Saludos Carlos Palacios, me ha parecido muy interesante lo que argumentas, por lo cual me gustaría intervenir aquí con mi opinión.
Carlos Palacios dijo:
¿Por qué Dios inspiró a Pablo a que dé su opinión personal (consejo) sobre el tema (cualquiera que este haya sido) en vez de directamente transmitirle su voluntad sobre el mismo?
Ante todo aclaremos que la "inspiración bíblica" no es un dictado línea por línea de lo que Dios quiso decir en el pasado. Repito: no es un "dictado", porque
la "inspiración" no anuló la humanidad de los escritores sagrados ni les privó de libertad a la hora de escribir soberanamente los textos bíblicos. La Biblia es una obra 100% humana y a la vez 100% divina, a la manera de Cristo Jesús, que es verdadero Dios y verdadero hombre sin confusión de naturalezas.
De manera que cuando el apóstol Pablo dio aquel consejo, lo hizo movido por el Espíritu Santo. Pero el Espíritu Santo NO anuló jamás la humanidad de San Pablo y por eso Pablo no tenía certeza absoluta acerca de si era lo más conveniente el contenido de su consejo, pero sí tenía certeza absoluta de que Dios le movía a escribir y a dar aquel consejo. Como dije:
Dios no dictó la Biblia como un libro caído del cielo. Pablo y los otros escritores bíblicos fueron verdaderos autores.
Carlos Palacios dijo:
Otro ejemplo es la conquista de Palestina por los hebreos, según lo muestra el libro de Josué (...) ¿Es creíble una escritura que atribuye tanta crueldad al Creador?
La Escritura es creíble, pero como te dije, la Biblia la escribieron los hombres. Y por eso ellos ven la historia con "gafas", porque no pueden ser imparciales. Ellos escogieron lo que le llamo la atención, nada más que eso.
Carlos Palacios dijo:
El tema es la ORDEN de matar al primogénito, como holocausto, más allá de que se la ejecute o no; que en ninguna circunstancia puede ser ética ni cristiana; y, que me induce a pensar que Dios no pudo haberla dado
Dios ciertamente ordenó a Abraham matar a su hijo Isaac, de esto no hay duda. El tema en sí es complejo, si hasta un teólogo tan brillante como Kierkegaard le dedicó todo un libro. Pero lo dejaría para después
Te mando un cordial saludo, que estés bien.