Re: Las Imágenes en la Biblia,
La controversia sobre las imágenes
Las costumbres paganas se arraigaron de tal forma
en la iglesia de Cristo, que para el siglo VIII la veneración de imágenes era considerada no sólo aceptable sino buena y piadosa.
Curioso que un protestante reconozca a la Iglesia catolica como
la Iglesia de Cristo y diga que se paganizo.
De cualquier forma no hay mas lo mismo, pero siempre seria bueno que indicaran los enemigos de la Iglesia y los iconoclastas modernos donde y cuando claramente la Iglesia se paganizo, sino el argumento vale lo mismo que una cortina de humo.
Cuando el emperador León III Isaurio emitió decretos contra las imágenes, el papa Gregorio III (731-741), pasando por alto las enseñanzas de su tocayo y predecesor ya citado, convocó un sínodo que excomulgó a los adversarios de las imágenes. “El emperador por toda respuesta arrebató los obispados griegos de la Italia meridional y Sicilia de la superintendencia del papa, trasladándola a la del patriarca de Constantinopla. Mientras tanto en Roma, el papa ordenaba la multiplicación de las imágenes en los templos, construyendo también una capilla especial para la veneración de reliquias ‘sagradas’.” (Gonzaga, o.c., 1: 242).
Eso lo único que prueba es la aceptación de la Iglesia occidental del culto de las imagines, la autoridad del papa y el capricho del emperador, que pese a eso la iconografía en oriente también siguió su curso. Esta decisión del papa también trajo muchos otras cosas buenas que hoy los opositores de las imágenes también valoran, que es el arte barroco, y otras esculturas y obras de arte que si la iglesia no las hubiera conservado hoy no las tendríamos
Más de 300 obispos concurrieron a un concilio convocado en Hiereia por Constantino V, hijo y sucesor de León III en 754. Allí tras escuchar y discutir los argumentos de los partidarios de las imágenes, se estableció que los únicos símbolos del culto cristiano eran el pan y el vino de la Eucaristía. Los iconolatras fueron excomulgados, y se prohibió el uso de imágenes tanto privado como público.
Constantino hijo tampoco era una perita en dulce. En este sinodo aunque hubo un gran número de padres y obispos en este Consejo, casi todos de los cuales fueron iconoclastas, no fue aceptada por la Iglesia en general y las sedes principales no eran ni siquiera representadas. El emperador dirigía el programa. Según diversas fuentes, en este pseudo-concilio.
".... después fue desautorizado como un pseudo-sínodo de los herejes. El número trescientos treinta obispos subordinados bajo la presidencia del Arzobispo Teodosio de Efeso (el hijo de un antiguo emperador) ... pero los patriarcas de Jerusalén, Antioquia , y Alejandría, que bajo el dominio musulmán, no pudieron asistir, la sede de Constantinopla estaba vacante, y el Papa Stephen III hizo caso omiso de la citación imperial ". (Schaff, volumen 4, p 457)
".... un consejo en el que 338 teólogos fueron forzados a tomar parte ". (Enciclopedia de Religión editado por Mircea Eliade, vol 7, p 1)
"Roma, Alejandría, Antioquía y Jerusalén se negó a enviar delegados, ya que estaba claro que los obispos fueron convocados sólo para llevar a cabo las órdenes del emperador. El evento demostró que los patriarcas habían juzgado correctamente. Los obispos en el sínodo servilmente aceptaron todas los demandas de Constantino. " (Enciclopedia Católica [1913], p vol 1, 621)
Sin embargo, más tarde la emperatriz regente, Irene, ardiente partidaria de las imágenes, depuso al patriarca de Constantinopla y nombró a un hombre de su confianza en su lugar. Convocó a un concilio ecuménico que se reunió en Nicea en 787; solamente pudieron concurrir obispos partidarios de las imágenes, entre ellos los representantes del papa Adriano (772-795).Como no podía ser de otro modo, el concilio anuló los decretos imperiales contra las imágenes, como asimismo las decisiones de Hiereia. Los acuerdos del sínodo fueron firmados por la regente Irene y su hijo Constantino VI.
De nuevo no hay nada ahí, solo se muesra la autridad de Nicea que no se ha revcado como concilio ecuménico e guiado por Dios, solo se intenta argüir que los Obispos reunidos ahí estaban a favor de las imágenes, no es lo mismo que hizo el concibulo de Hriera donde había puros iconoclastas?
Fue en este concilio que se introdujo la arbitraria distinción entre el culto de latría, debido sólo a Dios, y el de dulía, que sería lícito para los santos. También se habló de un culto “terminativo”, dirigido a la persona, y otro “relativo” dirigido a la imagen que la representa. Desde luego, tales bizantinismos (strictu sensu!) son por completo ajenos a las Escrituras, donde hay un solo culto válido, el que se dirige al Trino Dios.
¿Arbitraria porque? Por nada Cristo le delego a Su Iglesia autoridad para atar y desatar. La Escritura claramente distingue estos tipos de honor, con recordar lo que los decretos conciliares y alzar el dedo no cambia ni una tilde de los cánones, se aceptan o no tan sencillo.
[III. Sanción.] Así, pues, quienes se atrevan a pensar o enseñar de otra manera; o bien a desechar, siguiendo a los sacrílegos herejes, las tradiciones de la Iglesia, e inventar novedades, o rechazar alguna de las cosas consagradas a la Iglesia: el Evangelio, o la figura de la cruz, o la pintura de una imagen, o una santa reliquia de un mártir; o bien a excogitar torcida y astutamente con miras a trastornar algo de las legitimas tradiciones de la Iglesia Católica; a emplear, además, en usos profanos los sagrados vasos o los santos monasterios; si son obispos o clérigos, ordenamos que sean depuestos; si monjes o laicos, que sean separados de la comunión.
Este concilio niceno, de infausta memoria, al no poder fundamentar escrituralmente el culto a las imágenes, declaró la insuficiencia de las Escrituras y lanzó un anatema contra quienes no estaban dispuestos a aceptar doctrinas sobre la autoridad de la tradición y de los concilios, si las tales no tenían claro fundamento bíblico. La importancia de esta novedad para las progresivas desviaciones romanas de la doctrina escritural debiera ser obvia. Así escribieron los partidarios del culto a las imágenes, en una ruptura flagrante con la Escritura y la enseñanza de los Padre antiguos:
Claro que se fundamento, este señor solo argumenta con puros ad ignarantiam’s;
[II. Prueba.] Porque de esta manera se mantiene la enseñanza de nuestros santos Padres, o sea, la tradición de la Iglesia Católica, que ha recibido el Evangelio de un confín a otro de la tierra; de esta manera seguimos a Pablo, que habló en Cristo [2 Cor. 2,17], y al divino colegio de los Apóstoles y a la santidad de los Padres, manteniendo las tradiciones [2 Thess. 2, 14] que hemos recibido; de esta manera cantamos proféticamente a la Iglesia los himnos de victoria: Alégrate sobremanera, hija de Sión; da pregones, hija de Jerusalén; recréate y regocíjate de todo tu corazón: El Señor ha quitado de alrededor de ti todas las iniquidades de sus contrarios; redimida estás de manos de tus enemigos. El señor rey en medio de ti: no verás ya más males, y la paz sobre ti por tiempo perpetuo [Soph. 3, 14 s; LXX].
“Porque de esta manera se mantiene la enseñanza de nuestros santos Padres, o sea, la traidición de la Iglesia Católica, que ha recibido el Evangelio de un confín a otro de la tierra; de esta manera seguimos a Pablo, que habló en Cristo [2 Corintios 2:17] y al divino colegio de los Apóstoles y a la santidad de los Padres, manteniendo las tradiciones [2 Tesalonicenses 2:14] que hemos recibido...
Así, pues, quienes se atrevan a pensar o enseñar de otra manera; o bien a desechar, siguiendo a los sacrílegos herejes, las tradiciones de la Iglesia , e inventar novedades, o rechazar alguna de las cosas consagradas a la Iglesia: el Evangelio o la figura de la cruz, o la pintura de una imagen, o una santa reliquia de un mártir; o bien a excogitar torcida y astutamente con miras a trastornar algo de las legítimas tradiciones de la Iglesia Católica ... si son obispos o clérigos, ordenamos que sean depuestos; si monjes o laicos, que sean separados de la comunión.” (Denzinger 303-304).
Nótese que los obispos iconolatras no pudieron ni siquiera apelar a la supuesta tradición apostólica, pues ninguna había para apoyar el culto a las imágenes. Esgrimieron en cambio una espuria “tradición de la iglesia católica” cuando, en realidad, todos los escritores cristianos de los primeros siglos que trataron el tema se opusieron por completo a semejante abominación. Y esto para no reiterar la clara enseñanza de las Escrituras.
Continuará...
Mentiras, solo por citar algunos que nunca se opusieron y aunque lo hubieran hecho todos sus escritos juntos no invalidan un Concilio ecuménico;
San Ambrosio (397 DC) describe en una carta cómo, una noche se le apareció San Pablo, y que él lo reconoció por su parecido a sus pinturas (Ep. ii, en P. L., XVII, 821). San Agustín (430 DC) se refiere varias veces a las pinturas de nuestro Señor y los santos en las iglesias (e. g. "De cons. Evang.", x en P. L., XXXIV, 1049; "Contra Faust. Man.", xxii 73, en P. L., XLII, 446); dice que algunas personas hasta las adoran ("De mor. eccl. cath.", xxxiv, P. L., XXXII, 1342).