Hola Billy. Ese no es el método adventista. Ese es un método evangélico utilizado, por ejemplo, en
esta página. Capaz que los años que llevas fuera del adventismo ya te hicieron olvidar el tema. ¡Naa Billy, no te me oxides!
Según entendemos los adventistas, al aplicar el principio día por año a una profecía
se transforma un día solar en un año solar, no en un año de 360 días.
Fijate lo que dice 4 CBA, p. 860:
Sin embargo, no debe confundirse un año profético de 360 días ó 12 meses de 30 días cada uno con el año judío, que era un año lunar de extensión variable (tenía meses de 29 y de 30 días), ni con el calendario solar de 365 días (ver t. 11, pp. 114-115). Un año profético significa 360 días proféticos, pero un día profético representa un año solar.
Pongo la explicación del tomo 2 (mal puesto 11), páginas 114-115 que dice "ver":
Puesto que da lugar a equívocos, debe explicarse que la Biblia no da ninguna indicación de que el año profético de 12 meses de 30 días hubiese tenido relación alguna con el año calendario hebreo. Existen algunas pocas antiguas tradiciones que dicen que antes el año tenía 360 días. No queda claro si esto es meramente un reflejo del año solar egipcio, descontando los 5 días adicionales al final, o si se refiere a un auténtico año de 360 días que no armonizó nunca ni con la Luna ni con las estaciones. Pero no hay hechos sólidos sobre los cuales basar tal método de cómputo, y de ninguna manera se lo puede atribuir a los hebreos, quienes siempre parecen haber relacionado el mes con la luna nueva (ver pág. 105).
La mención de un período de 150 días durante el diluvio, que parece haber correspondido con 5 meses, no significa necesariamente que el calendario antediluviano conocido por Noé tuviese meses uniformes de 30 días cada uno. También se ha interpretado que el período indica un año lunar desacostumbrado o un año solar de 365 días (ver t. I, pág. 193). Sea como fuere, nada tiene que ver con el calendario lunar usado mucho después por los hebreos. Es imposible hacer armonizar un año de 360 días y meses de 30 días con los meses medidos por la Luna. Por la misma naturaleza del caso, un año o un mes profético, donde está implicado el principio de día por año, debe contener un número fijo de días simbólicos si se ha de conocer la duración del período. Un período profético tal no puede basarse en un calendario lunar cuyos meses y años son variables. Puede entenderse un cómputo de meses teóricos de 30 días cada uno, y a la verdad esto resulta lógico, pues en tiempos posteriores las expresiones judías implican que el mes debía tener 30 días. Los judíos hablaban de dos tipos de meses: el "completo", de 30 días, y el "hueco", o deficiente, de 29 días. Es posible, aunque de ello no hay evidencia, que los hebreos hubieran usado para el comercio un mes teórico de 30 días, como lo hicieron los babilonios. Aún hoy calculamos los intereses de una suma de dinero como si los meses tuviesen todos 30 días, aunque ya se sabe que no todos los tienen.
No se da directamente en la Biblia la duración del año ni del mes proféticos, pero ello puede deducirse de varios períodos proféticos que son equivalentes. Ya que en estas profecías 31/2 tiempos corresponden con 1260 días (Apoc. 12: 6, 14), y 42 meses son también 1260 días (Apoc. 11: 2, 3), deben ser períodos de igual duración. Puesto que los 42 meses son 31/2 años, los 31/2 tiempos deben ser también 31/2 años. Además, ya que los 31/2 años y los 42 meses equivalen a 1260 días, es evidente que un año de este tipo tiene 360 días, y un mes, 30. Hace siglo y medio, muchos de los que escribieron sobre profecía creyeron que el año profético de 360 días era el año calendario judío, pero no entendían la naturaleza del calendario lunar usado por los hebreos. No deberían citarse tales afirmaciones anticuadas. El mes y el año proféticos se basan en la Biblia misma.
Por lo tanto para el cálculo de los 2300 años, no hacemos 2300x360 días. Son 2300 años solares (¡si en verdad lo hiciéramos así caeríamos en 1811 y no en 1844!).
Como dice William Shea en SSPI, p. 168 acerca de los 2300 años:
Lo que en realidad queremos saber es, dado un número total de 2300 años solares transcurridos, ¿cómo se relacionaban entre ellas las nuevas lunas de los mismos meses de los años al principio, y al final, de este período entero?
Como verás, tampoco es que contamos 2300 x
365,2422 días desde la fecha del edicto y caemos el 22 de octubre de 1844. Lo que buscamos es en que fecha caería el Yom Kippur en 1844, que es lo que importa. Pues la muerte de Jesús no se produjo exáctamente 63+3,5 = 66.5 semanas (de años) después del edicto (la mitad de la última de las 70 semanas) en el sentido de que no fue ni un día más ni un día menos. Sino que se produjo muy cerca de esa fecha pero el día
cuando cayó la Pascua. O sea, el día que se sacrificaba el cordero pascual al que el sacrificio de Cristo representaba.
Por lo tanto entendemos que el Yom Kippur del santuario celestial ocurriría en el mismo día que tendría que haber caído el terrenal.