Los cristianos pueden invocar a Jesús cuando es el caso de aquellos que realmente tienen una relación estrecha con él.
Invocar no significa rendir servicio sagrado ni adorar, sino apelar a su persona, por ejemplo cuando decimos el Amén en las oraciones.
Sin embargo, el caso de Esteban es especial, porque él estaba viendo con sus ojos la persona de Jesús, por tanto su invocación es una conversación de figura presente de Jesús, no una oración como las que se hacen a Dios. Lo más interesante es que la Escritura dice que Esteban vió a Jesús a la derecha de Dios, o sea que jamás Esteban estaba hablando con Jesús como si fuese su Dios, sino como su Señor presente en figura visible para él.
Hech.7:54 Pues bien, al oír estas cosas se sintieron cortados hasta el corazón, y se pusieron a crujir los dientes contra él. 55 Mas él, estando lleno de espíritu santo, miró con fijeza al cielo y alcanzó a ver la gloria de Dios y a Jesús de pie a la diestra de Dios, 56 y dijo: “¡Miren! Contemplo los cielos abiertos, y al Hijo del hombre de pie a la diestra de Dios”. [...] 59 Y siguieron arrojándole piedras a Esteban mientras él hacía petición y decía: “Señor Jesús, recibe mi espíritu”. 60 Entonces, doblando las rodillas, clamó con fuerte voz: “Jehová, no les imputes este pecado”. Y después de decir esto, se durmió [en la muerte].
En las siguientes traducciones hebreas del NT (entre otras) también se coloca el nombre de Jehová en este versículo, por tanto los testigos de Jehová hemos colocado el nombre en ese mismo lugar por las mismas razones que tales traducciones en hebreo:
Escrituras Griegas Cristianas, heb., por Franz Delitzsch, Londres, ed. de 1981.
Escrituras Griegas Cristianas, heb., por Isaac Salkinson y C. D. Ginsburg, Londres.
Escrituras Griegas Cristianas, heb., por United Bible Societies, Jerusalén, 1979.
Escrituras Griegas Cristianas, heb., por J. Bauchet, Roma, 1975.