Re: La Historia de la Humanidad y de las Religiones
La Santa Misa:
¿Quién puede celebrarla?
Los católicos creen que solo el sacerdote consagrado puede celebrarla, solo él puede hacer el Milagro de la Consagración, que el Pan y el Vino se conviertan en Cuerpo y Sangre de Cristo.
En mi caso, yo poseo un Altar donde celebro tales misterios. Un sacerdote al cual se lo mostré, me dijo que era como un juego para él, que no cree que pueda consagrar el Pan y el Vino, que solo el sacerdote consagrado puede hacerlo, que la Misa que yo celebro no tiene validez.
No me interesó mucho lo que me dijo el sacerdote, más lo dejo para mi fe y para mis sentimientos, ya que he podido sentir la presencia de Dios en la Misa que celebro. Este tema fue una incógnita para mí, una vez fui a presenciar una Santa Cena en una Iglesia Evangélica y cuestionaba que realmente se consagren el Pan y el Vino, y sentí como la presencia del Niño Jesús en el momento de consagración, lo tomé como una respuesta a mi incertidumbre. Claro, con todo el respeto no participé, o sea comulgar, sino que solo la presencié.
Lo mismo me sucedía en la Iglesia Católica con la Eucaristía, sentía la presencia de Cristo en ella. Y Dios me revela que en la Misa que yo celebro siento la misma presencia, por lo que para mi fe y mis sentimientos es válida.
Yo creo en la Universalidad de la Misa, o sea que no es necesario ser sacerdote consagrado por la jerarquía de la Iglesia Católica para celebrar la Misa, sino que todo hombre que esté dentro de la Iglesia y bautizado, con todo el respeto y devoción debida puede celebrar. Y estar dentro de la Iglesia es haber aceptado a Cristo como tu Señor, creer y hacerse del Evangelio. (En otro tema hablaré de las herejías, de quien es cristiano y quién no).
Pero la Misa es Universal. Veamos que dice el Evangelio:
Mateo
26:20 Cuando llegó la noche, se sentó a la mesa con los doce.
26:21 Y mientras comían, dijo: De cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar.
26:22 Y entristecidos en gran manera, comenzó cada uno de ellos a decirle: ¿Soy yo, Señor?
26:23 Entonces él respondiendo, dijo: El que mete la mano conmigo en el plato, ése me va a entregar.
26:24 A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él, mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido.
26:25 Entonces respondiendo Judas, el que le entregaba, dijo: ¿Soy yo, Maestro? Le dijo: Tú lo has dicho.
26:26 Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo.
26:27 Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos;
26:28 porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.
26:29 Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.
Marcos
14:17 Y cuando llegó la noche, vino él con los doce.
14:18 Y cuando se sentaron a la mesa, mientras comían, dijo Jesús: De cierto os digo que uno de vosotros, que come conmigo, me va a entregar.
14:19 Entonces ellos comenzaron a entristecerse, y a decirle uno por uno: ¿Seré yo? Y el otro: ¿Seré yo?
14:20 El, respondiendo, les dijo: Es uno de los doce, el que moja conmigo en el plato.
14:21 A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él, mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido.
14:22 Y mientras comían, Jesús tomó pan y bendijo, y lo partió y les dio, diciendo: Tomad, esto es mi cuerpo.
14:23 Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio; y bebieron de ella todos.
14:24 Y les dijo: Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada.
14:25 De cierto os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo en el reino de Dios.
Lucas
22:14 Cuando era la hora, se sentó a la mesa, y con él los apóstoles.
22:15 Y les dijo: ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca!
22:16 Porque os digo que no la comeré más, hasta que se cumpla en el reino de Dios.
22:17 Y habiendo tomado la copa, dio gracias, y dijo: Tomad esto, y repartidlo entre vosotros;
22:18 porque os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta que el reino de Dios venga.
22:19 Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.
22:20 De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.
22:21 Mas he aquí, la mano del que me entrega está conmigo en la mesa.
22:22 A la verdad el Hijo del Hombre va, según lo que está determinado; pero ¡ay de aquel hombre por quien es entregado!
22:23 Entonces ellos comenzaron a discutir entre sí, quién de ellos sería el que había de hacer esto.
Como verán el detalle de la celebración de la Última Cena es que la celebra con los Doce Apóstoles, incluido Judas el que lo traiciona. Cada apóstol representa cada hombre y cada civilización, representan a la humanidad, o sea a todos los hombres, toda la humanidad participa de tal Evento, pero no solo se participa, sino que como dice Cristo "Hagan esto en Memoria Mía", los manda a celebrar. Pero hay un detalle, "no hay mujeres", por lo que se daría a entender que solo los hombres pueden ser celebrantes. Pero el carácter de la Misa es universal, ya que todo hombre que se consagra está invitado a celebrar, y cuando digo que se consagra es que se compromete seriamente a Cristo. La Tradición dice que la Iglesia Católica posee la Unción, o sea el poder de consagrar, de decir quien está y quien no en el redil. En realidad esto es más amplio, en verdad que la Iglesia posee la Unión, pero los hermanos protestantes también son la Iglesia, pues a todo aquel que le ha llegado el Evangelio y se lo ha entrenado según sus enseñanzas ya puede sentirse miembro, por eso digo que es más amplio. Cada quien que haya sido bautizado y se le haya dado a conocer el Evangelio ya es miembro de la Iglesia, celebrar la Misa es un rito más, muy importante, como el bautismo y el lavado de los pies, considerados como sacramentos, que manda el Evangelio a celebrar a los fieles, todo esto se incluye en los deberes de todo fiel y no es exclusivo de algunos, me refiero a sacerdotes, el clero y el Papa, sino para todo cristiano que abraza la fe.
Es una costumbre que tiene la jerarquía de hacerse con el poder, porque que la Misa se convierta en una exclusividad, o sea que solo la posean, que la celebren solo la jerarquía autorizada, es una forma de poder que tiene y que crea la Iglesia, el de decidir quién comulga y quien no, hace que el hombre se someta a tal jerarquía a sus decisiones, y eso es un poder. El poder ha sido conferido, no cabe duda, pero tampoco debe abusarse.
Veamos este ejemplo del Evangelio y reflexionemos el mensaje:
Marcos
9:38 Juan le respondió diciendo: Maestro, hemos visto a uno que en tu nombre echaba fuera demonios, pero él no nos sigue; y se lo prohibimos, porque no nos seguía.
9:39 Pero Jesús dijo: No se lo prohibáis; porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda decir mal de mí.
9:40 Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es.
9:41 Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que no perderá su recompensa.
Dios le dio a los apóstoles el poder de atar y desatar, aunque este mandato es más bien para toda la Iglesia:
Mateo
18:15 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano.
18:16 Más si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra.
18:17 Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.
18:18 De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo.
Cristo le dio a sus apóstoles el poder de excomulgar, el mismo que la Iglesia Católica ha tenido durante la historia, pero tampoco se debe abusar de este poder, y de seguro en la historia han habido abusos ¿Y quién ha reprendido a los pastores en ese caso?
Los pastores de la Iglesia han tenido un poder semejante a los de un juez cualquiera de cualquier estado o nación.
¿Y qué sucede cuando una excomunión es injusta, o sea inmerecida? El abuso de poder ha existido en la Iglesia, y muchas veces pueden haber habido excomuniones y expulsiones injustas. En ese caso se podría desobedecer al pastor, ya que es él quien se encuentra en pecado y en el error. La Iglesia no tiene una sola voz, todo miembro tiene voz dentro de ella, y puede participar de todo concilio y asamblea. No hay un autoritarismo, porque es el Reino de la Gracia, Cristo puede hablar por cualquiera de sus miembros. Cuando se confunde el poder mundano con la voluntad de Dios, suelen producirse las injusticias dentro de la Iglesia. Hay quienes se creen monarcas dentro de ella, se creen con poder sobre los demás, y no tienen más poder que guiar bien a las ovejas, pero confunden el gobierno de Dios con su propio gobierno, confunden a la corona de Cristo con la corona que ellos se han creado. Esto se llama abuso, y en el abuso se puede desobedecer cuando el pastor está en falta, la Gracia dejó de ser su guía.
El cuerpo de la Iglesia, o sea todos sus fieles, también tienen poder para excomulgar a cualquiera de sus miembros, porque Cristo habla por ella y a través de ella, no hay monarcas en la Iglesia, o sea personas que crean tener más poder que los demás, en la Iglesia hay guías y profetas, pero nadie está por encima de Dios ni de sus hermanos. El concilio y la asamblea también tienen el poder para excomulgar incluso al pastor mismo.
Pero retomando el tema de la Santa Cena ¿Quién puede celebrarla o quién no? ¿Hay que estar autorizados? Siendo miembro de la Iglesia se puede celebrar, y vuelvo y concluyo con lo mismo, 'la Santa Cena se ha convertido en una forma de poder' ya que quienes se han hecho con ella gobiernan las decisiones de los demás, hacen que todos tengan que girar en torno a la jerarquía eclesiástica, ellos deciden todo. Pues si la Misa pasara a las manos de todos los fieles, el poder se repartiría, no haría falta acudir a la parroquia y dejar el diezmo o la ofrenda, si la confesión también se reparte entre todos, ni que hablar... El poder de guiar es conferido por Dios, no es atributo especial de nadie, es conferido y concedido por Dios, por medio del Espíritu Santo, el sacerdocio es un llamado especial, no es una elección nuestra, hasta un padre de familia podría tener tal llamado. Pero hay hombres que se han hecho con el poder, centralizándolo en unas pocas manos para gobernar a los demás, privándolos de los misterios que Dios ha regalado a toda la Iglesia por igual sin distinciones, Dios no cobra diezmos, ni pide sumisión a hombres, solo a Dios, hay pastores que abusan y nadie puede hacer nada al respecto.
En el Libro Números, capítulo 16, se cuenta la historia de que un grupo de israelitas se amotinaron contra Moisés, poniendo a cuestión su sacerdocio, se le acusaba de estar abusando de sus atributos, pero en este caso esta gente en realidad no quería someterse a Dios, e injustamente querían apartar a Moisés. Pues no sucedió porque Dios intervino y castigó a estos israelitas rebeldes. La Mano de Dios interviene en las decisiones, por lo que tampoco debemos obrar por caprichos y en base a la mentira. Dios protegerá lo que es justo, y reprenderá a quien se aparta de su camino, los pastores se pueden equivocar, pero el resto del rebaño también, esto no es una democracia, es el reinado de Dios y de su Gracia.
