O tiene vd. un problema en entender lo que lee, o es màs hipòcrita de lo que pensaba.
Por ej., las palabras del apòstol Pablo en Hechos 20:29,30, dijen que iban dirigidas a los efesios, sobre todo a los obispos, de donde surgieron falsos maestros, apòstatas, arrastrando y extraviando a muchos, y fuè precisamente en Èfeso donde surgiò la veneraciòn a "Marìa" en el siglo V. Y esos apòstatas, tanto de Èfeso como de otros sitios, se extendieron como la cizaña y la gangrena despuès de la muerte de los apòstoles, como estaba predicho (Colosenses 2:8; 1ªTimoteo 4:1-3; 2ªTimoteo 2:16-18; 4:3,4, etc...).
Asì pues, sobre todo a partir de unirse Iglesia y Estado, en los siglos IV/V, la "cizaña", los falsos cristianos, ahogaron al "trigo", a los verdaderos cristianos, como predijo Jesucristo (Mateo 13:24-30, 36-43; 15:8,9,14,18,19), y asì fuè, el clero catòlico romano, recien formado despuès de unirse Iglesia y Estado, empezaron a perseguir a aquellos cristianos que querìan seguir el cristianismo del primer siglo, llegando casi a exterminarlos, pero, a travès de los siglos, aunque ocultos, "ahogados" por la "cizaña", por los falsos cristianos, siempre ha habido un grupito de cristianos, el "trigo", que se ha esforzado por mantenerse fieles a Dios y a sus Leyes, hasta el final de la siega, final de los tiempos, cuando ha habido màs libertad religiosa, cuando estos cristianos genuinos, el "trigo", han empezado a distinguirse de los falsos cristianos, de la "cizaña", como estaba tambièn predicho, por ej., por el profeta Daniel, cuando dijo que al final de los tiempos, el verdadero conocimiento, de Dios y de su Palabra, se harìa abundante (Daniel 12:3,4,9,10,13).
En cuanto al tema de la "trinidad", se està hablando de ello en otros epìgrafes, pero le dirè que el texto que vd. ha citado de Filipenses 2:4-11, lo que demuestra es que Jesucristo no quiso hacerse nunca igual a su Padre; pues el contexto, ademàs de otros textos bìblicos, asì lo indican; pues fìjese, por ej. como traduce una traducciòn catòlica el texto de Filipenses 2:6,7: "El cual (Jesucristo), siendo de condicciòn divina, no retuvo àvidamente el ser igual a Dios, sino que se despojò de sì mismo, tomando condicciòn de siervo, hacièndose semejante a los hombres, y apareciendo en su porte como hombre". Ademàs, el hecho de que a Jesucristo tambièn se le llama "Emmanuel", que significa "Dios està con nosotros", no quiere decir que sea igual a su Padre, el Dios Todopoderoso, pues el nombre de Miqueas significa ¿"quièn es como Dios"?, y no quiere decir que el profeta Miqueas fuese Dios.
En cuanto a Marìa, la madre del Hijo de Dios en la Tierra, como ya dije, merece nuestra admiraciòn y respeto, a ella como persona, pero no elevarla a la categorìa de diosa-madre, pues irìa en contra de los primeros mandamientos de la Ley de Dios; pues, por ej. de Jael, en Jueces 5:24, se dice que debe ser una mujer muy bendita, cuando matò a un enemigo del pueblo de Dios, pero, a ningùn judìo se le ocurrirìa ensalzarla y honrarla como si fuese una diosa. De hecho, el Hijo de Dios, aunque honrò a Marìa como madre terrenal suya, nunca la ensalzò por encima de ningùn otro discìpulo suyo, pues como dijo èl en varias ocasiones, "el que quiera ser el mayor, debe hacerse el menor de todos" (Mateo 18:1-6; Marcos 10:42-45; Lucas 22:25-27); e incluso, cuando tuvo la oportunidad de ensalzarla por encima de los demàs, no lo hizo, por ej., en el relato registrado en Mateo 12:46-50, y en Lucas 11:27,28, dirigiendo, en ambas ocasiones, la atenciòn a la Palabra de Dios, cuando dijo: "Felices son los que escuchan la Palabra de Dios y la guardan".
Ademàs, hay que destacar que, en realidad, los catòlicos romanos, lo que veneran, dan culto y honran son a imàgenes o estatuas de piedra, madera, metal, escayola, etc.., que dicen representar a "santos/as", que nadie ha conocido, y que, en màs de un caso, no respetaban ni la Palabra ni la Ley de Dios. De hecho, el mandamiento que màs se repite en la Biblia es el que aparece en los primeros mandamientos, en Exodo 20:3-6, hasta el ùltimo libro de la Biblia, como atestiguan tanto la misma Palabra de Dios como comentarios anteriores; por ej., ademàs del "Antiguo Testamento", donde se repite cientos de veces el mismo mandamiento, en el "Nuevo Testamento", es Jesucristo mismo, en Mateo 4:10, quien da atenciòn a esos primeros mandamientos, citando precisamente de Exodo 20:3-6, cuando dice: "Es sòlo a Jehovà (Yahveh) tu Dios a quien tienes que adorar y a Èl sòlo a quien tienes que rendir culto (servicio sagrado)", y como Dios es un Espìritu, hay que adorarlo con espìritu y verdad (Juan 4:23,24), no por medio de imàgenes o estatuas que no tienen vida; pues como dice tambièn el apòstol Pablo, en Hechos 17:16,24-31, Dios no habita en templos construidos por manos humanas, ni es semejante a oro, plata, piedra, etc..., algo que vuelve a enfatizar en la carta a los corintios, por ej. en 1ªCorintios 10:14-22; ademàs de otros textos bìblicos, como en Apocalipsis 9:20,21, 21:8.
Asì pues, hasta en el ùltimo libro de la Biblia, Apocalipsis, se enfatizan los primeros y principales mandamientos de la Ley de Dios; por tanto, no hay excusas, como tambièn mencionan comentarios anteriores, especialmente lo que està subrayado y en letras negritas.
Todos contra la idolatrìa (Exodo 20:3-6; Mateo 4:10).