Re: LA TRINIDAD ES UNA DOCTRINA PAGANA
Moroni,
De esto se desprende que según tú el Padre y el Cristo son Jehová. Pero la biblia no expresa eso.
Dice la escritura:
Salmo 110:1 Jehová dijo a mi Señor:
«Siéntate a mi diestra,
hasta que ponga a tus enemigos
por estrado de tus pies.»
¿Quién es aquel a quien David llama Señor (adoni) que está a la diestra de Jehová Dios?
Según Hechos 2:33-36, aquel a quién David llama Señor es a Cristo. Juan 1:1 dice que el Verbo ha estado junto al Padre por toda la eternidad.
La escritura dice que Jehová es el Dios de los antepasados:
Éxodo 3:15 Entonces Dios dijo otra vez a Moisés:
“Esto es lo que habrás de decir a los hijos de Israel: ‘Jehová el Dios de sus antepasados, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado a ustedes’.
Primeramente, con relación a Exodo 3:14,15 te comento lo siguiente: La mayoría de los exégetas afirman, al igual que A.T. Robertson (citado en numerosas ocasiones por la Watchtower), que "EGO EIMI" (YO SOY) en Juan 8:58 se contrasta con "ABRAAM GENESTHAI" (Abraham naciese). Se contrasta el nacimiento de Abraham con la eternidad de Cristo. En el idioma usual, con la palabra griega "PRIN" en una oración positiva con infinitivo (el segundo aoristo medio de "GINOMAI") y el acusativo de referencia general: "antes que Abraham llegase a la existencia o hubiese nacido", implica que se contrasta el nacimiento de uno, con la eternidad de otro, en este caso: Abraham y Cristo. Según Robertson, indudablemente Jesús reclama existencia eterna (Words Pictures of the New Testament, vol. 5, pp. 158, 159). Por tal razón en Hebreos 7:1-3, se compara a Cristo con Melquisedec. En el relato de Génesis 14:17-20, no se menciona ni el nacimiento, ni la genealogía, ni la muerte de Melquisedec y en ese sentido, según el autor de la epístola a los Hebreos, es semejante a Cristo. El Hijo de Dios no tiene principio ni fin de días: es eterno. Ese es el mensaje de Hebreos 7:3.
En Juan 8:58 Jesucristo utilizó el verbo (gr. EIMI) en tiempo presente activo indicativo, no en tiempo pasado (aoristo). Si él hubiese querido decir que él llegó a la existencia antes que Abraham, hubiese sido absurdo utilizar "EGO EIMI". Si los judíos hubiesen entendido que Jesucristo dijo que él nació antes que Abraham, entonces no hubiesen tomado piedras para apedrearle (Juan 8:59). ¿Sabes por qué le iban a apedrear? Por la blasfemia de hacerse igual a Dios. Así lo entendieron ellos. Ellos si sabían muy bien lo que Jesucristo estaba diciendo.
La expresión griega “GINOMAI”, no sólo es utilizada en Juan 8:58, sino también en Juan 1:14: “Y aquel Verbo se hizo (gr. “GINOMAI”) carne..." En este versículo la palabra griega "GINOMAI" implica entrar en una nueva existencia como hombre. En otras palabras, la palabra griega “GINOMAI” en Juan 8:58 es utilizada para establecer la llegada a la existencia de Abraham, no así de Cristo. La expresión griega “EGO EIMI” (ἐγώ εἰμι) implica existencia continua en el tiempo, sea pasado, presente o futuro.
La Watchtower posee los derechos del Nuevo Testamento Griego Interlinear de Westcott y Hort. Es una obra erudita y en dicha traducción, en Juan 8:58 la expresión griega "EGO EIMI" (ἐγώ εἰμι) es traducida como "Yo soy". Westcott, en su comentario sobre el evangelio de Juan (“Gospel of S. John”), comenta que dicha expresión griega (ἐγώ εἰμι) en Juan 8:58, significa: “timeless existence” (existencia sin tiempo), en otras palabras: existencia eterna. Comenta Westcott que en este pasaje se contrasta lo creado con lo no creado, lo temporal y lo eterno. Es precisamente este elemento el que la Watchtower pasa por alto.
En Exodo 3:14, 15 se usan las expresiones hebreas: “EHYEH” y “YHWH”. La primera (“EHYEH”) proviene del verbo “HAYAH”, que significa ser o existir. La segunda (“YHWH”) es el tetragramatón, o nombre sagrado de Dios, que se traduce como Yahweh, o Jehová. El tetragramatón también viene del verbo “HAYAH” y denota existencia eterna. Su traducción literal es "el que existe" y se puede traducir como “El Eterno”. Por lo tanto, negar la clara conección que existe entre “EGO EIMI”, “EHYEH” y “YAHWEH”, es desconocer el sentido de tales expresiones en los idiomas originales y aun más, es pasar por alto la interpretación que los contemporaneos de Jesucristo le dieron.
La Versión Septuaginta (versión griega del Antiguo Testamento) traduce la expresión hebrea "EHYEH ASHER EHYEH" (Yo Soy el que Soy) por la frase griega "EGO EIMI HO ON" (ἐγώ εἰμι ὁ ὤν) (Yo Soy El Ser). Amparados en esa traducción algunos creen que no existe conección alguna entre Exodo 3:14 y Juan 8:58. Tal razonamiento es incorrecto. Primeramente, el primer "EHYEH" de la expresión hebrea "EHYEH ASHER EHYEH" ( אהיה אשר אהיה ) se traduce como "EGO EIMI"( ἐγὼ εἰμί) en la Septuaginta. El segundo "EHYEH" de la misma expresión se traduce como "HO ON" (El Ser). Para entender mejor este asunto es indispensable conocer algo sobre los pronombres en el Hebreo del Antiguo Testamento. La letra Aleph ( א) en "EHYEH" (אהיה) es lo que se conoce en el idioma Hebreo bíblico como un preformativo, que en este caso, indica la primera persona del síngular: Yo. Por lo tanto traducir la expresión hebrea" ( אהיה אשר אהיה ) como "YO SOY el que SOY" expreza muy bien la misma idea de existencia eterna que expreza "YO SOY" en Juan 8:58. Fue precisamente esa idea la que Cristo quizo transmitir a los incrédulos fariseos.
Segundo, la expresión hebrea "EHYEH" proviene del verbo ser ó estar, al igual que la palabra griega "EIMI". El nombre sagrado de Dios en Hebreo es "YHWH" (יהוה). Al igual que "EHYEH", "YHWH" proviene del mismo verbo ser o estar. En Hebreo el preformativo (י) en el nombre de Dios (יהוה) indica la tercera persona del síngular: El. Por lo tanto, el nombre de Dios puede traducirse literalmente como: "El es", "El existe". Ambas expresiones implican existencia eterna. Por tal razón algunas versiones modernas traducen el tetragramatón Hebreo como: El Eterno. Cuando Jesucristo dijo: "Yo soy", estaba hablando de su existencia eterna y por tal razón los fariseos entendieron que se estaba adjudicando el título de Jehová. Por eso tomaron piedras para apedrearle por la blasfemia de adjudicarse el título divino (Juan 8:59).
Y dice también: Deuteronomio 6:4 ”Escucha, oh Israel: Jehová nuestro Dios es un solo Jehová. La biblia no dice que Dios fue un hombre ni que Cristo llego a ser Dios como su Padre.
"Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es." Deuteronomio 6:4
En el idioma Hebreo bíblico existen dos palabras para designar uno. Veamos: "ECHAD" = uno. ECHAD, además de hablar de
uno en singular, nos habla de un uno compuesto: un ejército, una familia, un pueblo, una pandilla, un grupo. Es la palabra
que se usa para uno, en Génesis 2:24, donde el hombre y la mujer "serán una(ECHAD) sola carne". En Génesis 11:6, "Y dijo
Jehová: He aquí el pueblo es uno (ECHAD)..." En este versículo, ECHAD denota un uno compuesto, o sea, una pluralidad. Según la Concordancia Exhaustiva de la Biblia de Strong, la palabra hebrea "ECHAD" viene de la raíz "ACHAD", que se traduce como unificar. Esta palabra también se traduce como uno en singular en otros versículos de la Biblia. Por lo tanto afirmar que este versículo dice que Jehová es una sola persona es llevar este versículo a un extremo objetable. Lo cierto es que esta palabra también apunta hacia una pluralidad.
La otra palabra hebrea que se traduce en el Antiguo Testamento Hebreo como uno es "YACHID". Esta palabra se traduce como uno, único, solo. Strong dice que "YACHID" viene de la raíz hebrea "YACHAD", que significa "ser uno". Ejemplos de su uso los encontramos en Génesis 22:2, donde dice: "...Toma ahora a tu hijo, tu único (YACHID), Isaac..." y Jueces 1:34, donde dice: "ella era sola, su hija única (YACHID)..." Si Moisés hubiese querido afirmar que Dios es una sola persona, debió haber escrito este versículo tal y como lo hizo Maimonides y utilizar la palabra Hebrea "YACHID" en vez de "ECHAD".
El texto Hebreo original dice: "...YAHWEH ECHAD." O sea, que Jehová pudiera ser una entidad plural. Por tal razón, Dios
habla en plural en Génesis 1:26; 3:22; 11:7, y los serafines dicen: "...Santo, santo, santo es Jehová de los ejércitos..."
El mismo Jesús nos dio una fórmula bautismal donde se instruye a bautizar en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (S. Mateo 28:19). La evidencia de la pluralidad en Dios es contundente en la Biblia. Negar este hecho es torcer las
Escrituras a conveniencia o por ideas religiosas propias.
Cuando Cristo dijo que él y el Padre eran uno (S. Juan 10:30), se refiere a que son unidos. Ese concepto Jesús lo aclara en
Juan 17:20,21, donde él oró al Padre para que sus discípulos sean uno, así como él y el Padre son uno. El versículo 23 dice:
"...para que sean perfectos en unidad". De todos modos, lo que realmente dice Deuteronomio 6:4, es que Jehová es el único
Dios. Además, el Nuevo Testamento marca una clara diferencia de personas, cuando habla del Padre y del Hijo. Son distintos, no son la misma persona. El Padre envía al Hijo (S. Juan 3:16), el Hijo ora al Padre, el Padre habla desde el cielo mientras Jesús sube del agua al ser bautizado (S. Mateo 3:16, 17). No solo eso sino que en esa ocasión, el Espíritu Santo desciende del cielo en forma de paloma. Son tres personas distintas, pero obran en perfecta unidad (S. Juan 17: 20-23). Leyendo los capítulos 14 al 16 del evangelio de Juan el lector verá que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son tres personas distintas. El libro de Deuteronomio, fue escrito por Moisés en un tiempo cuando la idolatría era una práctica común y los pueblos tenían múltiples deidades que competían con Jehová Dios. Moisés dice que Dios es el verdadero Dios y no los dioses paganos de los pueblos vecinos. Algunos utilizan este versículo para promover la idea de que este versículo apunta a una sola persona, en singular.
Así lo afirman los modernos modalistas, que afirman que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son una misma persona. En otras palabras, que uno se divide en tres, o que uno se convierte en el Padre, o en el Hijo, o en el Espíritu Santo. Tal cosa carece de sentido y no tiene respaldo bíblico. Otros dicen que el Padre es el único Dios verdadero, y que el Hijo es un ser creado. Tal posición carece de apoyo bíblico ya que la Biblia es contundentemente clara al hablar de la eternidad del Hijo y de su divinidad absoluta, no prestada.
Que Dios te bendiga.