(RV) Apo 1:1 La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan,
(RV) Apo 1:2 que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto.
Si se presta atención, se podrá ver que el libro de Apocalipsis o Revelación, nos muestra desde su mismo principio a dos seres distintos, —sin contar al ángel y al mismo Juan— el primero Dios, y luego a Jesucristo, porque si bien la revelación es de Jesucristo, también aclara que el que le dio esa revelación, fue el mismo Dios, aquel a quien Jesús llama tanto su Padre como su Dios.
(RV)Apo 1:4 Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir, y de los siete espíritus que están delante de su trono;
(RV) Apo 1:5 y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre,
(RV) Apo 1:6 y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.
Vemos que en el verso (4) Juan comienza por las salutaciones, el primero, es de parte de aquel “que es, era y ha de venir y de los siete espíritus que están delante de su trono”, aquí se comienza a vislumbrar quien es aquel que está sentado en el trono, porque el verso (6) dice que es Dios, su Padre, el mismo que le dio la revelación, como dice el verso (1).
Y de Jesucristo se dice que es “el testigo fiel, el primogénito de los muertos y el soberano de los reyes de la tierra”, pero no del cielo, y además no se dice que él estuviera —hasta el momento— sentado en ningún trono, el único es Dios, su Padre.
Lo que no es conveniente olvidar, es el hecho de que Jesús ya se hallaba en el cielo mismo, junto a Dios, su Padre, como había solicitado humildemente en su oración en Jn 17: 5, de volver a ser lo que era, y las siguientes descripciones sobre él son las de un ser, una persona, no simplemente la expresión, el habla de Dios, su voz.
(RV) Apo 1:13 y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro.
(RV) Apo 1:14 Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego;
(RV) Apo 1:15 y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas.
(RV) Apo 1:16 Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza.
Luego se lo vuelve a describir, no solamente con las mismas características, sino también agregando algunas y además se dice que su nombre es El Verbo de Dios o bien La Palabra de Dios y que los ejércitos celestiales lo seguían, como se sigue a un verdadero comandante del Altísimo.
(RV) Apo 19:11 Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.
(RV) Apo 19:12 Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo.
(RV) Apo 19:13 Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS [o La Palabra de Dios].
(RV) Apo 19:14 Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos.
(RV) Apo 19:15 De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.
(RV) Apo 19:16 Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: rey de reyes y señor de señores.
Algo que debería llamar la atención, al menos de aquellos que con constancia buscan la verdad, es que Jesús pisa el lagar del Dios Todopoderoso, no dice su propio lagar, o nuestro lagar como si se tratara de alguien más, a parte de su Dios y Padre, a quien se refiere como El Dios Todopoderoso.
Con lo descrito creo, que debería quedar esclarecido que con el nombre o titulo, La Palabra o El Verbo de Dios, solo se quiere describir una de las funciones, (él vocero personal de Dios, su Padre) del ser que se conoció acá en la tierra como Jesús, El Cristo de Dios.
Como bien se da ejemplo en Éxodo:
(RV) Éxo 7:2 Tú dirás todas las cosas que yo te mande, y Aarón tu hermano hablará a Faraón, para que deje ir de su tierra a los hijos de Israel.
(RV) Éxo 4:12 Ahora pues, vé, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar.
(RV) Éxo 4:15 Tú hablarás a él, y pondrás en su boca las palabras, y yo estaré con tu boca y con la suya, y os enseñaré lo que hayáis de hacer.
Éxo 4:16 Y él tiene que hablar por ti al pueblo; y tiene que suceder que él te servirá de boca, y tú le servirás de Dios.
Éxo 7:1 Por consiguiente, Jehová dijo a Moisés: “Mira, te he hecho Dios para Faraón, y Aarón tu propio hermano llegará a ser tu profeta.
Y se confirma en las palabras de Jesús:
Jua 7:29 Yo lo conozco, porque soy representante de parte de él, y Aquel me ha enviado”.
Jua 16:27 Porque el Padre mismo les tiene cariño, porque ustedes me han tenido cariño a mí y han creído que salí como representante del Padre.
Jua 17:8 porque los dichos que me diste se los he dado, y ellos los han recibido y ciertamente han llegado a conocer que yo salí como representante tuyo, y han creído que tú me enviaste.
También es más que obvio, que aun siendo más claro todavía, ya se las arreglarían “algunos” para desvirtuar Los Sagrados Escritos, que ni si fuera el Mismo Jesús en persona quien les hablara, hasta se lo negarían en su propia cara.