IXOYE - Estudio del Libro de Génesis

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI
Editorial Mundo Hispano.

Génesis - Capítulo 7​


7:1-5 La orden de embarcarse en el arca. Parajas suficientes de animales
inmundos (no destinados a sacrificios ni a comida) para asegurar su existencia,
pero hubo que tomar siete ( o siete parejas) especímenes de animales limpios
(para sacrificios y comida) para permitir que se hicieran sacrificios después del
diluvio sin que la especie se extinguiera.
7:6-24 Entrada al arca y el comienzo del diluvio. Cada etapa del diluvio es
fechada con precisión (p. ej., 7:11; 8:13, 14). Esto es apropiado dado que el
diluvio teminó con el mundo antiguo, y a partir de éste nace un nuevo mundo.
Nota sobre la fecha y duración del diluvio. La Lista Real Sumeria se refiere
al diluvio ocurriendo con anterioridad al primitivo período dinástico, lo cual
sugiere que habría ocurrido c. 3000 a. de J.C. Ciertamente, los arqueólogos
han encontrado un sinnúmero de evidencias de diluvios locales en Mesopotamia
en este período ninguno sugiriendo la inundación total del área. Otra posibilidad
es que el diluvio coincidió con el término de la última era glaciar (c. 10.000 a.
de J.C.). Esto implicó lluvia abundante en regiones normalmente secas, y el
hielo derretido permitió que los niveles del océano aumentaran en 100 m. y
haciendo pantanosa aquella tierra que previamente era habitable. Con el
moderno conocimiento geográfico, automáticamente entendemos que la historia
está describiendo una inundación total del globo, pero si la historia está siendo
dicha desde la perspectiva de Noé ( cuyos horizontes geográficos eran
limitados), un diluvio menor habría parecido universal.
 
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Génesis - Capítulo 8​


8:1-22 Las aguas del diluvio disminuyen. La nueva creación fue generada
en el momento en que Dios se acordó ( eso es, pensamiento que conduce a la
acción) de Noé (1), y progresivamente comenzó a aparecer la tierra, la
vegetación, los pájaros, los animales y los seres humanos (cf. cap. 1). Ararat
(4) no es específicamente el moderno monte Ararat sino el territorio del antiguo
Urartu, que se encuentra aprox. En la Armenia moderna y adyacente a las
zonas de Turquía e Irán. El v. 21 tiene un lenguaje similar al de 6:5. No es la
actitud de Dios hacia Noé la que fue transformada por el sacrificio, sino su
actitud hacia la humanidad en general. Los sacrificios del justo Noé, el segundo
Adán, aseguraron el futuro de la raza humana de un juicio tan catastrófico como
fue el diluvio.
 
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Génesis - Capítulo 9​


9:1-17 El pacto de Dios con Noé
Si bien la nueva era después del diluvio fue, en alguna medida, similar a aquella
que había después de la creación inciial, también tuvo sus diferencias. Noé, al
igual que Adán, fue bendecido y le fue dicho sed fecundos (1); sin embargo, es
hasta ahora, y por primera vez, que le fue permitido comer carne (3). Si bien
Abel (<010402>Génesis 4:2) y Jabal (<010420>Génesis 4:20) criaban ganado, sólo las
plantas verdes le fueron asignadas como comida a Adán (<010130>Génesis 1:30).
Pero ahora a Noé le fue permitido comer carne, estipulando previamente que la
sangre debía ser derramada primero como señal de respeto por la vida
contenida en ésta y que Dios la había dado. Esta prohibición de consumir
sangre es una de las leyes alimentarias más importantes del AT (cf. <030317>Levítico
3:17; <051216>Deuteronomio 12:16-25; <091432>1 Samuel 14:32-34).
La historia prediluviana se caracterizó por la violencia (<010611>Génesis 6:11): la
muerte de Abel no fue vengada, mientras que Lamec reaccionó al extremo
(<010423>Génesis 4:23, 24). En esta ocasión se introduce una ley estricta sobre la
retribución: El que derrame sangre de hombre, su sangre será derramada
por hombre (6). La idea de que el castigo debe ser igual al crimen cometido es
fundamental en la ley del AT (<022123>Exodo 21:23-25) y también en las nociones
modernas de justicia e imparcialidad. Si bien la pena de muerte para el asesino
es un claro caso de “haz como quieres que te hagan”, el v. 6 da una razón
especial para lo acertado de esta acción. Todo ser humano está hecho a la
imagen de Dios (eso es, representa a Dios en la tierra), de modo que para
proteger la posición única de la vida humana debe exigirse la pena máxima. El
propósito de Dios era que el mundo se llenara de vida humana y animal (7-9),
ya que el pacto simbolizado por el arco iris fue hecho con todas las criaturas
vivientes. De modo que Génesis no sugiere que el arco iris haya aparecido por
primera vez después del diluvio, sino sólo que llegó a ser una señal, esto es, una
promesa de la buena voluntad de Dios.
9:18-29 El pecado de Cam
Tristemente, el justo e intachable Noé sucumbió a la embriaguez y expuso su
desnudez mientras dormía. Este pecado relativamente menor (cf. Adán en
<010306>Génesis 3:6) fue seguido por un pecado mucho más grave de Cam su hijo
menor (cf. Caín en <010408>Génesis 4:8). Una vez más en esta secuencia Génesis
sugiere la repetición de la historia. La nueva raza humana encabezada por Noé
estaba, al igual que la anterior, en el resbaladero.
Los lectores modernos no ven la gravedad del pecado de Cam y preguntan:
¿Qué hay de malo en murmurar o bromear con tus hermanos acerca de las
fallas de tus padres? De esta manera se han hecho intentos sugiriendo que Cam
fue culpable de incesto o de otra conducta sexual inapropiada. Sin embargo,
estas nociones están equivocadas y yerran en no apreciar la seriedad que se le
da a los deberes filiales tanto en el AT como en las culturas antiguas. En Exodo
20 el “Honra a tu padre y a tu madre” es el primer mandamiento después de
aquellos que hablan de la relación del hombre con Dios, y golpear o maldecir al
padre o a la madre podría ser castigado con la muerte (<022115>Exodo 21:15, 17;
citado por Jesús, <410710>Marcos 7:10).
Las únicas palabras de Noé en Génesis (25—27) son de alabanza para Sem y
Jafet pero de maldición para Cam (o a lo menos para su descendencia,
Canaán). Sus palabras son similares a la bendición profética en el lecho de
muerte de Isaac (<012727>Génesis 27:27-29) y de Jacob (<014902>Génesis 49:2-27), las
cuales anticipan la historia futura de aquellos mencionados. Aquí Noé predice el
dominio de los descendientes de Sem y Jafet (cuya identidad es clarificada en el
cap. 10) y la subyugación de Canaán. Estos versículos sirven como camino
anticipatorio del capítulo siguiente (cf. <010425>Génesis 4:25, 26; 6:1-8).
¿Por qué fue maldecido Canaán por el pecado de Cam su padre? No hay una
respuesta clara. Es posible que haya participado de alguna manera en el
pecado de su padre. Posiblemente fue un castigo proyectado. Así como Cam,
el más joven de los hijos de Noé, pecó contra su padre, así Canaán, el más
joven de los hijos de Cam, fue castigado. Posiblemente, esto fue porque el
pecado de Cam anticipaba el pecado de los cananeos, quienes se distinguían
por su inmoralidad en el AT (<031803>Levítico 18:3).
 
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Génesis - Capítulo 10​


10:1—11:9 LA NARRATIVA DE SEM, CAM Y JAFET
Esta sección está compuesta de dos partes: la Tabla de las Naciones
(<011001>Génesis 10:1-32) y la historia de la Torre de Babel (<011101>Génesis 11:1-9),
y tiene tres propósitos. Primero, define la relación de Israel con las otras
naciones. Segundo, explica la diversidad de lenguas. Tercero, muestra a las
naciones pecando aun más y con ello fomentando y provocando el juicio
divino. Así prepara el terreno para otro intento divino de rescatar a la
humanidad a través del llamado de Abraham.
10:1-32 La Tabla de las Naciones
Este texto notable fija a Israel en el contexto del mundo conocido por los
escritores del AT. Enumera 70 naciones (posiblemente un número simbólico
redondo; cf. los 70 hijos de Jacob que descendieron a Egipto, 46:27), las que
representan a todos los pueblos del mundo, no siendo una lista exhaustiva de
los grupos conocidos en el antiguo Israel. Se lee un poco como un árbol
familiar; sin embargo, pareciera ser que no todas las relaciones descritas sean
genealógicas. En el mundo antiguo, los tratados y convenios condujeron a los
pueblos a llamarse entre ellos como hermanos o hijos de su socio de pacto. Lo
que la Tabla de las Naciones describe es la relación entre los diferentes
pueblos, de cualquier manera que se hubiesen originado históricamente.
Sin embargo, esto no es una lección de geografía histórica. Como siempre en
Génesis, la lista fue incluida por razones teológicas, para relacionar la línea
escogida de Sem con las otras líneas no escogidas. La genealogía de las no
elegidas es siempre puesta antes que la línea escogida: Caín antes que Set
(caps. 4 y 5), Ismael antecede a Isaac (cap. 25), Esaú precede a Jacob (caps.
36 y 37). La elección de Sem y el rechazo de Cam ya ha sido insinuado
(<010925>Génesis 9:25-27), y es confirmado en este capítulo. Entre los semitas se
encuentran los arameos, con quienes los patriarcas tuvieron una relación muy
estrecha y de quienes tomaron esposas para sus hijos. Entre los camitas se
encuentran no sólo todos los pueblos cananeos sino también otros de los
grandes enemigos de Israel: Egipto (Mizraim), Babilonia y Asiria. Los jafetitas
abarcan pueblos más distantes del nordeste de la costa del Mediterráneo, con
quienes Israel pareció tener algo de contacto, fuese este de carácter hostil o
fraterno. Se debe destacar que la clasificación bíblica de pueblos semitas,
camitas y jafetitas no coincide con la clasificación moderna de los pueblos a
través de sus idiomas. Algunos de los camitas (p. ej. los cananeos) hablaban
idiomas semitas, y entre los semitas está Elam, quien hablaba un idioma no
semita. La división bíblica refleja mucho más las diferencias entre aquellos que
Israel sintió como sus aliados y aquellos que fueron sus enemigos.
10:2-5 Los jafetitas. No todos estos pueblos pueden ser identificados, y
sólo aquellos que pueden ser identificados con plena certeza son discutidos
aquí. Pero aquellos que pueden ser identificados parecen representar los
pueblos más lejanos geográficamente hablando con respecto a Israel, ya sea en
el lejano norte o en el lejano oeste.
Gomer representa a los cimerios; Magog estaba en algún lugar del norte
(<263802>Ezequiel 38:2); Madai representa a los medos en el norte de Irán; Jabán
a los griegos jónicos, y Tubal, Mesec y Tiras han sido identificados con
Turquía. 3 Asquenaz representa a los escitas, y Togarma estaba en un distrito
al norte de Carquemis. 4 Elisa probablemente estaba en Creta. Tarsis era una
ciudad mediterránea, posiblemente Cartago. Quitim es identificado con Chipre
y Rodanim con Rodas (la lectura alternativa Dodanim en la nota de la RVA
podría proceder del idioma egeo).
El v. 5 anticipa la dispersión de las naciones descritas en <011101>Génesis 11:1-9.
10:6-20 Los camitas. Lo extenso de esta sección indica su importancia.
Entre los descendientes de Cam están algunos de los vecinos más cercanos y
más fieros enemigos de Israel.
6 Cus estaba en la región sur de Egipto. Mizraim es identificado con Egipto, y
Put con Libia. Canaán es descrito más adelante en los vv 15-19. 7 Los hijos
de Cus parece referirse a una región al sur de Arabia.
8-12 La cultura mesopotámica se remonta a Cam vía Cus, lo cual no es un
linaje muy halagador, sin embargo, anticipa la crítica explícita a las pretensiones
de Babilonia en <011101>Génesis 11:1-9. Nimrod definitivamente no puede ser
identificado, pero su interés en pelear y cazar fue típico de los grandes reyes
mesopotámicos. Casi todas las ciudades que él fundó son muy bien conocidas
en esa región.
13, 14 Algunas de estas tribus o pueblos pueden ser identificados con
seguridad. Patruseos se refieren a los egipcios del sur. Los filisteos fueron los
grandes rivales de Israel por el control de Canaán (1 Samuel 3—31). Los
caftoreos son de Creta.
15-19 Se da atención especial a los habitantes de Canaán a quienes Israel
esperaba desplazar. Sidón fue la ciudad costera más antigua de Fenicia. Los
heteos (cf. <012302>Génesis 23:2-20) son distintos de los bien conocidos heteos en
Turquía. Los jebuseos eran los residentes de Jerusalén. Los amorreos,
gergeseos y los heveos son a menudo mencionados como pueblos cananeos.
Los araqueos... hamateos eran habitantes de conocidas ciudades de Siria.
Los límites de Canaán se extendían desde Sidón en el norte hasta Gaza en el
sur y Sodoma (en el mar Muerto) por el este. Una definición más precisa de los
límites de Canaán se encuentra en <043402>Números 34:2-12.
10:21-31 Los semitas. Dado que Abraham era descendiente de Sem, Israel
sintió una especial afinidad por estos pueblos. Sin embargo, pocos pueden ser
claramente identificados, si bien muchos parecen ser tribus arameas o árabes.
Que Cam fuera el hijo más joven de Noé es evidente (<010924>Génesis 9:24), pero
que Jafet o Sem fuera el mayor depende de cómo se traduzca este versículo
(la RVA ha optado por traducir Sem... hermano mayor de Jafet). Elam
estaba en el sudoeste de Irán. Asur, en vez de hacer referencia a Asiria,
probablemente fue una tribu del Sinaí (<042422>Números 24:22). Los arameos
vivían en Siria, y presumiblemente los subgrupos registrados aquí vivían en esa
región. Al tratar de identificar a Joctán y sus descendientes pareciera que ellos
vivían en el sur de Arabia.
 
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Génesis - Capítulo 11​


11:1-9 La torre de Babel
Este breve relato conduce la historia de este período anterior al de los
patriarcas a una conclusión horrible. El nuevo comienzo otorgado a la raza
humana por Noé ya había quedado comprometido por su embriaguez y la
indiscreción de Cam; y en la Tabla de las Naciones son evidentes los efectos
de la maldición que se hizo sobre los descendientes de Cam. Es más,
<011005>Génesis 10:5, 18-20 y 31, 32 ya han anticipado la división por idiomas y la
dispersión de las naciones, pero ahora Génesis trata con esto en forma
explícita. La pecaminosidad humana escapa a todos los límites a medida que el
hombre intenta invadir el dominio de Dios al construir un templo cuya cúpula
llegara al cielo. Esta acción motivó otro juicio que afectaría a toda la raza
humana. La humanidad fue esparcida a través de toda la faz de la tierra y la
diversidad lingüística, que impide la cooperación entre los pueblos, fue
introducida para prevenir cualquier esfuerzo humano posterior de atacar el
cielo. Así, esta etapa fue establecida con el propósito de dar un nuevo
comienzo a la humanidad a través del llamado de Dios a Abraham.
Sin embargo, la torre de Babel no es meramente otra de esas historias de
pecado-juicio que contienen los caps. 1—11. A través de todos estos capítulos
podemos ver una crítica implícita a la cosmovisión politeísta de los
contemporáneos de Israel. Al relatar otra vez la historia de la creación y del
diluvio, se presenta una visión completamente diferente de Dios y de su relación
con el mundo, comparada con aquella que se encuentra en la antigua mitología
oriental. Si bien dicha crítica de estas ideas ha sido implícita hasta ahora, aquí
en el cap. 11 llega a ser explícita.
Babilonia era famosa por la torre de su templo o zigurat, cuyos cimientos
estaban en las profundidades de la tierra y cuyas cúpulas alcanzaban los cielos.
No, dice Génesis, lejos de alcanzar los cielos, la torre de Babel con gran
dificultad se veía desde allí; el Señor había descendido para ver la torre que
edificaban (5). Babel significa “puerta de dios”, y Babilonia se consideró a sí
misma más cercana a dios que cualquier otra región de la tierra. Se reconoció a
sí misma como capital religiosa, intelectual y cultural del mundo antiguo, la pieza
maestra de la civilización humana. “Basura” dice en efecto el v. 9, Babel no
significa “puerta de dios” sino “confusión” o “necedad”, y lejos de la sabiduría
humana, el zigurat arruinado de Babilonia muestra la impotencia humana ante el
juicio de Dios. Poniéndolo en términos modernos, la construcción de la ciudad
y su torre puede ser vista como una postura humana por la seguridad lograda
por sí mismos a partir de la base del progreso tecnológico. “El hombre
propone, pero Dios dispone.”
11:10-26 LA NARRATIVA DE SEM
La breve genealogía de Sem es muy similar a aquella que se encuentra en el
cap. 5, si bien la edad de los patriarcas es un tanto más breve, y esto no
establece en forma explícita la longevidad de cada uno de ellos. Esta sirve para
unir la historia de Abraham y la historia universal y de esa manera proveer de
un puente entre la protohistoria de los caps. 1—11 y la historia de los
patriarcas de los caps. 12—50. Si bien no sabemos nada acerca de los
hombres mencionados aquí, <420334>Lucas 3:34-36 nos recuerda de su
importancia, porque de ellos nacieron los descendientes de Abraham en quien
todas las familias de la tierra habrían de ser bendecidas.
11:27—25:1 LA NARRATIVA DE TARE Y LA
HISTORIA DE ABRAHAM
Taré, el padre de Abraham, vivió la mayoría de los eventos descritos en los
caps. 12—23, y así se da su nombre a esta sección de Génesis (cf.
<012519>Génesis 25:19; 37:2). La misma extensión de esta sección indica su
importancia para el libro. No es sólo que Abraham fue el antepasado de los
judíos, sino que él fue el hombre a través del cual los propósitos redentores de
Dios se comenzaban a ejecutar. La desobediencia de Adán precipitó una serie
de actos pecaminosos que terminaron con el diluvio. Noé, el nuevo padre de la
raza humana, fue “intachable”; sin embargo, él también falló y eso culminó con
el orgullo desbordante de Babel. Esto a su vez fue castigado con un juicio que
afectó a toda la humanidad. Ahora con Abraham Dios comienza de nuevo, esta
vez prometiendo “en ti serán benditas todas las familias de la tierra”
(<011203>Génesis 12:3).
11:27—12:9 El llamado de Abram
Esta sección brevemente introduce a Abram, su familia y su tierra natal y
describe su llamado en una manera que resume todo su peregrinaje de fe.
11:27-30 La familia en Ur. Esta sección puede ser presentada en forma
gráfica como en un árbol familiar.
Se destacan dos cosas importantes. Primera, que Sarai era estéril, toda una
tragedia para una mujer del mundo antiguo. Segunda, que Lot fue el sobrino
huérfano de Abram, a quien pareciera haber adoptado. El acompañó a Abram,
y pareciera que él llegaría a ser su heredero si Sarai no hubiese tenido un hijo.
11:31, 32 De Ur a Harán. Toda la familia se mudó desde Ur, un importante
centro cultural en el sur de Iraq, hasta Harán, en el este de Siria. Allí murió Taré
a la edad de 205 años, siendo Abram de 135 años (cf. v. 26). Abram debió
haber dejado a su padre Taré en Harán 60 años antes que éste muriera
(<011204>Génesis 12:4).
 
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Génesis - Capítulo 12​


12:1-9 Desde Harán a Canaán. Dejar su tierra natal y su familia era una
decisión muy grande, especialmente cuando se trata de una sociedad
tradicional, decisión que se ve diferente en nuestra cultura moderna que se
caracteriza por su movilidad e individualismo. Abram arriesgó todo aquello más
preciado para su vida al obedecer el llamado de Dios. De la misma manera
Jesucristo desafía a la gente a aventurarlo todo por seguirle (<401037>Mateo 10:37-
39; <500308>Filipenses 3:8).
Rutas posibles para el viaje de Abram, desde Ur hasta Canaán (Gén. 11:31-12:6). La ruta sureña
hasta Harán (línea de puntos más gruesa) es la más probable.
Los vv. 2, 3 resumen la teología de Génesis y proveen la clave para su
interpretación. (Ver en la Introducción, Teología de Génesis 12—50.)
El v. 4 sugiere que Dios llamó a Abram en Harán y no en Ur. La tierra de
Canaán comprende el territorio actualmente (1996) ocupado por Israel,
Líbano y parte del sur de Siria. La obediencia de Abram fue premiada por el
engrandecimiento de la promesa: la tierra que yo te mostraré (1) llega a ser
esta tierra (cf. Introducción, Teología de Génesis 12—50). La generosa
promesa de Dios motivó frecuentes actos de agradecida adoración en Abram:
él edificó allí un altar (7, 9).
12:10-20 Abram en Egipto
El entusiasmo religioso inicial de Abram se marchitó en la medida que enfrentó
el hambre que azotaba a la zona de Canaán y se vio obligado a emigrar a
Egipto. Aquí el temor del hombre reemplazó a la confianza en Dios como
principio guiador. Describir a Sarai como su hermana fue una engañadora
media verdad (cf. 20:12) diseñada para desanimar y ahuyentar a los posibles
pretendientes (cf. 24:55). Tal vez Abram esperó demorar cualquier propuesta
de boda y entonces abandonar Egipto antes que esto ocurriera. Sin embargo,
las propuestas reales no pueden ser negadas y Sarai se encontró a sí misma en
el harén del faraón (15).
En la forma como fue contada la historia (cf. v. 19), queda claro que la
conducta de Abram no es alabada. No obstante, el Señor intervino y le rescató
al enviar plagas sobre faraón de modo que Abram, como toda su
descendencia, salió de Egipto grandemente enriquecido (cf. <021235>Exodo 12:35,
36). Este mini éxodo de Egipto anticipa lo que vendría más adelante (cf. Exodo
12—14; <420931>Lucas 9:31). Este evento muestra a Dios cumpliendo su promesa
de proteger a Abram (<011203>Génesis 12:3) a pesar de su incredulidad. Dios utiliza
bondadosamente los errores para el beneficio a largo plazo de aquellos que él
ha llamado (cf. <014505>Génesis 45:5-8; <450828>Romanos 8:28).
 
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Génesis - Capítulo 13​


13:1-18 Abram y Lot se separan
Depurado por sus experiencias en Egipto, Abram regresó a Betel, lugar en
donde con anterioridad había tenido su encuentro con Dios, y allí oró
nuevamente. Ahora surgió un nuevo problema. La bendición de la riqueza
provocó un conflicto entre los pastores de ganado de Abram y Lot. Esta vez,
en vez de manipular la situación en su favor, Abram abogó por la armonía y fijó
el tono mismo al desplegar una generosidad ejemplar hacia su sobrino y
permitirle escoger la porción de tierra.
Pero “todo lo que brilla no es oro”. El valle del Jordán podía parecerse al Edén
(10), pero estaba habitado por hombres malos que pecaban gravemente contra
Dios (13). No es la única vez que la prosperidad urbana deslumbra a un simple
campesino que no percibió la corrupción que había detrás de esta urbanidad.
La generosidad de Abram hacia su sobrino fue recompensada con una
afirmación de la promesa mucho más rica. Esta tierra (<011209>Génesis 12:9) llegó
a ser toda la tierra, y fue dada a los descendientes de Abram para siempre
(15). Sus descendientes no sólo llegarían a ser una gran nación (<011202>Génesis
12:2) sino que también serían tan numerosos como el polvo de la tierra (16).
Al proponer una división pacífica de la tierra y al darle la primera opción a Lot,
Abram mostró amor por la paz y voluntad para sacrificar sus propios intereses,
cosa que la Biblia siempre alaba (cf. Salmo 133; <400509>Mateo 5:9; <500201>Filipenses
2:1-15).
Nota. 10 Es difícil ubicar con precisión a Sodoma, Gomorra y Zoar, tres de
la ciudades del valle. Cinco localidades en la ribera este del mar Muerto, que
estaban en ruinas poco antes del 2000 a. de J.C., puede que sean los lugares
mencionados.
 
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Génesis - Capítulo 14​


14:1-24 Abram rescata a Lot
La riqueza cómoda escogida por Lot fue perturbada por la invasión. Cuatro
reyes, guiados por Quedarlaomer rey de Elam (parte de Irán), conquistaron el
valle del Jordán. Trece años más tarde una rebelión de las ciudades de la
planicie precipitó otra invasión de la misma coalición oriental. Los ejércitos de
Sodoma y Gomorra fueron derrotados, las ciudades fueron saqueadas y Lot
fue tomado cautivo.
Pero Abram, guiando a 318 hombres, fue capaz de derrotar a los ejércitos
extranjeros, rescatar a todos aquellos que habían sido tomados cautivos y
devolver la propiedad saqueada. Esta fue una notable demostración de que
Dios estaba de parte de Abram. Sin embargo, no cualquiera reconoció esto. El
rey de Sodoma, quien debía estar más agradecido que ninguno, no agradeció
sino que con brusquedad exigió el retorno de su pueblo. Abram declaró que no
tenía intención alguna de beneficiarse de la desgracia de Sodoma (21-24).
Por su parte Melquisedec, el sacerdote-rey de Salem (probablemente
Jerusalén), recibió a Abram con honores reales y le preparó un banquete.
Luego Melquisedec bendijo a Abram en el nombre del Dios Altísimo, creador
de los cielos y de la tierra. Respondiendo a esta amable recepción, Abram
dio a Melquisedec el diezmo de todo el botín que había tomado (20).
Las actitudes de Melquisedec y del rey de Sodoma son deliberadamente
contrastadas. Ejemplifican los dos tipos de reacciones predichas a Abram en
<011203>Génesis 12:3. Melquisedec es uno de aquellos que bendice a Abram,
mientras que el rey de Sodoma claramente le menosprecia. Consecuentemente,
Melquisedec podía esperar ser bendecido por Dios, mientras que el rey de
Sodoma podía esperar una maldición. De hecho ya (cf. <011313>Génesis 13:13) el
destino de las ciudades de Sodoma y Gomorra se comienza a entrever (cap.
19).
Génesis no nos explica qué bendición recibió Melquisedec como recompensa
por bendecir a Abram. Sin embargo, el <19B004>Salmo 110:4 menciona el
juramento de Dios a David: “Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de
Melquisedec”, implicando ello que la memoria de Melquisedec había sido
venerada en Jerusalén como un precursor de la línea davídica. El NT ve a
Melquisedec como un “tipo” de Cristo, un predecesor del Mesías. Su alta
posición fue reconocida por Abram cuando éste le dio el diezmo de lo que
había tomado (Hebreos 5—7). Aparte de estos escasos versículos,
Melquisedec nunca más vuelve a aparecer en Génesis El permanece
simplemente como un recordatorio de que todos aquellos que reconocieron la
mano de Dios obrando en Abram experimentarían bendición en ellos mismos.
Notas. Los múltiples acontecimientos antiquísimos de este capítulo (ver
Wenham, Genesis 1—15, pp. 318-20) revelan que está basado en antiguas
fuentes y, a su vez, que hace de difícil entendimiento alguno de los detalles. 1
Los nombres de los reyes (Amrafel, Arioc, Quedarlaomer y Tidal) tienen un
auténtico sello del segundo milenio, pero recientes evidencias arqueológicas no
nos permiten identificarles con precisión. Sinar es Babilonia; Elasar puede
estar al este de Turquía; Elam es el moderno Iraq; y Goim puede que haga
referencia a los heteos.
La tierra santa en la época de la campaña militar de Abram
2 Poco se conoce sobre los nombres de estos pueblos y sus reyes. (En relación
a su ubicación cf. la nota de 13:10.) 3 Sidim, un término usado sólo aquí y en
los vv. 8 y 10 para referirse al valle del mar Muerto, posiblemente esté
haciendo referencia a la zona sur. 5-7 Con referencia a los lugares y pueblos
que pueden ser identificados, los incursionistas orientales parece que se habían
extendido hacia el sur a través del Jordán moderno desde Astarot en el norte
hasta El-parán por el sur (posiblemente Eilat), al comienzo del golfo de Acaba.
Luego giraron hacia el noroeste pasando la península del Sinaí hasta Cadesbarnea.
10 Los pozos de brea. El petróleo se escurre por la superficie en el
área al sur del mar Muerto, y este puede ser explotado. 11 Mamre y Escol, los
nombres de los aliados, también eran lugares cerca de Hebrón. 14 Dan era el
pueblo más al norte de Israel y fue habitado por los danitas (<071829>Jueces 18:29).
15 Hoba es un lugar desconocido. Damasco es la capital de Siria. 17 El valle
de Savé puede ser el “valle del Rey” que está justo al sur de Jerusalén (<101818>2
Samuel 18:18).
 

Génesis - Capítulo 15​

Dios promete a Abram un hijo​

15 Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande. 2 Y respondió Abram: Señor Jehová, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliezer? 3 Dijo también Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa. 4 Luego vino a él palabra de Jehová, diciendo: No te heredará este, sino un hijo tuyo será el que te heredará. 5 Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia.(A) 6 Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.(B) 7 Y le dijo: Yo soy Jehová, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte a heredar esta tierra. 8 Y él respondió: Señor Jehová, ¿en qué conoceré que la he de heredar? 9 Y le dijo: Tráeme una becerra de tres años, y una cabra de tres años, y un carnero de tres años, una tórtola también, y un palomino. 10 Y tomó él todo esto, y los partió por la mitad, y puso cada mitad una enfrente de la otra; mas no partió las aves. 11 Y descendían aves de rapiña sobre los cuerpos muertos, y Abram las ahuyentaba. 12 Mas a la caída del sol sobrecogió el sueño a Abram, y he aquí que el temor de una grande oscuridad cayó sobre él. 13 Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años.(C) 14 Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza.(D) 15 Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez. 16 Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí. 17 Y sucedió que puesto el sol, y ya oscurecido, se veía un horno humeando, y una antorcha de fuego que pasaba por entre los animales divididos. 18 En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra,(E) desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Éufrates; 19 la tierra de los ceneos, los cenezeos, los cadmoneos, 20 los heteos, los ferezeos, los refaítas, 21 los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.

Cross references​

  1. Génesis 15:5 : Ro. 4.18; He. 11.12.
  2. Génesis 15:6 : Ro. 4.3; Gá. 3.6; Stg. 2.23.
  3. Génesis 15:13 : Ex. 1.1-14; Hch. 7.6.
  4. Génesis 15:14 : Ex. 12.40-41; Hch. 7.7.
  5. Génesis 15:18 : Hch. 7.5.
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Reina-Valera 1960 ® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. Utilizado con permiso. Si desea más información visite americanbible.org, unitedbiblesocieties.org, vivelabiblia.com, unitedbiblesocieties.org/es/casa/, www.rvr60.bible
 
Biblia de Estudio Mundo Hispano
Editorial Mundo Hispano

Génesis Capítulo 15​


Notas Arqueológicas
15:2-4 Por descubrimientos arqueológicos recientes, se sabe que las legislaciones de Asiria y Nuzi contemplaban la posibilidad de que un amo sin herederos pudiera adoptar a uno de sus siervos como hijo; pero dado el caso de que el amo llegara a tener sus propios hijos, el siervo perdía sus derechos.

15:16 Amorreos, antiguos pobladores de Canaán. El descubrimiento de las Tablillas de Ras Shamra (Ugarit) ha permitido conocer que los amorreos eran politeístas que practicaban el sacrificio de niños, la prostitución sagrada y la adivinación (cf. Éxo. 23:23, 24; 34:11-16; Deut. 18:9-12). Dios les daría cuatrocientos años para que se arrepintieran, pero no lo hicieron.


Notas Hermenéuticas
15:10, 11 El pasaje relata lo que era una práctica común cuando se hacía un pacto. El profeta Jeremías menciona un acto semejante en Jeremías 34:18-20. Los pactantes pasaban por entre las dos mitades, pronunciando una fórmula de compromiso: “Que corra yo igual suerte que estos animales, si no cumplo mi parte de este compromiso”.

15:18 Desde el río de Egipto hasta el gran río, el río Éufrates. Estas fronteras presentan el territorio en su máxima extensión, como un territorio ideal. El río de Egipto no es el río Nilo sino el Wadi el-Arish, que está al nordeste de Sinaí. En otros textos se dan otras fronteras (cf. Éxo. 23:31; Núm. 34:3-12).
 
Comentario Bíblico Mundo Hispano
Tomo I - Génesis
Editorial Mundo Hispano

Génesis - Capítulo 15​


3. EL PACTO DE DIOS CON ABRAM Y SUS PRUEBAS, 15:1-18:15
Esta sección es sumamente importante porque introduce los temas de fe y pacto los cuales han de jugar un papel predominante en el desarrollo del plan redentor de Dios. El pacto es la expresión más concreta y cercana a la fidelidad de Dios en cum-plir su promesa inicial. Está dado en el modelo cultural de la época aunque con un significado especial. La respuesta correcta al pacto es la fe, ingrediente hasta ahora no expresado en las reacciones de Abram. El pacto tiene sus condiciones y su cumpli-miento no está libre de situaciones de pruebas que han de forzar a Abram a tomar decisiones correctas, a corregir las decisiones erradas y por sobre todas las cosas, a ejercitar la paciencia y experimentar la misericordia de Dios.
(1) Dios sella su llamado con un pacto, 15:1–21. Después del incidente de guerra y del encuentro con Melquisedec, aparentemente Abram queda con el temor de posi-bles conflictos y con dudas en cuanto al cumplimiento de la promesa de parte de Dios. Dios se le aparece, esta vez en visión de noche (v. 5) y se desarrolla un diálogo progre-sivo que finalmente termina en una relación de pacto entre Dios y Abram. El desarro-llo del encuentro se centra en los dos intereses fundamentales en el cumplimiento del plan redentor de Dios: descendencia y tierra. Dios inicia el diálogo dando seguridad en relación a los dos temores de Abram. En cuanto a posibles conflictos, Dios mismo se ofrece como el escudo de Abram. El escudo era el artefacto defensivo de protección del guerrero, imprescindible en las luchas con las armas usadas: espadas, flechas y lan-zas. Y aunque Abram rechazara el botín de guerra como galardón, Dios le ofrece un [Page 103] galardón más excelente. Este galardón en términos generales se refiere más bien a la tierra como más tarde se especifica. Abram acepta la protección, pero presenta a Dios el problema central: No tiene un hijo, por tanto el galardón no tiene sentido. Eliezer de Damasco, fiel criado de Abram, según la costumbre legal, podría eventualmente ser adoptado y ser el heredero. Damasco, una ciudad de Aram, la ac-tual Siria, es una de las ciudades más antiguas de población continuada. Por primera
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vez Abram reclama y atribuye a Dios la carencia de hijos. Hasta ahora Dios le había hablado de descendientes, pero no específicamente de un hijo, inicio de descendencia.

Ante la queja, Dios asegura a Abram que tendrá como heredero un hijo propio. Por primera vez Dios menciona a Abram la posibilidad de un hijo biológico. Esto ante la realidad de que tanto Abram como Sarai [Page 104] eran viejos y Sarai era estéril. Pe-ro juntamente con la promesa de un hijo, Dios asegura a Abram una descendencia tan numerosa que como las estrellas del cielo sería imposible contar. La respuesta de Abram aquí es importantísima. Es una respuesta de fe a la promesa de Dios. En la relación de Abram con Dios hasta ahora había obediencia, adoración y renunciamien-tos. Por primera vez Abram se apropia de la fe que es la respuesta correcta a las pro-mesas de Dios. Todas las acciones de respuestas anteriores eran necesarias, pero fal-taba la fundamental en la relación Dios-hombre. Hebreos 11 explica claramente lo que es la fe. Esencialmente es una convicción firme que mueve a uno a aceptar como rea-lidad aquello que Dios promete y vivir conforme a esa realidad. Ante esa respuesta de Abram, Dios le concede una nueva posición, una nueva condición. Como Noé ante-riormente, ahora Abram también es justo delante de Dios. Justicia es la relación co-rrecta entre el hombre y Dios. Es el ajuste de conducta al modelo de Dios. Por parte de Dios es conceder esa relación, no teniendo en cuenta la iniquidad del hombre. En el lenguaje del NT, la justicia es el regalo de Dios a la respuesta de fe en Jesucristo (Rom. 5:1, 2). Tanto el apóstol Pablo como luego los hombres que iniciaron la Reforma protestante, han usado el modelo de la respuesta de fe de Abram como central en fundamentar la justificación por la fe. El apóstol Pablo la desarrolla ampliamente en Romanos 4 y Gálatas 2–4.

Una vez resuelta la cuestión de la descendencia, el diálogo continúa durante el día, centrándose ahora en el otro problema: la tierra. Dios toma la iniciativa en reafirmar a Abram su llamado desde Ur de los caldeos y la posesión de la tierra prometida. Más que reafirmación, Abram esta vez reclama una prueba de la seguridad de dicha pose-sión. La manera que Dios asegura a Abram es a través de un pacto. El pacto en la cul-tura patriarcal es un acuerdo solemne entre dos partes, las cuales se [Page 105] comprometen mutuamente en alianza con el propósito de cumplir ciertas condiciones especificadas. Eran practicadas varias clases de pactos. Los más comunes eran los pactos de iguales, en el cual dos personas o pueblos entraban en alianza en igualdad de condiciones mutuas. Otro tipo de pacto era el del vasallo al soberano. En este pac-to el vasallo, generalmente el vencido en la guerra, se comprometía incondicional y unilateralmente a las condiciones impuestas por el vencedor o soberano más podero-so. En el pacto de Dios ocurre algo muy especial: Dios, el Señor y más poderoso, entra en alianza con su vasallo imponiéndose él mismo condiciones unilaterales. El pacto de Dios no es otra cosa que la expresión concreta de su gracia que le concede al hombre todo a cambio de nada.
Pero la concreción del pacto se desarrolla lentamente. Primero, Dios pide a Abram que prepare un acto ritual con animales especificados. Como parte de la realización de pactos, los actos rituales eran muy importantes. En estos actos, los animales se par-ten por la mitad para un sacrificio. Las partes en alianza pasan por el medio concre-tando así solemnemente el compromiso. Luego se ofrecen los animales en sacrificio a la divinidad a quien se considera testigo de la alianza. Parte se deja para la comida ritual que se comparte. Abram prepara los animales y espera hasta el atardecer lu-chando con las aves de rapiña y con la angustia que se apodera de él por la tardanza de Dios.
Segundo, Dios se le aparece y le declara que sus descendientes no podrán poseer la tierra sino hasta la cuarta generación y que por 400 años estarán esclavizados en un país extranjero. La razón de la tardanza se debe a la paciencia y misericordia de Dios para con los habitantes de Canaán que, aunque eran pecadores en extremo, Dios les seguiría soportando y les concedía tiempo largo pero específico para arrepenti-miento antes de su juicio. Por parte de la descendencia de Abram, este lapso histórico hace referencia específica a la esclavitud y opresión en Egipto. La descendencia de Abram debe también soportar con paciencia al igual que Dios, los efectos de la peca-minosidad y crueldad del hombre.
Tercero, al oscurecer Dios, en la presencia de una antorcha ardiente, pasa él sólo por en medio de los animales sacrificados como acto solemne de compromiso a su aliado Abram. Aquí vemos la clase de pacto especial de Dios con Abram. Es Dios quien unilateral e incondicionalmente se compromete.

Cuarto, el pacto se cristaliza especificando los términos comprometidos: Dios ha de conceder la tierra a los descendientes de Abram. Esta promesa posee dos [Page 106] nuevos ingredientes. Primero, se mencionan los límites geográficos. Este incluye todo el territorio que está ubicado entre el río de Egipto (posiblemente se refiera al estrecho mar Rojo que ha servido de límite natural a Egipto) al sur y el río Eufrates al norte. La posesión de todo este territorio siempre permaneció como un ideal en la historia de Israel. En tiempo de Salomón, aunque no se lograra dicha posesión territorial, por el predominio político, por lo menos se llegó a tener una fuerte influencia sobre las dife-rentes naciones que ocuparon este territorio ideal. Segundo, se mencionan específi-camente a diez grupos étnicos, habitantes de Canaán que serán juzgados y despoja-dos de su tierra. Los queneos están identificados como un grupo nomádico que luego se especializan en la metalurgia y que sobreviven con identidad étnica aún en tiempo de los jueces (Jue. 4.11) y David (1 Sam. 30:29). No es tan fácil identificar a los quene-zeos, pero estos habitaban también Canaán posiblemente asociados con otros grupos. Los cadmoneos o gentes del oriente eran semitas de vida nomádica. Habitaban ma-yormente los desiertos, pero algunos grupos estaban también en Canaán. Por lo gene-ral, referencias históricas, literarias y arqueológicas indican que los queneos, quene-zeos y cadmoneos estaban asociados entre sí. Los heteos, oriundos de Asia Menor, en un tiempo formaron un imperio e invadieron hacia el sur hasta llegar a Canaán donde grupos de ellos quedaron bien establecidos (23:10, 26:34). Los ferezeos, posiblemente más que una identidad étnica, constituían un grupo de personas que tenían un estilo peculiar de vida en Canaán. Los refaítas se refiere a los habitantes gigantes de Ca-naán que sobrevivieron aún en el tiempo de la conquista (Deut. 3:11). Los amorreos o gentes occidentales eran originarios de Siria y llegaron a ocupar la parte norte de Ca-naán. Ellos se establecieron en las zonas monta-ñosas de Canaán. Los cananeos, quienes se identificaban con el nombre de la tierra que significa “púrpura” por la tin-tura que hizo famosa al lugar en el teñido de telas, habitaban las llanuras tanto marí-timas como las del Jordán. Los términos amorreos y cananeos se usaban muchas ve-ces indistintamente para señalar a cualquier habitante o grupo étnico de Canaán o para indicar a un poblador de la zona montañosa (amorreo) o del valle (cananeo). Los gergeseos, eran posiblemente una tribu importante de los cananeos bien identificables en ese tiempo. En tiempo de Jesús posiblemente los “gadarenos” o “gerasenos” tienen la misma identidad étnica (Mat. 8:28). Los jebuseos eran los habitantes de Sión, gen-tes que fueron conquistadas recientemente por el rey David. Según la lista genealógica y de naciones del cap. 10, los heteos, jebuseos, amorreos y gergeseos son todos des-cendientes de Canaán, hijo de Cam. En la lista de pueblos [Page 107] a conquistar
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por Moisés no se mencionan a los queneos, quenezeos, cadmoneos ni a los refaítas (Exo. 3:17).
La Biblia no registra la respuesta de Abram a este acto tan solemne de Dios. Se li-mita simplemente a presentar testimonios de las acciones de Abram en esta nueva relación con Dios. De aquí en adelante la relación de Dios con los patriarcas y luego con su pueblo tendrá como centro de referencia el pacto. En el NT el centro de refe-rencia es el Nuevo Pacto sellado no ya en un acto ritual de sacrificio animal, sino con la muerte expiatoria de Jesucristo, el Hijo de Dios (Luc. 22:14–20).


Joya bíblica
“No temas, Abram. Yo soy tu escudo, y tu galardón será muy grande” (15:1).


Semillero homilético
Dios alienta a Abram
15:1–6
Introducción: Abram acababa de obtener una victoria sobre la alianza de reyes mesopotámicos, sin embargo es evidente que ante lo desconocido le asalta el temor. Es interesante que las proezas de la fe nunca hacen que la persona confíe en sí mis-mo, sino que al contrario se sienta aún más necesitado del Se-ñor. En esa situación Dios alienta a Abram en tres maneras:
Dios alienta a Abram con su palabra. La expresión No temas dice que Dios ha tomado en cuenta to-das las circunstancias y conoce exactamente lo que hay que hacer y lo que él mismo hará. Dios alienta a sus hijos cuando no saben qué hacer y sienten que la inseguridad comienza a invadir su corazón.
Dios alienta a Abram con su poder. Yo soy tu escudo. Dios mismo se pone al frente para defender al creyente en él. Con razón los salmistas pudieron decir con confianza: Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones, por tanto no temeremos (Sal. 46:1, 2a). El que habita al abrigo del todopoderoso morará bajo la sombra del omnipotente. Diré yo a Jehovah: esperanza mía y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré (Sal. 91:1, 2).
. Dios alienta a Abram con un incentivo sublime. Y tu galardón será muy grande. Dios asegura que la totalidad de nuestros éxitos no los hemos recibido todavía, sino que más adelante él tiene algo mejor para nosotros. Por eso los cristia-nos podemos decir con confianza: "Lo mejor está un poco más adelante."
Conclusión: La respuesta de Abram: El creyó a Jehovah y le fue contado por justicia (v. 6). Abram aceptó el mensaje y la palabra del Señor y con calma descansó en su fidelidad. La fe en la pa-labra de Dios siempre produce resultados maravillosos: (1) transforma al creyente; y (2) justifica al creyente. Nunca sere-mos iguales cuando depositamos nuestra confianza en las promesas del Señor.

Semillero homilético
Fe y justicia
15:6
Introducción: Mientras Dios y Abram hablaban, lo único que tenían como testimonio de su acuerdo era la palabra de ambos. No había experiencias espectaculares ni dramáticas como la de la zarza (Exo. 3:2); o la transformación de una vara en serpien-te (Exo. 4:3). Las experiencias más sublimes y las decisiones más trascendentales de nuestra vida suelen ocurrir en el diálo-go sencillo, franco y directo entre el creyente y su Señor. Vea-mos las dos partes de este hermoso versículo:
El (Abram) creyó a Jehovah.
Obedeció para ir al lugar que había de recibir por herencia sin saber a dónde iba (Heb. 11:8).
Habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena morando en tiendas (Heb. 11:9).
Ofreció a Isaac en quién estaban cifradas sus esperanzas del cumplimiento de la promesa (Heb. 11:17).
II. Y le fue contado por justicia Por causa de aquel acto de fe, Abram vino a ser:
Por medio de su descendencia el heredero de toda la tierra
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que Dios le estaba dando.
El padre de la nación hebrea, y el padre del pueblo de Dios.
El progenitor de Jesucristo en cuanto a sus raíces humanas.
El padre de todos los creyentes.
Conclusión: ¿Ha pensado usted en el alcance que puede tener el acto de creer en la palabra de Jehovah?