICE NI A LA DEI VERBUM NI AL CATECISMO!!!! (Quede registrado)
2) Como está ahorita sigue utilizando el término "discernir" que afirmaste en el mensaje arriba citado que no estaba en consonancia con la dei Verbum.
Aunque el error no es evidente, la conclusión no se ajusta ni al Magisterio ni a la realidad. Sucede que a veces, la palabrería puede llevar a confundir el sentido de fondo, especialmente cuando se lee sin la suficiente milimétrica atención. No por nada la teología católica romana se ha servido de la FILOSOFÍA ARISTOTÉLICA para buscar la mejor manera de que sus argumentos estén carentes de fallas o contradicciones lógicas. O dicho por boca de un ex-sacerdote católico romano, profesor de teología y filosofía:
"[el Catolicismo] Es un sistema lógico y preciso hasta el detalle. Los dogmas son tesis perfectamente elaboradas. En el catolicismo se han buscado, con la ayuda del pagano Aristóteles, distinciones de toda clase para evitar cualquier imprecisión racional" ("Se rompieron las cadenas". Hermann J. Hegger. Ed. In the Rechte Straat, pág. 82). Este libro relata la conversión de sacerdote Hegger al cristianismo evangélico.
Primer error:
JMARRAIZ dijo:
"algo es canónico no porque... Sino que es la "Tradición apostólica la que hizo discernir a la Iglesia qué libros constituyen la lista de los libros santos" (Dei Verbum 8,3; Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica, No. 120)"
Según esta afirmación.. ¿quién es el que discernió la inspiración de los libros sagrados ¿la
tradición apostólica [de la iglesia primitiva] o
la Iglesia [de Roma]? Según la expresión, sería la Iglesia de Roma la que discernió, "ayudada" por la tradición. Esto es falso.
Discernir:
(Dellat. discernĕre). 1. tr. Distinguir algo de otra cosa, señalando la diferencia que hay entre ellas. (Diccionario de la real Academia. www.rae.es)
Respecto a los libros inspirados:
¿Dijo la Iglesia de Roma..
este si..
este no...?
¿Juzgó la Iglesia de Roma cuál libro era inspirado y cuál no lo era?
¿Discernió (distinguió-separó) la Iglesia de Roma cual libro era inspirado y cuál no?
En absoluto. La Iglesia de Roma RECIBIO el canon de libros inspirados. Ella no decidió, ni juzgó, ni eligió, ni discernió cuáles libros eran inspirados y cuáles no.
Ahora bien ¿de quién lo recibió? La misma Iglesia reconoce que lo recibió de la "Tradición apostólica". Esta Tradición apostólica fue la que discernió cuáles libros eran inspirados y cuales no. Y dicho discernimiento no fue un ACTO sino un PROCESO.
Pero sucede que la Iglesia de Roma no duda en pretender extender sus dominios sobre esa tradición apóstolica cual virus que se extiende por sobre el tejido sano, intentando absorverlo. De esta manera, al presentar
la tradición apostólica como parte de la misma Iglesia de Roma, podría inferir alguna especie de autoridad y protagonismo en ese proceso de discernimiento. Pero la Iglesia de Roma no existía aún en la época apostólica de los primeros siglos de la Iglesia de Cristo. Y por ende, mal pudo haber ayudado o participado "autoritativamente" de cualquier elección, que, repito, no fue un acto sino un proceso, llevado a cabo por las iglesias y comunidades apostólicas de los primeros siglos de la era cristiana.
Bajo esta premisa es que debe leerse lo declarado en la Constitución Dogmatica
Dei Verbum (8,3) del Concilio Vaticano II (nótese igualmente la intención de
metástasis. Los resaltados son agregados):
"Esta Tradición, que deriva de los Apóstoles, progresa en la Iglesia con la asistencia del Espíritu Santo: puesto que va creciendo en la comprensión de las cosas y de las palabras transmitidas, ya por la contemplación y el estudio de los creyentes, que las meditan en su corazón y, ya por la percepción íntima que experimentan de las cosas espirituales, ya por el anuncio de aquellos que con la sucesión del episcopado recibieron el carisma cierto de la verdad. Es decir, la Iglesia, en el decurso de los siglos, tiende constantemente a la plenitud de la verdad divina, hasta que en ella se cumplan las palabras de Dios.
Las enseñanzas de los Santos Padres testifican la presencia viva de esta tradición, cuyos tesoros se comunican a la práctica y a la vida de la Iglesia creyente y orante. Por esta Tradición conoce la Iglesia el Canon íntegro de los libros sagrados, y la misma Sagrada Escritura se va conociendo en ella más a fondo y se hace incesantemente operativa, y de esta forma, Dios, que habló en otro tiempo, habla sin intermisión con la Esposa de su amado Hijo; y el Espíritu Santo, por quien la voz del Evangelio resuena viva en la Iglesia, y por ella en el mundo, va induciendo a los creyentes en la verdad entera, y hace que la palabra de Cristo habite en ellos abundantemente (cf. Col., 3,16)."
El Concilio Vaticano II reconoce que la Iglesia de Roma conoció el canon gracias al proceso de discernimiento vivido por la tradición apostólica, de la cual, para no quedar ajena a la determinación, insinúa apropiarse.
Tengamos presente, por supuesto, la tremenda influencia de la filosofía aristotélica aplicada, en el desarrollo de las explicaciones y fundamentaciones de la Iglesia de Roma.
Si queremos profundizar en la idea de fondo (no en la superficie) que pretende expresar esta declaración, y tomando como premisa que la misma Iglesia de Roma dice que "no cambia", vayamos a buscar una definición sobre el mismo tema pero efectuada casi UN SIGLO ANTES, en el Concilio Vaticano I. Aquí la expresión, si bien sería en el mismo sentido que la Dei Verbum, es mucha más diáfana y directa, y no deja lugar a dudas o falsas interpretaciones. En este Concilio la Iglesia de Roma RECONOCE que los libros son inspirados y canónico NO porque ella así lo haya aprobado, sino porque con esa distinción fue recibido por la misma Iglesia (de Roma). Dice el Concilio Vaticano I (Año 1870, resaltados añadidos):
«...Ahora bien, la Iglesia los tiene por sagrados y canónicos, no porque compuestos por sola industria humana, hayan sido luego aprobados por ella; ni solamente porque contengan la revelación sin error; sino porque escritos por inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios por autor, y como tales han sido transmitidos a la misma Iglesia [Can. 4].»
Concilio Vaticano I, Sesión III (24/08/1870), Capítulo II "De la Revelación", Canon 4. http://www.conoze.com/doc.php?doc=993
La tergiversación hecha en el Catecismo, que la Conclusión del escrito de JMARRAIZ reproduce, queda más que expuesta al leer estos 2 textos, ya citados en varias oportunidades en este tema.
El Concilio Vaticano I afirma que la Iglesia (de Roma) no definió (aprobando o desaprobando) los libros que incluyen el canon, sino que así lo recibió, así le fue transmitido.
El Concilio Vaticano II (Dei Verbum) afirma que la Iglesia conoce el canon inspirado, gracias a la tradición (apostólica).
En estos 2 documentos la Iglesia no reconoce haber discernido (decidido ) nada, sino que
así fue recibido por ella (de la tradición apostólica)
El Catecismo, citando falazmente a la Dei Verbum, escribe que
"la Iglesia (de Roma)
discernió". Esto es falso, conforme las 2 declaraciones oficiales de los últimos Concilio celebrados.
CIC 120 La Tradición apostólica hizo discernir a la Iglesia qué escritos constituyen la lista de los Libros Santos (cf. DV 8,3). Esta lista integral es llamada "Canon" de las Escrituras. Comprende para el Antiguo Testamento 46 escritos (45 si se cuentan Jr y Lm como uno solo), y 27 para el Nuevo (cf. DS 179; 1334-1336; 1501-1504):<o></o>
Al decir "hizo discernir a la Iglesia (de Roma)" está queriendo significar que con la "ayuda" de la tradición la Iglesia (de Roma)
decidió cuáles libros eran canónico y cuáles no lo eran. Y
esto es insostenible desde el punto de vista de las afirmaciones de ambos Concilios vaticanos.
Segundo error:
JMARRAIZ dijo:
"El hecho de que los protestantes acepten el canon del Nuevo Testamento establecido por la Iglesia en los concilios de Concilio de Hipo, en el año 393 A.D. y el Concilio de Cartago, en el año 397 y 419 A.D,..."
Establecer:
(Dellat. *stabiliscĕre, de stabilīre). 1. tr. Fundar, instituir.
2. tr. Ordenar, mandar, decretar.
(Diccionario de la real Academia. www.rae.es)
Conforme a lo que ya fue demostrado anteriormente, admitido por los últimos 2 Concilio de la Iglesia de Roma, dicha Institución ni estableció, ni ordenó, ni decretó el canon del Nuevo Testamento.
Esta nueva y última afirmación de JMARRAIZ, concordante con su expresión primaria de que "
Lo que hace un libro inspirado es el juicio de la Iglesia y su poder de “atar y desatar” al final de la conclusión en el
aporte 1 (conclusión ahora modificada), tergiversa claramente lo que la misma Iglesia conciliar reconoció.
Detrás de este desarrollo puede venir el río de tinta que cualquiera desee (con todo derecho), pero las afirmaciones de la pretendida
"Semper Eadem" Iglesia de Roma están allí escritas. Y a confesión de partes, relevo de pruebas.
Bendiciones en Cristo