Rom 8:35 ¿Quién nos separará del amor del Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, o la persecución, o el hambre, o la desnudez, o el peligro, o la espada
Cuando hice el mensaje, el contexto fue este:
No existe ninguna Escritura que sustente el rechazo del amor de Cristo a su Iglesia, como la base de librarla de la ira venidera.
Un contexto respaldado por la misma Escritura:
1Ts 1:10 y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.
La idea del mensaje no es que el Señor introduce el objeto de su Amor, la Iglesia, dentro de este escenario de Juicio y castigo, yo no poseo esa maldad abominable, porque entiendo bien que el sustenta y cuida de su Iglesia.
Y tampoco me refería a las tribulaciones históricas por las cuales ha pasado la Iglesia.
De modo que al no existir la Iglesia en el sentido de un cuerpo cuya cabeza es Cristo, dentro de la ira venidera, porque también Cristo estaría sufriendo igual, tampoco existe ninguna escritura que ataque y haga tambalear la fidelidad y el amor de Cristo a su Iglesia, que es firme y eterno.
2Ts 2:16 Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia,
2Ts 2:17 conforte vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra.
Nosotros no podemos confortar nuestros corazones pensando que no existe ninguna consolación eterna y ninguna buena esperanza por gracia...sabiendo que el Señor no viene a librarnos de la ira venidera.
Y nos sentiríamos víctimas de las enseñanzas de Pablo cuando nos ofrece que seremos librados del Día del Señor que viene de sorpresa.
1Ts 5:2 Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche;
1Ts 5:3 que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán.
1Ts 5:4 Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón.
1Ts 5:5 Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas.