Un dios.
Jua 1:1
εν G1722

REP En
αρχη G746:N-DSF principio
ην G1510:V-IAI-3S estaba siendo
ο G3588:T-NSM la
λογος G3056:N-NSM Palabra
και G2532:CONJ y
ο G3588:T-NSM la
λογος G3056:N-NSM Palabra
ην G1510:V-IAI-3S estaba siendo
προς G4314

REP hacia
τον G3588:T-ASM
a el
θεον G2316:N-ASM
Dios
και G2532:CONJ y
θεος G2316:N-NSM
dios
ην G1510:V-IAI-3S estaba siendo
ο G3588:T-NSM la
λογος G3056:N-NSM Palabra
La primera
(θεον) va precedida de la palabra
τον —una forma del artículo definido griego, "
o" que equivale al artículo español
el—, por lo que sabemos que se refiere al Dios todopoderoso. Sin embargo, la segunda
(θεος) no lleva artículo definido. ¿Será un descuido? Veamos.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que el Evangelio de Juan fue escrito en griego koiné (común) y que este idioma tiene normas específicas sobre el uso del artículo definido. El biblista Archibald Thomas Robertson explica que cuando el sujeto y el predicado llevan artículo, significa que “ambos son definidos y se los considera idénticos, la misma cosa; por tanto, son intercambiables”. Él pone como ejemplo Mateo 13:38, donde leemos:
Mat 13:38
ο G3588:T-NSM
El
δε G1161:CONJ pero
αγρος G68:N-NSM campo
εστιν G1510:V-PAI-3S está siendo
ο G3588:T-NSM
el
κοσμος G2889:N-NSM mundo [...]
“El campo [en griego,
ο αγρος ] es el mundo [en griego,
ο κοσμος]”. Gracias a la gramática, comprendemos que aquí el mundo también es el campo.
Pero ¿qué ocurre si el sujeto tiene un artículo definido, pero el predicado no lo tiene, como es el caso de Juan 1:1? Hablando precisamente sobre ese versículo, el especialista James Allen Hewett destaca lo siguiente: “En esa construcción, el sujeto y el predicado no son lo mismo, ni idénticos, ni equivalentes, ni nada por el estilo”.
Para ilustrar esta idea, este erudito cita 1 Juan 1:5, donde se dice que “Dios es luz”.
1Jn 1:5
[...]
ο G3588:T-NSM
el
θεος G2316:N-NSM Dios
φως G5457:N-NSN luz
εστιν G1510:V-PAI-3S está siendo
[...]
En griego, la palabra “Dios” aparece como
οθεος
, es decir, con el artículo definido. Sin embargo, la palabra para “luz”
(φως
) no va precedida de ningún artículo. ¿Qué indica esto?
Hewett señala: “Siempre puede decirse que Dios es luz, pero no que la luz es Dios”. Hallamos ejemplos parecidos en Juan 4:24 (“Dios es un Espíritu”) y en 1 Juan 4:16 (“Dios es amor”). En ambos casos, los sujetos tienen en griego un artículo definido, pero los términos “Espíritu” y “amor” no lo tienen. Por tanto, los sujetos y los predicados no son intercambiables; dichos versículos no pueden significar que “el Espíritu es Dios” ni que “el amor es Dios”.
¿Identidad, o cualidad?
Muchos helenistas y traductores de la Biblia concuerdan en que Juan 1:1 no pretende revelar la identidad de “la Palabra”, sino resaltar una de sus cualidades. El
Comentario al Nuevo Testamento, de William Barclay, explica: “Cuando no se usa el artículo determinado con un nombre, ese nombre se usa como adjetivo. Juan no dijo [...] que Jesús es
el mismo que Dios, sino que Jesús es
lo mismo que Dios” (cursivas del autor). En la misma línea, Jason David BeDuhn, especialista en temas religiosos, señala: “En griego, si en una oración como la de Juan 1:1cno se le pone el artículo a la palabra
θεος, los lectores entenderán que se refiere a ‘un dios’.
[...] La ausencia del artículo hace que entre
θεος y
οθεος haya una diferencia tan clara como entre ‘un dios’ y ‘Dios’”.
Y añade: “En Juan 1:1, la Palabra no es el Dios todopoderoso, sino
un dios, es decir, un ser divino”. En la obra
Juan. Texto y Comentario, de Juan Mateos (traductor de la
Nueva Biblia Española) en colaboración con Juan Barreto, se dice algo semejante sobre Juan 1:1, 2: “De los tres casos que aparece en estos [versículos] el término ‘Dios’, la primera y la tercera lleva[n] artículo determinado
(el Dios); la segunda, no lo lleva
(un Dios, un ser divino)”. En su
Análisis Gramatical del Griego del Nuevo Testamento, el erudito católico Max Zerwick señala: “‘La Palabra era divina’, pred[icado] sin art[ículo], insiste sobre la naturaleza de la Palabra”. Y la obra protestante
Clave Lingüística del Nuevo Testamento Griego ofrece la misma explicación.
Entonces, ¿hay razón para que la identidad de Dios sea “un misterio muy profundo”? Jesús no lo creía así, pues en una de sus oraciones hizo una clara distinción entre él mismo y su Padre. Él dijo: “Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el
único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo” (Juan 17:3). Si aceptamos la sencilla verdad bíblica que transmiten estas palabras de Jesús, lo respetaremos como lo que es: el Hijo de Dios, un ser divino. Y a su vez, adoraremos a Jehová como “el único Dios verdadero”.
No me hagas repetir lo mismo.
Exactamente.
La realidad es otra, y logicamente no lo vas a aceptar como se esperaria.