No se puede amar de manera diferente. Amar es amar. Todo el amor q existe en el hombre es dado por Dios. Nos es dado por Dios q lo amemos “ porque Dios es amor.” (1Juan 4:8).
¿Argumentas que el amor tuyo y el amor de Dios son iguales?
No es lo mismo que ames tú o que ame el Espíritu (Dios) por medio de ti.
¿Tu amor es igual al amor de Dios?
¿En verdad crees eso?
Dios te dio la capacidad de amar como ser humano, sí, pero una vez que te uniste a Cristo, Él vino a morar en ti.
14:23 Respondió Jesús y le dijo:
El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. Juan.
Ya no es tu amor, es el amor de Dios el que debes de usar, es dejar que Cristo viva en ti.
Ya no vivo yo más Cristo vive en mí. Es menester hacer una realidad eso en tu vida.
Es amar con el fruto del Espíritu Santo que ahora mora en ti.
Esa es una nueva manera de vivir, es una nueva norma de vida, es una nueva ley.
Es una nueva manera de amar.
5:5
porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. Romanos
Por eso es que dice el apóstol, el fin de la ley es Cristo.
Porque si ya mora Cristo en ti, ya no puedes amar como lo exige la ley. Ahora amas como Cristo nos amó a nosotros. Son dos tipos de amor diferentes.
Lo que pienso es que al leer la palabra no pones atención a lo que dice;
Fíjate bien en lo que dice:
El que me ama, mi palabra guardará.
No dice, el que me ama, guardara la ley, ¿O dice, el que ama guardara la ley que les dio Moisés?
Esa es la disyuntiva ¿vas a guardar lo que Cristo mando, o lo que mando Moisés?
El problema comienza cuando nos comparamos a Dios y creemos que nuestro amor es tan grande como el de Dios.
Pero te entiendo, yo estaba igual que tú.
Los israelitas se comprometieron a cumplir la ley por esfuerzo propio, pero esto no fue lo que Dios pidió, esto fue su error.
¿Entonces que pactaron?
Cristo les resumió lo que pactaron:
22:37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.
22:38 Este es el primero y grande mandamiento.
22:39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
22:40 De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
¿Por qué tú dices que eso no fue lo que Dios pidió? Está escrito, es esfuerzo propio.
Ellos entendieron q serían salvos por guardar estrictamente la ley y pusieron de lado el amor, ignorando q sin amor no se puede guardar la ley.
¿Cómo que lo ignoraban?
No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová. Levíticos 19:18.
Está escrito en la ley, no lo ignoraban.
Tenían que amar también al extranjero:
Como a un natural de vosotros tendréis al extranjero que more entre vosotros, y lo amarás como a ti mismo; porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto. Yo Jehová vuestro Dios. Levíticos 19:34.
Y a Dios:
Y amarás a Jehová tú Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Deuteronomio 6:5.
¿Si ignoraban la ley que les dio Moisés, entonces que guardaban?
Solo los q mantuvieron una relación de fe con Dios pudieron entender el verdadero papel de la ley. Por ejemplo David quien dijo: “ En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti.”(Sal 119:8). El entendió que no se trata de seguir al detalle la letra con esfuerzos humanos, es una cuestión del corazón. Se trata de la obra del Espíritu Santo que se efectúa en el interior del hombre y se manifiesta, por consecuencia, en las obras externas o obras de la ley. Esto fue lo que Dios enseñó cuando dijo: “ Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma“ (Deu 10:12). “Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón” (Deu 10:16).
En los salmos el que habla es el Espíritu ¿tú crees que el Espíritu este exaltando a David, o, exalta a Cristo?
¿El salmista se está exaltando a sí mismo?
119:8 Tus estatutos guardaré;
No me dejes enteramente.
Yo creo que está exaltando a Cristo, escribiendo acerca de Cristo no de David.
Cristo dijo que en la ley, en los profetas y en los salmos estaba escrito de Él.
24:44 Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. Lucas.
se refiere a estatutos con respecto a Cristo, no estatutos de la ley.
Todo ser humano desde Adán hasta los recién nacidos de hoy son pecadores. Excepto Cristo que es el Hijo de Dios. Por lo tanto nadie pude ser salvo por su propia justicia. “todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia” (Isa 64:6). El medio que Dios instituyó para la salvación, desde el principio del pecado en nuestro mundo, fue la fe en el sacrificio de Jesús. “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.”(Gen 3:15).
Entonces lo que necesitamos es guardar la fe y no la ley, porque la ley no es de fe.
¿Si quieres agradar a Dios que tienes que guardar, la fe, o la ley?
4:15 Pues la ley produce ira;
pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión. Romanos.
para agradar a Dios es menester el fruto del Espíritu:
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
En el fruto del Espíritu hay ausencia de ley.
“contra tales cosas no hay ley”
La ley dada en el Sinaí no introducía un nuevo medio para la salvación. Dios no pidió a los israelitas que consiguieran por sí mismos la salvación mediante la ley.
¿Entonces es mentira levíticos 18:5?
18:5 Por tanto, guardaréis mis estatutos y mis ordenanzas, los cuales haciendo el hombre, vivirá en ellos. Yo Jehová.
Bien sabe Dios que esto no es posible, debido a nuestra tendencia pecaminosa porque “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso”(Jer 17:9). Los israelitas se salvaban también por la fe, se arrepentían y guardaban los mandamientos por la obra del Espíritu Santo en su corazón.
Los mandamientos no se pueden guardar por la obra del Espíritu Santo.
¿En dónde establece Moisés que eso se puede hacer?
¿en donde están esos términos y condiciones escritos en la ley?
No es bueno que intentes modificar la ley.
Ahora, el pueblo judío de manera generalizada perdió estas verdades y distorsionó el papel de la ley, y enseñaban su error a los gentiles q se convertían en cristianos. De ellos Pablo dijo: “mas el que os perturba llevará la sentencia”(Gal 5:10). Estos perturbadores no enseñaban “verdades pasadas” de Dios, enseñaban mentiras, enseñaban un evangelio diferente, el de salvación por obras. Por eso Pablo insistía: “hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.”(Gal 2:16).
Nunca has pensado que mezclas el evangelio con la ley.
En el párrafo anterior dices:
Los israelitas se salvaban también por la fe, se arrepentían y guardaban los mandamientos por la obra del Espíritu Santo en su corazón.
Dices que el cristiano hace las obras de la ley por la obra del Espíritu Santo.
Y eso no es verdad, Cristo es la justicia de Dios. Y guardar la ley es buscar tu propia justicia.
Para guardar la ley tienes que desligarte de Cristo:
5:4 De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído. Gálatas.
Pablo dijo a los romanos:
10:2 Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia.
10:3 Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios;
10:4 porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.
10:5 Porque de la justicia que es por la ley Moisés escribe así: El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas. Romanos.
Debes de tener muy presente esto: “el hombre que haga las obras de la ley vivirá por ellas”.
Y esas obras según lo pactado no se pueden hacer por medio del Espíritu, esos términos no están escritos en el libro de la ley.
El amor con que Cristo nos mandó a amar es con el amor verdadero. Todo el que ama a Dios lo ama porque el Espíritu infunde este amor en su corazón. Al igual que todos los demás mandamientos que se cumplen, se cumplen porque el Espíritu Santo lo pone en el corazón. “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces,” (San 1:17). Y es que sin el poder del Espíritu no podemos obedecer en ningún aspecto de la Palabra Dios. Jesús dijo: “separados de mí nada podéis hacer” (Jua 15:5).
Es que Jesús no mandó guardar la ley, él nos dio una nueva ley, “su ley”, “la ley de Cristo”.
Si quieres guardar la ley de Moisés tienes que desligarte de Cristo:
5:4 De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído. Gálatas.
ademas Cristo tampoco guardo la ley, Cristo guardo la fe.
No es lo mismo guardar la ley que justificación por la ley. Para ser justificado por la ley no se puede caer en ningún aspecto, es decir, no se puede pecar. El único que realizó esto fue Cristo.
La ley dice:
6:25 Y tendremos justicia (seremos justos) cuando cuidemos de poner por obra todos estos mandamientos delante de Jehová nuestro Dios, como él nos ha mandado. Deuteronomio.
Poner por obra es guardar la ley para que Dios te declare justo, es decir que te haga justicia declarándote justo por medio de las obras de la ley.
Cristo no realizo eso, no guardo la ley, guardo la fe.
Cristo fue justificado en el Espíritu.
De nosotros el q crea q por sus obras será salvo esta en un error. Eso no lo enseña la Biblia en ninguna de sus divisiones, más bien dice: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo”(Hech 16:31).
Entonces Cristo es el fin de la ley para justicia.
porque somos hechos justicia de Dios en Él.
No cometamos el mismo error de los judíos. Démosle a la ley el lugar que le toca, que no es el medio por el cual somos salvos.
Eso es lo que dice la palabra de Dios:
3:25 Pero venida la fe, ya no estamos bajo la ley. Gálatas 325.
Se acabó la ley como señorío, ahora tienes un nuevo Señor “Cristo”.
Si ya tienes un nuevo Señor ¿porque quieres seguir bajo la esclavitud de la ley?
El verdadero lugar de la ley es como resultado de creer. Creemos, somos salvos y guardamos la ley.
Si crees, te unes a Cristo, si te regresas a guardar la ley te desligas de Cristo:
5:4 De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído. Gálatas.
Este es el “nuevo nacimiento”. Por eso está bien decir que el que guarda la ley tiene la vida, porque esto significa q la persona ya creyó y el Espíritu llenó su corazón y por lo tanto es obediente a la ley, de otro modo no es posible.
Para nacer de nuevo tienes que morir a la ley crucificado juntamente con Cristo:
2:19 Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios.
2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
¿Cómo vas a ser obediente a la ley si ya moriste a ella crucificada juntamente con Cristo?
Por otra parte, Dios no nos redimió de la ley, nos redimió de la maldición de la ley. Y no lo hizo anulando la ley (Esto hubiera ido contra su justicia), lo hizo cumpliendo la ley; “anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz”(Col 2;4). Es como el joven ladrón que fue atrapado y llevado a la corte. El juez es el padre del muchacho, pero no por ser su hijo suaviza su condena. La ley indica que el ladrón debe pagar cierta cantidad de dinero, o de lo contrario cumplir tiempo en prisión. El padre sabe que su hijo no tiene el dinero, pero es un juez justo así que hace el veredicto según la ley lo indica. Al terminar el juicio el juez se quita su toga y paga la fianza del muchacho con su propio dinero. Lo hace porque ama a su hijo y no quiere que esté preso. Pero ahora que el muchacho es libre, debería volver a robar? No, no fue para eso que el padre pagó su libertad.
Dios es el juez. Nosotros somos el joven ladrón. La ley nos condena a muerte por nuestros pescados, y Dios no la puede cambiar porque sería cambiar El mismo. Por eso El paga nuestra condena en la cruz y nos hace libres. Y ahora que somos libres, volveremos a pecar? Podemos hacerlo, pero no es esa la voluntad de Dios. El quiere que ahora sí cumplamos la ley y seamos diferentes. Para hacer esta transformación posible, nos otorga su Santo Espíritu el cual cambia nuestro ser entero, desde adentro hacia afuera.
Moisés dio al pueblo de Israel leyes, estatutos y decretos de parte de Dios que están escritos en un libro, pero existen más estatutos y decretos dados por Dios por los profetas y en los salmos, de manera que el acta de los decretos se refiere a las escrituras antiguo testamentarios (el antiguo testamento)
Unos decretos son a favor y otros en contra.
Te voy a dar una ley, un decreto y un estatuto:
Una ley:
No matarás.
Yo creo que la leyes si las identificas bien.
Un decreto en contra:
Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. Gálatas 3:10.
Ese no es una ley ni un estatuto, es un decreto.
Un decreto a favor si puedes cumplir las condiciones:
18:5 Por tanto, guardaréis mis estatutos y mis ordenanzas, los cuales haciendo el hombre, vivirá en ellos. Yo Jehová. Levíticos.
Un decreto a favor sin condiciones:
42:6 Yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones. Isaías.
Ahora un estatuto:
12:14 Y este día os será en memoria, y lo celebraréis como fiesta solemne para Jehová durante vuestras generaciones; por estatuto perpetuo lo celebraréis.
12:15 Siete días comeréis panes sin levadura; y así el primer día haréis que no haya levadura en vuestras casas; porque cualquiera que comiere leudado desde el primer día hasta el séptimo, será cortado de Israel.
12:16 El primer día habrá santa convocación, y asimismo en el séptimo día tendréis una santa convocación; ninguna obra se hará en ellos, excepto solamente que preparéis lo que cada cual haya de comer.
12:17 Y guardaréis la fiesta de los panes sin levadura, porque en este mismo día saqué vuestras huestes de la tierra de Egipto; por tanto, guardaréis este mandamiento en vuestras generaciones por costumbre perpetua.
12:18 En el mes primero comeréis los panes sin levadura, desde el día catorce del mes por la tarde hasta el veintiuno del mes por la tarde.
12:19 Por siete días no se hallará levadura en vuestras casas; porque cualquiera que comiere leudado, así extranjero como natural del país, será cortado de la congregación de Israel.
12:20 Ninguna cosa leudada comeréis; en todas vuestras habitaciones comeréis panes sin levadura.
El acta de los decretos es el antiguo testamento.
Lo dijo Cristo: 16:16 La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él. Lucas.
Los decretos que nos eran contrarios porque los que nos eran a favor se cumplieron en Cristo.
Quiere decir que anuló el antiguo testamento para dar paso a un nuevo testamento.
Es decir anuló el pacto antiguo e instauro un nuevo pacto.
En el nuevo pacto (nuevo testamento) también dio leyes, estatutos y decretos.
Dios siempre ha querido la ley en un mismo lugar, en nuestro corazón. Es el hombre el que le ha dado el lugar que no le corresponde. Los judíos se extraviaron en el camino a la salvación y no pudieron cumplir la ley. Ellos violaron el pacto que Dios había hecho con ellos. Por eso Dios les dijo: “He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón” (Jer 31:31-33).
Son dos los profetas que explican el nuevo pacto, se debe de conciliar entre las dos explicaciones.
El profeta Isaías dice:
42:6 Yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré y
te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones,
42:7 para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los que moran en tinieblas. Isaías 42:6-7.
El profeta Jeremías dice:
31:31 He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.
31:32
No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová.
31:33
Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Jeremías 31:31-33.
Para conciliar estos dos versículos, es necesario tomar en cuenta que una ley es una instrucción que decide una manera de vivir. “es una norma de vida”.
Isaías dice claramente que Cristo es el nuevo pacto, y Jeremías dice que el nuevo pacto es una nueva manera de vivir (ley).
Y Cristo dice que Él vendrá a morar en los corazones para vivir en ellos.
La nueva manera de vivir (ley), es Cristo.
Entonces la ley a la que se refiere Jeremías que escribirá Dios en los corazones es “Cristo”.
Y eso resulta en la afirmación del apóstol Pablo: “ya no vivo yo, más vive Cristo en mi”.