En una reflexión anterior discutimos acerca de la fecha del nacimiento de Yahshua, y porque definitivamente no fue el 25 de diciembre. En mi experiencia personal, la mayoría de las personas a las que se les brinda esta información no tienen problemas en aceptarlo. Sin embargo, el problema viene cuando se les explica un asunto aun mas serio: porque se celebra el nacimiento de Yahshua el 25 de diciembre, y mas aun, porque un creyente NO debe participar de esta celebración.
Para comenzar, la palabra “Navidad” es una contracción de la palabra “Natividad”, lo cual significa “nacimiento de la vida”. Esta palabra, la cual procede del término en latín “Nativitas”, se utilizaba para hacer referencia al día del nacimiento de un emperador romano, o para conmemorar su ascensión al trono. Por lo tanto, demás está decir que fue la Iglesia Católica la que le dio este nombre a la festividad, impulsó la celebración de ésta, y de ahí en adelante fue heredada por todas las iglesias evangélicas y protestantes, las cuales proceden, directa o indirectamente, de la Iglesia Católica. También podemos comprobar fácilmente esto observando cuidadosamente el término americano para la Navidad: “Christmas”. “Christmas” es una palabra compuesta por los términos “Christ” (que quiere decir “Cristo”) y “Mass” (que quiere decir “misa”).
Para entender de dónde surge la celebración de la Navidad (y de varias celebraciones más que proceden del catolicismo) como la tenemos hoy día, es importante entender lo siguiente: la Iglesia Católica, en su intento por hacer del cristianismo la religión universal, adoptó las creencias de los pueblos a los cuales “evangelizaba”, y las mezcló con verdades encontradas en las Escrituras, creando así medias verdades que eran fácilmente aceptadas y adoptadas por los pueblos debido a la gran similitud cultural y pertinencia que tenían para ellos estas falacias. Usando esta estrategia, la Iglesia Católica fue, poco a poco, absorbiendo las creencias paganas de muchos pueblos, sacrificando la pureza del evangelio por una mayor aceptación.
Entonces, ¿de donde se adoptó la celebración de la Navidad? La contestación la encontramos en la Saturnalia Romana, o Saturnales. Esta fiesta romana se celebraba aproximadamente del 17 al 23 de diciembre, los cuales eran los días más oscuros del año, en honor a la deidad llamada Saturno, dios de la agricultura. La celebración se iniciaba con un sacrificio al dios Saturno, el cual se realizaba en el templo de esta deidad. Era caracterizada por ser una festividad de mucha alegría, tipo carnaval, en la que se acostumbraba a invertir los papeles entre los esclavos y los dueños, y a intercambiarse regalos, como parte de la celebración.
La festividad culminaba con la celebración del “Natalis Solis Invicti” o nacimiento del Sol Invicto, el cual se conmemoraba el 25 de diciembre. Según la creencia, en ese día el Sol triunfaba sobre las tinieblas, por lo que daba lugar a que los días fuesen más largos y calientes, indicando que el invierno estaba por culminar. Por esta razón, el Sol era visto como un dios, y se le rendía culto durante esta celebración.
Otra celebración que tomaba lugar el 25 de diciembre es el nacimiento de Mitra, dios de origen persa y adoptado por algunos sectores romanos, al cual se le describía como el “dios de la luz solar”. Era creencia común que Mitra había nacido de una roca, y que pastores de las llanuras adyacentes habían ido a adorarle ese día. ¿Le suena familiar?