Re: Las 70 semanas
Daniel 2 Reino de Hierro
¿Como sería eliminado el Reino de Hierro de Daniel 2?
La biblia dice:
Daniel 2:44-45
44
"Y en los días de estos reyes, el Dios del cielo levantará un reino que nunca jamás será destruido, ni será entregado a otro pueblo. Desmenuzará y consumirá a todos aquellos reinos, y él permanecerá para siempre.
45
"Por eso viste que una piedra fue cortada del monte sin mano alguna, y desmenuzó el hierro, el bronce, la arcilla, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de suceder en el futuro. El sueño es verdadero y su interpretación es cierta".
Cuando se levantó Dios en los días de Antíoco Epífanes para destruir a estos reinos de una manera sobrenatural...?
Pues la biblia dice: "Y en los días de estos reyes" o sea, no pasarían estos reinos sin que Dios sobrenaturalmente los destruyera.
Los historicistas como el
troll “humillado” suelen tener cierto éxito con los creyentes sencillos que no conocen nada de historia y que apenas han leído la Biblia. Una de sus líneas de argumentación aparentemente más convincentes es que Daniel 2 tiene algo que ver con el occidente europeo y que los dedos de los pies de la estatua tienen algo que ver con los “reinos” o naciones de la Europa occidental. El pasaje bíblico citado por el
troll de que “en los días de estos reyes” Dios levantaría un reino que no sería reemplazado por otro es asociado rápidamente por los historicistas con la segunda venida de Cristo y, sin más, se da por sentado que se habla de la inminente destrucción de las naciones europeas (y del resto del mundo).
Doy la bienvenida a este el reto del
troll “humillado”, muy socorrido en la literatura historicista. ¿Hay algo de cierto en semejante interpretación? Antes de analizarlo específicamente, conviene que destaquemos que eso no es lo único que dice Daniel acerca del
eschaton (punto final de su perspectiva). A los historicistas no les gusta hablar de tales cosas, pero, dado que forman parte del libro de Daniel, estarán ahí para algo y cualquier intérprete sería gravemente negligente si las ignorase. Lo primero que llama la atención es que, aunque la piedra del capítulo 2 golpea la estatua en los pies, no desmenuza solo los pies, sino toda la estatua en su conjunto simultáneamente (2:33, 34, 44). Naturalmente, los historicistas dirán que tal circunstancia no es estrictamente histórica, pues es consecuencia de la propia imagen de una estatua; que es lógico que la cabeza no se pueda destruir hasta que se derribe al fallar los pies, aunque Babilonia desapareciese mucho tiempo antes que Roma, etc. Esa argumentación podría ser plausible si el capítulo 7, en un capítulo donde hay bestias independientes entre sí, no repitiese
explícitamente el concepto de una supervivencia de TODAS las bestias hasta el
eschaton. Así, en el contexto mismo del juicio contra el cuerno pequeño [no un juicio “investigador” de los santos perseguidos] (7:9-14) se dice lo siguiente: “Yo entonces miraba a causa del sonido de las grandes insolencias que hablaba el cuerno; y mientras miraba mataron a la bestia, y su cuerpo fue destrozado y entregado para quemarlo en el fuego. También a las otras bestias les habían quitado su dominio, pero les había sido prolongada la vida hasta cierto tiempo” (vers. 11, 12). O sea, la cuarta bestia (Roma, según el historicismo) es ejecutada como consecuencia del juicio contra el cuerno pequeño. Sin embargo, el historicismo, que dice que ese juicio empezó el 22 de octubre de 1844, sabe que el Imperi romano había desaparecido cientos de años antes, y no, la cuarta bestia no es lo mismo que el cuerno. Pero es que no acaba ahí la cosa: el versículo 12 presenta vivas a todas las bestias durante ese juicio. Buscar la correspondencia histórica de semejante cosa en el siglo XIX se me antoja harto difícil. ¿Babilonia viva en la Nueva Inglaterra decimonónica? Creo que no. ¿El Imperio persa en los días de Joseph Bates? Me sorprendería enormemente. ¿Alejandro Magno en la época de James White? ¿Quién podría pensar tal cosa? ¿Nerón o Inocencio III en los días de Ellen White? Va a ser que no.
Seamos serios. El escenario que presenta Daniel para un final simultáneo de los reinos de este mundo no es susceptible de cumplimiento histórico, porque los distintos reinos se sucedieron en el tiempo. Aunque Daniel presente para ellos un final simultáneo, Babilonia no acabó a la vez que Persia, ni Persia a la vez que Macedonia, ni Macedonia a la vez que el Imperio seléucida. Por otra parte, el reino judío perdurable (“el pueblo de los santos del Altísimo”) de 2:34, 35, 44, 45; 7:13, 14, 27 es homólogo a predicciones similares halladas en los llamados “salmos reales” y en las “profecías del reino). El sometimiento de las naciones gentiles al pueblo hebreo es una temática recurrente, más o menos edulcorada y objeto de versiones no siempre coincidentes en pasajes como Sal 2; 83; Isa 2:2ss; 34; 49:22s; 55:5; 60:1-5, 11, 16; 61:6ss; 62:1s, 12, 18-20; Jer 3:17; 4:2; Eze 37:28; 38:16, 23; 39:7, 21, 27; Joel 3:2, 9ss; Amós 9:11s; Abd 2, 15, 16; Miq 4:1ss; 5:15; 7:16; Hab 3:11-16; Sof 3:6ss; Hag 2:6-8, 21s; Zac 1:15, 21; 2:8ss; 8:20ss; 12:2-9; 14:3,14, 16-19; Mal 3:12.
La Iglesia Adventista admite en su literatura más especializada que tales predicciones no tuvieron cumplimiento en su momento, y que solo puede esperarse un cumplimiento “idealizado” al fin de los tiempos, pero no literalmente como especificaron los antiguos profetas. Por supuesto, el adventismo no desea meter a Daniel en el mismo saco que los demás, pero no hay razón alguna para pensar que deba ser distinto que Isaías, Ezequiel, Joel o Sofonías.
Tres detallitos más que serán sumamente irritantes para los historicistas. No hay razón alguna para pensar que el “hijo de hombre” del capítulo 7 de Daniel tenga que ser nuestro Señor Jesucristo. En la explicación angélica de la visión, no se dice nada de Jesucristo. Únicamente se menciona el “pueblo de los santos del Altísimo”. Es enteramente natural que, en una visión en la que las fieras representan a naciones gentiles, el ser humano represente también a una nación NO gentil, o sea, a Israel, y eso lo confirma el ángel en su explicación.
El segundo detallito que será irritante para los historicistas es este. Ellos suelen decir que los cuernos de la bestia indescriptible del capítulo 7 representan las divisiones del Imperio romano tras el hundimiento de este. Esa es una interpretación pensada con los pies, o con alguna otra parte de la anatomía de algún descerebrado. Vamos a ver, si eso fuese verdad, los cuernos deberían estar no en la frente de la bestia, sino en el trasero o en el rabo de la misma, ¿no? A ver si pensamos con un poco más de cordura. Los cuernos son parte constitutiva de la bestia igual que los dientes, ¿no? Si los cuernos le salieron “después”, como estos señores dicen, ¿es que los dientes también le salieron “después”? ¿Era una bestia desdentada y sin cuernos, a la que, al morir, le salieron los cuernos y los dientes? ¡Notable proceso biológico!
El tercer detallito, muy divertido, es este. Como veíamos al principio, los historicistas dan por bueno, alegremente (y atolondradamente) que eso de “en los días de estos reyes” todo el mundo va a aceptar como evidente que quiere decir “en los días de la existencia nacional de Portugal, de España, de Francia, de Irlanda, del Reino Unido, de Italia, de Suiza, etc.”, como si estas naciones fuesen los “reyes” de los que habla 2:44. Para llegar a semejante interpretación hay, como sabemos, muchísimos problemas. Uno de los más llamativos problemas para el historicismo es la bochornosa circunstancia de que Daniel no da ninguna interpretación sobre los dedos de los pies de la estatua. O sea, no hay ningún versículo que diga, por ejemplo, “los dedos que viste significan que, en los días finales del reino de hierro, habrá diez reyes”, versículo con el que pudiera enlazar eso de que “[e]n los días de estos reyes, el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido”. Entonces, viendo que Daniel no dice nada acerca de ningún rey representado por ningún dedo, ¿a qué únicos reyes es exegéticamente legítimo aplicar 2:44? Muy sencillo: a los únicos reyes mencionados en el capítulo. O sea, a los representados por la cabeza de oro, el pecho y los brazos de plata, el vientre de bronce y las piernas de hierro y de barro. Y eso coincide exactamente con lo dicho en el capítulo 2 y en el 7 acerca del fin simultáneo de todos los reinos gentiles y acerca de su sustitución de un reino judío perdurable.
Eso es lo que hay. Eso es lo único que se puede deducir mediante una exégesis fiel al texto sagrado. Lo demás son tergiversaciones que Daniel jamás enseño, y completos fraudes históricos.
En todo caso, el fin de Antíoco IV fue similar al de Herodes el Grande y al de Herodes Agripa I. Murió devorado por gusanos, y sus contemporáneos interpretaron que una muerte así era, sin duda, un juicio del cielo por su maldad. Además, murió en el momento en que la raza que él había intentado borrar de la faz de la tierra purificaba el templo que él había convertido en un lupanar. ¿No es fascinante la historia?