-Me encanta profundizar hondo y subir cuanto más alto pueda, pero si en la simplicidad común que tenemos tan cerca, podemos soslayarnos y alabar a Dios por ello, eso no me retiene pero me contenta.
Dejame explicarme mejor.
Bajo la LEY, el sistema de justicia, esta obligado a someterse a esta.
Todo, absolutamente todo, debería estar determinado en esa LEY para que el juez no tenga que decidir NADA a su arbitrio.
En tal sistema la JUSTICIA se pinta con los ojos vendados. Como ciega ante toda ARBITRARIEDAD.
Hasta la misericordia o la gracia, si existe alguna, deben estar especificadas en la misma LEY mediante cláusulas o apartados.
Obviamente estamos hablando de como debería ser.
Luego tenemos otro sistema que es el del REY, o el SEÑOR, o el amo y dueño con esclavos.
En este sistema no existe una LEY escrita, estudiada y bien planificada sino un PROPIETARIO Y SUS ESCLAVOS.
El rey o señor es la ley y decide a su arbitrio como se le da la gana. No tiene que sujetarse a una LEY externa a él o mayor que él. El es la ley misma.
Nada está por encima del SEÑOR O REY.
Entonces cuando hablo de ARBITRARIEDAD quiero hacer énfasis en esta diferencia particular ENTRE ambos sistemas de JUSTICIA.
Uno está atado a una LEY escrita y bien definida con anterioridad y que no acepta ninguna ARBITRARIEDAD de los jueces y el otro, donde no existe una ley ni nada establecido y el Señor decide a su puro arbitrio.
Es dueño y propietario hasta de la vida de sus subordinados.