Leamos la BIBLIA

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Buenos y feliz día:


Lecturas del 14/10/2010 Jueves de la 28ª Semana de Tiempo Ordinario.




1ª lectura: Comienzo de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 1, 1-10

Nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo


Pablo, apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, a los santos y fieles en Cristo Jesús, que residen en Éfeso. Os deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo. Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra.




Evangelio: Lectura del santo evangelio según san Lucas 11, 47-54

Se pedirá cuenta de la sangre de los profetas, desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías


En aquel tiempo, dijo el Señor: -« ¡Ay de vosotros, que edificáis mausoleos a los profetas, después que vuestros padres los mataron! Así sois testigos de lo que hicieron vuestros padres, y lo aprobáis; porque ellos los mataron, y vosotros les edificáis sepulcros. Por algo dijo la sabiduría de Dios: “Les enviaré profetas y apóstoles; a algunos los perseguirán y matarán”; y así, a esta generación se le pedirá cuenta de la sangre de los profetas derramada desde la creación del mundo; desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías, que pereció entre el altar y el santuario. Sí, os lo repito: se le pedirá cuenta a esta generación. ¡Ay de vosotros, maestros de la Ley, que os habéis quedado con la llave del saber; vosotros, que no habéis entrado y habéis cerrado el paso a los que intentaban entrar!» Al salir de allí, los escribas y fariseos empezaron a acosarlo y a tirarle de la lengua con muchas preguntas capciosas, para cogerlo con sus propias palabras.

Palabra del Señor.
 
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Buenos y feliz día:


Lecturas del 15/10/2010 Viernes de la 28ª Semana de Tiempo Ordinario. Santa Teresa de Jesús





1ª lectura: Lectura del libro del Eclesiástico 15, 1-6

Lo llena de sabiduría e inteligencia


El que teme al Señor obrará así, observando la ley, alcanzará la sabiduría. Ella le saldrá al encuentro como una madre y lo recibirá como la esposa de la juventud; lo alimentará con pan de sensatez y le dará a beber agua de prudencia; apoyado en ella no vacilará y confiado en ella no fracasará; lo ensalzará sobre sus compañeros, para que abra la boca en la asamblea; lo llena de sabiduría e inteligencia, lo cubre con vestidos de gloria; alcanzará gozo y alegría, le dará un nombre perdurable.




Evangelio: Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 25-30

Soy manso y humilde de corazón


En aquel tiempo, exclamó Jesús: -«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. SI, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»

Palabra del Señor.
 
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Buenos y feliz día:


Lecturas del 16/10/2010 Sábado de la 28ª Semana de Tiempo Ordinario.





1ª lectura: Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 1, 15-23

Dio a Cristo como cabeza, sobre todo, a la Iglesia, que es su cuerpo


Hermanos: Yo, que he oído hablar de vuestra fe en el Señor Jesús y de vuestro amor a todos los santos, no ceso de dar gracias por vosotros, recordándoos en mi oración, a fin de que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de vuestro corazón, para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos, y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para nosotros, los que creemos, según la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo, por encima de todo principado, potestad, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no sólo en este mundo, sino en el futuro. Y todo lo puso bajo sus pies, y lo dio a la Iglesia, como cabeza, sobre todo. Ella es su cuerpo, plenitud del que lo acaba todo en todos.




Evangelio: Lectura del santo evangelio según san Lucas 12, 8-12

El Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Si uno se pone de mi parte ante los hombres, también el Hijo del hombre se pondrá de su parte ante los ángeles de Dios. Y si uno me reniega ante los hombres, lo renegarán a él ante los ángeles de Dios. Al que hable contra el Hijo del hombre se le podrá perdonar, pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará. Cuando os conduzcan a la sinagoga, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de lo que vais a decir, o de cómo os vais a defender. Porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir.»

Palabra del Señor.
 
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Buenos y feliz día:


Lecturas del 18/10/2010 Lunes de la 29ª Semana de Tiempo Ordinario. San Lucas, evangelista





1ª lectura: Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 4, 9-17a

Sólo Lucas está conmigo


Querido hermano: Dimas me ha dejado, enamorado de este mundo presente, y se ha marchado a Tesalónica; Crescente se ha ido a Galacía; Tito, a Dalmacia; sólo Lucas está conmigo. Coge a Marcos y tráetelo contigo, pues me ayuda bien en la tarea. A Tíquico lo he mandado a Éfeso. El abrigo que me dejé en Troas, en casa de Carpo, tráetelo al venir, y los libros también, sobre todo los de pergamino. Alejandro, el metalúrgico, se ha portado muy mal conmigo; el Señor le pagará lo que ha hecho. Ten cuidado con él también tú, porque se opuso violentamente a mis palabras. La primera vez que me defendí, todos me abandonaron, y nadie me asistió. Que Dios los perdone. Pero el Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciar integro el mensaje, de modo que lo oyeran los gentiles.




Evangelio: Lectura del santo evangelio según san Lucas 10, 1-9

La mies es abundante y los obreros pocos


En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: -«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa”. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: “Está cerca de vosotros el reino de Dios.”»

Palabra del Señor.
 
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Buenos y feliz día:


Lecturas del 17/10/2010, Domingo de la 29ª Semana de Tiempo Ordinario.





1ª lectura: Lectura del libro del Éxodo 17, 8-13

Mientras Moisés tenía en alto la mano, vencía Israel


En aquellos días, Amalec vino y atacó a los israelitas en Rafidín. Moisés dijo a Josué: - «Escoge unos cuantos hombres, haz una salida y ataca a Amalec. Mafiana yo estaré en pie en la cima del monte, con el bastón maravilloso de Dios en la mano.» Hizo Josué lo que le decía Moisés, y atacó a Amalec; mientras Moisés, Aarón y Jur subían a la cima del monte. Mientras Moisés tenía en alto la mano, vencía Israel; mientras la tenía baja, vencía Amalec. Y, como le pesaban las manos, sus compañeros cogieron una piedra y se la pusieron debajo, para que se sentase; mientras Aarón y Jur le sostenían los brazos, uno a cada lado. Así sostuvo en alto las manos hasta la puesta del sol. Josué derrotó a Amalec y a su tropa, a filo de espada.




2ª lectura: Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 3, 14-4,2

El hombre de Dios estará perfectamente equipado para toda obra buena


Querido hermano: Permanece en lo que has aprendido y se te ha confiado, sabiendo de quién lo aprendiste y que desde niño conoces la sagrada Escritura; ella puede darte la sabiduría que, por la fe en Cristo Jesús, conduce a la salvación. Toda Escritura inspirada por Dios es también útil para enseñar, para reprender, para corregir, para educar en la virtud; así el hombre de Dios estará perfectamente equipado para toda obra buena. Ante Dios y ante Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y muertos, te conjuro por su venida en majestad: proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, reprocha, exhorta, con toda paciencia y deseo de instruir.




Evangelio: Lectura del santo evangelio según san Lucas 18, 1-8

Dios hará justicia a sus elegidos que le gritan


En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola: - «Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres. En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle: “Hazme justicia frente a mi adversario.” Por algún tiempo se negó, pero después se dijo: “Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara.” » Y el Señor añadió: - «Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?»

Palabra del Señor.
 
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<strong><em><span style="font-size:380%;color:#990000;">ORAR CON INSISTENCIA</span></em></strong>
</div><div align="justify"><strong><em><span style="font-size:280%;color:#3333ff;">MOISÉS</span></em></strong>

Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento están sembrados de pasajes que nos hablan del valor de la oración.
El libro del Éxodo nos presenta hoy a Moisés, ya anciano, pidiendo a Dios por el triunfo de Josué ante las tropas de Amalec que aseguraba la entrada del Pueblo de Israel en la Tierra Prometida.
La imagen del anciano, que recibe ayuda de su hermano Aarón y de Jur para mantener en alto sus manos durante toda una jornada, sobrecoge por su significado.
Nos recuerda al Patriarca Abraham intercediendo a Dios por la salvación de Sodoma, o al profeta Elías orando por la llegada de la lluvia sobre una tierra seca y sedienta.
La oración del justo siempre es escuchada.
El utilitarismo, lo tangible y práctico de la vida, el ajetreo cotidiano, el estrés, la carencia de valores, nos arrastran hacia una carrera alocada de poseer y dominar.
La oración, para una inmensa mayoría del hombre moderno, es una pérdida de tiempo, un calentón de mentes enfermizas y de mujeres beatas.
Si Dios es Todopoderoso, Padre de misericordia y de perdón, -dicen algunos- <span style="color:#ff0000;"><strong>¿para qué suplicarle si conoce nuestra necesidad?
</strong></span>Este interrogante está lejos de la actitud de Jesús que todos días al anochecer se retiraba a orar a su Padre del cielo. Tenía una comunión íntima con El, y no hacía nada ajeno a su voluntad.
Al orar, su cuerpo se transfiguraba. Viéndole así, los discípulos sentían sana envidia, y le pidieron que les enseñara a comunicarse con Dios como El lo hacía.
Jesús les invita a rezar con El <span style="font-size:130%;color:#3333ff;"><strong><em>“Padre nuestro”</em></strong></span> , que se convertirá en modelo de oración.
En el Sermón de las Bienaventuranza, Jesús había pronunciado estas palabras: <em><strong>“Pedid y recibiréis, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá, porque todo el que pide, recibe, el que busca halla, y al que llama, se le abre”.</strong></em> Porque un padre no niega lo mejor para sus hijos.
De esta manera, predica con el ejemplo. Su madre, María, le solicita que haga algo para evitar el sonrojo de los novios al faltar el vino en el banquete que se celebraba en Caná.
Jesús adelanta la hora de su presentación como Mesías convirtiendo el agua en vino.
Un centurión romano, hombre honrado y piadoso, se acerca a Jesús para pedir la curación de un siervo suyo muy querido, y Jesús accede inmediatamente, porque sabe lo grande que es su fe.
Una mujer, que padece flujos de sangre desde hace muchos años toca el manto de Jesús y enseguida se siente curada por la fe que alimenta su alma.
Jairo, jefe de la sinagoga de Cafarnaún, recurre a Jesús para curar a su hija enferma. Cuando llega a la estancia, la niña acababa de morir. Jesús la resucita.
Una mujer cananea, siro-fenicia de nación, extranjera para un judío y, por tanto, alejada de la promesas que Dios prometió a Israel, implora por su hija. A pesar del aparente rechazo de Jesús, su insistencia es escuchada y recibe el premio a su fe.
Hoy hemos escuchado el relato de la viuda importuna que pide justicia a un juez inicuo. La obtiene por su pesadez e insistencia.
Si esto es capaz de hacer un juez injusto para que le dejen en paz: <em><strong>“No hará justicia Dios-dice Jesús-a sus elegidos que le gritan día y noche"</strong></em>; <strong><span style="color:#ff0000;"><em>¿o les dará largas?</em></span></strong>
Os digo que les hará justicia sin tardar”
En el salmo 33,7 encontramos está frase lapidaria, que nace de una experiencia personal del salmista: “Si el afligido invoca al Señor, El lo escucha”.
El salmo 120, que hemos rezado hace unos momentos, se hace esta pregunta: <em><strong>“¿de dónde me vendrá el auxilio?”</strong></em> y responde: <em><strong>“El auxilio me viene del señor, que hizo el cielo y la tierra”.
</strong></em>Sabemos que nuestras oraciones son a menudo interesadas, que necesitamos consuelo en la aflicción, alegría en el llanto, paz en la vorágine de la vida, ser escuchados cuando nadie nos tiene en cuenta. Y, aunque nuestras oraciones estén condicionadas por las circunstancias que nos toca vivir o por la rutina y el aburrimiento, debemos insistir.
¿Ojala que nuestra oración fuese como la del humilde campesino que acudía todos los días al templo de Ars para sentir la presencia de Dios? No abría la boca, pero su espíritu estaba abandonado en manos de la Providencia. O como la de Santa Teresita del Niño Jesús: una oración ingenua y confiada.
Sea cual sea el tipo de oración que practiquemos: de súplica, alabanza o acción de gracias, no olvidemos que la fe es el salvoconducto que nos adentra en los misterios de Dios. Sin ella, nuestra barca navegaría a la deriva.
Por eso San Marco 11,24, pone en labios de Jesús palabras que producen escalofrío interior: <em><strong><span style="color:#009900;">“Cuanto pidáis al Padre en la oración, creed que ya lo habéis obtenido, y lo obtendréis”.</span></strong></em>

Examinemos nuestra fe a la luz del evangelio, porque frecuentemente lo que pedimos no se amolda a nuestras necesites reales o pedimos mal.
La fe que mueve montañas supone abandono confiado en Dios que no abandona a sus hijos y cuida de ellos, como cuida de las flores y alimenta a los pájaros.
San Francisco de Asís poseía esta fe. Nunca le faltó lo necesario dentro de su pobreza.
Su vida fue una imitación constante de Jesús. Dos años antes de su muerte percibió en su carne la reproducción de las llagas de Jesús en pies, manos y costado.
Un joven estudiante franciscano me comentaba hace
años en Asís: <em><strong>“Francisco fue el santo que más se asemejó a Jesús”.</strong></em> Quizás sea cierto.

<span style="font-size:230%;color:#3333ff;"><strong><em>“CUANDO VENGA EL HIJO DEL HOMBRE, ¿ENCONTRARÁ FE EN LA TIERRA?” </em></strong></span>
Quiero dar una respuesta a la frase que acabamos de escuchar al final del evangelio.
<span style="color:#ff0000;"><strong><em>“Cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe en la tierra?”</em></strong></span>
<span style="font-size:180%;color:#009900;"><strong><em>- Creo que sí. </em></strong></span>
Hay razones positivas para pensar de esta manera.
La fe seguirá mientras haya padres que inculquen valores cristianos a sus hijos, mientras existan jóvenes que sientan y sigan la llamada de Jesús, mientras los pobres de este mundo encuentren en la Iglesia un lugar de acogida, escucha y defensa de la dignidad humana; mientras haya misioneros que siembren altos ideales.
Lo tiempos que vivimos, con una creciente ola de ateísmo en Occidente y descrédito sistemático del cristianismo, no son peores que los sufridos en otras épocas.
Si la Iglesia no tuviera influencia ni despertara las conciencias, pasarían de ella y no recibiría los ataques a que se ve sometida por sus enemigos.
La fe cristiana seguirá y, probablemente saldrá fortalecida y purificada por las pruebas. . Siempre ha sido así.
Tenemos garantizada la presencia con nosotros de Jesús hasta el final de los tiempos.
(Mt 27,20).
</p><p align="center"><span style="font-size:380%;color:#ffff00;"><strong><em>¡Feliz Domingo!</em></strong></span></p>
 
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Buenos y feliz día:


Lecturas del 18/10/2010 Lunes de la 29ª Semana de Tiempo Ordinario. San Lucas, evangelista





1ª lectura: Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 4, 9-17a

Sólo Lucas está conmigo


Querido hermano: Dimas me ha dejado, enamorado de este mundo presente, y se ha marchado a Tesalónica; Crescente se ha ido a Galacía; Tito, a Dalmacia; sólo Lucas está conmigo. Coge a Marcos y tráetelo contigo, pues me ayuda bien en la tarea. A Tíquico lo he mandado a Éfeso. El abrigo que me dejé en Troas, en casa de Carpo, tráetelo al venir, y los libros también, sobre todo los de pergamino. Alejandro, el metalúrgico, se ha portado muy mal conmigo; el Señor le pagará lo que ha hecho. Ten cuidado con él también tú, porque se opuso violentamente a mis palabras. La primera vez que me defendí, todos me abandonaron, y nadie me asistió. Que Dios los perdone. Pero el Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciar integro el mensaje, de modo que lo oyeran los gentiles.




Evangelio: Lectura del santo evangelio según san Lucas 10, 1-9

La mies es abundante y los obreros pocos


En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: -«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa”. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: “Está cerca de vosotros el reino de Dios.”»

Palabra del Señor.
 
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Buenos y feliz día:


Lecturas del 19/10/2010 Martes de la 29ª Semana de Tiempo Ordinario.





1ª lectura: Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 2, 12-22

Él es nuestra paz, él ha hecho de los dos pueblos una sola cosa


Hermanos: Antes no teníais un Mesías, erais extranjeros a la ciudadanía de Israel y ajenos alas instituciones portadoras de la promesa. En el mundo no teníais ni esperanza ni Dios. Ahora, en cambio, estáis en Cristo Jesús. Ahora, por la sangre de Cristo, estáis cerca los que antes estabais lejos. Él es nuestra paz. Él ha hecho de los dos pueblos una sola cosa, derribando con su carne el muro que los separaba: el odio. Él ha abolido la Ley con sus mandamientos y reglas, haciendo las paces, para crear con los dos, en él, un solo hombre nuevo. Reconcilió con Dios a los dos pueblos, uniéndolos en un solo cuerpo mediante la cruz, dando muerte, en él, al odio. Vino y trajo la noticia de la paz: paz a vosotros, los de lejos; paz también a los de cerca. Así, unos y otros, podemos acercarnos al Padre con un mismo Espíritu. Por lo tanto, ya no sois extranjeros ni forasteros, sino que sois ciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él también vosotros os vais integrando en la construcción, para ser morada de Dios, por el Espíritu.




Evangelio: Lectura del santo evangelio según san Lucas 12, 35-38

Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame. Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo. Y, si llega entrada la noche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos.»

Palabra del Señor.
 
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Buenos y feliz día:


Lecturas del 20/10/2010 Miércoles de la 29ª Semana de Tiempo Ordinario.





1ª lectura: Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 3, 2-12

El misterio de Cristo ha sido revelado ahora: que también los gentiles son coherederos de la promesa


Hermanos: Habéis oído hablar de la distribución de la gracia de Dios que se me ha dado en favor vuestro. Ya que se me dio a conocer por revelación el misterio, del que os he escrito arriba brevemente. Leedlo y veréis cómo comprendo yo el misterio de Cristo, que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, como ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: que también los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo y participes de la promesa de Jesucristo, por el Evangelio, del cual yo soy ministro por la gracia que Dios me dio con su fuerza y su poder. A mi, el más insignificante de todos los santos, se me ha dado esta gracia: anunciar a los gentiles la riqueza insondable que es Cristo, aclarar a todos la realización del misterio, escondido desde el principio de los siglos en Dios, creador de todo. Así, mediante la Iglesia, los Principados y Potestades en los cielos conocen ahora la multiforme sabiduría de Dios, según el designio eterno, realizado en Cristo Jesús, Señor nuestro, por quien tenemos libre y confiado acceso a Dios, por la fe en él.




Evangelio: Lectura del santo evangelio según san Lucas 12, 39-48

Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete. Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.» Pedro le preguntó: -«Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos?» El Señor le respondió: -« ¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas? Dichoso el criado a quien su amo, al llegar, lo encuentre portándose así. Os aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes. Pero si el empleado piensa: “Mi amo tarda en llegar”, y empieza a pegarles a los mozos y a las muchachas, a comer y beber y emborracharse, llegará el amo de ese criado el día y a la hora que menos lo espera y lo despedirá, condenándolo a la pena de los que no son fieles. El criado que sabe lo que su amo quiere y no está dispuesto a ponerlo por obra recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá pocos. Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá.»

Palabra del Señor.
 
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Buenos y feliz día:


Lecturas del 21/10/2010 Jueves de la 29ª Semana de Tiempo Ordinario.





1ª lectura: Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 3, 14-21

Que el amor sea vuestra raíz y vuestro cimiento; así llegaréis a vuestra plenitud, según la plenitud total de Dios


Hermanos: Doblo las rodillas ante el Padre, de quien toma nombre toda familia en el cielo y en la tierra, pidiéndole que, de los tesoros de su gloria, os conceda por medio de su Espíritu robusteceros en lo profundo de vuestro ser, que Cristo habite por la fe en vuestros corazones, que el amor sea vuestra raíz y vuestro cimiento; y así, con todos los santos, lograréis abarcar lo ancho, lo largo, lo alto y lo profundo, comprendiendo lo que trasciende toda filosofía: el amor cristiano. Axial llegaréis a vuestra plenitud, según la plenitud total de Dios. Al que puede hacer mucho más sin comparación de lo que pedimos o concebimos, con ese poder que actúa entre nosotros, a él la gloria de la Iglesia y de Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén.




Evangelio: Lectura del santo evangelio según san Lucas 12, 49-53

No he venido a traer paz, sino división


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojala estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división. En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.»

Palabra del Señor.
 
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Buenos y feliz día:


Lecturas del 22/10/2010 Viernes de la 29ª Semana de Tiempo Ordinario.





1ª lectura: Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 4,1-6

Un solo cuerpo, un Señor, una fe, un bautismo


Hermanos: Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados. Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo.




Evangelio: Lectura del santo evangelio según san Lucas 12, 54-59

Si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente?


En aquel tiempo, decía Jesús a la gente: -«Cuando veis subir una nube por el poniente, decís en seguida: “Chaparrón tenemos”, y así sucede. Cuando sopla el sur, decís: “Va a hacer bochorno”, y lo hace. Hipócritas: si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que se debe hacer? Cuando te diriges al tribunal con el que te pone pleito, haz lo posible por llegar a un acuerdo con él, mientras vais de camino; no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y el guardia te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues el último céntimo. »

Palabra del Señor.