Comentando sobre Juan 6:44, “Nadie puede venir a mí a menos que el Padre que me envió lo traiga. Y lo resucitaré en el último día”, escribió JC Ryle:
La naturaleza del hombre desde la caída es tan corrompida y depravada, que aun cuando Cristo le es dado a conocer y predicado, no vendrá a Él y creerá en Él, sin que la gracia especial de Dios incline su voluntad y le dé una disposición venir. La persuasión moral y los consejos por sí solos no lo traerán. Él debe ser "dibujado". Esta es sin duda una verdad muy humillante, y una que en todas las épocas ha suscitado el odio y la oposición del hombre. …
La doctrina de la impotencia humana, le guste o no al hombre, es la enseñanza uniforme de la Biblia. El hombre natural está muerto, y debe nacer de nuevo, y ser traído a la vida. (Efesios ii. 1.) No tenía ni conocimiento, ni fe, ni inclinación hacia Cristo, hasta que la gracia vino a su corazón. El hombre nunca comienza por sí mismo con Dios. Dios primero debe comenzar con el hombre. Y este comienzo es sólo el “dibujo” del texto.
Cuanto más se examina a los cristianos más santos, más general se encuentra su testimonio de que sin la gracia nunca se habrían convertido, y que Dios los “atrajo”, o de lo contrario nunca habrían venido a Cristo. Y es un hecho curioso, además, que muchos que profesan negar la impotencia del hombre en teoría, a menudo la confiesan en sus oraciones y alabanzas, casi a pesar de sí mismos. Muchas personas son arminianos muy bajos en letra impresa o en el púlpito, pero calvinistas excelentes de rodillas.
JC Ryle, Expository Thoughts on the Gospels: John, Volume One (1869; Edinburgh: Banner of Truth, 1987), págs. 388-89.
#HeinorLopéz
Comentando sobre Juan 6:44, “Nadie puede venir a mí a menos que el Padre que me envió lo traiga. Y lo resucitaré en el último día”, escribió JC Ryle: La naturaleza del hombre desde la caída es tan...
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