Hay tradiciones y Tradiciones...
Toda la Biblia es tradición, la que recogieron y escribieron los apóstoles y sus allegados, todo antes del siglo II (como muy tarde el año 110). Seguro que otras muchas cosas que contaron los apóstoles han llegado a nuestros días más o menos bien, no lo niego, pero de eso tenemos menos seguridad y hay que verlo con lupa, con espíritu crítico (pero sin prejuicios).
Todas nuestras iglesias tienen magisterio, nos guste o no, el sólo hecho de que los libros de la Biblia sean unos y no otros... es decisión de la Iglesia, decisión de los primeros siglos. Otras cosas como la definición clara de doctrinas como la Trinidad son también de esos siglos (aunque muy demostradas en la Sagrada Escritura) pero no podemos despreciar la claridad y precisión con la que la hemos heredado de los primeros padres.
Nosotros no adoramos un libro, ni nuestra fe es un libro. Es una relación con Dios, y ese Dios se ha relacionado con su Santa Iglesia a lo largo de estos 2000 años, no podemos olvidar nuestra historia. La actuación del Espíritu Santo es presente.
Y ya sé que muchos tomarán estas palabras como argumentos favorables para las invenciones de sus respectivas religiones... pero sinceramente, si una doctrina concuerda con la Biblia no es mala (tampoco necesaria para ser creída, como defendemos los protestantes cuando ésta es superflua), si no concuerda con la Biblia por mucha tradición que sea, amigos, hay un problema: o la Biblia se equivoca o la Tradición lo hace, y aquí prima la más antigua y más confiable. Y nadie duda que es la Biblia.