El año en que Jesús murió muchos prosélitos extranjeros fueron a Jerusalén a celebrar el Pentecostés, apenas 50 días desde que había muerto Jesús. Ese día sucedió algo especial:
Hechos 2:5 Para esa época había en Jerusalén judíos devotos de todas las naciones que hay bajo el cielo. 6 Así que, cuando se oyó aquel sonido, se juntó una multitud que estaba desconcertada porque cada uno de ellos oía hablar a los discípulos en su propio idioma. 7 En efecto, estaban completamente asombrados y decían: “Miren a todos estos que están hablando. Son galileos, ¿verdad? 8 Entonces, ¿cómo es que cada uno de nosotros está oyendo su lengua materna? 9 Partos, medos y elamitas, habitantes de Mesopotamia, de Judea y de Capadocia, del Ponto y de la provincia de Asia, 10 de Frigia y de Panfilia, de Egipto y de las regiones de Libia cerca de Cirene, visitantes procedentes de Roma, tanto judíos como prosélitos, 11 cretenses y árabes, todos nosotros los oímos hablar de las cosas magníficas de Dios en nuestros idiomas”. 12 Así es, todos estaban asombrados y confundidos, y se decían unos a otros: “¿Qué significa esto?”.
Imaginen a todos esos extranjeros escuchando a Pedro en los idiomas que ellos hablaban, citando estas palabras de Joel:
Hechos 2:16 ...lo que está pasando es lo que se dijo mediante el profeta Joel: 17 ‘Y en los últimos días —dice Dios— derramaré parte de mi espíritu sobre todo tipo de personas. Sus hijos y sus hijas profetizarán, sus jóvenes tendrán visiones y sus mayores tendrán sueños, 18 e incluso sobre mis esclavos y mis esclavas derramaré parte de mi espíritu en esos días, y ellos profetizarán. 19 Haré cosas impresionantes arriba en el cielo y milagros abajo en la tierra: habrá sangre, fuego y nubes de humo. 20 El sol se convertirá en oscuridad y la luna en sangre antes de que venga el grande y glorioso día de Jehová. 21 Y todo el que invoque el nombre de Jehová será salvado’.
... EN SUS PROPIOS IDIOMAS ESCUCHARON EL NOMBRE DE DIOS. Aunque quizás los sonidos de sus lenguajes no eran los mismos que los del hebreo, ellos escucharon el nombre propio de Dios en sus propios idiomas de boca de un ungido de Dios.
Fue la primera vez que se escuchó el nombre personal de Dios en idiomas extranjeros, y luego se mencionó cuando regresaron a sus tierras, donde por primera vez oyeron hablar también de Jesucristo. Una cosa es que hubieran escuchado el nombre de Jehová en hebreo (porque eran prosélitos) y otra muy diferente es que lo escucharon con los sonidos de sus propias lenguas.