A nosotros se nos manda a escudriñar la Palabra y aprender de ella para que la Fe una vez dada a los Santos en Cristo, no esté basada en la sabiduría de los hombres, sino en la misma Palabra de Dios.
Y cuando abrimos el Libro respecto a nuestra reunión con él, en el aire (1Ts.4:17; 2Ts.2:1), debemos tener especial cuidado de no confundir este evento con el DÍA DEL SEÑOR, que es la base del ruego del apóstol en su segunda carta a la asamblea de Tesalónica:
2Ts 2:1 Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, Y NUESTRA REUNIÓN CON ÉL, OS ROGAMOS, HERMANOS,
2Ts 2:2 que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, EN EL SENTIDO DE QUE EL DÍA DEL SEÑOR ESTÁ CERCA
Las siguientes Escrituras:
Jua 14:2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.
Jua 14:3 Y si me fuere y os preparare lugar, VENDRÉ OTRA VEZ, Y OS TOMARÉ A MÍ MISMO, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
Hch 1:9 Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos.
Hch 1:10 Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas,
Hch 1:11 los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, ASÍ VENDRÁ COMO LE HABÉIS VISTO IR AL CIELO.
Flp 3:20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, DE DONDE TAMBIÉN ESPERAMOS AL SALVADOR, al Señor Jesucristo;
Flp 3:21 el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.
1Ts 1:9 porque ellos mismos cuentan de nosotros la manera en que nos recibisteis, y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero,
1Ts 1:10 Y ESPERAR DE LOS CIELOS A SU HIJO, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.
Apo 22:7 ¡He aquí, VENGO PRONTO! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.
Apo 22:12 He aquí YO VENGO PRONTO, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.
Apo 22:20 El que da testimonio de estas cosas dice: CIERTAMENTE VENGO EN BREVE. Amén; sí, ven, Señor Jesús.
Si observamos bien el contexto de estas Escrituras, no hay expresiones de Juicio, de Tinieblas, de Castigo, de Ira, que son las características del “DÍA DEL SEÑOR” que afecten la condición de los santos que aman su venida, más bien hay recompensa, leemos:
2Ti_4:8 Por lo demás, me está guardada LA CORONA DE JUSTICIA, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.
DE MANERA QUE ESTAS ESCRITURAS CONSTITUYEN LA MÁS FIEL EVIDENCIA QUE LA IGLESIA NO ESPERA EL “DÍA DEL SEÑOR”, SINO A NUESTRO AMADO SALVADOR.
Y cuando abrimos el Libro respecto a nuestra reunión con él, en el aire (1Ts.4:17; 2Ts.2:1), debemos tener especial cuidado de no confundir este evento con el DÍA DEL SEÑOR, que es la base del ruego del apóstol en su segunda carta a la asamblea de Tesalónica:
2Ts 2:1 Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, Y NUESTRA REUNIÓN CON ÉL, OS ROGAMOS, HERMANOS,
2Ts 2:2 que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, EN EL SENTIDO DE QUE EL DÍA DEL SEÑOR ESTÁ CERCA
Las siguientes Escrituras:
Jua 14:2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.
Jua 14:3 Y si me fuere y os preparare lugar, VENDRÉ OTRA VEZ, Y OS TOMARÉ A MÍ MISMO, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
Hch 1:9 Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos.
Hch 1:10 Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas,
Hch 1:11 los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, ASÍ VENDRÁ COMO LE HABÉIS VISTO IR AL CIELO.
Flp 3:20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, DE DONDE TAMBIÉN ESPERAMOS AL SALVADOR, al Señor Jesucristo;
Flp 3:21 el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.
1Ts 1:9 porque ellos mismos cuentan de nosotros la manera en que nos recibisteis, y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero,
1Ts 1:10 Y ESPERAR DE LOS CIELOS A SU HIJO, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.
Apo 22:7 ¡He aquí, VENGO PRONTO! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.
Apo 22:12 He aquí YO VENGO PRONTO, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.
Apo 22:20 El que da testimonio de estas cosas dice: CIERTAMENTE VENGO EN BREVE. Amén; sí, ven, Señor Jesús.
Si observamos bien el contexto de estas Escrituras, no hay expresiones de Juicio, de Tinieblas, de Castigo, de Ira, que son las características del “DÍA DEL SEÑOR” que afecten la condición de los santos que aman su venida, más bien hay recompensa, leemos:
2Ti_4:8 Por lo demás, me está guardada LA CORONA DE JUSTICIA, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.
DE MANERA QUE ESTAS ESCRITURAS CONSTITUYEN LA MÁS FIEL EVIDENCIA QUE LA IGLESIA NO ESPERA EL “DÍA DEL SEÑOR”, SINO A NUESTRO AMADO SALVADOR.