Discúlpame OSO, pero me dan mucha risa tus comentarios. Todos ustedes se llenan la boca diciendo que aman a Cristo y que lo adoran, pero a la hora de probarlo, con sus hechos demuestran todo lo contrario.
Ejemplo: Por qué no predican de casa en casa? Claro!! buscan cualquier escusa para no hacerlo, y saben por qué no lo hacen, porque se avergüenzan de Jesús, les da vergüenza que sus vecinos y amigos los vean predicar la palabra. El mandato de Cristo es claro "Vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones" Y así mismo lo hizo él y sus discípulos. Veamos:
(Hechos 5:42) Y todos los días en el templo, y de casa en casa, continuaban sin cesar enseñando y declarando las buenas nuevas acerca del Cristo, Jesús.
(Hechos 20:20) “. . .mientras no me retraje de decirles ninguna de las cosas que fueran de provecho, ni de enseñarles públicamente y de casa en casa”.
Lit.: “según casa”. Gr.: kat’ ói‧kon. Aquí ka‧tá se usa con el acusativo sing en sentido distributivo. R. C. H. Lenski, en su obra The Interpretation of The Acts of the Apostles, Minneápolis (1961), hizo el siguiente comentario sobre Hch 5:42: “Ni por un momento cesaron los apóstoles de efectuar su obra bendita. ‘Todos los días’ continuaron, y esto abiertamente ‘en el Templo’, donde el Sanedrín y la policía del Templo podía verlos y oírlos, y, por supuesto, también κατ’ οἴκον, que es distributivo, ‘de casa en casa’, y no simplemente adverbial, ‘en casa’”.
En el texto griego se emplea la fórmula kat óikon, que literalmente significa “según casa”. Buen número de traductores señala que la preposición katá debe entenderse en sentido distributivo. Por así decirlo, la predicación de los discípulos se distribuía, o repartía, casa por casa. En Lucas 8:1 se usa katá de forma semejante para indicar que Jesús había llevado el mensaje “de ciudad en ciudad y de aldea en aldea”.
En Hechos 20:20 se usa la misma fórmula, pero en plural: kat óikous. Dirigiéndose en esta ocasión a superintendentes cristianos, Pablo dice: “No me retraje [...] de enseñarles públicamente y de casa en casa”. Aquí no puede estar hablando de la enseñanza que había impartido en las casas de aquellos ancianos, como algunos afirman, ya que acto seguido aclara: “Antes bien, di testimonio cabalmente, tanto a judíos como a griegos, acerca del arrepentimiento para con Dios y de la fe en nuestro Señor Jesús” (Hech. 20:21). La predicación y la enseñanza de casa en casa no podía haber tenido por destinatarios a hombres que ya eran cristianos, pues estos ya se habían arrepentido y habían cifrado su fe en Jesús. Por consiguiente, se refería al testimonio que habían recibido quienes no eran creyentes.
Ustedes Adoran a Jesús de boca pero no de hechos.