Las 70 semanas

Re: Las 70 semanas

¿Moderar mis palabras? ¿Es que las modera usted? ¿No dice la secta en la que usted está integrado que todas las iglesias protestantes son unas hijas de la gran ramera, siendo la gran ramera la Iglesia Católica, y las hijas todas las demás, menos la suya? ¿Es ese un ejemplo de "palabras moderadas"? ¿Me va usted a dar lecciones de contención, caballero? Vamos a ver, señor Cajiga, mi opinión es que la organización adventista del séptimo día es una secta maligna, y a sus defensores los considero apóstoles del infierno. Entonces, ¿por qué motivo exactamente opina usted que yo no puedo decir esas cosas, que son verdad, mientras que usted se cree con todo el derecho del mundo a proclamar las mentiras de su secta?

¿Sabes? Entiendo más o menos la rabia que da a una persona honesta cuando tiene que tratar con mentirosos. Pero no creas que me refiero a ti. Tú obviamente eres también un apóstol del infierno. Quizá más que nosotros, pues dices ser evangélico cuando eres claramente un preterista. Y allí dejas ver tu mentira, gran falso, pues los evangélicos no son preteristas. Hay evangélicos que son futuristas, y hay quienes aceptan la mentira de Antíoco por no tener otra respuesta sobre las 70 semanas, pero no hay ninguno que acepte lo que tú propones sobre Mateo 24:29-31; Juan 14:1-3; Mateo 26:64 y otros textos que hablan claramente del regreso de nuestro Señor a esta tierra. Por tanto, Egersis, es mentira que seas evangélico. Eres otro gran falsante católico preterista... si acaso no eres el mismo gran pateado de este foro, EMR.

Tendría mejor opinión de ustedes si tuviese algún indicio de honestidad de alguno de ustedes. En este epígrafe el único miembro de su secta que ha mostrado algún vestigio nebuloso de honradez ha sido su rústico feligrés "Pelagius", pero no parece que sea la persona más cualificada de ustedes con la que hablar. ¿Será que usted va a presentar un versículo de la Biblia que hable del otoño del año 457 antes de Cristo, base de toda la teología fraudulenta de ustedes?

Y tú también tendrías más respeto de nosotros si dejaras ver algún indicio de honestidad. ¿Será que puedes presentar alguna evidencia o versículo que hable de Antíoco Epífanes, base de toda la teología fraudulenta de ustedes?

No le consiento a usted que tergiverse mis palabras. Yo no he dicho que la Biblia no hable de la segunda venida de Cristo. Lo que he dicho es que la expresión "segunda venida de Cristo" no es una expresión bíblica. Y también he dicho que los cristianos podemos aprender todo lo relativo a la parousia de Cristo sin el "auxilio" de los falsos maestros adventistas

Ohhh, la Biblia habla de la segunda venida de Cristo solamente en Apoc. 20:11-15, según tú, ¿Cierto? Y claro que los cristianos pueden aprender todo lo relativo a la venida de Cristo sin el auxilio de los adventistas. Eso está muy claro en toda la Biblia, pero preteristas falsantes y católicos como ustedes sí necesitan ayuda, pero ya no de nosotros los adventistas, sino del mimísimo Espíritu Santo, si es que acaso le permiten un chance... aunque no lo creo.

Hasta la próxima, gran falsante.
 
Re: Las 70 semanas

Lo que hayan visito o dejado de ver los profetas antiguos han de decirlo los propios profetas, no contemporáneos nuestros. Si Jesús dice "De cierto os digo que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca" (Mat. 24:34), no tengo ninguna necesidad de imaginarme que Jesús estuviese mal informado o que deseara inyectar interpretaciones rocambolescas en el vocablo "generación", como si significase "la raza judía" o "la raza humana", o inventos por el estilo. Y si los apóstoles decían que vivían en los últimos días, tampoco siento la menor tentación de "corregir" su supuesta "ignorancia" ni de alargar artificialmente aquellos últimos días como si englobasen todo lo que ha venido después. Esa no es una enseñanza apostólica. Entiendo que haya gentes, como usted, interesadas en mantener tales equívocos, pero los cristianos nos basamos en las enseñanzas de los apóstoles, no en las teorías humanas de quienes se han autoproclamado sus intérpretes "remanentes".

Verás Egersis, si yo fuera un preterista, todo lo que has dicho tendría algo de sentido. Pero no es así, afortunadamente. Jesús no habló sólo para los cristianos de su tiempo, por ejemplo, ni tampoco para los cristianos del primer siglo. Sus enseñanzas y promesas son para todos los que creemos en él. La expresión que tanto usas: "De cierto os digo que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca" (Mat. 24:34) para defender tu asqueroso preterismo no significa ningún problema para el adventismo, o mejor dicho, para el verdadero cristianismo. Porque la entendemos en su contexto. Nuestro Señor dijo que cuando viéramos sus señales acontecer, enetendiéramos que está cerca el reino de Dios (no algún ejercito invasor). En ese contexto se entiende el verso que usas, en el sentido que la generación que viese esas señales no pasaría hasta que todo aconteciera.

Que tú no lo creas así me vale menos que poco. Tú puedes seguir creyendo y difuminando tus mentiras preteristas. Siempre existirá el Espíritu Santo para desmentir a enviados del demonio como tú.
 
Re: Las 70 semanas

Egersis:

Insistes en que la Biblia o menciona la frase "segunda venida de Cristo". Te cité Hebreos 9:28. ¿Qué entiendes por "la segunda vez... será visto de los que le esperan"?
 
Re: Las 70 semanas

Egersis:

Insistes en que la Biblia o menciona la frase "segunda venida de Cristo". Te cité Hebreos 9:28. ¿Qué entiendes por "la segunda vez... será visto de los que le esperan"?

Pastor, no se entusiasme mucho. ¿Con qué más puede salir un preterista, sino con una gran mentira torciendo la palabra de nuestro Dios? Ya verá
 
Re: Las 70 semanas

los evangélicos no son preteristas.
Iracundo sectario, entonces, según usted, ¿qué son gentes como el Dr. Soggin, valdense para más señas? Todos los comentarios protestantes modernos que han caído en mis manos los últimos años son preteristas. ¿Quién los escribe? Lo único que han escrito los futuristas han sido novelitas, pero los comentarios bíblicos modernos escritos por los eruditos evangélicos son preteristas, tal como debe ser, y todos ellos, sin excepción, ponen de manifiesto que Antíoco IV es el antihéroe del libro de Daniel. Entiendo que ello hunda los intereses de la secta de usted, pero no hay nada que usted pueda hacer por evitarlo.
 
Re: Las 70 semanas

Egersis:

Insistes en que la Biblia o menciona la frase "segunda venida de Cristo". Te cité Hebreos 9:28. ¿Qué entiendes por "la segunda vez... será visto de los que le esperan"?

¿Que la segunda vez no fue visto por los que no lo esperaban?
 
Re: Las 70 semanas

los evangélicos no son preteristas.
Ahora va a resultar que un adventista, corrupto y embustero como la mayoría de los integrados en su secta, nos va a repartir a los evangélicos un certificado de evangélico ortodoxo y nos lo va a negar a la mayoría si no somos futuristas. Hoy echaremos un vistazo a algunas de las cosas escritas por Frederic W. Farrar, capellán de la reina Victoria entre 1871 y 1875, director del Marlborough College, canónigo de la Abadía de Westminster, rector de St. Margaret’s, Westminster, archidiácono de Westminster y deán de Canterbury.

En The Early Days of Christianity (Los primeros días del cristianismo), este erudito protestante escribió lo siguiente:
"Y, en realidad, la caída de Jerusalén y todos los acontecimientos que la acompañaron y la siguieron en el mundo romano y en el mundo cristiano, tuvieron una significación que difícilmente se puede exagerar. Fueron el punto final de la Antigua Dispensación. Fueron la inaguración plena del Nuevo Pacto. Fueron el mismísimo juicio abrumador de Dios contra aquella forma de cristiandad judaica que amenazaba aplastar la obra de San Pablo al poner en el cuello de los gentiles el yugo de mosaísmo abrogado y establecerse mediante amenazas y anatemas como única ortodoxia. Muchos de los primeros cristianos, especialmente los que vivían en Jerusalén, eran a la vez judíos inflexibles […]. Ningún acontecimiento que fuera menos que la desolación de Judea, que la destrucción del judaísmo, que la aniquilación de toda posibilidad de la observancia de los preceptos de Moisés, podía haber abierto los ojos de los judaizantes de su sueño de una infalibilidad imaginaria. Nada sino la mismísima interposición inconfundible de Dios -nada sino la manifiesta venida de Cristo- podría haber convencido a los cristianos judíos de que la Ley del Desierto estaba anulada" (págs. 489, 490).

En el mismo libro, poco antes, y comentando Mateo 24:29, Farrar había escrito:
“Las potencias del cielo estaban siendo conmovidas. Soles y lunas y estrellas –desde los emperadores romanos a los sacerdotes judíos- se iban apagando uno tras otro, y saliéndose de su esfera. Estaba clara la inminencia del día del que el Señor había dicho que no pasaría aquella generación, y que todas las cosas de las que había hablado se cumplirían” (pág. 414).
“A este acontecimiento, el más terrible de la historia –‘una de las eras más terribles en la economía divina de la gracia, y la más tremenda revolución en todas las dispensaciones religiosas de Dios’– debemos aplicar las profecías de la venida de Cristo en las que todos los Apóstoles y Evangelistas fijaron este limitaciones tan definidas –aquella de que antes de que pasase aquella generación todas estas cosas se cumplirían; otra, que algunos que estaban allí no probarían la muerte hasta que vieran al Hijo del Hombre viniendo en su reino; y, en tercer lugar, que los Apóstoles no acabarían de recorrer las ciudades de Israel antes de la venida del Hijo del Hombre. Es extraño que estas limitaciones tan explícitas no se consideren prueba decisiva de que la Caída de Jerusalén fue, en sentido pleno, el Segundo Advenimiento del Hijo del Hombre” (tomo 2, pág. 489).
Es muy comprensible que a los adventistas les resqueme en sus entrañas corruptas la verdad, pero ellos no están en condiciones de darnos lecciones a los protestantes en cuanto a las enseñanzas de los apóstoles. Gracias a Dios, entre nosotros ya no quedan historicistas, y el preterismo goza de magnífica salud.
 
Re: Las 70 semanas

QUERIDAS: EMR -GABRIEL47-ELG Y PORQUE NO CAJIGA

muchas muchas gracias por lo que he aprendido de ustedes
es un tema muy profundo,y me gusto el devate,por
eso me gusta este foro cristiano,porque hay replica,
esos temas muy poco se dan en la denominacion donde asisto
para mi fue de gran nutricion espiritual
y tambien aprendi de CAJIGA pero de lo que no se debe de hacer
en un foro,( querer opinar sin tener argumentos)
la polemica de ustedes tres era sana,pero entra cajiga, a meter sizaña
yo creo que eso es bueno, porque EL le pone la sal y la pimienta
y eso existe asta dentro de nuestras propias iglesias
 
Re: Las 70 semanas

Estimado Atenágoras. Saludos cordiales.

El preterismo se basa en esta falsa premisa:

la Caída de Jerusalén fue, en sentido pleno, el Segundo Advenimiento del Hijo del Hombre

La Palabra de Dios nos dice otra cosa:

“…Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.” Hechos 1: 11.

El Antiguo Testamento abunda en profecías que se refieren a la segunda venida de nuestro Señor. Aun antes del diluvio era ya bien entendida esta gran verdad, así como también la del juicio final.

De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él.” Judas 14,15.

El profeta Zacarías predijo así el mismo acontecimiento: “…y vendrá Jehová mi Dios, y con él todos los santos.” Zacarías 14:5.
Y el Salvador mismo se refiere al tiempo “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria” Mateo 25:31

Los “santos” de los que habla Zacarías en el texto citado son las huestes de ángeles que acompañan al Señor en su segunda venida. Esto lo ponen en claro las palabras del Salvador en el otro texto: “Todos los santos ángeles” vendrán con Él. El cielo quedará vacío porque todos sus refulgentes moradores acompañarán a Su Señor en el maravilloso viaje del cielo a la tierra.

Los ángeles tomarán una parte muy importante cuando el Hijo del hombre aparezca en las nubes del cielo, puesto que el Señor “enviará a sus ángeles con trompeta y gran voz; y juntarán sus escogidos de los cuatro vientos, del un cabo hasta el otro

Y en el salmo 50 versículos 3 y 4 leemos: “Vendrá nuestro Dios, y no callará; Fuego consumirá delante de él, Y tempestad poderosa le rodeará.
Convocará a los cielos de arriba, Y a la tierra, para juzgar a su pueblo
.”

¿Cómo vendrá? Los ángeles nos dicen: “Así como le habéis visto ir al cielo

¿Cómo se fue? En persona, revestido de su cuerpo visible. El se hallaba en medio de sus discípulos y les hablaba acerca de la obra que tendrían que ejecutar en adelante cuando “fue llevado arriba.” Y al elevarse, con las horadadas manos extendidas para bendecir “una nube le recibió, y le quitó de sus ojos

Así vendrá,” es decir, de la misma manera que le vieron ascender. A su vuelta “todo ojo le verá” Apoc. 1:7

“Una nube le recibió y le quitó de sus ojos.” Esta debió ser una nube de ángeles que habían venido para acompañarle a su regreso a la morada de su Padre.

Acerca de su venida al mundo, Juan dice: “He aquí viene con las nubes” Apoc. 1:7. Se presentará acompañado de los ángeles celestiales cuyo número, según dice la Escritura, será “millones de millones” Apoc. 5: 11.

Que se cometerán muchos engaños con motivo del segundo advenimiento se infiere claramente de las palabras de admonición que el Señor mismo pronunció con respecto a esto. En respuesta a las preguntas que le hicieron sus discípulos acerca de dicho acontecimiento, les dijo: “Mirad que nadie os engañe”. Y enseguida les mencionó los fraudes que se cometerían: -
Algunos vendrían diciendo en su nombre: “Yo soy Cristo”, y efectivamente ya ha habido muchos impostores de esa clase. Y se levantarán “falsos profetas” que darían “señales y prodigios”. Algunos dirían que Cristo estaba en el desierto,” otros que “en las cámaras,” o sea lo más retirado de la casa.
Habrá toda clase de teorías y de creencias para adormecer el alma de los hombres. Más nuestro Señor la desbarata todas con estas palabras: “Como relámpago que sale del oriente, y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre.” Mateo 24: 27.

Pero las patrañas de que se valdrá el enemigo serán tan artificiosas que “engañarán, si es posible, aun a los escogidos” Mateo 24:24.
A los escogidos de nuestra época nuestro Señor les hace también la advertencia: Mirad que nadie os engañe.”

¿Quién anunció la Gran tribulación?

Ésta fue mencionada textualmente por el Señor, en su respuesta a la pregunta de los discípulos acerca de la destrucción de Jerusalén y del Templo para algunos, esta explicación es conocida como “el Sermón profético”. Aquella pregunta de los discípulos, que para ellos -y para algunas personas de hoy- era una sola, pero que en realidad contenía tres asuntos distintos, y que ellos, por su falta de entendimiento hasta entonces, no podían comprender.

Los discípulos, como todo judío, con mucha satisfacción mostraban al Señor la grandeza de los edificios del Templo. Pero Él les respondió que todo eso sería derribado en un tiempo posterior. Ellos creyeron que ese acontecimiento tendría lugar en el fin del mundo, por lo que pidieron al Maestro: “Dinos, ¿cuándo serán estas cosas la destrucción del templo, que señales habrá de tu venida y del fin del mundo?” [Mateo 24.1-3]. En un análisis detenido de este capítulo, podemos ver que la respuesta del Señor incluye la respuesta a esos tres aspectos distintos.

Del versículo 15, hasta el hasta el 22, encontramos la respuesta para el punto central de la pregunta: la destrucción de Jerusalén, y del Templo. Y esa respuesta es una advertencia que el Señor hace a sus discípulos acerca de este hecho que tendría lugar algunos años después, la destrucción que el General Tito, de Roma, trajo sobre la Ciudad, lo que el Señor también mencionó en capítulo 23 de este mismo libro, después de pronunciar ocho ¡Ayes! de sentencia contra ese pueblo rebelde que le rechazó [23.37-39]. Sus palabras fueron: “Vuestra casa será dejada desierta”. Las advertencias del Maestro a sus discípulos fueron en el sentido de que estuvieran preparados, y también sobre qué hacer cuando estas cosas llegaran, ya que la mayoría de ellos todavía estarían con vida cuando estas cosas acontecieran, pues sería un “tiempo de grande tribulación, como nunca antes fue, ni será después” [Mateo 24.21]. Todo eso vendría como una consecuencia del rechazo del pueblo de Israel al Plan divino de la Salvación.

El Maestro dijo: “habrá entonces grande tribulación” [V.21]. Mas no en el fin del mundo, porque el Templo de Jerusalén, tan amado todavía por los apóstoles todavía en esos días, no está presente hoy, en nuestros días, pues éste fue saqueado, incendiado, destruido desde el año 70 de nuestra era, cuando Tito, el general de los ejércitos romanos, penetró en la ciudad con sus huestes, y éstas mataron a sus moradores y destruyeron todo a su paso. Esa destrucción, esa masacre perpetrada contra el pueblo judío, es la que anunció el Señor también anticipadamente por medio de la profecía llamada de las “Setenta Semanas”, en el libro de Daniel. Allí leemos que “Después del cumplimiento de las promesas anunciadas en esa profecía- por causa de las abominaciones del pueblo judío- vendría el desolador (el pueblo romano), y lo que estaba determinado -sobre el desolador- se derramaría también- sobre él” [Daniel 9.27]. En el Versículo 26 ya dice la profecía que “el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad”. Ese pueblo fue el pueblo romano, quien destruyó la ciudad santa de Jerusalén en ese tiempo.

El Señor Jesús, durante su disertación no separa en forma clara la respuesta a cada uno de los asuntos que los apóstoles incluyeron en su pregunta esto sucede muchas ocasiones en las Escrituras, como el apóstol Pedro dice: “hay cosas difíciles de entender”-, pero cuando dejamos que el Espíritu del Señor nos ilumine, entonces podemos entender los secretos de Dios. En Mateo 24, del versículo 4 al 14, habla en términos generales de algunos peligros que vendrían, desde aquellos primeros días hasta el final de los tiempos, sobre los creyentes o seguidores de Él: falsos Cristos, falsos profetas, persecución sobre los creyentes, guerras, terremotos, epidemias... Todos estos peligros han existido durante este tiempo, desde que el Señor se fue al cielo, por lo que Él advierte a sus seguidores que “tengan cuidado y no se dejen sorprender, sino que perseveren en la fe, hasta el final” [V. 14]. Pero en los versículos siguientes ya empieza a hablar sobre lo que concernía a la destrucción de la Ciudad.

El apóstol Pablo escribió lo siguiente: “Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba.
Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán
.” 1 Tes. 5: 1-3.

El que estudia la palabra de Dios no se quedarán en las tinieblas. El Señor les manda a sus discípulos: “Velad pues…porque cuando viniere de repente, no os halle durmiendo. Y las cosas que a vosotros digo, a todos las digo: Velad.” Marcos 13: 35-37. “Velad” ¿por qué cosa? Por las señales designadas por Él para indicar cuando se acerca su venida de manera que cuando el pueblo las reconozca se prepare para recibirle “con gozo” tan pronto como aparezca.

Pero para los que no velaren, para los que exclamaren que hay paz y seguridad y que nada puede saberse acerca de la venida del Señor, ésta se verificará tan de repente como la de un ladrón y el fin de ellos será la destrucción.

Entre éstos se encontrarán aquellos a quienes se refirió el Salvador cuando dijo: “Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos, vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes.” Mateo 24: 48-51.

Aunque no sepamos con exactitud ni el día ni la hora de la aparición de nuestro Señor, las instrucciones que Él nos ha dejado sobre el particular son tan precisas que bien podemos percibir que “aquel día se acerca.” Y prepararnos para salir a recibir a nuestro Rey con gozo y no con tristeza.

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
 
Re: Las 70 semanas

Bueno, para irritación de los descarriados historicistas, que tienen la desfachatez de querer instruirnos a los cristianos en cuanto a la ortodoxia, vamos a seguir con el testimonio de nuestros padres protestantes. En esta ocasión, iremos un poco más atrás que los tiempos de la reina Victoria y el deán Farrar. Esta vez le toca el turno a Henry Hammond, que vivió entre 1605 y 1660, y que es considerado por muchos el padre de la exégesis inglesa. En sus anotaciones sobre el Nuevo Testamento (), comentó lo siguiente a propósito de Mateo 16:28 y la naturaleza del regreso de Cristo:

"V.28. Viniendo en su reino. La cercanía entre esto y el relato de la Transfirugración de Cristo hace que para muchos resulte probable que esta venida de Cristo sea su Transfiguración, pero eso no puede ser, porque el versículo 27, acerca de la venida del Hijo del hombre en su gloria con sus Ángeles para recompensar, etc. (con lo que se conecta con claridad este versículo) no puede aplicarse a eso; Y hay otro lugar, Juan 21:23 (que puede contribuir a la comprensión de este) que habla de una venida real, y de una persona principal (conforme a lo que se dice aquí de algunos que están aquí) que había de permanecer, o no morir, hasta esa venida suya. Y eso sin duda fue cumplido en que Juan vio la pauoleoria, o famosa destrucción de los judíos, que había de ocurrir en aquella generación, Mat. 24, es decir, durante la vida de algunos allí presentes, y es llamado el reino de Dios, y la venida de Cristo, y en consecuencia aquí es sumamente probable que la venida del hijo del hombre en su reino (véanse las Notas sobre Mat. 3:2, y cap. 24:3.b.) o sea, su venida en el ejercicio de su oficio regio, para obrar venganza contra sus enemigos, y distinguir entre ellos y los creyentes fieles".

Más adelante, disertando nuevamente sobre la naturaleza de la venida de Cristo y Mateo 24, Hammond señala:

"Venida. [...] la presencia o la venida de Cristo que se nota en su libro que significa la destrucción de los judíos [...]. Una triple venida de Cristo hay. 1. en la carne para nacer entre nosotros, 2. en el día de la oscuridad para juzgar al mundo, 1 Cor. 15:23 y en muchos otros lugares; y aparte de estos, 3. una venida intermedia, en parte de venganza y en parte para la liberación de sus siervos; en venganza, visible y observable en sus enemigos que lo crucificaron (y primero en el pubelo de los judíos, aquellos de entre ellos que siguen impenitentes e incrédulos) y en misericordia para el alivio de los cristianos perseguidos. Así es cuatro veces en el cap. vers 27, 37, 39 y aquí.
"[...] Que este es el significado de su venida en gloria con sus ángeles, Mat. 16:27 ya se ha mostrado. Así de nuevo Mat. 26:64, su venida en las nubes del cielo, como los mismos judíos observaron, que esa frase significa la inflicción del juicio o el castigo, de modo que significa lo mismo aquí." (p. 119 de la edición hecha en 1829 de las Annotations on the New Testament).
 
Re: Las 70 semanas

En esta ocasión, como nuevo tirón de orejas a la herejía historicista, citaremos a un famoso intérprete metodista de la Biblia, nada más y nada menos que Adam Clarke (1715-1832). En su comentario dejó, entre otras, esta perla relativa a Mateo 24:29:

"Inmediatamente después de la tribulación, etc. Los comentaristas generalmente entienden que esto, y lo que sigue, del fin del mundo y de la venida de Cristo en juicio: pero la palabra muestra de inmediato que nuestro Señor no está hablando de ningún acontecimiento distante, sino de algo que iba a seguir inmediatamente a las calamidades ya predicha: y ello debe ser la destrucción de Jerusalén. [...]
"En el lenguaje profético, las grandes conmociones sobre la tierra se representan a menudo bajo la noción de conmociones y cambios en los cielos:
"La caída de Babilonia es representada por las estrellas y las constelaciones del cielo retirando su luz, y el sol y la luna oscureciéndose. Véase Isa. xiii. 9,10.
"La destrucción de Egipto, por el cielo encapotado, el sol envuelto con una nube, y la luna ocultando su luz. Eze. xxxii. 7,8.
"La destrucción de los judíos por Antíoco Epífanes es representada por la caída de parte del ejército del cielo, y por estrellas echadas por tierra. Véase Dan. viii. 10.
"Y esta misma destrucción de Jerusalén es representada por el profeta Joel, cap. ii. 30,31, mostrando prodigios en el cielo y en la tierra: Oscurecimiento del sol, y que la luna se convierta en sangre. Este modo general de describer estos juicios no deja lugar para dudar de la propiedad de su aplicación en el caso presente".

El bueno de Clarke también enseñó lo siguiente sobre Isaías 65 y Mat. 16:27, 28:
"Por lo tanto, concluyo que esta profecía no tiene ninguna relación con Judas Macabeo. Puede preguntarse: ¿A quién se refiere o con qué acontecimiento tiene relación? [...] a la destrucción de Jerusalén y del estado judío; que en el Evangelio recibe el nombre de la venida de Cristo y los días de retribución, Mateo 16:28; Lucas 21:22" (Isaías 65, p. 513).
 
Re: Las 70 semanas

Estimado eduardo martínez r. Saludos cordiales.

Los Preteristas buscan apoyo con esto. Mateo 16:28 “Verdaderamente os digo, hay algunos acá que no gustarán la muerte hasta que hayan visto al Hijo de Hombre viniendo en su reino."

Si la interpretación del preterista es correcta, entonces estos discípulos morirán después de que ellos experimentaran la traslación, en la venida de Jesús. Obviamente esto no puede ocurrir.

Juan es uno que vio en la visión en Patmos la venida de Jesús en Su reino, Pedro lo vio en el Monte de la Transfiguración: “Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz." Mateo 17.1,2

He aquí os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados. 1 Corintios 15.51

Aquí tenemos una de las escenas más sublimes en la vida terrenal de nuestro glorioso Señor. Es un panorama que manifiesta de antemano la gloria venidera, cuya interpretación inspirada se halla en 2 Pedro 1.16 al 18. Pedro, testigo auténtico de lo sucedido, nos asegura que no había nada aquí de fábulas artificiosas, sino que Él y sus condiscípulos, Juan y Jacobo, fueron

• testigos oculares: "habiendo visto con nuestros propios ojos"

• testigos auriculares, o sea, con los oídos: "le fue enviado desde la magnífica gloria una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia."

• testigos presenciales: "cuando estábamos con él en el santo monte."
Para Pedro fue una anticipación breve de la honra y gloria que el Padre tiene preparadas para su Hijo

Los Preteristas dicen que Jesús volvió alrededor de 70 d.C. Malaquías 3 dijo de Su retorno, "se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán a Jehová ofrenda en justicia. 4 Y será grata a Jehová la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, y como en los años antiguos." ¿Es verdad que en el 70 A. D la ofrenda de Judá y Jerusalén estaba agradando al Señor? Obviamente no es así.
Si Jesús volvió en el 70 A.D ¿Por qué la iglesia no lo notó? La Didache, escrita alrededor del principio del segundo siglo, esperaba que la Gran Tribulación y la apariencia del anticristo se hicieran realidad en el futuro.

No es posible que la segunda venida de Jesús no llegara a ser notada. "Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo de Hombre, y entonces todas las tribus de la tierra se lamentarán, y verán al Hijo de Hombre viniendo en las nubes de cielo con poder y gran gloria."

Caifás vivió en Judea durante el reinado de Tiberio y conspiró para lograr la condena y muerte de Jesús (Mateo 26:3, 57; Juan 11: 49-53, Juan 18: 13,14).
Y siendo Sumos sacerdotes Anás y Caifás, vino palabra de Dios a Juan hijo de Zacarías, en el desierto” Lucas 3:2.

Su segunda venida no será secreta, sino "todo ojo lo verá." Y todavía si Él ya volvió en el primer siglo, ¿cómo puede uno razonablemente explicar que no hay ningún registro escrito del evento?

Juan escribe en Apocalipsis:
“He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén” Apoc. 1: 7.

Caifás fue sumo sacerdote por dieciocho años, del año 18 al 36 d.C. Posiblemente consiguió esa posición al casarse con la hija de Anás, quien fue cabeza de un poderoso clan de sumos sacerdotes (JUAN 18:13) Caifás es el infame líder de la conspiración para crucificar a Jesús.

En una reunión de líderes religiosos, Caifás dijo: “Es mejor que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca” (JUAN 11:50) El se estaba refiriendo a la posible intervención de las autoridades romanas si las enseñanzas de Jesús causaban inquietud. Sus palabras fueron proféticas en cuanto a que Jesús murió por la gente, por toda la gente de la tierra, como un sacrificio por el pecado.

Después que Jesús fue arrestado, fue llevado a la casa de Caifás y detenido allí esa noche. Los guardias se burlaron de El y lo golpearon (Lucas 22:63-65)

En la mañana siguiente El fue interrogado y golpeado de nuevo. Caifás le preguntó: “¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?” “Yo soy” respondió Jesús (Marcos 14:61-62) Luego Caifás envió a Jesús a Pilato para ser juzgado.

La Biblia señala que el Sumo sacerdote Caifás se encuentra entre aquellos que participaron en el juicio y condena de Jesús, sabemos que este Sumo sacerdote era saduceo:

Entonces, levantándose el Sumo sacerdote y todos los que estaban con él, esto es, la secta de los saduceos, se llenaron de celos” Hechos 5: 17.

Entonces el sumo sacerdote, levantándose en medio, preguntó a Jesús, diciendo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican éstos contra ti?
Mas él callaba, y nada respondía. El sumo sacerdote le volvió a preguntar, y le dijo: ¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?

Y Jesús le dijo: Yo soy; y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo” Marcos 14: 60-62.

La tumba de Caifás en concreto fue descubierta en 1992 d.C., por arqueólogos israelíes.

Esta tumba, es el lugar donde se le dió sepultura a Caifás, también llamado José Caifás, o Cayafás , y se halló en uno de los osarios, una inscripción en hebreo: "Jehosef bar [hijo de] Caifa (Caifás)"

Después de la crucifixión de Jesús, Caifás continuó persiguiendo a la iglesia primitiva. Llevó a los apóstoles delante de los líderes religiosos y les dijo: “Les dimos órdenes estrictas de no enseñar en ese Nombre, sin embargo, ustedes han llenado Jerusalén con sus enseñanzas y están determinados a hacernos culpables de la sangre de ese hombre (Jesús). Pedro y los otros apóstoles respondieron: Debemos obedecer a Dios antes que a los hombres (Hechos 5:28-29).

Caifás está a la espera de ver el regreso de nuestro Señor cuando despierte a la llamada durante la resurrección parcial de Daniel 12: 2. Allí se cumplirán las palabras de nuestro Señor: "y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo"

El libro de Daniel dice: "Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua" Daniel 12: 2

Jesús había llorado sobre la predestinada ciudad, y con espíritu contristado había exclamado: "¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!
He aquí vuestra casa os es dejada desierta."
Mateo 23: 37, 38.

Registradas están en las Sagradas Escrituras las lecciones del pasado para provecho de los que tengan que pasar por un trance semejante, y esas lecciones serán de partícular importancia para los que vivan en los postreros tiempos, en los cuales vendrán juicios y calamidades sobre un mundo impenitente. Así como los que acataron los avisos proféticos que el Salvador les diera, lograron librarse de la destrucción que le sobrevino a Jerusalén, así en medio de los peligros de los últimos días, podrán los hombres ponerse a salvo siguiendo los consejos consignados en las Sagradas Escrituras.

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
 
Re: Las 70 semanas

Estimado josé roldán. Saludos cordiales.

Tú dices:

QUERIDAS: EMR -GABRIEL47-ELG Y PORQUE NO CAJIGA

muchas muchas gracias por lo que he aprendido de ustedes
es un tema muy profundo,y me gusto el devate,por
eso me gusta este foro cristiano,porque hay replica,
esos temas muy poco se dan en la denominacion donde asisto
para mi fue de gran nutricion espiritual
y tambien aprendi de CAJIGA pero de lo que no se debe de hacer
en un foro,( querer opinar sin tener argumentos)
la polemica de ustedes tres era sana,pero entra cajiga, a meter sizaña
yo creo que eso es bueno, porque EL le pone la sal y la pimienta
y eso existe asta dentro de nuestras propias iglesias

Respondo: Debo señalarte que pertenezco al género masculino, también debes saber que el pastor Cajiga, ha dado muy buenos argumentos y opiniones de las que muchos hemos aprendido, además el siempre ha adoptado una posición amplia de respeto y ecuanimidad. Que lo han tratado de denigrar, no es cosa de otro mundo, ya que al no poder ir en contra de los argumentos, buscan dañar la imagen de la persona. ¡Acá hay muchos fariseos y chismosos! que aplican el dicho: "El fin justifica los medios"

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
 
Re: Las 70 semanas

A los sectarios del adventismo no les disgusta en absoluto citar a autores protestantes como el ya nombrado Frederic W. Farrar cuando creen que ello redunda en su agenda malvada. Así, por ejemplo, el libro adventista Questions on Doctrine, recientemente reeditado por la Andrews University Press, cita a Farrar como “testigo” evangélico favorable a las “verdades” adventistas del sábado y de la inmortalidad “condicional”. Pero ahora resulta que, según embusteros patológicos como el tal “Marlon” de este foro, el pobrecito de Farrar, que tan buenos servicios prestó sin querer a la causa de la “verdad presente” (léase “el persistente error adventista”), no era evangélico porque era preterista. ¡Qué cínicos llegan a ser estos farsantes del adventismo! Repasemos la evaluación que hizo Farrar en 1882, centrada en el libro de Apocalipsis, en cuanto a la interpretación preterista y las demás:
“Ha habido tres grandes escuelas de interpretación apocalíptica: 1. Los preteristas, que consideran que el libro se ha cumplido en gran medida. 2. Los futuristas, que lo asignan a acontecimientos que son aún enteramente futuros. 3. Los intérpretes históricos continuos, que ven en él un esbozo de la historia cristiana desde los días de San Juan hasta el fin de todas las cosas. La segunda de estas escuelas –los fururistas– siempre ha sido pequeña, y en la actualidad se puede decir que es inexistente.
“La escuela de intérpretes históricos fue fundada por el abad Joaquín a comienzos del siglo XIII, y floreció en especial en los primeros cincuenta años del siglo actual. [Hay dos escuelas de intérpretes que convierten al Apocalipsis en una profecía de toda la historia cristiana. La escuela de Bengel, Vitringa, Elliott, etc., lo convierten principalmente en una historia de la Iglesia. Otra escuela lo considera de forma más general, y menos específica, como un esbozo de épocas de la Historia del mundo y de las grandes fuerzas que lo moldean en un Reino de Dios. A esta última escuela pertenecen Hengstenberg, Ebrard, Auberlen, etc.].
“Los puntos de vista de los preteristas han sido adoptados, con diversos matices de modificación, por Grocio, Hammond, Leclerc, Bousset, Eichorn, Hug, Wetstein, Ewald, Herder, Zullig, Bleek, DeWette, Lucke, Moses Stuart, Davidson, Volkmar, Krenkel, Dusterdieck, Renan, y casi le escuela en bloque de críticos e intérpretes alemanes. Suele decirse que el jesuita español Alcázar, en su Vestigatio arcani sensus in Apocalpysi (1614), fue el fundador de la Escuela Preterista, y, desde luego, parece que a él debe asignarse el crédito de haber sido el primero en enunciar con claridad el punto de vista natural de que el Apocalipsis, como todos los demás apocalipsis conocidos de la época, describe acontecimientos casi contemporáneos, y está concebido para presagiar el triunfo de la Iglesia en la lucha primero con el judaísmo y luego con el paganismo. Pero a mí me parece que el fundador de la Escuela Preterista no es otro que el propio San Juan. Porque él consigna que Cristo le dijo, cuando estuvo en el Espíritu, ‘Escribe las cosas que ves, y LAS COSAS QUE SON, y las cosas que están a punto de ocurrir después de estas cosas’. Sin duda, ninguna fraseología podría definir con más claridad el contenido del Apocalipsis. Está concebido para describir el estado contemporáneo de las cosas en la Iglesia y en el mundo, y los acontecimientos que habían de seguir en secuencia inmediata. Si la Escuela Histórica puede torcer las últimas palabras para convertirlas en una indicación de que (en contra de toda analogía) hemos de adoptar un esquema simbólico e ininteligible de muchos siglos, la Escuela Preterista puede en todo caso aplicar esta palabras: ‘LAS COSAS QUE SON’, para vindicar la aplicación de una gran parte del Apocalipsis a acontecimientos casi contemporáneos, a la vez que dan también el significado natural a la siguiente oración, al entenderla referida a acontecimientos que estaban entonces en el horizonte. El Vidente dice enfáticamente que los acontecimientos futuros que tiene que presagiar ocurrirán con prontitud [Compárse Tachu (Apoc. 22.5, 16; iii.11; xi.14; xxii.20). Es curioso ver con qué extraordinaria facilidad los comentaristas explicas la expresión perfectamente simple y nada ambigua ‘rápido’ para que signifique cualquier lapso temporal que ellos puedan elegir. La palabra ‘inmediatamente’ en Mat xxiv.29 ha sido sometida a un manoseo similar, en lo que abunda verdaderamente toda la eisegesis de la Escritura. El no ver que la caída de Jerusalén y el fin de la Dispensación Mosaica fue un ‘Segundo Advenimiento’ –y EL Segundo Advenimiento contemplado en muchas de las profecías del Nuevo Testamento– ha llevado a multitud de errores] y el punto focal recurrente de todo su libro es la cercanía del Advenimiento. El lenguaje sencillamente carece de significado si ha de ser manipulado por cada comentarista sucesivo de forma que “prontamente” y “cerca” denoten siglos de demora. […]
“Pero, aparte de las palabras del mismísimo San Juan, no puede concederse que la concepción central de la exégesis preterista sea una mera novedad del siglo XVII. Al contrario, podemos remontar a los primeros tiempos la aplicación de diversas visiones a los primeros emperadores de la Roma pagana. Así, Justino Mártir creía que el anticristo sería una persona que estaba a punto de aparecer, que reinaría tres años y medio. [Dial. c. Tryph. p. 250] Ireneo también pensaba que el anticristo, presagiado por la bestia salvaje, sería un hombre; y que ‘el número de la bestia’ representaba Lateinos, ‘un latino’ [Iren. Haer. v. 25] Más adelante, aportará evidencia abundante de una tradición de la antigua Iglesia que identificaba a Nerón con el anticristo, y que esperaba su regreso literal, igual que los judíos aguardaban el regreso literal del profeta Elías. San Victorino (hacia 303 d.C.) cuenta los cinco emperadores muertos desde Galba, y supone que, después de Nerva, la Bestia (que él identifica con Nerón) volverá a la vida. ["Bestia de septem est quoniam ante ipsos reges Nero regnavit."] San Agustín menciona una opinión similar. [De Civ. Dei, xx.19] El pseudo Prócoro, escribiendo sobre Apoc. xvii. 10, dice que el ‘que es’ se refiere a Domiciano. El obispo Andreas, en el siglo V, aplica Apoc. vi.12 al asedio a Jerusalén, y considera que el Anticristo será ‘como un rey de los romanos’. El obispo Aretas, sobre Apoc. vii., da a entender que el Apocalipsis se escribió antes de la Guerra Judía. No puede decirse que los fragmentos de comentarios antiguos que poseemos tengan mucho valor intrínseco, pero bastan para demostrar que la tendencia de la exégesis moderna se acerca tanto a las tradiciones más antiguas como la de la Escuela Histórica. Es un hecho especialmente importante que San Agustín, igual que muchos otros, reconociera el carácter parcial de retrogresión e iteración de las visiones posteriores, y, con ello, autorizó uno de los principios más importantes de la interpretación moderna. [Id. ib. 17.]
“La evidencia interna de que el libro se escribió antes de la Caída de Jerusalén ha satisfecho no solo a muchos comentaristas cristianos, que han sido estigmatizados envidiosamente de ‘racionalistas’, sino incluso a autores como Wetstein, Lucke, Neander, Stier, Auberlen, Ewald, Bleek, Gebhardt, Immer, Davidson, Dusterdieck, Moses Stuart, F.D. Maurice, el autor de ‘The Parousia’, el deán Plumptree, a los autores de la Protestanten-Bibel y montones más no menos dignos del respeto de todos los cristianos.
“No obstante, si el lector aún considera con prejuicio y sospecha a la única escuela de exégesis apocalíptica que une los sufragios de los más doctos comentaristas en Alemania, Francia e Inglaterra, no sé adónde habrá de acudir. La razón por la que la fecha temprana y la explicación casi contemporánea del libro gana día a día nuevos partidarios entre pensadores sin prejuicios de cada Iglesia y escuela, es en parte porque descansa en una base tan simple y segura y en parte porque ninguna otra puede competir con ella. Verdaderamente, es el único sistema que está edificado sobre las afirmaciones e indicaciones llanas y repetidas del propio Vidente, y los acontecimientos correspondientes están tan de acuerdo con los símbolos como para dar por seguro que este sistema de interpretación es el único que puede sobrevivir. Puede que basten algunas muestras para demostrar cuán completamente están en las nubes los demás sistemas.
“Supongamos que el estudiante ha averiguado que en viii.13 la auténtica lectura es ‘una sola águila’, no ángel; sin embargo, ya sea águila o ángel, quiere saber qué significa el símbolo. Se vuelve a los comentaristas, y descubre que se explica que es el Espíritu Santo (Victorino); o el papa Gregorio Magno (Elliott); o el propio San Juan (DeLyra); o San Pablo (Zeger); o el mismísimo Cristo (Wordsworth). Los preteristas en general lo interpretan sencillamente como un águila, el símbolo bíblico de una carnicería –estando sugerido el símbolo no por el parecido de la palabra ‘¡ay!’ (‘ouai’) con los chillidos del águila, sino por el uso del mismo símbolo para el mismo propósito por nuestro Señor en su discurso sobre las cosas que habían de venir. [Mat. xxiv.28.]
“¡Pero esto no es nada! El estudiante quiere averiguar qué se denota con la estrella que cae del cielo en ix.1. La Escuela histórica le dejaré escoger entre un espíritu maligno (Alford); un hereje cristiano (Wordsworth); el emperador Valente (DeLyra); Mahoma (Elliott); y, entre otros, ¡Napoleón (Hengstenberg)!
“La confusión se profundiza según vamos avanzando. Las langostas son “los herejes” (Beda); o los godos (Vitringa); o los vándalos (Aureolo); o los sarracenos (Mede); o las órdenes mendicantes (Brightman); o los jesuitas (Scherzer); o los protestantes (Belarmino).
“Reina la misma diversidad inacabable y sin norte en todas las obras de los intérpretes históricos; ninguno de ellos parece satisfacer a nadie salvo a sí mismo. La elaborada interpretación antipapal de Elliott –de la cual (para mostrar que disto de moverme por prejuicios) puedo mencionar que hice un estudio minucioso y un resumen completo cuando contaba diecisiete años– hay que consignarla al olvido. El señor Faber admite que no hay el menor acuerdo en cuanto a las primeras cuatro trompetas entre los autores de su escuela, y dice con razón que ‘una circunstancia tan curiosa bien puede catalogarse de oprobio para la interpretación apocalíptica, y puede naturalmente llevarnos a sospechar que la auténtica clave a la aplicación diferenciada de las primeras cuatro trompetas no se ha encontrado aún’.
“Y no es que a esa escuela le vaya mejor cuando llegamos a los siete truenos. Son siete oráculos desconocidos (Mede); o acontecimientos (Ebrard); o las siete cruzadas (Vitringa); o los siete reinos protestantes (Dunbar); o la bula papal contra Lutero (Elliott).
“Las dos alas de la gran águila de xii.14 son los dos Testamentos (Wordsworth); o las divisiones oriental y occidental del imperio (Mede, Auberlen); o el emperador Teodosio (Elliott).
“El número de la Bestia –que en la actualidad se entiende que, con certeza, designa a Nerón– se ha hecho que sirva para Genserico, Benedicto, Trajano, Pablo V, Calvino, Lutero, Mahoma, Naopoleón, por no mencionar muchas otras interpretaciones que nadie ha aceptado jamás, salvo sus autores. [La mayoría de las conjeturas menos serias apuntan a Roma, al Imperio romano o al emperador romano].
“Es innecesario presentar más ejemplos. Podrían multiplicarse casi indefinidamente, pero su multiplicidad no es tan decisiva para la futilidad de los principios por los que se seleccionan como la diversidad de los resultados, que es más amplia que los polos que los separan. ¿Qué podemos decir de métodos que nos dejan escoger entre la aplicabilidad de un símbolo al Espíritu Santo o al papa Gregorio o a los dos Testamentos o al emperador Teodosio? En cambio, cualquiera que acepte el sistema preterista encuentra un amplio y creciente consenso entre los investigadores competentes de todas las naciones, y puede ver una explicación del libro que es simple, natural y noble, una explicación que sigue de cerca sus propias indicaciones y que está en armonía con lo que se encuentra en todo el Nuevo Testamento. Ve que los acontecimientos, principalmente contemporáneos, proporcionan una interpretación clara en sus contornos, aunque necesariamente incierta en detalles menores.
“Quien adopte el punto de vista de los espiritualizadotes, puede a su albedrío hacer que los símbolos signifiquen cualquier cosa en general y nada en particular.
“Si está en la Escuela Histórica debe de dejar que las corrientes de Gieseler o Gibbon lo arrastre aquí o allí al arbitrio del comentarista particular en quien de momento confíe.
“Pero si sigue la directriz de una exégesis más razonable, puede avanzar con paso seguro en una senda que se hace más nítida con cada nuevo descubrimiento” (The Early Days of Christianity, tomo 2, cap. 2).
No parece que el bueno de Farrar estuviese al tanto de los disparates interpretativos del adventismo (de las herejías propugnadas por White, Smith, Andrews y compañía). De haberlo estado, seguro que no habría sido tan ácido con Elliot, Alford o Hengstenberg. Quizá ahora los adventistas puedan comprender un poco mejor por qué el historicismo se defuncionó el 22 de octubre de 1844. La basura acaba yendo al basurero.
 
Re: Las 70 semanas

Estimado eduardo martínez r. Saludos cordiales.


Hay una gran verdad que los preteristas al igual que los otros antiadventistas desean que no salga a la luz y es que tenemos un gran sacerdote sobre la casa de Dios

“Ahora bien, el punto principal de lo que se ha dicho es éste: tenemos tal sumo sacerdote, el cual se ha sentado a la diestra del trono de la Majestad en los cielos” Hebreos 8:1

Qué Jesús es nuestro Gran Sumo Sacerdote ministrando en el Santuario Celestial, abogando por sus hijos es una Gran verdad.

El 22 de octubre de 1844, se inició su labor en el Lugar Santísimo del Santuario.

“y no por medio de la sangre de machos cabríos y de becerros, sino por medio de su propia sangre, entró al Lugar Santísimo una vez para siempre, habiendo obtenido redención eterna” Hebreos 9:12

"Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo,” Hebreos 10:19

Jesús es el reemplazo completo y mejorado de todo el santuario terrenal en su conjunto, dado que A TRAVÉS DE ÉL (y sólo Él), es como ahora tenemos acceso a Dios, y Dios mora en nosotros (ya no más sacrificios de corderos, inciensos, velos, aguas, panes, candelabros, mesas, etc

En este sentido la Biblia es muy clara. Si tenemos “libertad para entrar en el Lugar Santísimo” por la sangre de Jesús, es evidente que dicha Sangre reemplaza todo el ritual del antiguo Israel que permitía, como ya hemos dicho, el acceso a Dios, y la cohabitación de éste con Israel. Ahora, es a través de Jesucristo como accedemos a él, y Él a nosotros permitiendo la comunión o la cohabitación.

“Entonces, hermanos, puesto que tenemos confianza para entrar al Lugar Santísimo por la sangre de Jesús, por un camino nuevo y vivo que El inauguró para nosotros por medio del velo, es decir, su carne,” Hebreos 10:20

“y puesto que tenemos un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, teniendo nuestro corazón purificado de mala conciencia y nuestro cuerpo lavado con agua pura. Mantengamos firme la profesión de nuestra esperanza sin vacilar, porque fiel es el que prometió; y consideremos cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras, no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros , y mucho más al ver que el día se acerca” Hebreos 10:21-25

Como tú has citado el Libro Questions on dictrines, debo señalar que en los años cincuenta (1950), el Sr. Walter Martin y el Sr. Barnhouse, ambos evangélicos influyentes en aquella época, estaban a punto de llamar a la IASD como culto o secta, debido a sus creencias peculiares. Ambos Sres. pidieron reunirse con la oficialidad de la IASD, a los cuales se accedió, a discutir los temas que inquietaban a los grupos evangélicos y especialmente al Sr. Martin y al editor de una influyente revista, el Sr. Barnhouse.
Luego de reuniones con la oficialidad de la IASD, salió a la luz en 1957 el libro QOD (Questions on Doctrines o Preguntas Sobre Doctrina), en el cual se describía que Cristo no tenía una naturaleza como la de los demás humanos, sino que para Cristo, fue imposible pecar, porque su naturaleza humana estaba exenta de la posibilidad de pecar. De allí se desprende que ya Cristo no podía ser uno de nosotros. También el don profético de la Hna. White fue atacado e igualmente la doctrina del santuario fue desacreditada. El libro QOD, tenía que ser publicado por las publicadoras denominaciones de la IASD- como trato con el Sr. Martin y Barnhose- para que la IASD no fuera a recibir el trato de culto o secta.
El libro QOD pasó a ser el libro de texto de las Universidades de teología Adventistas y todavía se publican citas sobre ese libro en las lecciones de Escuela Sabática y otras publicaciones denominacionales.

Veamos lo que dice Andreasen.

La Expiación

Es posible que el estudiante reflexivo de la expiación quede perplejo al encontrar en el Espíritu de Profecía dos grupos de declaraciones que parecen ser contradictorias, en relación con la expiación. Encontrará que cuando Cristo “se ofreció a sí mismo en la cruz, fue hecha una perfecta expiación por los pecados del pueblo” Signs of the Times, 28 de Junio de 1899. También encontrará que el Padre se inclinó delante de la cruz “en reconocimiento de su perfección. ´Es suficiente´, dijo. ´La expiación está completa´ ”. Review and Herald, 24 de Septiembre de 1901.

Pero en el Gran Conflicto encontrará esto: “... al término de los 2.300 días en 1.844, Cristo entró en el Lugar Santísimo del santuario celestial para llevar a cabo la obra final de la expiación” GC: 422. En Patriarcas y Profetas, en la página 357, leo que los pecados “permanecerán registrados en el santuario hasta la expiación final” (en 1.844). La página 358 declara que “en la expiación final los pecados de los verdaderos penitentes serán borrados de los registros del cielo”. Primeros Escritos 253, dice que “Jesús entró en el Lugar Santísimo del [santuario] celestial, al término de los 2.300 días de Daniel 8, en 1.844, para efectuar una expiación final ...”.

El primer grupo de declaraciones dice que la expiación fue hecha en la cruz; el otro dice que la expiación final fue hecha 1800 años más tarde. He encontrado siete declaraciones diciendo que la expiación fue hecha en la cruz; tengo 22 declaraciones diciendo que la expiación final fue hecha en el cielo. Ambas cifras están indudablemente incompletas; deben haber otras que han escapado a mi atención. Es evidente, sin embargo, que no voy a aceptar un grupo de declaraciones y rechazar el otro, si es que quiero llegar a la verdad. La pregunta entonces, es: ¿Son las declaraciones verdaderas? ¿Las hay falsas? ¿O son todas verdaderas? Si es así, ¿cómo pueden armonizar?
Quedé perplejo cuando en la revista Ministry de Febrero de 1957, encontré la declaración de que “el acto sacrificial de la cruz (fue) una expiación completa, perfecta y final”. Esto estaba en clara contradicción con las declaraciones de la Sra. White, de que la expiación final comenzó en 1844. Pensé si no pudiera tratarse de un error de impresión, y escribí a Washington llamando la atención sobre el asunto, pero encontré que no había sido un error de impresión, sino una declaración oficial y aprobada. Si aún tenemos el Espíritu de Profecía como autoridad, entonces tenemos dos creencias contradictorias: (a) la expiación final fue concluyó en la cruz, (b) y la expiación final comenzó en 1844.

Continuará...
 
Re: Las 70 semanas

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"Definición de Expiación.-
He escuchado varias discusiones sobre el significado de la palabra hebraica “kaphar”, que es la palabra usada en el original para expiación, pero me han ayudado poco. La mejor definición que he encontrado es una pequeña frase explicatoria en Patriarcas y Profetas 358, que declara llanamente que “esta gran obra de expiación, o borrar los pecados, estaba representada por los servicios del día de la expiación”.
Esta definición está en armonía con Lev. 16:30 que dice “porque en este día se hará expiación por vosotros, y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Jehová”. La expiación se iguala aquí con el ser “limpios de todos vuestros pecados”. Como el pecado fue la causa de la separación entre Dios y el hombre, quitar el pecado uniría nuevamente a Dios con el hombre. Y esto sería volver a estar de acuerdo, en unidad de mente (NT.: se hace aquí un juego de palabras, ya que en inglés, la palabra “atonement”, que quiere decir expiación, se compone de tres partes: at-one-ment, que significa “de-una-mente”).
Cristo no necesitaba de ninguna expiación, ya que Él y el Padre siempre fueron uno (Juan 10:30). Cristo oró por sus discípulos “que todos sean uno; así como tú, Padre, estás en mí, y yo en ti, que ellos también puedan ser uno en nosotros” Juan 17:21.
La definición de expiación en términos de esas tres palabras (at-one-ment), es considerada por algunos como obsoleta, y sin embargo representa una verdad vital. La Sra. White la usó. Dijo: “a menos que acepten la expiación provista para ellos en el sacrificio de Jesucristo el cual es nuestra expiación, at-one-ment, con Dios” Manuscrito 122, 1901.
El plan de Dios es “reunir todas las cosas en Cristo, en el cumplimiento de los tiempos establecidos” Efe. 1:10. Cuando esto se efectúa, “la familia del cielo y la familia de la tierra son una” DTG: 835. Entonces, “un pulso de armonía y gratitud resuena por toda la vasta creación” GC: 678. Finalmente la expiación está completa.
Dos Fases de la Expiación.-
La mayor parte de la confusión relativa a la expiación surge de la negligencia en reconocer las dos partes de la expiación. Note lo que se dice de Juan el Bautista, “Él no distinguió claramente las dos fases de la obra de Cristo, como un sufrido sacrificio y como un rey conquistador” DTG: 136-137. El libro Questions on Doctrine cometió el mismo error; no distinguió claramente; en verdad no distinguió nada; parece que no sabía nada de las dos fases; de ahí nació la confusión."

Continuará
 
Re: Las 70 semanas

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"La Primera Fase.-

La primera fase de la expiación de Cristo fue la de un sacrificio sufriente. Comenzó antes que existiese el mundo, incluyó la encarnación, la vida de Cristo en la tierra, la tentación en el desierto, el Getsemaní, el Gólgota, y terminó cuando la voz de Dios llamó a Cristo de “la pétrea prisión de la muerte”. El capítulo 53 de Isaías es un vívido cuadro de todo esto.
Satanás venció a Adán en el huerto del Edén, y en un corto periodo de tiempo casi todo el mundo ha caído bajo su dominio. En el tiempo de Noé, hubo solamente ocho personas que entraron en el arca. Satanás reclamaba ser el príncipe de este mundo, y nadie se lo había discutido.

Pero Dios no reconoció la pretensión satánica de dominio, y cuando Cristo vino a la tierra, el Padre “dio al mundo en las manos del Hijo, el cual a través de su obra mediadora vindicaría completamente la santidad y la vigencia de cada precepto de la ley divina”. Bible Echo, Enero de 1887. Esto fue un desafío a las pretensiones de Satanás, y así comenzó en serio la gran controversia entre Cristo y Satanás.

Cristo tomó “el lugar del caído Adán. Con los pecados del mundo colocados sobre Él, caminaría sobre el terreno donde Adán cayó” Review and Herald, 24 de Febrero de 1874. “Jesús hizo frente voluntariamente a los más elevados requerimientos de la ley”. Review and Herald, 02 de Septiembre de 1890. “Cristo se hizo Él mismo responsable por cada hombre y mujer de la tierra” Review and Herald, 27 de Febrero de 1900.

Como Satanás reclamaba la pertenencia de la tierra, fue necesario que Cristo venciera a Satanás antes que Él pudiera tomar posesión de su reino. Satanás sabía esto, y entonces trató de matar a Cristo en cuanto nació. Sin embargo, como no sería justa una contienda entre Satanás, y un indefenso niño nacido en un pesebre, Dios frustró esto.

El primer encuentro real entre Cristo y Satanás tuvo lugar en el desierto. Después de 40 días de ayuno, Cristo estaba débil y demacrado, a las puertas de la muerte. Fue aquí donde Satanás lo atacó. Pero Cristo resistió, aún “hasta la sangre”, y Satanás fue compelido a retirarse derrotado. Pero no se dio por vencido. A través de todo el ministerio de Cristo, Satanás lo siguió obstinadamente, e hizo de cada momento una dura batalla.

El Getsemaní.-
El clímax de la lucha entre Cristo y Satanás, vino en el huerto del Getsemaní. Hasta aquí, Cristo había sido sostenido conociendo la aprobación de su Padre. Pero ahora “estaba dominado por el terrible miedo de que Dios estaba retirando su presencia de Él” 3 Espíritu de Profecía: 95. Si Dios lo abandonase, ¿podría aún resistir a Satanás y morir antes que ceder? “Tres veces la humanidad se encogió ante el último y gran sacrificio ... El destino de la humanidad tembló en la balanza” 3 Espíritu de Profecía: 99. “La presencia del Padre se había retirado, lo vieron afligido con una amargura de dolor que excedía aquella de su última batalla con la muerte” DTG: 759

. “Cayó moribundo al suelo”, pero con su último gramo de fuerza murmuró, “Si esta copa no puede ser pasada de mí a menos que yo la beba, que así sea ...”. “Una paz celestial reposó sobre su faz manchada de sangre. Tenía que cargar aquello que ningún ser humano podría jamás cargar; porque Él experimentó los sufrimientos de la muerte de cada hombre” DTG: 693-694. En su muerte, fue victorioso.

“Cuando Cristo dijo, ‘consumado es’, Dios respondió, ‘está consumado, la raza humana podrá tener otra oportunidad’. El precio de la redención está pagado, y Satanás cayó como un rayo del cielo” Manuscrito 11, 1897.

“Mientras el Padre contemplaba la cruz, estaba satisfecho. Dijo, –es suficiente, la ofrenda está completa” Signs of the Times, 30 de Septiembre de 1899. Fue necesario, sin embargo, que le fuese dada al mundo una severa manifestación de la ira de Dios, y así, “en la tumba Cristo fue el cautivo de la justicia divina” M. V. F., 24 de Febrero de 1898. Tenía que haber abundante testimonio de que la muerte de Cristo fue real, de tal manera que tuvo que permanecer “en la tumba el tiempo asignado” Review and Herald, 26 de Abril de 1898. Cuando expiró el tiempo, un “mensajero fue enviado para liberar al Hijo de Dios del débito del cual se había hecho responsable, y por el cual había hecho plena expiación” Manuscrito 94, 1897.

“En la oración intercesora de Jesús con su Padre, afirmó que había cumplido las condiciones que obligaban a que el Padre cumpliera también su parte del contrato hecho en el Cielo, en relación con el hombre caído. Oró: ‘He terminado la obra que tú me diste para hacer’”. La Sra. White entonces hace la siguiente explicación: “Esto es, había forjado un carácter justo en la tierra como un ejemplo para que los hombres lo siguieran” 3 Espíritu de Profecía: 260.
El “contrato” entre el Padre y el Hijo hecho en el Cielo, incluyó lo siguiente: 1.- El Hijo desarrolló un “carácter justo en la tierra como un ejemplo para que los hombres lo siguieran”. 2.- No solamente desarrolló Cristo tal carácter, sino que demostró que el hombre también podía hacerlo; y así el hombre sería “más precioso que el fino oro, más precioso que el oro acuñado de Ofir”. 3.- Si Cristo podía así presentar al hombre como una nueva criatura en Cristo Jesús, entonces Dios “recibiría los arrepentidos y obedientes, y los amaría tanto como ama a su Hijo” 3 Espíritu de Profecía: 260; DTG: 790.
Cristo “cumplió una fase de su sacerdocio muriendo en la cruz por la raza caída. Ahora está cumpliendo otra fase, rogando delante del Padre en favor de los pecadores arrepentidos y creyentes, presentándole a Dios las ofrendas de su pueblo” Manuscrito 42, 1901. “En su encarnación alcanzó el límite prescrito como sacrificio, pero no como Redentor” Manuscrito 11, 1897. En el Gólgota fue la víctima, el sacrificio. Eso fue lo máximo que pudo hacer como sacrificio. Pero ahora su obra como Redentor comenzó. “Cuando Cristo dijo ‘consumado es’, la mano invisible de Dios rasgó el resistente velo del templo desde arriba hacia abajo. Quedaba despejado el camino al Lugar Santísimo” Manuscrito 11, 1897.

Con la cruz, terminó la primera fase de la obra de Cristo como un “sacrificio sufriente”. Había alcanzado los “límites prescritos” como sacrificio. Había terminado su obra “hasta ahí”. Y ahora, con la aprobación del Padre para el sacrificio, fue autorizado para ser el Salvador de la humanidad. En la coronación que tuvo lugar 40 días después, se le dio todo el poder en el cielo y en la tierra, y fue oficialmente establecido como sumo Sacerdote."

Continuará...
 
Re: Las 70 semanas

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"La Segunda Fase.-
“Después de su ascensión, nuestro Salvador comenzó su obra como nuestro sumo Sacerdote ... En armonía con el servicio típico, comenzó su ministerio en el Lugar Santo, y al término de los días proféticos en 1844 ... entró en el Lugar Santísimo para efectuar la última parte de su solemne obra, para purificar el santuario” 4 Espíritu de Profecía: 265- 266. En la misma página 266, la hermana White repite, con la evidente intención de enfatizar, “al término de los 2300 días, en 1844, Cristo entró en el Lugar Santísimo del santuario celestial, en la presencia de Dios, para efectuar la obra final de la expiación preparatoria para su venida”. El lector no puede dejar de notar cuan clara y enfáticamente se declara eso. Juan el Bautista “no distinguió claramente las dos fases de la obra de Cristo, como un sacrificio sufridor y como un rey conquistador” DTG: 136-137. Nuestros teólogos están cometiendo el mismo error hoy en día, y son por lo tanto inexcusables. Tienen la luz que Juan no tuvo.

Al estudiar esta parte de la expiación, estamos entrando en un terreno que es claramente Adventista, y en el cual diferimos de todas las otras denominaciones. Esta es nuestra única contribución a la religión y la teología, la cual “nos ha hecho un pueblo separado, y le ha dado carácter y poder a nuestra obra” Consejos para Escritores y Editores: 54. En el mismo lugar, E. White nos alerta contra el dejar “sin efecto las verdades de la expiación, y destruir nuestra confianza en las doctrinas que hemos mantenido como sagradas desde que el triple mensaje angélico fue dado por primera vez”.
Este es un consejo vital, y escrito para este preciso instante, cuando se están haciendo esfuerzos por algunos entre nosotros, para que tengamos otras creencias, de tal manera que seamos iguales a las iglesias que nos rodean, un cuerpo evangélico y no una secta. Pablo, en sus días, tuvo que enfrentar la misma herejía. Fue acusado de ser un “tipo pestilente”, un “cabecilla de la secta de los nazarenos” Hechos 24:5. En su respuesta delante de Félix, Pablo confesó que “según el camino que ellos llaman herejía, así sirvo al Dios de mis padres; creo todas las cosas que en la ley y los profetas están escritas” Hechos 24: 14. En aquellos días los hombres se refirieron despectivamente a la iglesia como si fuese una secta, tal como lo están haciendo ahora los hombres. Pablo no se perturbó por causa de esto. No tenemos ningún registro de que él tratase de hacer que la iglesia del Dios viviente fuese reconocida como un cuerpo evangélico por hombres que pisoteaban la ley de Dios en el polvo. Al contrario, sea lo que pudieran decirle a él o a su “secta”, él confesó que creía “en todas las cosas que están de acuerdo con la ley y que están escritas en los profetas” Versículo 14.

El diario religioso, Christianity Today, declaró el 3 de Marzo de 1958, que “los Adventistas están luchando vigorosamente para ser verdaderamente evangélicos. Quieren ser vistos de esa manera”. Mencionando el libro Questions on Doctrine, dice que “es la respuesta Adventista al problema de si deben ser vistos como una secta o como una denominación evangélica”. También declara más adelante que “el libro” es publicado en un esfuerzo por convencer al mundo religioso de que somos evangélicos, y de que somos uno de ellos.

Esta es una situación muy interesante y peligrosa. Un oficial que no estaba de acuerdo con lo que se estaba haciendo, me dijo: “Nos están vendiendo”. ¡Qué espectáculo para el cielo y la tierra! La iglesia del Dios viviente a la cual se le ha dado la comisión de predicar el evangelio a cada criatura bajo el cielo y a llamar a los hombres para que salgan de Babilonia, está ahora a la puerta de esas iglesias pidiendo permiso para entrar y para volverse uno de ellos. ¡Cómo ha caído el poderoso! Si su plan hubiese tenido éxito, podríamos haber sido miembros de alguna asociación evangélica y no más una distintiva iglesia Adventista del Séptimo Día. “Vendida en secreto”. Esto es más que apostasía. Esto es abandonar el Adventismo. Es el saqueo de todo un pueblo. Es negar la dirección de Dios en el pasado. Es el cumplimiento de lo que el Espíritu de Profecía dijo hace algunos años:
“El enemigo de las almas ha hecho suponer que una gran reforma debería hacerse entre los Adventistas del Séptimo Día, y que esta reforma consistiría en abandonar las doctrinas que permanecen como los pilares de nuestra fe, y entrar en un proceso de reorganización. Si esta reforma hubiese sido hecha, ¿cuál habría sido su resultado? Los principios de la verdad que Dios en su sabiduría ha dado a la iglesia remanente, serían descartados. Nuestra religión sería cambiada. Los principios fundamentales que han sostenido la obra en los últimos cincuenta años serían tenidos por error. Se establecería una nueva organización. Serían escritos libros de un nuevo orden. Sería introducido un sistema de filosofía intelectual ... No se permitiría que nada se interpusiera en el camino de este nuevo movimiento” Serie B, Nº2, páginas 54-55.

“No seáis engañados; muchos se apartarán de la fe dando atención a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios. Tenemos ahora delante de nosotros el alfa de este peligro. El omega será de una naturaleza asombrosísima” Idem, 16.

“Cuando los hombres que están en la posición de dirigentes y profesores trabajen bajo el poder de ideas espiritistas y sofisterías, ¿guardaremos silencio, por miedo a perjudicar sus influencias, mientras las almas están siendo engañadas? ... Aquellos que se sienten tan apacibles en relación a las obras de los hombres que están despojando la fe del pueblo de Dios, están siendo guiados por un sentimiento ilusorio” Idem 9, 11.

“Se necesitan ahora renovadas energías. Necesitamos acción vigilante. La indiferencia y la indolencia resultarán en la pérdida de la religión personal y del cielo ... Mi mensaje a usted es: No consienta por más tiempo en escuchar la perversión de la verdad sin protestar. Debemos rehusar firmemente a ser alejados de la plataforma de la verdad eterna, la cual desde 1844 ha soportado la prueba” Idem 14-15, 50.

“He dudado y me he demorado en enviar lo que el Espíritu del Señor me ha impelido a escribir. No quería ser compelida a presentar la influencia engañosa de esas sofisterías. Pero en las providencias de Dios, los errores que se han introducido tienen que ser enfrentados” Idem, 55.

“¿Que influencia es esa, que llevaría a los hombres en esta etapa de nuestra historia a trabajar secretamente para derribar las bases de nuestra fe, las bases que fueron colocadas al comienzo de nuestra obra a través de un estudio con oración de la palabra, y por la revelación? Sobre estas bases hemos estado construyendo los últimos cincuenta años. ¿Se asombrarían ustedes si yo veo el comienzo de una obra que removerá algunos de los pilares de nuestra fe, y no tuviese algo que decir? Tengo que obedecer la orden. ¡Enfréntenlo!” Idem, 58.

Todo esto estaba escrito para enfrentar la apostasía en el periodo alfa. Estamos ahora en el periodo omega, del cual la hermana White dijo que vendría, y que sería de una “naturaleza asombrosísima”. Y las palabras aún son más aplicables ahora que entonces. ¿Será el lector de “los que son tan apacibles en relación con las obras de los hombres que están engañando la fe del pueblo de Dios”? Idem, 11. “¿Guardaremos silencio por miedo a perjudicar sus influencias, mientras las almas están siendo engañadas? Idem, 9. Es tiempo de levantarse y ser contado entre los fieles. Ha habido algunas veces en que he sido tentada a pensar que estoy sola, así como lo pensó Elías. Pero Dios le dijo que habían otros 7000. Hay más que eso hoy en día, gracias a Dios. Necesitan darse a conocer, y lo están haciendo. Son muy alentadoras las cartas que estoy recibiendo. Es con profundo dolor que me doy cuenta que no puedo escribirles a todos. Estoy abrumado de trabajo.

La muerte de Cristo en la cruz corresponde al momento en que en el día de la expiación el sumo sacerdote había justamente matado al corderito del Señor en el atrio. La muerte del corderito era necesaria, ya que sin su sangre no podía haber expiación. Pero la muerte en sí misma no era la expiación, aunque fuese el primer y necesario paso. La hermana White habla de la “expiación comenzada en la tierra” 3 Espíritu de Profecía: 261. La Escritura dice: “Es la sangre la que hace la expiación” Lev. 17:11. Y, desde luego, no podía haber sangre hasta que no hubiese tenido lugar la muerte. Sin un ministerio de la sangre, el pueblo estaría en la misma posición que aquellos que en la pascua mataron al cordero pero dejaron de poner la sangre en el marco de la puerta. “Y veré la sangre”, dice Dios, “y pasaré de vosotros” Éxodo 12:13. La muerte era inútil sin la ministración de la sangre. Era la sangre lo que importaba.

Es la sangre la que tiene que ser aplicada, no “un acto”, “un gran acto”, “un acto sacrificial”, “un acto expiatorio”, “el acto de la cruz”, “los beneficios del acto de la cruz”, “los beneficios de la expiación”, expresiones todas que son usadas en Questions on Doctrine, pero es cuidadosamente evitada toda referencia a la sangre. No es un acto de ninguna especie el que tiene que ser aplicado. Es la sangre. Sin embargo, en las 100 páginas del libro que tienen que ver con la expiación, ni una sola vez se menciona que la sangre sea aplicada, o ministrada. ¿Puede ser esto apenas un descuido, o es intencional?
¿Estamos enseñando una expiación sin sangre? El hermano Nichols declara correctamente la posición Adventista cuando dice, “Creemos que la obra expiatoria de Cristo por el pecado más bien comenzó, y no terminó en el Calvario” Respuestas a Objeciones: 408. Esto fue publicado en 1952. Deberíamos estar interesados en ver lo que la nueva edición va a decir. Muchos están esperando para saber qué es lo que deben creer en este importante asunto."

Continuará...
 
Re: Las 70 semanas

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"La Expiación con Sangre.-

Aquí hay algunas expresiones del Espíritu de Profecía en relación a la expiación con sangre: “Jesús estaba vestido con ropas sacerdotales. Él miró con piedad al remanente, y entonces levantó sus manos, y con voz llena de piedad dijo, ‘¡Mi sangre, Padre, mi sangre, mi sangre, mi sangre!’ ” Primeros Escritos: 38.

“Él apareció en la presencia de Dios como nuestro gran sumo Sacerdote, listo para aceptar al arrepentido, y para responder las oraciones de su pueblo, y, a través de los méritos de su propia justicia, presentarlos al Padre. Él levantó sus manos heridas a Dios, y reclamó su perdón comprado por la sangre. Yo los he grabado en las palmas de mis manos, imploró. Aquellas heridas memorables de mi humillación y angustia le aseguran a mi iglesia los mejores dones de la omnipotencia” 3 Espíritu de Profecía: 261-262.

“El arca que contiene las tablas de la ley está cubierta con el trono de la misericordia, ante el cual Cristo implora (intercede) su sangre en beneficio de los pecadores” GC: 415.

“Cuando en el servicio típico el sumo sacerdote dejaba el Lugar Santo en el Día de la Expiación, él entraba delante de Dios para presentar la sangre de la ofrenda por el pecado, en beneficio de todo Israel que genuinamente se había arrepentido de sus pecados. Así Cristo había apenas completado una parte de su obra como nuestro intercesor, para entrar en otra parte de la obra, y aún implora (intercede) con su sangre ante el Padre en beneficio de los pecadores” Idem: 429.

Cristo está “ahora oficiando delante del arca de Dios, implorando (intercediendo) con su sangre en beneficio de los pecadores” Idem: 433.
“Cristo, el gran sumo Sacerdote, implorando con su sangre ante el Padre en beneficio de los pecadores, llevó sobre su corazón el nombre de cada alma arrepentida y creyente” Patriarcas y Profetas: 351.

“Así como Cristo en su ascensión apareció en la presencia de Dios para implorar (interceder) con su sangre en beneficio de los creyentes penitentes, así el sacerdote en el ministerio diario asperjaba la sangre del sacrificio en el lugar santo en beneficio de los pecadores” Patriarcas y Profetas: 357.

“La sangre de Cristo, si bien liberaba al pecador arrepentido de la condenación de la ley, no cancelaba el pecado; este permanecería en los registros del santuario hasta la expiación final” Patriarcas y Profetas: 357.
Y con todas estas declaraciones ante el autor de Questions on Doctrine, ni una sola vez menciona la sangre como siendo aplicada o ministrada."

Continuará...
 
Re: Las 70 semanas

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"La Expiación Final.-

“El Padre ratificó el pacto hecho con Cristo, que Él recibiría a los hombres obedientes y arrepentidos, y que los amaría tal como ama a su Hijo”. Esto, tal como se ha dicho, fue bajo la condición de que “Cristo completase su obra, y satisficiese lo que estaba empeñado, para ‘hacer del hombre algo más precioso que el fino oro; más precioso que el oro fino de Ofir’ ” DTG: 790. “Esto Cristo lo garantiza” 3 Espíritu de Profecía: 250.

Cuando Cristo dijo en su oración sumo-sacerdotal, “He terminado la obra que me diste para hacer” (Juan 17:4), la hermana White comenta: “Él forjó un carácter justo en la tierra como un ejemplo para que los hombres lo siguieran” 3 Espíritu de Profecía: 260.

Al forjar este carácter justo, Cristo demostró que puede ser hecho. Pero ¿pueden otros hacer lo mismo? Eso también tenía que ser demostrado. Cristo había garantizado que se podía. Ahora Cristo tenía que hacer buena su palabra empeñada.

El carácter no se crea. Se hace; se desarrolla; se construye a través de muchas pruebas y tentaciones. Al comienzo Dios nos da una pequeña prueba, y después una mayor, y aún una más fuerte. Poco a poco la resistencia a la tentación se hace más fuerte, y después de algún tiempo ciertas tentaciones ya no son más tentaciones. Un hombre puede tener una gran lucha con el cigarrillo, pero al final sale victorioso, y su victoria puede ser tan completa que el cigarrillo no sea más una tentación.

Idealmente, así debería ser con cada tentación. La santidad no se consigue en un día. “La redención es aquel proceso a través del cual el alma es entrenada para el cielo” DTG: 330. Un hombre puede ganar victorias todos los días, pero aún así no lo ha conseguido. El mismo Pablo tuvo que admitir que él no “lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto”. Pero impávido exclama, “sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús”. Fil. 3:12.

Cristo se ha empeñado en hacer el hombre “más fino que el oro”, más fino que el oro de Ofir. En esta obra el hombre no tiene que ser un instrumento sumiso solamente; él tiene que tomar parte activa. Note estas citas:
“La redención de la raza humana fue planeada para darle al hombre otra oportunidad” Manuscrito 14, 1898. “El plan de la salvación fue designado para redimir la raza caída, para darle al hombre otra oportunidad” Signs of the Times, 26 de Abril de 1899. Dios “miró a la víctima que estaba expirando en la cruz, y dijo, ‘Consumado es. La raza humana tendrá otra oportunidad’ ” Youth´s Instructor, 21 de Junio de 1900. “Que el transgresor pueda tener otra oportunidad ... el eterno Hijo de Dios se interpuso Él mismo para llevar el castigo de la transgresión” Review and Herald, 8 de Febrero de 1898. “Él sufrió en nuestro lugar para que el hombre pudiese tener otra oportunidad y otra prueba” Special Instruction Relating to the Review and Herald Office, página 28. “Al ser aceptado Jesús como nuestro substituto y garante, cada uno de nosotros será aceptado si pasamos la prueba y la oportunidad por nosotros mismos” Review and Herald, 10 de Junio de 1890. “El Salvador venció para mostrarle al hombre como tiene que vencer”. “El hombre tiene que obrar con su poder humano, ayudado por el poder divino de Cristo, para resistir y para vencer aún al costo de él mismo. En resumen, el hombre tiene que vencer así como Cristo venció ... El hombre tiene que hacer su parte; tiene que ser victorioso por su propia cuenta, a través de la fuerza y de la gracia que Cristo le da” 4 T: 32-33.

Cristo se ha empeñado en hacer vencedores a los hombres; Él lo ha “garantizado”. No fue una labor fácil; pero la obra de la expiación no estuvo terminada hasta que, y a menos que Él la hiciera. Y así Cristo perseveró hasta la realización de su empeño. De la última generación, de los más débiles entre los débiles, Cristo selecciona un grupo con el cual pueda demostrar que el hombre puede vencer así como Cristo venció. En los 144.000 Cristo resultará justificado y glorificado. Demuestran que es posible para el hombre vivir una vida según la voluntad de Dios bajo todas las condiciones, y que el hombre puede finalmente permanecer “a la vista de un Dios santo sin intercesor” GC: 614. El testimonio les es dado a ellos, “que han permanecido sin intercesor a través del derramamiento final de los juicios de Dios” GC: 649. “Son los escogidos, coherederos con Cristo en el gran hogar del cielo.
Vencieron, así como Él venció” Manuscrito, 28 de Noviembre de 1897. Se nos hace la invitación, “Ahora, mientras nuestro gran sumo Sacerdote está haciendo la expiación por nosotros, debemos procurar llegar a ser perfectos en Cristo” GC: 623.

Continuará...