AL LECTOR BAJO LA GRACIA
Es incomprensible como los foristas batallan constantemente por hacer prevalecer sus puntos de vista sobre este tema sin considerar el Sacrificio de Cristo como la base de la Gracia de Dios
¿Por qué al hablar de la ley y la gracia de Dios quitan su vista del Calvario?
¿Acaso no está escrito que allí la misericordia y la verdad se encontraron
La Justicia y la paz se besaron?
¿En qué otro sitio se puede encontrar la Salvación en los que le temen?
No hay otro sitio.
Solo allí el acta de los decretos que había contra nosotros, que que nos era contraria, fue clavada en la Cruz.
2 Timoteo 1:9 quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y LA GRACIA QUE NOS FUE DADA EN CRISTO JESÚS ANTES DE LOS TIEMPOS DE LOS SIGLOS,
Esta salvación y este llamamiento santo es siempre de acuerdo con su propósito cuya base es el amor por una civilización caída en el pecado, reos al infierno.
La Biblia nos mide con un solo rasero, tanto al judío como al gentil, porque no hay diferencia.
Sin embargo hay una gran diferencia entre el llamado de Israel y su salvación y la Iglesia.
Fue así cuando salvó a Israel de Egipto, porque los llamó para traerlos a la tierra que él se había propuesto para ellos.
Y en este sentido fueron salvados de manera nacional de los enemigos de carne y hueso en este mundo representado por las naciones que hallaron a su paso.
En contraste, nosotros, la Iglesia, somos salvados de todo enemigo espiritual y de manera individual.
El llamado de Israel no fue desde antes de la fundación del mundo como ocurre con nosotros. Leemos:
Deu 32:8 Cuando el Altísimo hizo heredar a las naciones,
Cuando hizo dividir a los hijos de los hombres,
Estableció los límites de los pueblos
Según el número de los hijos de Israel.
Deu 32:9 Porque la porción de Jehová es su pueblo;
Jacob la heredad que le tocó.
Deu 32:10 Le halló en tierra de desierto,
Y en yermo de horrible soledad;
Lo trajo alrededor, lo instruyó,
Lo guardó como a la niña de su ojo.
Ellos, los judíos fueron llamados para habitar la tierra de la promesa con sus bendiciones terrenales correspondientes.
Nosotros, la Iglesia, somos llamados a tener relaciones celestiales con las bendiciones espirituales que nos acompañan.
Nuestra obediencia a Cristo no está basada en la ley dada a un pueblo en la carne.
Nuestra Santidad está basada en el ejemplo que nos ha dado Cristo plasmado en las cartas epistolares para que sepamos como debemos conducirnos en la Casa de Dios, columna y baluarte de la verdad.
De manera que cuando quitamos los ojos del Calvario, y los colocamos en Israel y su Ley, caemos de la gracia de Dios...
Y en este estado de postración espiritual, hacemos nula la Cruz de Cristo.
Es incomprensible como los foristas batallan constantemente por hacer prevalecer sus puntos de vista sobre este tema sin considerar el Sacrificio de Cristo como la base de la Gracia de Dios
¿Por qué al hablar de la ley y la gracia de Dios quitan su vista del Calvario?
¿Acaso no está escrito que allí la misericordia y la verdad se encontraron
La Justicia y la paz se besaron?
¿En qué otro sitio se puede encontrar la Salvación en los que le temen?
No hay otro sitio.
Solo allí el acta de los decretos que había contra nosotros, que que nos era contraria, fue clavada en la Cruz.
2 Timoteo 1:9 quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y LA GRACIA QUE NOS FUE DADA EN CRISTO JESÚS ANTES DE LOS TIEMPOS DE LOS SIGLOS,
Esta salvación y este llamamiento santo es siempre de acuerdo con su propósito cuya base es el amor por una civilización caída en el pecado, reos al infierno.
La Biblia nos mide con un solo rasero, tanto al judío como al gentil, porque no hay diferencia.
Sin embargo hay una gran diferencia entre el llamado de Israel y su salvación y la Iglesia.
Fue así cuando salvó a Israel de Egipto, porque los llamó para traerlos a la tierra que él se había propuesto para ellos.
Y en este sentido fueron salvados de manera nacional de los enemigos de carne y hueso en este mundo representado por las naciones que hallaron a su paso.
En contraste, nosotros, la Iglesia, somos salvados de todo enemigo espiritual y de manera individual.
El llamado de Israel no fue desde antes de la fundación del mundo como ocurre con nosotros. Leemos:
Deu 32:8 Cuando el Altísimo hizo heredar a las naciones,
Cuando hizo dividir a los hijos de los hombres,
Estableció los límites de los pueblos
Según el número de los hijos de Israel.
Deu 32:9 Porque la porción de Jehová es su pueblo;
Jacob la heredad que le tocó.
Deu 32:10 Le halló en tierra de desierto,
Y en yermo de horrible soledad;
Lo trajo alrededor, lo instruyó,
Lo guardó como a la niña de su ojo.
Ellos, los judíos fueron llamados para habitar la tierra de la promesa con sus bendiciones terrenales correspondientes.
Nosotros, la Iglesia, somos llamados a tener relaciones celestiales con las bendiciones espirituales que nos acompañan.
Nuestra obediencia a Cristo no está basada en la ley dada a un pueblo en la carne.
Nuestra Santidad está basada en el ejemplo que nos ha dado Cristo plasmado en las cartas epistolares para que sepamos como debemos conducirnos en la Casa de Dios, columna y baluarte de la verdad.
De manera que cuando quitamos los ojos del Calvario, y los colocamos en Israel y su Ley, caemos de la gracia de Dios...
Y en este estado de postración espiritual, hacemos nula la Cruz de Cristo.