He aquí los textos que nos sirven de base para creer que los 144.000 serán los FUTUROS GOBERNANTES DE LA HUMANIDAD junto con JESUCRISTO y conformarán EL REINO DE DIOS constantemente mencionado por el Señor cuando estuvo con nosotros:
[SUP]“[/SUP]Y cantan una canción nueva, y dicen: Eres digno de tomar el rollo y de abrir sus sellos, porque fuiste degollado y con tu sangre compraste para Dios personas de toda tribu y lengua y pueblo y nación, e hiciste que fueran un reino y sacerdotes para nuestro Dios, y han de reinar sobre la tierra”. (Revelación 5:9-10).
[SUP]“[/SUP]Y oí el número de los que fueron sellados, ciento cuarenta y cuatro mil, sellados de toda tribu de los hijos de Israel…” (Revelación 7:4-8)
“Y vi, y, ¡miren!, el Cordero de pie sobre el monte Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil que tienen escritos en sus frentes el nombre de él y el nombre de su Padre…” (Revelación 14:1)
Y están cantando como si fuera una canción nueva delante del trono y delante de las cuatro criaturas vivientes y de los ancianos; y nadie pudo dominar aquella canción sino los ciento cuarenta y cuatro mil, que han sido comprados de la tierra. Estos son los que no se contaminaron con mujeres; de hecho, son vírgenes. Estos son los que van siguiendo al Cordero no importa adónde vaya. Estos fueron comprados de entre la humanidad como primicias para Dios y para el Cordero, y no se halló en su boca falsedad; están sin tacha. (Revelación 14:3-5)
Y vi tronos, y hubo quienes se sentaron en ellos, y se les dio poder para juzgar. Sí, vi las almas de los que fueron ejecutados con hacha por el testimonio que dieron de Jesús y por hablar acerca de Dios, y los que no habían adorado ni a la bestia salvaje ni a su imagen, y que no habían recibido la marca sobre la frente ni sobre la mano. Y llegaron a vivir, y reinaron con el Cristo por mil años. (Revelación 20:4).
Es EVIDENTE que los 144.000 van a gobernar, puesto que serán REYES Y SACERDOTES junto con Jesucristo, a la humanidad entera.
Anteriormente, los israelitas habían oído hablar de reyes y también de sacerdotes, pero solo un hombre de la antigüedad, Melquisedec, había desempeñado ambos cargos con la aprobación de Jehová (Gén. 14:18). Ahora Jehová ofrecía a la nación la oportunidad de producir “un reino de sacerdotes”. Tal como indicaron posteriormente los escritos inspirados, eso significaba que habría reyes que también serían sacerdotes, o lo que es lo mismo, un sacerdocio real de conformidad con lo que dice 1 Ped. 2:9.
La función obvia de un rey es gobernar ¿O no? Pero ¿Cuál es la de un sacerdote? Hebreos 5:1 lo explica: “Todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres es nombrado a favor de los hombres sobre las cosas que tienen que ver con Dios, para que ofrezca dádivas y sacrificios por los pecados”. Por lo tanto, un sacerdote nombrado por Jehová representa a los pecadores ante Dios y suplica a favor de ellos mediante ofrendas prescritas. Y por otra parte, también representó a Jehová ante el pueblo, enseñándole la ley divina según lo que se registra en Levítico 10:8-11 y Malaquías 2:7). Mediante sus servicios, los sacerdotes que reciben un nombramiento divino tratan de reconciliar a la gente con Dios según la costumbre estipulada.
En el año 29 de nuestra era, el Mesías llegó en la persona de Jesús de Nazaret. Cuando Jesús tenía unos 30 años de edad, se presentó para hacer la voluntad especial de Jehová para él, simbolizando su disposición mediante bautismo en agua ante Juan el Bautista. Como todos ustedes deben saber (espero), Jehová, en ese trascendental momento, reconoció el “ritual del bautismo” de su Hijo y lo “selló” diciendo desde los cielos: “Este es mi Hijo, el amado”. Además, lo ungió, no con aceite, sino con espíritu santo según Mateo 3:13-17 y lo que dice Hechos 10:38. Ese ungimiento comisionó a Jesús para ser Sumo Sacerdote y futuro Rey de todos los creyentes de la familia humana.
Ahora bien, lo que está escrito en Hebreos nos da un amplio panorama para comprender el propósito del nuevo sacerdocio regido por Jesucristo y el futuro Reino de Dios formado por los 144.000 israelitas espirituales, como sigue: “Visto, por lo tanto, que tenemos un gran sumo sacerdote que ha pasado por los cielos, Jesús el Hijo de Dios, tengamos asida [nuestra] confesión de [él]. Porque no tenemos como sumo sacerdote a uno que no pueda condolerse de nuestras debilidades, sino a uno que ha sido probado en todo sentido igual que nosotros, pero sin pecado.
Acerquémonos, por lo tanto, con franqueza de expresión al trono de la bondad inmerecida, para que obtengamos misericordia y hallemos bondad inmerecida para ayuda al tiempo apropiado. Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres es nombrado a favor de los hombres sobre las cosas que tienen que ver con Dios, para que ofrezca dádivas y sacrificios por los pecados. Puede tratar con moderación a los ignorantes y errados, puesto que él también está cercado de su propia debilidad, y a causa de ella le es preciso hacer ofrendas por los pecados, tanto por sí mismo como por el pueblo.
También, el hombre no toma esta honra por su propia cuenta, sino únicamente cuando es llamado por Dios, así como también [lo fue] Aarón. [SUP]5[/SUP] Del mismo modo también, el Cristo no se glorificó a sí mismo mediante llegar a ser sumo sacerdote, sino [que fue glorificado por aquel] que habló respecto a él: “Tú eres mi hijo; yo, hoy, yo he llegado a ser tu padre”. [SUP]6[/SUP] Así como dice también en otro lugar: “Tú eres sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec”. (Heb. 4:14,15; 1:8, 9; 5:5, 6).
Por lo tanto, Cristo Jesús sería el fundamento de un auténtico sacerdocio real.
¿Qué bendiciones traerán los 144.000 a la Tierra? En el capítulo 21 de Revelación se les representa como una ciudad celestial, la Nueva Jerusalén, también llamada “la esposa del Cordero” (Rev. 21:9). Los versículos 2 al 4 afirman: “Vi también la santa ciudad, la Nueva Jerusalén, que descendía del cielo desde Dios y preparada como una novia adornada para su esposo. Con eso, oí una voz fuerte desde el trono decir: ‘¡Mira! La tienda de Dios está con la humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. Y limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado’”.
Al ser eliminada la muerte, desaparecerá la principal causa de lágrimas, lamento, clamor y dolor. Y los humanos fieles serán elevados a la perfección, reconciliándose completamente con Dios.
Ahora soy yo el que seré "solo ojos" para que contradigan alegando, en base a las Escrituras, que estos 144.000 no van a gobernar a nadie. ¿Podrían? Espero