leonés n;n3243940 dijo:Hace más de treinta años, recuerdo en Madrid que una conocida confesión cristiana programó una visita a un museo madrileño, al que fui invitado. A la salida del museo había una persona sin piernas y sin brazos pidiendo limosna. De las más de cien personas, ni una sola depositó una sola moneda. Este hecho se lo trasladé al pastor y qué respuesta crees que me dio: para esas necesidades ya está el Estado. Todos los miembros pagaban felizmente el diezmo, pero con el necesitado, que se encargue el gobierno de la nación. Si ese es el verdadero cristianismo, creo que no se necesitan alforjas para ese viaje.
Lamento mucho tu traumática experiencia.
Te recordaré algo.
Cada individuo es un ser pensante, que hace conforme a su conciencia y sabe que el dar es bueno, pero como grupo, las masas son torpes, no piensan. Hubiese bastado que uno solo de ellos diera una moneda, para que los demás lo hicieran, seguro estoy.
Mira que juzgar al cristianismo por esa experiencia tuya, me parece de lo más inmaduro.
Yo he visto todo lo contrario y he sido no solo testigo de su generosidad sino aun objeto del amor y generosidad de muchos, muchos cristianos y anécdotas tengo muchas.
Pero tal parece que esa traumática experiencia se esta gestando en ti como raíz de amargura, Espero sanes un día, porque tu aversión al cristianismo es palpable en tus escritos.