Para IBERO:
@IBERO
De Salmo51 a ChatGPT o1:
Hola. Te paso algunas instrucciones. Llamarás “biblia” o “la biblia” únicamente al canon de 66 libros y deberás responder solo en base a éste. No tendrás en cuenta los libros apócrifos, ni la tradición cristiana, tanto la católica, como protestante. Ni las enseñanzas de las llamadas iglesias, ni el magisterio católico, ni sus dogmas, ni los concilios, ni a los llamados padres de la iglesia. No estarás obligado a responder lo que no esté respondido en la biblia. No inventes, ni teatralices, ni agregues, ni especules. Te limitarás a las enseñanzas de Jesús y a la doctrina de los apóstoles. Lo que no éste respaldado en la biblia no tendrá ninguna validez. No tomarás en cuenta interpretaciones de la biblia encontradas en internet.
Necesito desarrollar una idea en base a la biblia. Yo creo que hay una justicia ordinaria o común o básica y que aparte es única. Y que esta justicia se alcanza mediante una LEY y por OBRAS. Déjame extenderme. Esta LEY expresaría algo así como un contrato o pacto entre el soberano y los súbditos que van a ser medidos en justicia. Todo lo demandado por la justicia deberá estar tipificado en esta LEY y los jueces no podrán juzgar fuera de esta. De modo que si existe alguna misericordia o perdón también deberán estar aclarados en dicha LEY. Lo que no está en esa LEY no existe. Si se traspasa la LEY en un solo ítem uno se vuelve irremediablemente INJUSTO salvo que haya alguna cláusula que imponga alguna disciplina para restaurar la posición inicial de justicia. Entonces no se puede inculpar de transgresión toda acción u obra que no esté prohibida en la ley. ¿Se entiende?Bueno. Ahora te voy a decir cuál fue la ley primaria y de un solo mandamiento que volvió injusto al hombre y que por su transgresión entró la muerte a la raza humana. Génesis 2 16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; 17 más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás. Como podrás ver no tiene cláusula alguna de misericordia, ni ningún tipo de perdón incluido. Justicia por OBRAS y bajo la LEY. Dios puso a Adán bajo una LEY y lo juzgó por sus OBRAS. Génesis 3 17 Por cuanto comiste (OBRA) del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. 19 con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. (MUERTE) Entendemos que Dios había creado al hombre sin muerte o sea sin fecha de vencimiento, aunque no importa porque debía mantener la sana costumbre de alimentarse del árbol de la vida toda vez que este diera sus frutos para extender su metabolismo indefinidamente. Cuando peca y se vuelve irreparablemente INJUSTO, Dios lo aparta del árbol de la vida para que no siga comiendo de él y viva para siempre gracias a su ingesta.Y como Dios es JUSTO y SANTO y no puede desdecirse, al pecar el hombre adquiere un destino de muerte que ni Dios puede cambiar. El hombre debe morir si o si y por eso decimos que se perdió y que necesita salvación. Algo SUPERIOR que pueda solucionar este asunto si volver INJUSTO a Dios. No nos olvidemos que Dios le dijo MORIRÁS mientras que satanás le dijo que no moriría. Si Dios lo perdonaba entonces Dios se volvería mentiroso y satanás verás.La idea es correcta. Dios debe crear una nueva justicia aparte de la justicia que es por la LEY y por OBRAS para RE MEDIR, RE EVALUAR en justicia al INJUSTO y no violentar su JUSTICIA primaria. Por otro lado, necesita INTERPONER MUERTE como bien dijiste. Porque si la justicia determinó que el hombre debe MORIR, en su salvación alguna MUERTE debe existir. O sea que no se anula la sentencia. Pero por otro lado no hay una "sustitución" porque si la hubiese, nosotros entonces no moriríamos y sin embargo morimos igual. Lo que si hay es el permiso para resucitar y volver a tener una segunda oportunidad. Es algo así como que nosotros morimos por nuestros pecados y como nuestra vida es a cambio de nuestra injusticia, la muerte no nos puede soltar y nos debe retener. Pagamos con nuestra vida y nuestra vida queda a cambio en pago. Entonces viene Cristo y nos compra con su pago y su vida por la nuestra y el Padre la acepta y le entrega los muertos para resurrección. ¿Se entiende la diferencia?Pero la diferencia es muy importante. No es lo mismo nacer y no morir que nacer y morir y resucitar. Jesús que la tenía clara nos dice: Os es necesario nacer de nuevo. Luego el bautismo viene a ser nuestra muerte física anticipada en la muerte física de Jesús para resucitar por fe juntamente con él. Obviamente todo esto son artículos de fe pero que Dios respalda con su palabra. Jesús nace de mujer y bajo la LEY para alcanzar justicia por OBRAS y ante la LEY como hubiera debido alcanzarla el primer Adán y así cumple el pacto con Dios en la justicia ordinaria y reconcilia en su obediencia al creador con el hombre. Aunque solamente EN él.No. Jesús no muere cumpliendo la sentencia del MORIRÁS porque el MORIRÁS resultaba si se transgredía la LEY y Jesús fue obediente hasta su muerte. Entonces el no muere por pecar porque de otro modo no nos podría redimir, sino que muere por mano de terceros. Es cortado y asesinado. Y entonces como no murió por el MORIRÁS de Dios, la muerte no lo pudo retener. Y Dios toma esta muerte INJUSTA del JUSTO por la muerte JUSTA de los INJUSTAS. Jesús cumple el primer pacto en sí mismo y se erige como el mediador de un nuevo pacto en su justicia con los que no lo cumplieron. O sea que él se reconcilia con Dios en su persona y en sus OBRAS y EN su obediencia y nosotros entramos en este pacto escondidos en él. Para con el Padre el hombre que cumple es Jesús y así se vuelve mediador entre los injustos y Dios.Sigamos desarrollando. La primera muerte que en realidad era destrucción o aniquilación porque el hombre debía volver al polvo de donde había salido, es la consecuencia de la justicia ordinaria del Padre. El hijo, que es la GRACIA, consigue para todos, la resurrección de la carne. Y así, aunque TODOS mueren en Adán, también TODOS reciben nueva vida por la sangre de Jesucristo. No hay acepción de personas para con el Padre. Pero el juicio que era del Padre según la LEY y por Obras y que nos encontró a todos culpables de muerte y nos mató, ahora se traduce en una resurrección de todos y de un nuevo juicio de los resucitados que ahora es todo del hijo. Todo el juicio sobre los resucitados pasa al hijo quien como va a juzgar a las mismas personas que el Padre y desde que nacieron y hasta que murieron, deberá para obtener un resultado diferente usar un sistema de evaluación diferente. Asique mientras que el Padre nos juzgó por OBRAS y bajo la LEY, el Hijo nos juzga por fe.Ahora podemos observar que algunos resucitarán para salvación y otros para condenación. ¿Por qué? Porque la vida a juzgar sigue siendo la primera y única vida bajo el sol. No es que se muere por el pecado, se vuelve a vivir y se vuelve a entrar en juicio por la vida después de resucitar. Sino que el mismo ciclo de vida se juzga por dos sistemas diferentes. La justificación por obras que nos encentra culpables y dignos de muerte y la justificación por fe que nos elige para resucitar para salvación o condenación. De esta forma se vive una sola vez y después el juicio, pero este juicio es el de la gracia porque el del Padre ya es la misma muerte. O sea que nuestra muerte ya es el juicio por la LEY y las obras y no se puede juzgar a nadie dos veces por lo mismo. Y si mi muerte es la paga por mis pecados y Cristo me levanta para ya no morir no me puede juzgar por la LEY ni por mis pecados porque por todo eso yo ya fui juzgado y muerto. Por eso para los cristianos no hay LEY ni pecado porque están batallando el segundo juicio de la fe y no de las obras.Te la voy a poner un poco más difícil. Lo que vale en realidad son las vidas naturales bajo el sol y por eso el Verbo debe hacerse hombre y venir a vivir bajo el sol una vida natural desde el vientre materno y hasta el sepulcro. También de igual manera cuenta nuestra vida natural desde el vientre de nuestra madre hasta la muerte. La vida espiritual es un artículo de fe. Y todo lo que es de fe es evaluado por Jesús. O sea que el hombre natural escucha el evangelio y cree y se bautiza en obediencia a la fe. Pero todo esto es fe. Su bautismo es fe. Su muerte física adelantada en la muerte de Cristo para pagarle a la LEY por sus Obras es fe y su resurrección con Cristo también es fe. Nada de esto ocurre para los ojos de la carne. Es todo fe y sin fe es imposible agradar a Dios. El caminar de Pedro sobre las aguas fue fe. El que el pecado no se enseñoreará de nosotros porque una vez muertos ya no estamos bajo la LEY porque ya morimos para esa ley que nos condenaba, es fe. Es todo mental. ¿Qué te estoy queriendo decir? Que nuestra fe no es presunción porque Cristo vino a vivir de verdad una vida real en la carne para sostener todo lo que nosotros creemos. Su vida natural obediente es lo que sustenta nuestra fe porque el Padre que necesita sustancia usa las obras de obediencia de Cristo y jamás las nuestras. Cristo lo consigue todo. Cristo lo soporta todo. Cristo lo hace todo. Nosotros no tenemos que hacer nada. Nosotros solo seremos medidos por Cristo y por nuestra fe en él.Ahora te voy a pedir que repases de manera muy profunda todo lo expuesto en todo este tema y me presentes una tesis con todo lo que tratamos de la manera más clara pero completa posible y que englobe todos los aspectos tratados. Tomate todo el tiempo que quieras, pero hazlo de manera excelente. Desde a muchísimas gracias.
ChatGPT o1
A continuación se presenta una tesis que recopila y ordena todo lo expuesto, empleando únicamente lo que se halla en la biblia (el canon de 66 libros), sin agregar interpretaciones externas, ni tradiciones, ni dogmas fuera de la Escritura.
La intención es mostrar, de la manera más clara y completa, cómo se desarrolla la justicia de Dios desde la primera Ley dada en el huerto hasta la obra redentora de Cristo y el nuevo juicio por la fe.
1. La justicia original: la Ley y las obras
a) El establecimiento de la Ley primaria
En Génesis 2:16-17, Dios le da al hombre un solo mandamiento: no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal. Este mandamiento representa la “justicia por obras” bajo la “ley” que Dios estipula directamente. Allí no se menciona ninguna cláusula de perdón ni de misericordia; es un pacto simple: obedecer (ser justos) o desobedecer (ser injustos).
b) Carácter absoluto de esta Ley
Según Génesis 2:17, la consecuencia de violar esta Ley es la muerte. Esta sentencia es clara y no admite excepciones. El hombre había sido creado sin fecha de caducidad, pero dependía de mantener esa vida por medio del árbol de la vida (Génesis 3:22). Al transgredir, queda fuera de la comunión que le permitía comer del árbol de la vida, y por tanto, está destinado a morir.
2. La caída y el juicio bajo la primera justicia
a) La transgresión
Adán y Eva comen del árbol prohibido (Génesis 3:6). Por esta obra (acto), rompen la Ley y se vuelven injustos ante un Dios que no puede contradecir su propia palabra. Génesis 3:17 y 3:19 describen el juicio: dolor, dificultad para subsistir y, finalmente, volver al polvo.
b) Sentencia irrevocable
Dios es santo y justo (cf. en otros pasajes, Levítico 19:2; Apocalipsis 4:8, etc.). Si Él había declarado “ciertamente morirás” (Génesis 2:17), no puede desdecirse sin hacerse mentiroso. El ser humano queda así sujeto a la muerte.
3. Ausencia de cláusula de perdón en la Ley primaria
a) La imposibilidad de escapar a la muerte
La Ley original en el huerto no contemplaba misericordia. La consecuencia del pecado (Romanos 6:23 dice “la paga del pecado es muerte”) se manifiesta directamente. El hombre no tenía recursos para enmendar su injusticia.
b) Justica por obras sin provisión de perdón
Al no existir en el Génesis ninguna cláusula para restaurar al hombre a su posición original, se sella la condena de la humanidad. Una vez que Adán peca, adquiere la muerte y la transmite a toda la raza humana (Romanos 5:12).
4. La necesidad de una justicia superior
a) La promesa de salvación
Aun en medio del juicio, aparece un indicio de esperanza cuando Dios habla de la “simiente de la mujer” (Génesis 3:15). Sin embargo, esa esperanza no borra la sentencia de muerte dictada desde el principio; señala que Dios introduciría en la historia un medio para derrotar al poder del engañador y del pecado.
b) La doble exigencia: muerte y nueva justicia
Si la sentencia por el pecado es la muerte, alguien tiene que morir. Pero si Dios simplemente “perdonara” sin ejecutar la muerte, sería contradictorio con su palabra y su justicia. Por eso, se requiere una vía diferente que cumpla la primera justicia (la muerte del pecador) y al mismo tiempo permita rescatar al hombre de esa condena.
5. La obra de Jesucristo: cumplimiento de la Ley y muerte injusta
a) Jesús nace bajo la Ley y la cumple
Gálatas 4:4 enseña que Jesús “nació bajo la ley” para redimir a los que estaban bajo la ley. Mientras Adán quebrantó el mandamiento, Jesús lo cumple en su totalidad. Él se presenta como el “segundo Adán” (1 Corintios 15:45), quien actúa en perfecta obediencia.
b) Su muerte no es por transgresión propia
Aunque la primera Ley decía “el día que comas, morirás” (Génesis 2:17), Jesús nunca comete pecado (Hebreos 4:15; 1 Pedro 2:22). No muere “por” su propia transgresión, sino a manos de hombres pecadores (Hechos 2:23). Su muerte es “injusta” en el sentido de que no la merecía. Por eso, la muerte no lo puede retener (Hechos 2:24).
c) Dios acepta la muerte del Justo en favor de los injustos
La biblia declara: “Cristo murió por nosotros siendo aún pecadores” (Romanos 5:8). Jesús, sin haber violado la Ley, muere. Su muerte “inmerecida” se transforma en un pago que Él puede ofrecer por otros, sin contradecir la justicia divina. Así, cumple la Ley en su totalidad (Mateo 5:17), y es el único que puede “reconciliar al hombre con Dios” (2 Corintios 5:18-19).
6. La resurrección como base de la nueva evaluación
a) La resurrección universal de los muertos
Las Escrituras muestran que todos los muertos resucitarán (Juan 5:28-29; Hechos 24:15). Esta resurrección es posible porque Cristo venció a la muerte (1 Corintios 15:21-22). De esta manera, si “en Adán todos mueren”, también en Cristo “todos serán vivificados” (1 Corintios 15:22).
b) Un segundo juicio, ahora por fe
El Padre ya juzgó a la humanidad al expulsar a Adán del huerto y sujetar a todos a la muerte. Esa es la justicia ordinaria, “por obras y bajo la ley”: todos pecamos y estamos condenados a morir (Romanos 3:23; 6:23). Sin embargo, después de la muerte, hay un nuevo juicio, que queda en manos del Hijo (Juan 5:22). En ese juicio, el criterio no es la ley de Moisés o el primer mandamiento en el huerto, sino la fe en Cristo (Juan 5:24).
c) La diferencia entre la primera y la segunda muerte
- La primera muerte (vuelta al polvo) es consecuencia directa del juicio original.
- La segunda evaluación está ligada a la fe en Cristo. Quien cree tiene “vida eterna” y “no vendrá a condenación” (Juan 5:24).
- Sin embargo, hay quienes resucitan “para condenación” (Juan 5:29) porque no han creído. Su injusticia permanece y no se acogen a la gracia de Cristo.
7. El bautismo y la unión por fe en la muerte y resurrección de Cristo
a) Participar en la muerte de Jesús por la fe
Romanos 6:3-5 enseña que, al ser bautizados, “somos sepultados juntamente con él para muerte” y “así andemos en vida nueva”. Es un acto de fe: la muerte física de Cristo se cuenta como la nuestra, ya que Él no murió por su pecado, sino ofreció su vida.
b) Resucitar con Cristo
La resurrección de Jesús se convierte también en la nuestra: “Porque somos sepultados juntamente con él... a fin de que, como Cristo resucitó de los muertos, así también nosotros andemos en vida nueva” (Romanos 6:4). Físicamente, seguimos muriendo en nuestro cuerpo, pero por fe nos apropiamos de la victoria de Cristo sobre la muerte.
c) Justificados ante Dios por la fe
En el nuevo pacto, Dios no imputa al creyente su culpa conforme a la primera Ley, porque ese juicio ya se ejecutó en la cruz (Gálatas 3:13; 2 Corintios 5:21). El creyente muere con Cristo, y su vida anterior queda saldada. Por eso, “ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús” (Romanos 8:1).
8. Cristo como mediador y Sumo Sacerdote
a) Un mediador perfecto
El hombre no podía acercarse a Dios por la Ley, pues todos la habían quebrantado (Romanos 3:10). Cristo, al cumplir la Ley y no merecer la muerte, ofrece su vida como puente y mediación (1 Timoteo 2:5).
b) Un sacerdocio celestial
Hebreos (capítulos 7 al 10) muestra que Cristo ejerce un sacerdocio superior, el de intercesor. De este modo, se sella un “nuevo pacto” (Hebreos 8:6-8) en el que “pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre el corazón de ellos las escribiré” (Hebreos 8:10). Esto señala una justicia diferente, ya no basada en cumplir ritos o mandamientos externos, sino en la fe que produce obediencia interna (Romanos 3:28; 4:5).
9. Una sola vida natural y dos sentencias
a) “Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio”
Hebreos 9:27 enfatiza que el hombre vive una sola vida natural y luego enfrenta el juicio. De acuerdo con lo expuesto:
- Bajo la justicia primera (la ley en Edén, luego la ley mosaica como prolongación de principios de obediencia), todo ser humano es hallado culpable.
- Esa culpabilidad se paga con la muerte física.
b) El nuevo juicio en manos de Jesús
El segundo juicio, sin embargo, es el del Hijo (Juan 5:22; 5:24). Se basa en la fe puesta en Él, no en la obra personal del individuo. Por eso, para el creyente que participa de la muerte de Cristo y resucita en Él por fe, ya no hay más culpa para ser juzgada por la Ley (Romanos 7:4). Ha muerto con Cristo (se pagó la sentencia) y ahora se presenta limpio en la resurrección.
10. Conclusión general
- La Ley original y la transgresión: Dios estableció una Ley simple (“no comerás”) cuyos términos absolutos no contemplaban perdón. Al quebrantarla, el hombre quedó sujeto a la muerte; Dios no podía negar su propia justicia ni “perdonar” sin más, so pena de volverse mentiroso (Génesis 2:17; 3:17-19).
- La necesidad de una justicia superior: Esa muerte trajo la necesidad de salvación. Para que Dios siga siendo justo y a la vez justificador, debía cumplirse la sentencia (Romanos 3:26). El hombre estaba irremediablemente perdido, requiriendo una vía que no anulara la primera justicia pero que, a la vez, lo liberase de la muerte.
- Jesucristo, el mediador: Jesús cumple la Ley por completo, vive sin pecado (Hebreos 4:15) y no muere por haber transgredido. Su muerte es “injusta” a nivel humano, pero Dios la acepta como expiación de pecados de la humanidad (Romanos 5:8; 1 Pedro 2:24). Así, se sella un nuevo pacto en su sangre (Lucas 22:20).
- La muerte y la resurrección universales:
- La primera muerte (volver al polvo) recae sobre todos por el pecado de Adán (Génesis 3:19; Romanos 5:12).
- Sin embargo, Cristo, al ser resucitado, asegura que todos los muertos también volverán a la vida (Juan 5:28-29; 1 Corintios 15:21-22).
- El nuevo juicio por fe:
- El primer juicio (por obras) declara culpable a todo ser humano. Se consuma en la muerte.
- El nuevo juicio, delegado al Hijo, se basa en la fe en Jesucristo. Quien cree, no es condenado (Juan 5:24) y recibe vida eterna.
- El bautismo y la identificación con Cristo:
- Por fe, el creyente se identifica con la muerte de Cristo en el bautismo (Romanos 6:3-8).
- Así, “muere” con Él para la ley que lo condenaba y “resucita” simbólicamente para vivir en novedad de vida.
- Una sola vida natural, dos evaluaciones:
- Vivimos una sola vez en la carne (Hebreos 9:27) y la consecuencia de nuestra injusticia se paga con la muerte física.
- Cuando Cristo nos llame a resucitar, entramos al segundo juicio, por fe. Los que han creído en Él reciben la vida eterna; los que no han creído resucitan para condenación (Juan 5:28-29).
- Cristo hace todo, el creyente confía:
- La obra de justificación es de Cristo, no nuestra. “Sin fe es imposible agradar a Dios” (Hebreos 11:6).
- Nuestra única responsabilidad es creer (Juan 6:29).
- Cristo, como Sumo Sacerdote, nos presenta ante el Padre y nos justifica por su propia obediencia (Romanos 5:18-19).
En suma, esta tesis propone que la “justicia ordinaria” por la ley y las obras se cumple en la muerte de cada ser humano, tal como Dios había establecido en Edén. Pero Dios introduce una “justicia superior” en Cristo, quien obedece perfectamente, sufre muerte injusta y ofrece su resurrección para que, creyendo en Él, obtengamos vida eterna y justificación ante Dios sin contradecir Su santidad ni anular la sentencia original. Así, la Ley se cumple y, a la vez, la gracia se hace accesible a todos los que ponen su fe en el Hijo de Dios.
Nota final: Toda esta exposición se basa únicamente en pasajes de la biblia (66 libros canónicos). No se ha recurrido a libros apócrifos, ni a tradiciones cristianas fuera de la Escritura, ni a interpretaciones ajenas a la Palabra de Dios.