Leamos la BIBLIA

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<span style="font-size:280%;color:#cc0000;"><strong><em>BUENOS DÍAS:</em></strong></span>

<div align="center"><span style="font-size:200%;color:#cc0000;"><strong><em>Meditación de hoy.</em></strong></span>

 
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Buenos y feliz día:


Lecturas del 05/10/2010 Martes de la 27ª Semana de Tiempo Ordinario. Témporas de acción de gracias y de petición.





1ª lectura: Lectura del libro del Deuteronomio 8, 7-18

Dios te da la fuerza para crearte estas riquezas


Habló Moisés al pueblo, diciendo: -«Cuando el Señor, tu Dios, te introduzca en la tierra buena, tierra de torrentes, de fuentes y veneros que manan en el monte y la llanura, tierra de trigo y cebada, de viñas, higueras y granados, tierra de olivares y de miel, tierra en que no comerás tasado el pan, en que no carecerás de nada, tierra que lleva hierro en sus rocas, y de cuyos montes sacarás cobre, entonces comerás hasta hartarte, y bendecirás al Señor, tu Dios, por la tierra buena que te ha dado. Pero cuidado, no te olvides del Señor, tu Dios, siendo infiel a los preceptos, mandatos y decretos que yo te mando hoy. No sea que, cuando comas hasta hartarte, cuando te edifiques casas hermosas y las habites, cuando críen tus reses y ovejas, aumenten tu plata y tu oro, y abundes de todo, te vuelvas engreído y te olvides del Señor, tu Dios, que te sacó de Egipto, de la esclavitud, que te hizo recorrer aquel desierto inmenso y terrible, con dragones y alacranes, un sequedal sin una gota de agua, que sacó agua para ti de una roca de pedernal; que te alimentó en el desierto con un maná que no conocían tus padres, para afligirte y probarte, y para hacerte el bien al final. Y no digas: “Por mi fuerza y el poder de mi brazo me he creado estas riquezas. “ Acuérdate del Señor, tu Dios: que es él quien te da la fuerza para crearte estas riquezas, y así mantiene la promesa que hizo a tus padres, como lo hace hoy.»




2ª lectura: Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 5, 17-21

Os pedimos que os reconciliéis con Dios


Hermanos: El que es de Cristo es una criatura nueva. Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado. Todo esto viene de Dios, que por medio de Cristo nos reconcilió consigo y nos encargó el ministerio de la reconciliación. Es decir, Dios mismo estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, sin pedirle cuentas de sus pecados, y a nosotros nos ha confiado la palabra de la reconciliación. Por eso, nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es corno si Dios mismo os exhortara por nuestro medio. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios. Al que no había pecado Dios lo hizo expiación por nuestro pecado, para que nosotros, unidos a él, recibamos la justificación de Dios.




Evangelio: Lectura del santo evangelio según san Mateo 7, 7-11

Quien pide recibe


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre. Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le va a dar una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre del cielo dará cosas buenas a los que le piden!»

Palabra del Señor.
 
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Buenos y feliz día:


Lecturas del 06/10/2010 Miércoles de la 27ª Semana de Tiempo Ordinario.




1ª lectura: Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 2, 1-2. 7-14

Reconocieron el don que he recibido


Hermanos: Transcurridos catorce años, subí otra vez a Jerusalén en compañía de Bernabé, llevando también a Tito. Subí por una revelación. Les expuse el Evangelio que predico a los gentiles, aunque en privado, a los más representativos, por si acaso mis afanes de entonces o de antes eran vanos. Al contrario, vieron que Dios me ha encargado de anunciar el Evangelio a los gentiles, como a Pedro de anunciarlo a los judíos; el mismo que capacita a Pedro para su misión entre los judíos me capacita a mí para la mía entre los gentiles. Reconociendo, pues, el don que he recibido, Santiago, Pedro y Juan, considerados como columnas, nos dieron la mano a Bernabé y a mí en señal de solidaridad, de acuerdo en que nosotros fuéramos a los gentiles y ellos a los judíos. Una sola cosa nos pidieron: que nos acordáramos de sus pobres, esto lo he tomado muy a pecho. Pero cuando Pedro llegó a Antioquia, tuve que encararme con él, porque era reprensible. Antes de que llegaran ciertos individuos de parte de Santiago, comía con los gentiles; pero cuando llegaron aquéllos, se retrajo y se puso aparte, temiendo a los partidarios de la circuncisión. Los demás judíos lo imitaron en esta simulación, tanto que el misino Bernabé se vio arrastrado con ellos a la simulación. Ahora que, cuando yo vi que su conducta no cuadraba con la verdad del Evangelio, le dije a Pedro delante de todos: -«Si tú, siendo judío, vives a lo gentil y no a lo judío, ¿cómo fuerzas a los gentiles a las prácticas judías?»




Evangelio: Lectura del santo evangelio según san Lucas 11, 1-4

Señor, enséñanos a orar


Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: -«Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos.» Él les dijo: -«Cuando oréis decid: “Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la tentación.” »

Palabra del Señor.
 
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Buenos y feliz día:


Lecturas del 07/10/2010 Jueves de la 27ª Semana de Tiempo Ordinario.




1ª lectura: Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 3, 1-5

¿Recibisteis el Espíritu por observar la ley, o por haber respondido a la fe?


¡Insensatos gálatas! ¿Quién os ha embrujado? ¡Y pensar que ante vuestros ojos presentamos la figura de Jesucristo en la cruz! Contestadme a una sola pregunta: ¿recibisteis el Espíritu por observar la ley, o por haber respondido a la fe? ¿Tan estúpidos sois? ¡Empezasteis por el espíritu para terminar con la carne! ¡Tantas magníficas experiencias en vano! Si es que han sido en vano. Vamos a ver: Cuando Dios os concede el Espíritu y obra prodigios entre vosotros, ¿por qué lo hace? ¿Porque observáis la ley, o porque respondéis a la fe?




Evangelio: Lectura del santo evangelio según san Lucas 11, 5-13

Pedid y se os dará


En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos: -«Si alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche para decirle: “Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle.” Y, desde dentro, el otro le responde: “No me molestes; la puerta está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos.” Si el otro insiste llamando, yo os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se levantará y le dará cuanto necesite. Pues así os digo a vosotros: Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca halla, y al que llama se le abre. ¿Qué padre entre vosotros, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿0 si le pide un pez, le dará una serpiente? ¿0 si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden? »

Palabra del Señor.
 
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Buenos y feliz día:


Lecturas del 08/10/2010 Viernes de la 27ª Semana de Tiempo Ordinario.




1ª lectura: Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 3, 7-14

Son los hombres de fe los que reciben la bendición con Abrahán, el fiel


Hermanos: Comprended de una vez que hijos de Abrahán son los hombres de fe. Además, la Escritura, previendo que Dios justificaría a los gentiles por la fe, le adelantó a Abrahán la buena noticia: «Por ti serán benditas todas las naciones.» Así que son los hombres de fe los que reciben la bendición con Abrahán, el fiel. En cambio, los que se apoyan en la observancia de la ley tienen encima una maldición, porque dice la Escritura: «Maldito el que no cumple todo lo escrito en el libro de la ley.» Que en base a la ley nadie se justifica ante Dios es evidente, porque lo que está dicho es que «el justo vivirá por su fe», y la ley no arranca de la fe, sino que «el que la cumple vivirá por ella.» Cristo nos rescató de la maldición de la ley, haciéndose por nosotros un maldito, porque dice la Escritura: «Maldito todo el que cuelga de un árbol.» Esto sucedió para que, por medio de Jesucristo, la bendición de Abrahán alcanzase a los gentiles, y por la fe recibiéramos el Espíritu prometido.




Evangelio: Lectura del santo evangelio según san Lucas 11, 15-26

Si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros


En aquel tiempo, habiendo echado Jesús un demonio, algunos de entre la multitud dijeron: -«Si echa los demonios es por arte de Belcebú, el príncipe de los demonios.» Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo en el cielo. Él, leyendo sus pensamientos, les dijo: -«Todo reino en guerra civil va a la ruina y se derrumba casa tras casa. Si también Satanás está en guerra civil, ¿cómo mantendrá su reino? Vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belcebú; y, si yo echo los demonios con el poder de Belcebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros. Pero, si otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte el botín. El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama. Cuando un espíritu inmundo sale de un hombre, da vueltas por el desierto, buscando un sitio para descansar; pero, como no lo encuentra, dice: “Volveré a la casa de donde salí.” Al volver, se la encuentra barrida y arreglada. Entonces va a coger otros siete espíritus peores que él, y se mete a vivir allí. Y el final de aquel hombre resulta peor que el principio.»

Palabra del Señor.
 
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Buenos y feliz día:


Lecturas del 09/10/2010 Sábado de la 27ª Semana de Tiempo Ordinario.




1ª lectura: Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 3, 22-29

Todos sois hijos de Dios por la fe


Hermanos: La Escritura presenta al mundo entero prisionero del pecado, para que lo prometido se dé por la fe en Jesucristo a todo el que cree. Antes de que llegara la fe estábamos prisioneros, custodiados por la ley, esperando que la fe se revelase. Así, la ley fue nuestro pedagogo hasta que llegara Cristo y Dios nos justificara por la fe. Una vez que la fe ha llegado, ya no estamos sometidos al pedagogo, porque todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús. Los que os habéis incorporado a Cristo por el bautismo os habéis vestido de Cristo. Ya no hay distinción entre judíos y gentiles, esclavos y libres, hombres y mujeres, porque todos sois uno en Cristo Jesús. Y, si sois de Cristo, sois descendencia de Abrahán y herederos de la promesa.




Evangelio: Lectura del santo evangelio según san Lucas 11, 27-28

Dichoso el vientre que te llevó. Mejor, dichosos los que escuchan la palabra de Dios


En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a las gentes, una mujer de entre el gentío levantó la voz, diciendo: -«Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron.» Pero él repuso: -«Mejor, dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen. »

Palabra del Señor.
 
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Buenos y feliz día:


Lecturas del 10/10/2010, Domingo de la 28ª Semana de Tiempo Ordinario.





1ª lectura: Lectura del segundo libro de los Reyes 5, 14-17

Volvió Naamán al profeta y alabó al Señor


En aquellos días, Naamán de Siria bajó al Jordán y se bañó siete veces, como había ordenado el profeta Elíseo, y su carne quedó limpia de la lepra, como la de un niño. Volvió con su comitiva y se presentó al profeta, diciendo: - «Ahora reconozco que no hay dios en toda la tierra más que el de Israel. Acepta un regalo de tu servidor.» Eliseo contestó: - « ¡Vive Dios, a quien sirvo! No aceptaré nada.» Y aunque le insistía, lo rehusó. Naamán dijo: - «Entonces, que a tu servidor le dejen llevar tierra, la carga de un par de mulas; porque en adelante tu servidor no ofrecerá holocaustos ni sacrificios a otros dioses fuera del Señor.»




2ª lectura: Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 2, 8-13

Si perseveramos, reinaremos con Cristo


Querido hermano: Haz memoria de Jesucristo, resucitado de entre los muertos, nacido del linaje de David. Éste ha sido mi Evangelio, por el que sufro hasta llevar cadenas, como un malhechor; pero la palabra de Dios no está encadenada: Por eso lo aguanto todo por los elegidos, para que ellos también alcancen la salvación, lograda por Cristo Jesús, con la gloria eterna. Es doctrina segura: Si morimos con él, viviremos con él. Si perseveramos, reinaremos con él. Si lo negamos, también él nos negará. Si somos infieles, él permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo.




Evangelio: Lectura del santo evangelio según san Lucas 17, 11-19

¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?


Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando iba a entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: - «Jesús, maestro, ten compasión de nosotros.» Al verlos, les dijo: - «ld a presentaros a los sacerdotes.» Y, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias. Éste era un samaritano. Jesús tomó la palabra y dijo: - « ¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?» Y le dijo: - «Levántate, vete; tu fe te ha salvado.»

Palabra del Señor.
 
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<span style="font-family:lucida grande;font-size:380%;color:#009900;"><strong><em>AGRADECIMIENTO</em></strong></span>​
</div><p align="justify"><span style="font-size:180%;color:#ff0000;"><strong><em>LA GRATITUD</em></strong></span>

Vaya por delante que durante los últimos lustros hemos ido estrechando el espacio de la gratitud a favor de un mercantilismo materialista. Todo se compra, vende, invierte, presta. Hasta los mismos regalos entran en este juego de intereses: <span style="color:#3366ff;"><strong><em>“te doy, porque me das o me vas a dar”.
</em></strong></span>Y esta cultura ha empapado de tal manera nuestra sociedad occidental que quedamos atrapados en un callejón sin salida, inmersos en derechos y reivindicaciones, con un denominador común: el egoísmo.
Y seguimos educando a los niños en esta dinámica, alimentando su <span style="color:#cc0000;"><strong><em>“ego”</em></strong></span> complaciendo todas sus exigencias e intentando ganarnos así su cariño. ¡Grave error!
Por eso quien regala algo sin esperar nada a cambio aparece como sospechoso de encubrir intenciones torcidas...
La lección que nos ofrece la liturgia de hoy puede abrirnos los ojos al sentido auténtico de la gratitud.

<span style="font-size:180%;color:#ff0000;"><strong><em>NAAMÁN, EL SIRIO</em></strong></span>

Naamán siente en su interior que el Dios que es capaz de curar su enfermedad por las palabras de un profeta y utilizando las aguas del Jordán, río de escaso caudal, sólo puede ser el Dios verdadero, el Dios de la gracia y de la vida.
Además, el profeta Eliseo, el servidor de Dios, sólo admite una paga: el reconocimiento del Dios de Israel.
Naamán retorna curado a Siria, dando gracias por el incalculable don recibido.
<span style="color:#3333ff;"><strong><em>¡Cuánto debemos reconocer cada uno de nosotros los regalo recibidos, empezando por nuestros padres, abuelos, miembros de nuestra familia, educadores, amigos...!</em></strong></span>
Algunos de éstos probablemente hayan muerto, y no obtuvieron en vida el agradecimiento que merecían por sus buenas acciones. <span style="color:#3333ff;"><strong><em>¡Qué vacío dejaron!</em></strong></span>
Por algo dice el refrán que <span style="color:#cc0000;"><strong><em>“es de bien nacidos ser agradecidos” </em></strong></span>y que <span style="color:#cc0000;"><strong><em>“hay más alegría en dar que en recibir”.
</em></strong></span>Esto ocurre cuando el alma se abandona a la voluntad de Dios y busca su presencia en el hermano, especialmente en el necesitado. No desea recompensa humana, porque sabe que su riqueza es Dios.
Quizás el estado de bienestar nos ha vuelto más insensibles que antaño para curar las heridas del corazón a quienes se sienten solos y abandonados.
Ahora, que mucha gente se ha quedado sin trabajo, sin casa, y, a veces, sin familia, tiene más sentido el don de la gratuidad, que lleva implícito la satisfacción del deber humanitario cumplido.

<span style="font-size:180%;color:#ff0000;"><strong><em>DAR GRACIAS A JESUCRISTO</em></strong></span>

Nos lo recuerda la Carta de San Pablo a Timoteo.
Cristo, que entró en nuestra vida mediante el bautismo, ha ido empapando nuestra existencia y nos ha transformado con su mensaje de amor; nos ha regalado la fe y la esperanza; nos ha protegido misteriosamente, y continuará siendo el compañero diario de nuestro itinerario vital hasta que El nos llame.
Le reconocemos como Señor y Salvador, con la boca pequeña y con la grande.
Los domingos nos llenamos de frases hechas: <span style="color:#cc0000;"><strong><em>“te doy gracias, Señor”, “te damos gracias”.</em></strong></span> <strong>¿Es por rutina o por convicción personal?</strong>
No está de más que San Pablo reitere la expresión: “hacer memoria”, porque somos muy olvidadizos.
La fórmula ritual que repetimos cada domingo en la Eucaristía: <span style="color:#3333ff;"><strong><em>“Por Cristo, con El y en El, a ti, Dios Padre Omnipotente, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos”,</em></strong></span> es una llamada al reconocimiento actualizado de <span style="color:#3333ff;"><strong><em>"dar gracias".</em></strong></span> Y <span style="color:#3333ff;"><strong><em>"es justo y necesario,"</em></strong></span> como reiteran las palabras del prefacio.

<span style=" font-size:180%;color:#ff0000;"><strong><em>CAMINO DE JERUSALÉN</em></strong></span>

San Lucas enmarca el milagro de la curación de los diez leprosos en el camino hacia Jerusalén.
Jerusalén, la Ciudad Santa, será testigo de la consumación de la Redención con la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Hacia ahí converge la misión final de Jesús, de la que nadie le puede apartar.
El camino es un lugar de encuentro de transeúntes y, para el evangelista, escenario de la misericordia, la compasión y el perdón.
Los personajes son diez leprosos: nueve judíos y un samaritano.
La lepra despertaba un profundo estigma social. Era una enfermedad repelente, por los malos olores originados por las llagas y, para la gente de aquel tiempo, incurable. Se confinaba a los infectados en lugares alejados de la población. La ley prohibía su incorporación a la sociedad hasta ser curados. Para ello debían obtener un certificado de curación que expedían los sacerdotes.
A los dolores físicos, se añadían los morales, por la terrible marginación.
Conocemos películas como <span style="color:#cc0000;"><strong><em>“Ben-Hur” o “Molokai, la isla maldita”</em></strong></span> donde se aborda la realidad de la lepra.
Los diez son curados por Jesús. Los nueve judíos siguen a Jerusalén sin volver la vista atrás, gozosos de convertirse en personas normales. El samaritano, retorna a Jesús y da gracias de corazón al tiempo que adora a Dios.
Aquí convergen dos versiones religiosas: la judía, que tiene por centro la Ley y Jerusalén, y la samaritana, cuyo centro radica en el Monte Garizin.
Ambas adoran a Yahvé, pero con mentalidad distinta.
El samaritano no se siente atado por leyes esclavizantes, y es libre para expresar el sentir de su corazón. El judío, en cambio, no da un paso adelante si no es avalado por la Ley.
Lo que en el fondo nos está transmitiendo el evangelio, y que San Pablo profundiza en su Carta a los Romanos, es que la mera Ley no salva, sino la fe acompañada de las buenas obras.
El samaritano, considerado como extranjero, se adentra en la larga caravana de los salvados que saben interpretar el paso de Jesús, camino de la vida eterna.

También en nuestra vida, al igual que con los nueve judíos, hay mecanismos sicológicos que bloquean nuestro agradecimiento. Se refleja en olvidarnos del dolor que padecimos el día anterior cuando recobramos la salud o en ignorar las escaseces sufridas cuando nadamos en la abundancia.

Todos hemos vivido lo que llamamos <span style="color:#cc0000;"><strong><em>“casualidades”,</em></strong></span> momentos en los que hemos percibido la cercanía de Dios, actos reflejos clarividentes, no habituales, alerta de un peligro, empatías, encuentros que nos han cambiado... Algo así como <span style="color:#cc0000;"><strong><em>“pequeños milagros”.
</em></strong></span>La vida misma, el orden de la naturaleza, la sucesión de las estaciones... Todo, en una visión de fe, es motivo más que suficiente para dar gracias a Dios por el inmenso don que nos ha sido regalado por su “mano” providente. </p><p align="center"><span style="font-size:380%;color:#009900;"><strong><em>¡Feliz Domingo!
</p></em></strong></span>
 
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Buenos y feliz día:


Lecturas del 11/10/2010 Lunes de la 28ª Semana de Tiempo Ordinario.




1ª lectura: Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 4, 22-24. 26-27. 31-5, 1

No somos hijos de la esclava, sino de la mujer libre


Hermanos: En la Escritura se cuenta que Abrahán tuvo dos hijos, uno de la esclava y otro de la libre; el hijo de la esclava nació de modo natural, y el de la libre por una promesa de Dios. Esto tiene un significado: Las dos mujeres representan dos alianzas. Agar, la que engendra hijos para la esclavitud, significa la alianza del Sinaí. La Jerusalén de arriba es libre; ésa es nuestra madre, como dice la Escritura: «Alégrate, estéril, que no das a luz, rompe a gritar, tú que no conocías los dolores de parto, porque la abandonada tiene más hijos que la que vive con el marido.» Resumiendo, hermanos, no somos hijos de la esclava, sino de la mujer libre. Para vivir en libertad, Cristo nos ha liberado. Por tanto, manteneos firmes, y no os sometáis de nuevo al yugo de la esclavitud.




Evangelio: Lectura del santo evangelio según san Lucas 11, 29-32

A esta generación no se le dará más signo que el signo de Jonás


En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles: -«Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. Cuando sean juzgados los hombres de esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que los condenen; porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Cuando sea juzgada esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que los condenen; porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás.»

Palabra del Señor.
 
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Buenos y feliz día:


Lecturas del 12/10/2010 Martes de la 28ª Semana de Tiempo Ordinario. Nuestra Señora del Pilar




1ª lectura: Lectura del primer libro de las Crónicas 15, 3-4. 15-16; 16, 1-2

Metieron el arca de Dios y la instalaron en el centro de la tienda que David le había preparado


En aquellos días, David congregó en Jerusalén a todos los israelitas, para trasladar el arca del Señor al lugar que le habla preparado. Luego reunió a los hijos de Aarón y a los levitas. Luego los levitas se echaron los varales a los hombros y levantaron en peso el arca de Dios, tal como habla mandado Moisés por orden del Señor. David mandó a los jefes de los levitas organizar a los cantores de sus familias, para que entonasen cantos festivos acompañados de instrumentos, arpas, cítaras y platillos. Metieron el arca de Dios y la instalaron en el centro de la tienda que David le habla preparado. Ofrecieron holocaustos y sacrificios de comunión a Dios y, cuando David terminó de ofrecerlos, bendijo al pueblo en nombre del Señor.




Evangelio: Lectura del santo evangelio según san Lucas 11, 27-28

Dichoso el vientre que te llevó


En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de entre el gentío levantó la voz, diciendo: -«Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron.» Pero él repuso: -«Mejor, dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen.»

Palabra del Señor.
 
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Buenos y feliz día:


Lecturas del 13/10/2010 Miércoles de la 28ª Semana de Tiempo Ordinario.




1ª lectura: Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 5, 18-25

Los que son de Cristo han crucificado su carne con sus pasiones


Hermanos: Si os guía el Espíritu, no estáis bajo el dominio de la ley. Las obras de la carne están patentes: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, enemistades, contiendas, envidias, rencores, rivalidades, partidismo, sectarismo, discordias, borracheras, orgías y cosas por el estilo. Y os prevengo, como ya os previne, que los que así obran no heredarán el reino de Dios. En cambio, el fruto del Espíritu es: amor, alegría, paz, comprensión, servicialidad, bondad, lealtad, amabilidad, dominio de si. Contra esto no va la ley. Y los que son de Cristo Jesús han crucificado su carne con sus pasiones y sus deseos. Si vivimos por el Espíritu, marchemos tras el Espíritu.




Evangelio: Lectura del santo evangelio según san Lucas 11, 42-46

¡Ay de vosotros, fariseos! ¡Ay de vosotros también, maestros de la Ley!


En aquel tiempo, dijo el Señor: -« ¡Ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de toda clase de legumbres, mientras pasáis por alto el derecho y el amor de Dios! Esto habría que practicar, sin descuidar aquello. ¡Ay de vosotros, fariseos, que os encantan los asientos de honor en las sinagogas y las reverencias por la calle! ¡Ay de vosotros, que sois como tumbas sin señal, que la gente pisa sin saberlo! » Un maestro de la Ley intervino y le dijo: -«Maestro, diciendo eso nos ofendes también a nosotros.» Jesús replicó: -« ¡Ay de vosotros también, maestros de la Ley, que abrumáis a la gente con cargas insoportables, mientras vosotros no las tocáis ni con un dedo! »

Palabra del Señor.