OSO;n3128117 dijo:
Jesús no dijo "soy Dios" esto quedó aclarado por Horizonte hace muchos epígrafes. Sin embargo Jesús dijo que escudriñásemos las escrituras pues ellas dan testimonio de Él.
Por esto, cuando las escrituraras dicen que Él es el buen Pastor y solo Dios es el Pastor, se entiende, para cualquiera que sin tener prejuicios religiosos que Él es el Dios del que hablan las escrituras. Y como este pasaje hay muchos otros para darse cuenta que el Verbo de Dios es Dios, que este Verbo se encarnó y que siendo Dios es el Autor de la vida, siendo él mismo la vida solo él la pudo ponerla para volverla a tomar.
Nadie más podría haber puesto su vida para volverla a tomar. Por esto las escrituras aclaran que Él esl El Alfa y la omega, el Principio y el Fin, el que vive y estuvo muerto pero que vive por los siglos.
Durante el reinado del emperador romano César Augusto, nació en Belén de Judea un niño llamado Jesús. Creció hasta llegar a la madurez y por último fue ejecutado durante el gobierno de Tiberio César, el sucesor de Augusto.
Hoy día Jesucristo es aun más conocido que hasta los césares romanos que gobernaron durante el tiempo en que él vivió.
De hecho, las iglesias comúnmente enseñan que él es Dios. ¿Pero es cierto esto? ¿Es Jesús en realidad el Dios Todopoderoso?
Es vital que lo sepamos. Pues piense lo que significaría el que adoráramos a Jesús como si él fuera Dios, y sin embargo no lo fuera. Uno estaría adorando a alguien que no es el Dios Todopoderoso. ¡Seguramente eso no sería del agrado del Creador! Así es que examinemos cuidadosamente lo que los conocidos personales de Jesús dijeron en cuanto a su identidad.
Demostrando que Jesús no era una persona corriente, antes de su concepción y nacimiento, un ángel dijo: “Éste será grande y será llamado
Hijo del Altísimo.” Nótese que el ángel no dijo, “
Dios” sino “Hijo del Altísimo.”—Luc. 1:30-32.
A los treinta años de edad Jesús se presentó para ser bautizado. En esa ocasión la propia voz de Dios dijo: “
Éste es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado.” Y por eso Juan el Bautista, que presenció el suceso, dijo de Jesús: “
Éste es el Hijo de Dios.”—Mat. 3:17; Juan 1:34.
Los apóstoles de Jesús y sus amigos repetidamente lo identificaban de esta manera. Natanael dijo: “
Rabí, tú eres el Hijo de Dios.” (Juan 1:49) Pedro exclamó: “
Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo.” (Mat. 16:16) Marta reconoció: “
Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios.” (Juan 11:27) El apóstol Juan escribió para que la gente pudiera creer que “
Jesús es el Cristo el Hijo de Dios.” (Juan 20:31) Y del ministerio del apóstol Pablo se dice: “Se puso a predicar a Jesús, que
Éste es el Hijo de Dios.”—Hech. 9:20.
¿Predicaron Pedro, Pablo, Juan o cualquier otro de los seguidores de Jesús que él era Dios? No, de estos textos claramente se desprende que ellos enseñaron que
él era el Hijo de Dios.
¿Por qué, entonces, muchas personas religiosas de hoy día creen que Jesús es Dios? Se debe principalmente a la enseñanza de los guías religiosos quienes, en el lenguaje del Credo de Nicea del
siglo cuarto, identificaron a Jesús como ‘mismo Dios del mismo Dios, engendrado no hecho, de la misma sustancia con el Padre.’
Sin embargo algunas personas pueden objetar que esto no es así. Sus creencias, afirman ellos, están basadas en el propio testimonio de los apóstoles de Jesús.
Este asunto merece nuestra atención cuidadosa, dado que los apóstoles sí se refirieron a Jesús como “Dios.” ¿Pero creían ellos que él era el Dios Todopoderoso? Y, ¿se describió Jesús a sí mismo como “Dios”? veamos.
Primeramente es conveniente notar, como lo hace el teólogo canónigo H. W. Montefiore de la Catedral de Coventry, que “ciertamente muy pocas veces se le llama a Jesús Dios en el Nuevo Testamento.”
1) En una conferencia en la Universidad de Manchester, el profesor visitante de teología G. H. Boobyer explicó: “Hay unos nueve o diez pasajes en los cuales hay, o parece haber, alusión a Jesús como a ‘Dios’ (‘theós’). . . . Sin embargo, dos o tres de éstos son sumamente dubitativos, y, de los restantes, se puede decir que diversos grados de . . . incertidumbre acompañan a todos, salvo uno en el que Tomás adorando al resucitado Jesús en Juan xx. 28 aclama ‘¡Mi Señor y mi Dios!’ Diferenciando este pasaje de los otros, Vincent Taylor —un docto moderadamente conservador de los problemas cristológicos— habla de este pasaje como ‘la única atribución clara de Deidad a Cristo’ en el Nuevo Testamento.”
2)¿Pero prueba esta única aparentemente “atribución clara de Deidad a Cristo” que él es el Dios Todopoderoso? John Martin Creed, profesor de divinidad en la Universidad de Cambridge, declaró: “La exclamación de adoración de Santo Tomás ‘mi Señor y mi Dios’ (Juan xx. 28) no equivale exactamente a dirigirse a Cristo como siendo Dios, sin limitar el sentido, y debe ser equilibrada con las palabras del mismo Cristo resucitado a María Magdalena (vs. 17): ‘Ve a mis hermanos y diles, asciendo a mi Padre y Padre de ustedes y a mi Dios y Dios de ustedes.’”
3)Tomás pudo haberse dirigido a Jesús como “Dios” en el sentido limitado de ser “un dios,” pero no el Dios Todopoderoso. Las Escrituras hablan de personas espíritus o ángeles como dioses. Por ejemplo, en 2 de Corintios 4:4 se dice: “El dios de este sistema de cosas ha cegado las mentes de los incrédulos.” Aquí el inicuo ángel Satanás el Diablo se llama “dios.”
También en aquel tiempo humanos poderosos eran comúnmente llamados “dioses.” Por ejemplo, el rey seleúcida Antíoco IV, que gobernó desde 175-163 antes de la E.C., se dio a sí mismo en monedas el título Theós Epifanés (“Dios Manifiesto”). Y al emperador romano del primer siglo Domiciano le gustaba que lo honraran como si fuera “Señor y Dios.” La Biblia, también, reconoce a personas poderosas como “dioses,” diciendo: “Hay muchos ‘dioses’ y muchos ‘señores.’”—1 Cor. 8:5; compare con Salmo 82:1-7.