Es que no has entendido lo que dice la palabra de Dios, es cierto que todo gobierno tiene una ley, los israelitas terrenales tienen la ley que les dio Moisés, los cristianos tenemos la ley que nos dio Cristo.
Son dos leyes con el mandamiento de amar las dos, pero en cada una de ellas se ama de diferente manera.
Los israelitas se comprometieron a amar con su propio esfuerzo.
Los cristianos recibimos el Espíritu para amar con el fruto del Espíritu.
“HUBO CAMBIO DE LEY”
Por eso es nuevo el mandamiento de Cristo, porque es una nueva manera de amar.
13:34 Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.
13:35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros. Juan.
¿Te pregunto, como crees que amó Cristo?
La palabra de Dios dice que Él es el Espíritu manifestado en carne.
Y si Cristo amó con el fruto del Espíritu y nos manda amar como Él nos amó.
Para eso nos dio el Espíritu, para que podamos cumplir su ley, "la ley de Cristo"
Cristo no podía cumplir la ley según los términos y condiciones de esa ley.
No podía amar al prójimo y a Dios como lo exige la ley, porque Cristo siendo el Espíritu no podía dejar de amar con el fruto del Espíritu, y la ley no contiene en sus términos y condiciones esa manera de amar, además el fruto del Espíritu también es la fe, y la ley no es de fe.
Si no le quieres llamar que son contrarias está bien, pero lo que si debes de aceptar es que son diferentes.
Vivir en la ley es “hacer” para vivir y vivir en la fe es “creer” para vivir.
Yo creo que tienes suficiente criterio como para aceptar que hacer y creer no es lo mismo.
La ley que está fundamentada en el “hacer,” dice:
18:5 Por tanto, guardaréis mis estatutos y mis ordenanzas,
los cuales haciendo el hombre, vivirá en ellos. Yo Jehová. Levíticos.
La ley de Cristo que está fundamentada en la fe, dice:
11:25 Le dijo Jesús:
Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
11:26 Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? Juan.
“Si tú misma lo estás diciendo” que son contrarias.
La justificación de la ley, que es por hacer las obras de la ley, es contraria a la justificación que es por el creer, que es por la fe.
Bueno, y si dices que ningún ser humano la ha podido cumplir.
¿Cristo no era un ser humano? Si Cristo era un ser humano, entonces Cristo no lo pudo cumplir guardándola.
¿O Le vas a quitar la humanidad a Cristo?
Y sin embargo cumplió la ley sin guardarla, la cumplió pagando la sentencia por el pecado.
La ley se pactó para justificación:
6:25 Y tendremos justicia (seremos justos) cuando cuidemos de poner por obra todos estos mandamientos delante de Jehová nuestro Dios, como él nos ha mandado. Deuteronomio.
Pero debido a la naturaleza de quienes pactaron, es imposible que lo cumplan:
7:14 Porque sabemos que la ley es espiritual; más yo soy carnal, vendido al pecado. Romanos.
Pues si, por medio de la ley es el conocimiento del bien y del mal.
A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida (el bien) y la muerte (el mal), la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia.
Y son testigos el cielo y la tierra.
¿Entonces tú crees que Dios mintió en el pacto?
18:5 Por tanto, guardaréis mis estatutos y mis ordenanzas, los cuales haciendo el hombre, vivirá en ellos. Yo Jehová. Levíticos.
Ese es el medio de salvación que Dios prometió en el pacto hecho en Sinaí.
Y no está incluida la fe.
El nuevo pacto si es de fe.
¿Por qué iba a ser redimido si Él no nació esclavo?
Los esclavos son quienes tienen necesidad de redención:
4:24 Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar. Gálatas.
Dice que la ley (pacto hecho en Sinaí) da hijos para esclavitud.
pero si tu crees que Él tiene que guardar la ley, entonces si tiene que ser redimido, porque si nació bajo la ley nació esclavo.
"la ley da hijos para esclavitud".
Estas en un error, la ley si es espiritual, eso significa que la ley es o está dirigida al espíritu del hombre, pero la ley sigue siendo letra dirigida al espíritu del hombre.
Adán era espiritual eso significa que Adán hacia los cosas guiado por su razonamiento, en esa esfera de razonamiento es que se encuentra el espíritu, lo puedes ver en los animales, los animales no tienen espíritu y por tal motivo no razonan.
Pero Adán se dejó vencer por los deseos de la carne y perdió lo espiritual y se convirtió en un ser carnal, es decir ahora los deseos de la carne dominan su espíritu (su razonamiento), es por eso que Pablo dice a los romanos:
7:14 Porque sabemos que la ley es espiritual; más yo soy carnal, vendido al pecado.
Nada tiene que ver el Espíritu Santo (que es Dios) con guardar la ley.
¿Entonces no hubo redención de la ley?
¿Es mentira que Cristo redimió de la ley o los que estaban bajo la ley?
¿Si los redimió de la ley como esta eso de que los vuelve a hacer esclavos bajo la ley escribiendo la ley en el corazón?
Al decir esto tienes que tomar en cuenta que la ley está en vigencia total según las palabra de Cristo:
5:17 No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.
5:18 Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.
Cristo dice que la ley está en vigencia completamente es decir todavía maldice y condena, sigue siendo un ministerio de condenación y muerte.
La pregunta es:
¿Te redime dela maldición de la ley para volverte a meter bajo la maldición de la ley?
¿O tú crees que la ley si te la escribe en el corazón ya no maldice?
Piensas que no hubo un cambio de ley, porque eso que tú argumentas no es un cambio de ley, ese argumento más bien es un cambio de lugar de la ley.
Solo que la ley de Dios no es la ley de Moisés, Dios tiene otra norma de vida.
Existe la ley con la que se hizo un pacto en Sinaí y existe la ley de Dios que es el Espíritu.
y cada ley tiene su justicia.
3:21 Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios. Romanos
Una justicia es por medio de las obras y la otra ley “la ley de Dios” su justicia es por medio de la fe.
No se puede amar de manera diferente. Amar es amar. Todo el amor q existe en el hombre es dado por Dios. Nos es dado por Dios q lo amemos “ porque Dios es amor.” (1Juan 4:8).
Los israelitas se comprometieron a cumplir la ley por esfuerzo propio, pero esto no fue lo que Dios pidió, esto fue su error. Ellos entendieron q serían salvos por guardar estrictamente la ley y pusieron de lado el amor, ignorando q sin amor no se puede guardar la ley. Solo los q mantuvieron una relación de fe con Dios pudieron entender el verdadero papel de la ley. Por ejemplo David quien dijo: “ En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti.”(Sal 119:8). El entendió que no se trata de seguir al detalle la letra con esfuerzos humanos, es una cuestión del corazón. Se trata de la obra del Espíritu Santo que se efectúa en el interior del hombre y se manifiesta, por consecuencia, en las obras externas o obras de la ley. Esto fue lo que Dios enseñó cuando dijo: “ Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma“ (Deu 10:12). “Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón” (Deu 10:16).
Todo ser humano desde Adán hasta los recién nacidos de hoy son pecadores. Excepto Cristo que es el Hijo de Dios. Por lo tanto nadie pude ser salvo por su propia justicia. “todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia” (Isa 64:6). El medio que Dios instituyó para la salvación, desde el principio del pecado en nuestro mundo, fue la fe en el sacrificio de Jesús. “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.”(Gen 3:15).
La ley dada en el Sinaí no introducía un nuevo medio para la salvación. Dios no pidió a los israelitas que consiguieran por sí mismos la salvación mediante la ley. Bien sabe Dios que esto no es posible, debido a nuestra tendencia pecaminosa porque “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso”(Jer 17:9). Los israelitas se salvaban también por la fe, se arrepentían y guardaban los mandamientos por la obra del Espíritu Santo en su corazón. Ahora, el pueblo judío de manera generalizada perdió estas verdades y distorsionó el papel de la ley, y enseñaban su error a los gentiles q se convertían en cristianos. De ellos Pablo dijo: “mas el que os perturba llevará la sentencia”(Gal 5:10). Estos perturbadores no enseñaban “verdades pasadas” de Dios, enseñaban mentiras, enseñaban un evangelio diferente, el de salvación por obras. Por eso Pablo insistía: “hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.”(Gal 2:16).
El amor con que Cristo nos mandó a amar es con el amor verdadero. Todo el que ama a Dios lo ama porque el Espíritu infunde este amor en su corazón. Al igual que todos los demás mandamientos que se cumplen, se cumplen porque el Espíritu Santo lo pone en el corazón. “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces,” (San 1:17). Y es que sin el poder del Espíritu no podemos obedecer en ningún aspecto de la Palabra Dios. Jesús dijo: “separados de mí nada podéis hacer” (Jua 15:5).
No es lo mismo guardar la ley que justificación por la ley. Para ser justificado por la ley no se puede caer en ningún aspecto, es decir, no se puede pecar. El único que realizó esto fue Cristo. De nosotros el q crea q por sus obras será salvo esta en un error. Eso no lo enseña la Biblia en ninguna de sus divisiones, más bien dice: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo”(Hech 16:31). No cometamos el mismo error de los judíos. Démosle a la ley el lugar que le toca, que no es el medio por el cual somos salvos.
El verdadero lugar de la ley es como resultado de creer. Creemos, somos salvos y guardamos la ley. Este es el “nuevo nacimiento”. Por eso está bien decir que el que guarda la ley tiene la vida, porque esto significa q la persona ya creyó y el Espíritu llenó su corazón y por lo tanto es obediente a la ley, de otro modo no es posible.
Por otra parte, Dios no nos redimió de la ley, nos redimió de la maldición de la ley. Y no lo hizo anulando la ley (Esto hubiera ido contra su justicia), lo hizo cumpliendo la ley; “anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz”(Col 2;4). Es como el joven ladrón que fue atrapado y llevado a la corte. El juez es el padre del muchacho, pero no por ser su hijo suaviza su condena. La ley indica que el ladrón debe pagar cierta cantidad de dinero, o de lo contrario cumplir tiempo en prisión. El padre sabe que su hijo no tiene el dinero, pero es un juez justo así que hace el veredicto según la ley lo indica. Al terminar el juicio el juez se quita su toga y paga la fianza del muchacho con su propio dinero. Lo hace porque ama a su hijo y no quiere que esté preso. Pero ahora que el muchacho es libre, debería volver a robar? No, no fue para eso que el padre pagó su libertad.
Dios es el juez. Nosotros somos el joven ladrón. La ley nos condena a muerte por nuestros pescados, y Dios no la puede cambiar porque sería cambiar El mismo. Por eso El paga nuestra condena en la cruz y nos hace libres. Y ahora que somos libres, volveremos a pecar? Podemos hacerlo, pero no es esa la voluntad de Dios. El quiere que ahora sí cumplamos la ley y seamos diferentes. Para hacer esta transformación posible, nos otorga su Santo Espíritu el cual cambia nuestro ser entero, desde adentro hacia afuera.
Dios siempre ha querido la ley en un mismo lugar, en nuestro corazón. Es el hombre el que le ha dado el lugar que no le corresponde. Los judíos se extraviaron en el camino a la salvación y no pudieron cumplir la ley. Ellos violaron el pacto que Dios había hecho con ellos. Por eso Dios les dijo: “He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón” (Jer 31:31-33).
