Dejemos de hablar tanto y tomemos tiempo para escuchar! Escuchemos la Palabra de Dios. Quédemonos en silencio y dejemos que Él nos hable. Y cuando estémos en silencio esperando en Él, escucharáremos un susurro, una suave voz.
Elias supo de ese silencio cuando escuchó " Y tras el fuego se escuchó un silbo apacible y delicado"
Elias supo de ese silencio cuando escuchó " Y tras el fuego se escuchó un silbo apacible y delicado"