Si la sujeción y el poder están íntimamente entrelazados, si uno es consecuencia de lo otro, si Jesús es el ejemplo de máxima sujeción, de máxima rendición a la voluntad de su Padre y por eso su poder es máximo, ¿cómo entonces es que esa sujeción es un evento que aún no se ha dado, sino hasta cuando venga el fin en el futuro?Los dos conceptos (el de la sujeción y el del poder) están íntimamente entrelazados: uno es consecuencia de otro.
Mientras más un ser se sujeta voluntariamente a Dios, más poder tiene.
Jesús es el ejemplo de máxima sujeción, de máxima rendición a la voluntad de su Padre. Por eso, precisamente, su poder es máximo.
En nuestra escala humana pasa lo mismo: mientras más rendimos nuestra voluntad a la de Dios, más poderosa es nuestra vida.
Para que Pablo pueda afirmar "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" es necesario el "Porque ya no vivo, yo, sino que vive Cristo en mí".
Para que María pudiera recibir el poder de concebir a Cristo, que es el honor más grande de cualquier madre, primero fue necesario el "Soy la sierva del Señor. Hágase en Mí según su Palabra".
La razón por la que Cristo fue exaltado por su Padre y es Rey y Señor es precisamente porque eligió ser Siervo.
Y Jesús mismo así lo enseñó a sus discípulos: El que de ustedes quiera ser el primero conviértase en el último de todos y en el siervo de los demás (Marcos 9:35)
En conclusión, cada que seamos testigos del inmenso poder de Cristo, recordemos que tal poder proviene de su perfecta sujeción.
1 Corintios 15
24 Entonces vendrá el fin, cuando Él entregue el reino al Dios y Padre, después que haya abolido todo dominio y toda autoridad y poder. 25 Pues Cristo debe reinar hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. 26 Y el último enemigo que será abolido es la muerte. 27 Porque Dios ha puesto todo en sujeción bajo sus pies. Pero cuando dice que todas las cosas le están sujetas, es evidente que se exceptúa a aquel que ha sometido a Él todas las cosas. 28 Y cuando todo haya sido sometido a Él, entonces también el Hijo mismo se sujetará a aquel que sujetó a Él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.