El crecer en fe es un proceso y Dios sabe perfectamente bien si estamos insertos en eso proceso o no.El dejar de pecar es un proceso, y no se da de la noche a la mañana.
Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.
Aparte Dios no tiene ningún apuro.
Pude tomarte el tiempo que sea mientras la gracia te justifique.
Pero Jesús no puede ser burlado.
De todos modos aún los que se someten a la ley sin conocer la rigidez de la ley, en su corazón invocan la gracia de Jesús, cada vez que violan esa ley a la que se someten sin el menor entendimiento.
ROMANOS 6
12 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; 13 ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. 14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
Cuando los esclavos negros norteamericanos fueron declarados hombres libres siguieron por siglos con conductas esclavas.
Hoy aún pueden muchos sentirse esclavos en algún aspecto.
El tema es creer y afirmarse en eso.
Lo primero que debenos entender es que bajo la gracia no hay ley y como no hay ley nada se puede imputar como pecado.
Entonces el que peca es el viejo hombre que está bajo la ley.
El nacido de nuevo no peca sino que defrauda a su Señor que es peor.
Le falla a Cristo.
Cuando yo peco en realidad no peco porque ya no estoy bajo la ley ni tampoco puedo crucificar a Cristo cada vez.
No estoy abusando de la ley sino de Cristo.
No estoy defraudado a la LEY sino a la GRACIA.
HEBREOS 10
26 Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, 27 sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. 28 El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. 29 ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? 30 Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. 31 ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!