Re: ¿JESUS DIJO QUE ERA DIOS?
¿Proporcionan base sólida para el dogma de la Trinidad cualesquiera de los textos bíblicos que usan los trinitarios para apoyar su creencia?
La persona que realmente esté procurando saber la verdad acerca de Dios no va a examinar la Biblia con la esperanza de hallar un texto que pueda interpretar como algo que encaje o cuadre con lo que cree. Quiere saber lo que la misma Palabra de Dios dice. Quizás halle algunos textos que ella piense que puedan leerse de más de una manera, pero al compararlos con otras declaraciones bíblicas sobre el mismo asunto su significado se hará claro. Desde el principio debería notarse que la mayor parte de los textos que se utilizan como “prueba” de la Trinidad en realidad solo mencionan a dos personas, no a tres; de modo que hasta si la explicación trinitaria de los textos fuera correcta, estos no probarían que la Biblia enseña que hay una Trinidad.
Considere lo siguiente:
Textos en los que un título que pertenece a Jehová se aplica a Jesucristo o se afirma que es aplicable a Jesús
Alfa y Omega: ¿A quién pertenece debidamente este título?
1) En Revelación 1:8 se dice que pertenece a Dios, el Todopoderoso. En el versículo 11 de acuerdo con VV (1977) este título se aplica a uno que, según la descripción que de él se da, resulta luego ser Jesucristo. Pero los escriturarios reconocen que la referencia que se hace a Alfa y Omega en el versículo 11 es espuria, y por eso no aparece en VM, BJ, CI, TA, NC.
2) Muchas traducciones de Revelación al hebreo reconocen que aquel a quien se describe en el versículo 8 es Jehová, y por eso restituyen el nombre personal de Dios allí. Véase NM, 1984, edición con referencias, en inglés.
3) Revelación 21:6, 7 indica que los cristianos que son victoriosos en sentido espiritual han de ser ‘hijos’ de aquel a quien se conoce como el Alfa y la Omega. Jamás se dice eso respecto a la relación que tienen con Jesucristo los cristianos que son ungidos con el espíritu. Jesús los llamó sus ‘hermanos’ (Heb. 2:11; Mat. 12:50; 25:40). Pero a esos ‘hermanos’ de Jesús se les llama “hijos de Dios” (Gál. 3:26; 4:6).
4) En Revelación 22:12, TEV inserta el nombre Jesús, de modo que parezca que la referencia al Alfa y la Omega del versículo 13 aplica a él. Pero el nombre Jesús no aparece allí en el griego, y otras traducciones no lo incluyen.
5) En Revelación 22:13 también se dice que el Alfa y la Omega es “el primero y el último”, expresión que se aplica a Jesús en Revelación 1:17, 18. De modo similar, la expresión “apóstol” se aplica tanto a Jesucristo como a algunos de sus seguidores. Pero esto no prueba que sean la misma persona ni que sean de igual rango o nivel, ¿verdad? (Heb. 3:1.) Por eso, las pruebas llevan a la conclusión de que el título “Alfa y Omega” aplica al Dios Todopoderoso, el Padre, no al Hijo.
Salvador: Muchas veces las Escrituras llaman Salvador a Dios. En Isaías 43:11 Dios mismo dice: “Fuera de mí no hay Salvador”. Puesto que a Jesús también se le llama Salvador, ¿son lo mismo Dios y Jesús? De ninguna manera. Tito 1:3, 4 habla de “Dios nuestro Salvador”, y entonces de “Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús nuestro Salvador”. De modo que los dos son salvadores. Judas 25 (BJ) muestra cuál es la relación entre los dos al decir: “Al Dios único, nuestro Salvador, por medio de Jesucristo, nuestro Señor”. (Vea también Hechos 13:23.)
En Jueces 3:9 la misma palabra hebrea (moh‧shi′a‛, vertida “salvador” o “libertador”) que se usa en Isaías 43:11 se aplica a Otniel, juez de Israel, pero eso ciertamente no quería decir que Otniel fuera Jehová, ¿verdad? Al leer Isaías 43:1-12, el lector se da cuenta de que el versículo 11 significa que solo Jehová fue Quien proporcionó salvación, o liberación, para Israel; dicha salvación no provino de ninguno de los dioses de las naciones circunvecinas.
Dios: En Isaías 43:10 Jehová dice: “Antes de mí no fue formado Dios alguno, ni después de mí habrá otro”. ¿Significa esto que, puesto que a Jesucristo se le llama proféticamente “Poderoso Dios” en Isaías 9:6, Jesús tiene que ser Jehová? De nuevo, la respuesta basada en el contexto es: ¡No! Ninguna de las naciones gentiles idólatras formó un dios antes de Jehová, porque nadie existió antes de Jehová. Tampoco en el futuro formarían ningún dios vivo y verdadero que pudiera profetizar (Isaías 46:9, 10). Pero esto no significa que Jehová nunca haya dado existencia a alguien a quien debidamente se llame un dios (Sal. 82:1, 6; Juan 1:1, NM). En Isaías 10:21 (BJ) se llama “Dios poderoso” a Jehová, como se llama a Jesús en Isaías 9:6, pero solo a Jehová se le llama alguna vez “Dios Todopoderoso”. (Gén. 17:1.)
Si cierto título o frase descriptiva se halla en más de un lugar en las Escrituras, nunca se debería concluir apresuradamente que siempre se refiere a la misma persona. Tal razonamiento nos llevaría a concluir que Nabucodonosor fue Jesucristo, porque a ambos se llama “rey de reyes” (Dan. 2:37; Rev. 17:14); y que los discípulos de Jesús de hecho fueron Jesucristo, porque a él y a ellos se llama “la luz del mundo” (Mat. 5:14; Juan 8:12). Siempre debemos considerar el contexto y cualesquier otros casos en que aparezca la misma expresión en la Biblia.
Aplicación a Jesucristo, por escritores bíblicos inspirados, de pasajes de las Escrituras Hebreas que claramente tienen aplicación a Jehová
¿Por qué se cita Isaías 40:3 en Juan 1:23 y se aplican las palabras de este texto a lo que hizo Juan el Bautizante al preparar el camino para Jesucristo, en vista de que es patente que en Isaías 40:3 se está considerando la preparación del camino ante Jehová?Esto se debe a que Jesús representó a su Padre. Vino en el nombre de su Padre y tenía la garantía de que su Padre siempre estaba con él, porque hacía las cosas que agradaban a su Padre. (Juan 5:43; 8:29.)
¿Por qué se cita Salmo 102:25-27 en Hebreos 1:10-12 y se aplica al Hijo, cuando el salmo dice que está dirigido a Dios? Esto se debe a que el Hijo es aquel mediante el cual Dios efectuó las obras de creación que el salmista describe allí. (Véanse Colosenses 1:15, 16 y Proverbios 8:22, 27-30.) Debe notarse que en Hebreos 1:5b se hace una cita de 2 Samuel 7:14 y esta se aplica al Hijo de Dios. Aunque el texto tuvo aplicación primeramente a Salomón, el que se aplicara después a Jesucristo no significa que Salomón y Jesús fueran el mismo individuo. Jesús es “mayor que Salomón” y efectúa una obra que fue prefigurada por Salomón. (Luc. 11:31.)
Textos bíblicos que mencionan juntos al Padre, el Hijo y el Espíritu Santo
Mateo 28:19 y 2 Corintios 13:14 son ejemplos de esto. Ninguno de estos textos dice que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo sean coiguales o coeternos o que todos sean Dios. La prueba bíblica que ya se ha presentado en las páginas 400-404 arguye en contra de leer tales pensamientos en estos textos.
La Cyclopedia of Biblical, Theological, and Ecclesiastical Literature, de McClintock y Strong, aunque favorece la doctrina de la Trinidad, reconoce lo siguiente con relación a Mateo 28:18-20: “Sin embargo, este texto, tomado por sí mismo, no probaría decisivamente ni la personalidad de los tres sujetos mencionados ni la igualdad ni divinidad de ellos” (reimpresión de 1981, tomo X, pág. 552). Con relación a otros textos que también mencionan a los tres juntos, esta Cyclopedia reconoce que, tomados por sí mismos, son “insuficientes” para probar la Trinidad. (Compárese con 1 Timoteo 5:21, donde se menciona juntos a Dios, Cristo y los ángeles.)
Textos de las Escrituras Hebreas en los que se aplica a Dios la forma plural de nombres o sustantivos
En Génesis 1:1 el título “Dios” se traduce de la palabra ’Elo‧him′, que es plural en hebreo. Los trinitarios interpretan esto como indicio de la Trinidad. Además, al explicar Deuteronomio 6:4, dicen que da a entender la unidad de los miembros de la Trinidad, porque dice: “El SEÑOR nuestro Dios [de ’Elohim′] es un SEÑOR”.
La forma plural del sustantivo del nombre que aparece aquí en hebreo es el plural de majestad o excelencia. (Véanse NBE, vocabulario del A[ntiguo] T[estamento]; y Diccionario ilustrado de la Biblia, de Wilton M. Nelson, 1977, pág. 170; también, New Catholic Encyclopedia, 1967, tomo V, pág. 287.) No transmite la idea de pluralidad de personas dentro de una divinidad. De manera semejante, en Jueces 16:23, cuando se hace referencia al dios falso Dagón, se utiliza una forma del título ’elo‧him′; el verbo acompañante está en singular, lo cual muestra que se hace referencia a un solo dios. En Génesis 42:30 se habla de José como el “señor” (’adho‧neh′, el plural de excelencia) de Egipto.
El griego no tiene un ‘plural de majestad o excelencia’. Por consiguiente, en Génesis 1:1 los traductores de la LXX usaron ho The‧os′ (Dios, en singular) como el equivalente de ’Elo‧him′. En Marcos 12:29, donde se reproduce una respuesta de Jesús en la que citó Deuteronomio 6:4, se usa igualmente el singular griego ho The‧os′.
En Deuteronomio 6:4 el texto hebreo contiene el Tetragrámaton dos veces, y por eso lo más correcto es que se lea: “Jehová nuestro Dios es un solo Jehová” (NM). La nación de Israel, a quien se dirigieron estas palabras, no creía en la Trinidad. Los babilonios y egipcios adoraban trinidades de dioses, pero a Israel se le dio a conocer claramente que Jehová es diferente.
Textos de los cuales uno podría llegar a más de una conclusión, según la traducción de la Biblia que utilice
Si gramaticalmente un pasaje se puede traducir de más de una manera, ¿cuál es la traducción correcta? La que esté en armonía con el resto de la Biblia. Si alguien pasa por alto otras porciones de la Biblia y edifica su fe sobre una traducción favorita de cierto versículo en particular, entonces lo que esa persona cree no refleja en realidad la Palabra de Dios, sino sus propias ideas y quizás las de otro humano imperfecto.
Juan 1:1, 2:
VM dice: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba en el principio con Dios”. (VV, Str, EMN usan una fraseología parecida.) Sin embargo, NM dice: “En el principio la Palabra era, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era un dios. Este estaba en el principio con Dios”.
¿Cuál traducción de Juan 1:1, 2 está en armonía con el contexto? Juan 1:18 dice: “A Dios nadie jamás le ha visto”. El versículo 14 dice claramente que “el Verbo [la Palabra] fué hecho carne y habitó entre nosotros y vimos su gloria”. Además, los versículos 1 y 2 dicen que en el principio él estaba “con Dios”. ¿Puede alguien estar con alguna persona y al mismo tiempo ser esa persona? En Juan 17:3, Jesús se dirige al Padre y lo llama “solo Dios verdadero”; por eso, Jesús como “un dios” sencillamente refleja las cualidades divinas de su Padre. (Heb. 1:3.)
¿Es consecuente con las reglas de la gramática griega la traducción “un dios”? Algunos libros de consulta insisten en que el texto griego debe traducirse: “La Palabra [el Verbo] era Dios”. Pero no todos concuerdan. En su artículo “Complementos predicativos cualitativos y sin artículo: Marcos 15:39 y Juan 1:1”, Philip B. Harner dijo que cláusulas como la de Juan 1:1, “con un predicado sin artículo precediendo al verbo, son principalmente cualitativas en significado. Indican que el logos tiene la naturaleza de theos”. Sugiere: “Quizás la cláusula pudiera traducirse: ‘El Verbo era de la misma naturaleza que Dios’” (Journal of Biblical Literature, 1973, págs. 85, 87). Así, es significativo el que, en este texto, el término the‧os′ no tenga el artículo definido (ho) la segunda vez que aparece, y que anteceda al verbo en la oración en griego. Es interesante que traductores que insisten en verter Juan 1:1: “El Verbo era Dios” no vacilen en usar el artículo indefinido (un) al verter otros pasajes donde un complemento predicativo singular sin artículo antecede al verbo. Así, en Juan 6:70 tanto VP como GR llaman a Judas Iscariote “un diablo”, y en Juan 9:17 describen a Jesús como “un profeta”.
John L. McKenzie, S.J., en su Dictionary of the Bible, dice: “Rigurosamente, Jn 1:1 debe traducirse ‘la palabra estaba con el Dios [= el Padre], y la palabra era un ser divino’” (Lo que está entre corchetes es de él. Publicado con nihil obstat e imprimátur; Nueva York, 1965, pág. 317).
En conformidad con lo anterior, AT dice: “la Palabra era divina”; Mo: “el Logos era divino”; NTIV: “la palabra era un dios”. Ludwig Thimme, en su traducción al alemán, lo expresa de esta manera: “Dios de cierta suerte la Palabra era”. El referirse a la Palabra o el Verbo (quien llegó a ser Jesucristo) como a “un dios” es consecuente con el uso que se da a esa expresión en el resto de las Escrituras. Por ejemplo, en Salmo 82:1-6 se llama “dioses” (hebreo: ’elo‧him′; griego: the‧oi′, en Juan 10:34) a jueces humanos de Israel porque eran representantes de Jehová y habían de declarar Su ley.
Véase también el apéndice de la edición con referencias de NM, (en inglés), pág. 1579.
Juan 8:58:
VM dice: “Díjoles Jesús: En verdad, en verdad os digo: Antes que Abraham naciera, yo soy [griego: e‧go′ ei‧mi′]”. (BJ, VV [1977], BC, LT, CI, todas dicen: “Yo soy”, y algunas hasta usan letras mayúsculas para transmitir la idea de que es un título. Así procuran relacionar la expresión con Éxodo 3:14, donde, según como vierten ellas el pasaje, Dios se refiere a sí mismo por el título “Yo Soy”.) Sin embargo, en NM la parte final de Juan 8:58 dice: “Antes que Abrahán viniese a existir, yo he sido”. (La misma idea se transmite en la fraseología que usan NC, FF, VP, BD, FS y TA.)
¿Cuál modo de verter la expresión está en armonía con el contexto? La pregunta de los judíos (versículo 57) a la que Jesús estaba respondiendo tenía que ver con edad, no con identidad. La respuesta de Jesús, lógicamente, trató con su edad, la largura de su existencia. Es interesante el hecho de que nunca se trata de aplicar e‧go′ ei‧mi′ como título al espíritu santo.
Un libro de gramática en inglés sobre el griego de las Escrituras, A Grammar of the Greek New Testament in the Light of Historical Research, por A. T. Robertson, dice: “El verbo [ei‧mi′] [...] Algunas veces sí expresa existencia como predicado como cualquier otro verbo, como en [e‧go′ ei‧mi′] (Juan 8:58)” (Nashville, Tennessee; 1934, pág. 394).
Véase también el apéndice de la edición con referencias de NM (en inglés) de 1984, págs. 1582, 1583.
Hechos 20:28:
BJ dice: “Tened cuidado de vosotros y de toda la grey, en medio de la cual os ha puesto el Espíritu Santo como vigilantes para pastorear la Iglesia de Dios, que él se adquirió con su propia sangre”. (VV [1977]; TA, NC usan una fraseología parecida.) Sin embargo, en NM la parte final del versículo dice: “la sangre del [Hijo] suyo”. (NBE y CI presentan lecturas parecidas. PB dice: “sangre propia”.)
¿Qué manera(s) de verter el versículo concuerda

con 1 Juan 1:7, que dice: “La sangre de Jesús su Hijo [el de Dios] nos limpia de todo pecado”? (Véase también Revelación 1:4-6.) De acuerdo con lo que se declara en Juan 3:16, ¿envió Dios a su Hijo unigénito para que tuviéramos vida, o vino Dios mismo como hombre? No fue la sangre de Dios, sino la de su Hijo, la que fue derramada.
Romanos 9:5:
BJ dice: “Los patriarcas; de los cuales también procede Cristo según la carne, el cual está por encima de todas las cosas, Dios bendito por los siglos. Amén”. (VV, TA presentan una lectura parecida.) Sin embargo, en NM la parte final del versículo dice: “de quienes provino el Cristo según la carne: Dios, que está sobre todos, sea bendito para siempre. Amén”. (Todas estas versiones: NBE [y nota al pie de la página], BD, PB [y nota], FF [y nota] usan una fraseología parecida a la de NM.)
¿Dice este versículo que Cristo esté “sobre todos” y que por consiguiente él sea Dios? ¿O se refiere a Dios y a Cristo como individuos distintos y dice que Dios está “sobre todos”? ¿Cuál de las traducciones de Romanos 9:5 concuerda con Romanos 15:5, 6, donde primero se establece una distinción entre Dios y Cristo Jesús y entonces se insta al lector a ‘glorificar al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo’? (Véanse también 2 Corintios 1:3 y Efesios 1:3.) Considere lo que se dice después en el capítulo 9 de Romanos. Los versículos 6-13 muestran que el cumplimiento del propósito de Dios no depende de la herencia según la carne, sino de la voluntad de Dios. Los versículos 14-18 hacen referencia al mensaje de Dios a Faraón, conforme se encuentra registrado en Éxodo 9:16, para hacer resaltar el hecho de que Dios está sobre todos. En los versículos 19-24 se da otra ilustración de la superioridad de Dios mediante la analogía de un alfarero y las vasijas de barro que él fabrica. ¡Cuán apropiada es, entonces, la expresión del versículo 5: “Dios, que está sobre todos, sea bendito para siempre. Amén” (NM)!
El diccionario teológico en inglés The New International Dictionary of New Testament Theology declara: “Existe una controversia sobre Rom. 9:5. [...] Sería fácil, y desde el punto de vista lingüístico sería perfectamente posible, aplicar la expresión a Cristo. El versículo entonces diría: ‘Cristo quien es Dios sobre todos, bendito para siempre. Amén’. Aun así, Cristo no sería igualado con Dios en sentido absoluto, sino solamente descrito como un ser de naturaleza divina, porque la palabra theos no tiene artículo. [...] La explicación mucho más probable es que la declaración sea una doxología dirigida a Dios” (Grand Rapids, Michigan; 1976, traducido del alemán, tomo 2, pág. 80).
Filipenses 2:5, 6:
VV (1934) dice: “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús: El cual, siendo en forma de Dios, no tuvo por usurpación ser igual á Dios”. (Scío tiene la misma fraseología. VM dice: “no estimó el ser igual a Dios como cosa a que debía aferrarse”.) Sin embargo, en NM la parte final de este pasaje dice: “quien, aunque existía en la forma de Dios, no dio consideración a un arrebatamiento [griego: har‧pag‧mon′], a saber, que debiera ser igual a Dios”. (NC, EH (1964), Str, FF transmiten la misma idea.)
¿Cuál idea concuerda con el contexto? El versículo 5 aconseja a los cristianos que imiten a Cristo en el asunto que se está considerando. ¿Pudiera instárseles a no pensar que fuera una “usurpación”, sino su derecho, ‘ser iguales a Dios’? ¡Por supuesto que no! Sin embargo, pueden imitar al que “no dio consideración a un arrebatamiento, a saber, que debiera ser igual a Dios”. (Compárese con Génesis 3:5.) Una traducción de esa índole también está de acuerdo con Jesucristo mismo, quien dijo: “El Padre es mayor que yo”. (Juan 14:28.)
The Expositor’s Greek Testament dice: “No podemos hallar ningún pasaje en el que [har‧pa′zo] o alguna de sus formas derivadas [incluso har‧pag‧mon′] tenga el sentido de ‘mantener en posesión’ o ‘retener’. Parece que significa, de manera invariable, ‘apoderarse de’, ‘arrebatar violentamente’. Por consiguiente, no es permisible deslizarse del verdadero sentido de ‘intento de agarrar’ a uno que es totalmente diferente: ‘adherirse a’” (Grand Rapids, Michigan; 1967, edición dirigida por W. Robertson Nicoll, tomo III, págs. 436, 437).
Colosenses 2: 9
VV (1934) dice: “En él [Cristo] habita toda la plenitud de la divinidad [griego: the‧o′te‧tos] corporalmente”. (Un pensamiento parecido se transmite por la traducción del versículo en NBE, VM, BJ, NC y BC.) NM dice: “Es en él que mora corporalmente toda la plenitud de la cualidad divina”. (CI dice: “esencia divina”; VP [Nuevo Testamento, 1966]: “la naturaleza de Dios”. Compárese con 2 Pedro 1:4.)
Obviamente no toda traducción ofrece la misma interpretación de Colosenses 2:9. Pero, ¿cuál está de acuerdo con el resto de la carta inspirada a los Colosenses? ¿Tenía Jesús en sí mismo algo que fuera de él por ser él Dios, parte de una Trinidad, o es la “plenitud” que mora en él algo que llegó a ser de él por decisión ajena? Colosenses 1:19 (VV [1977], BC) dice que toda la plenitud moraba en Cristo porque “tuvo a bien el Padre” que así fuera. LT dice que fue porque “Dios quiso”.
Considere el contexto inmediato de Colosenses 2: 9 En el versículo 8 se advierte a los lectores que no vayan a dejarse extraviar por los que abogan por la filosofía y las tradiciones humanas. Se les dice en cuanto a Cristo que “ocultados en él están todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento” y se les insta a ‘andar en él’ y a estar “arraigados y siendo edificados en él y siendo estabilizados en la fe” (versículos 3, 6, 7). Es en él, y no en los originadores o maestros de la filosofía humana, en quien mora cierta “plenitud” preciosa. ¿Estaba el apóstol Pablo diciendo aquí que la “plenitud” que habría en Cristo convertía a Cristo en Dios mismo? No de acuerdo con Colosenses 3:1, donde se dice que Jesucristo está “sentado a la diestra de Dios”. (Véanse VV, TA, BJ, VM.)
Conforme al Greek-English Lexicon, de Liddell y Scott, the‧o′tes (la forma nominativa de la cual se deriva the‧o′tetos) significa “divinidad, naturaleza divina” (Oxford, 1968, pág. 792). El que en verdad sea “divinidad”, o de “naturaleza divina”, no hace a Jesús, como Hijo de Dios, coigual ni coeterno con su Padre, tal como el hecho de que todos los humanos compartan “humanidad” o “naturaleza humana” no los hace coiguales ni hace que tengan la misma edad.
Tito 2:13:
VM dice: “Aguardando aquella esperanza bienaventurada, y el aparecimiento en gloria del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo”. (NC, VP y BJ lo expresan con una fraseología semejante.) Sin embargo, NM dice: “Mientras aguardamos la feliz esperanza y la gloriosa manifestación del gran Dios y del Salvador nuestro, Cristo Jesús”. (PB lo vierte de manera parecida.)
¿Cuál traducción concuerda con Tito 1:4, donde se habla de “Dios el Padre y de Cristo Jesús nuestro Salvador”? Aunque las Escrituras también dicen que Dios es un Salvador, este texto claramente distingue entre él y Cristo Jesús, aquel mediante el cual Dios provee salvación.
Algunas personas afirman que Tito 2:13 indica que Cristo es tanto Dios como Salvador. Es interesante que en VM, NC, VP y BJ se vierte Tito 2:13 de tal modo que pudiera interpretarse que el texto permite dicho punto de vista, pero estas versiones no siguen la misma regla al traducir 2 Tesalonicenses 1:12. En The Greek Testament [El Testamento Griego] Henry Alford declara lo siguiente: “Yo diría que [una traducción que distinga claramente entre Dios y Cristo, en Tito 2:13] satisface todos los requisitos gramaticales de la oración; que es más probable tanto en sentido estructural como contextual, y más en conformidad con el modo de escribir del Apóstol” (Boston, 1877, tomo III, pág. 421).
Véase también el apéndice de la edición con referencias de NM (en inglés) de 1984, págs. 1581, 1582.
Hebreos 1:8:
VM dice: “Del Hijo empero se dice así: ‘¡Tu trono, oh Dios, es por los siglos de los siglos!’”. (VV, NBE, EH (1976), TA, BJ, NC lo vierten de manera parecida.) Sin embargo, NM dice: “Pero con respecto al Hijo: ‘Dios es tu trono para siempre’”. (AT, Mo, TC, By comunican la misma idea.)
¿Cuál manera de verter el texto está en armonía con el contexto? Los versículos precedentes dicen que es Dios quien habla, no que se le esté hablando a él; y el versículo siguiente utiliza la expresión “Dios, el Dios tuyo”, lo cual muestra que aquel a quien se está hablando no es el Dios Altísimo, sino un adorador de ese Dios. En Hebreos 1:8 se cita de Salmo 45:6, que originalmente se dirigió a un rey humano de Israel. Obviamente el escritor bíblico de este salmo no pensaba que este rey humano fuese el Dios Altísimo. Más bien, en LT Salmo 45:6 [marcado 45(44):7], dice: “Tu trono, como el de Dios, permanece para siempre”. (En el mismo lugar NBE dice: “Tu trono, como el de un Dios”. Y EH [1976]: “Tu trono, cual de Dios, es eterno”.) De Salomón, que posiblemente haya sido el rey a quien originalmente se dirigió el Salmo 45, se decía que se sentaba “sobre el trono de Jehová” (1 Cró. 29:23, NM). En conformidad con el hecho de que Dios es el “trono”, o Fuente y Sustentador de la dignidad real de Cristo, Daniel 7:13, 14 y Lucas 1:32 muestran que Dios confiere dicha autoridad a él.
En Hebreos 1:8, 9 se cita de Salmo 45:6, 7, con relación al cual el escriturario B. F. Westcott declara: “La LXX. permite dos formas de verter el texto: [ho the‧os′] puede tomarse como vocativo en ambos casos (Tu trono, oh Dios, [...] por tanto, oh Dios, el Dios tuyo [...]) o se puede tomar como el sujeto (o el predicado) en el primer caso (Dios es tu trono, o tu trono es Dios [...]), y en aposición a [ho the‧os′ sou] en el segundo caso (Por tanto Dios, aun tu Dios [...]). [...] Difícilmente es posible que en el original se pueda dar el tratamiento de [’Elo‧him′] al rey. Por tanto, la suposición está contra el creer que [ho the‧os′] sea vocativo en la LXX. Así, a fin de cuentas parece mejor aceptar en la primera cláusula la traducción: “Dios es Tu trono (o: Tu trono es Dios), o sea: ‘Tu reino está cimentado sobre Dios, la Roca inmovible’”. (The Epistle to the Hebrews [La epístola a los hebreos], Londres, 1889, págs. 25, 26.)
1 Juan 5:7, 8:
VV (1934) dice: “Porque tres son los que dan testimonio en el cielo, el Padre, el Verbo, y el Espíritu Santo: y estos tres son uno. Y tres son los que dan testimonio en la tierra, el Espíritu, y el agua, y la sangre: y estos tres concuerdan en uno”. (TA también incluye este pasaje trinitario.) Pero NM no incluye las palabras “en el cielo, el Padre, el Verbo, y el Espíritu Santo: y estos tres son uno. Y tres son los que dan testimonio en la tierra”. (FS, NBE, NBL, BJ, NC también omiten este pasaje trinitario. VM lo incluye, pero tiene una nota explicativa al margen; VV [1977] lo pone entre corchetes, y en una nota al margen de Mateo 1:25 dice sobre el uso de corchetes en esa traducción: “Los corchetes indican pasajes omitidos por algunos de los principales MSS.”.)
Con relación a este pasaje trinitario, F. H. A. Scrivener, crítico textual, escribió: “Declaramos sin vacilación que estamos convencidos de que estas palabras disputadas no fueron escritas por San Juan; que originalmente se introdujeron del margen —donde habían sido colocadas como una glosa piadosa y ortodoxa sobre el v. 8— a copias latinas del África; que del latín se introdujeron furtivamente en dos o tres códices griegos posteriores, y de allí al texto griego impreso, lugar al cual no tenían derecho legítimo” (A Plain Introduction to the Criticism of the New Testament [Una introducción sencilla al criticismo del Nuevo Testamento], Cambridge, 1883, tercera edición, pág. 654).
Otros textos bíblicos que según los trinitarios expresan elementos de su dogma
Nótese que el primero de estos textos bíblicos se refiere solamente al Hijo; el otro se refiere tanto al Padre como al Hijo; ninguno de los dos se refiere al Padre, el Hijo y el Espíritu Santo ni dice que éstos compongan un Dios.
Juan 2:19-22:
Por lo que Jesús dijo aquí, ¿quiso decir que se resucitaría a sí mismo de entre los muertos? ¿Significa eso que Jesús sea Dios, porque Hechos 2:32 dice: “A este Jesús lo resucitó Dios”? De ningún modo. Dicho punto de vista estaría en conflicto con Gálatas 1:1, donde se atribuye la resurrección de Jesús al Padre, no al Hijo. En Lucas 8:48 Jesús usa un modo de expresión parecido al decir a una mujer las siguientes palabras que allí se citan: “Tu fe te ha sanado”. ¿Se sanó ella misma? No; fue el poder de Dios mediante Cristo lo que la sanó debido a que tuvo fe (Luc. 8:46; Hech. 10:38). De igual manera, por su obediencia perfecta como humano Jesús proveyó la base moral para que el Padre lo levantara de entre los muertos, reconociendo así a Jesús como Hijo de Dios. A causa del derrotero fiel de Jesús en la vida, con toda propiedad se pudo decir que Jesús mismo fue responsable de su resurrección.
A. T. Robertson dice en Word Pictures in the New Testament (Ilustraciones verbales en el Nuevo Testamento): “Recuerde [Juan] 2:19, donde Jesús dice: ‘Y en tres días lo levantaré’. No quiso decir que se levantaría a sí mismo de entre los muertos, independientemente del Padre como el agente activo (Rom. 8:11)” (Nueva York, 1932, tomo V, pág. 183).
Juan 10:30:
Al decir: “Yo y el Padre somos uno”, ¿quiso decir Jesús que fueran iguales? Algunos trinitarios dicen que sí. Pero en Juan 17:21, 22 Jesús oró con relación a sus seguidores: “Que todos ellos sean uno”, y agregó: “Para que ellos sean uno así como nosotros somos uno”. Él usó la misma palabra griega (hen) para “uno” en todos estos casos. Obviamente los discípulos de Jesús no llegaron a ser todos parte de una Trinidad. Pero sí llegan a participar de cierta unidad de propósito con el Padre y con el Hijo, la misma unidad que une a Dios y a Cristo.
PD: A no ser que se indique lo contrario, todos los textos citados en la siguiente porción vienen de VM.