Israel vs Palestina: Preguntas dificiles para un problema dificil

Israel vs Palestina: Preguntas dificiles para un problema dificil

  • Isael tiene derecho a la tierra, pues Dios se las dio

    Votos: 79 56,4%
  • israel no tiene derecho a la tierra, pues ellos la perdieron historicamentee

    Votos: 16 11,4%
  • Los palestinos e israelitas tiene los mismos derecho

    Votos: 43 30,7%
  • El mas fuerte debe quedarse con la tierra

    Votos: 2 1,4%

  • Votantes totales
    140
Católicos y judíos unidos en Jerusalén en la condena del terrorismo
Reunión de la Comisión del rabino jefe de Israel y de la Santa Sede

CIUDAD DEL VATICANO, 4 diciembre 2003 (ZENIT.org).- Con una radical condena de la violencia terrorista y del antisemitismo, concluyó este miércoles en Jerusalén un encuentro del más alto nivel entre representantes judíos y de la Santa Sede.

Así se puede leer en el comunicado final de la tercera reunión de tres días que ha mantenido de la Comisión conjunta de la delegación del Rabino jefe de Israel para las relaciones con la Iglesia católica y de la Comisión de la Santa Sede para las Relaciones Religiosas con los Judíos.

En el comunicado final, firmado tanto por la delegación judía como por la católica, los participantes expresan «su profundo aprecio por los francos pronunciamientos emanados por la Santa Sede para condenar la violencia contra inocentes y para denunciar el resurgimiento actual de manifestaciones de antisemitismo».

En el momento en el que la Comisión judeocatólica se encontraba reunida, desde Roma, Juan Pablo II lanzó un llamamiento, que como reconocieron los representantes judíos también resonó en Jerusalén, en el que invitaba: «a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a unir sus voces a la mía cuando repito que el santo nombre de Dios nunca debe utilizarse para incitar a la violencia o al terrorismo, para promover el odio o la exclusión».

«Como líderes religiosos compartimos la pena y el dolor de todos los que sufren en Tierra Santa hoy, individuos, familias y comunidades, y expresamos garantizamos nuestra ferviente esperanza oraciones por el final de los padecimientos y tribulaciones en esta tierra que es santa para todos nosotros», afirman los participantes.

«Pedimos a nuestras propias comunidades, escuelas y familias, que vivan en el mutuo respeto y entendimiento y que se sumerjan en el estudio y enseñanzas de la Sagrada Escritura, que compartimos, para ennoblecimiento de la humanidad, y para la paz y la justicia universales», concluye el documento.

En esta ocasión el tema afrontado en la reunión ha sido: «La relevancia de las enseñanzas centrales de las Sagradas Escrituras que compartimos para la sociedad contemporánea y para la educación de futuras generaciones».

La delegación judía estaba presidida por el rabino jefe Shear Yashuv Cohen, acompañado por otros cuatro rabinos, y dos expertos; la delegación católica estaba presidida por el cardenal argentino Jorge Cardinal Mejía, archivista y bibliotecario emérito de la Santa Iglesia Romana.
 
http://www.deia.com/3-12-2003/DeiaMund.htm

Abu Ala desea asistir a la Misa del Gallo en Belén

El primer ministro palestino, Ahmed Qurea (Abú Alá), ha expresado su deseo a los franciscanos de asistir a la Misa del Gallo del 24 de diciembre que se celebrará en la Basílica de la Natividad de Belén, informó a Efe el superior del convento de San Salvador de Jerusalén, fray Artemio Vítores.

«Por supuesto que Abú Alá será bienvenido en Belén tanto en la Misa del Gallo como en la cena de Nochebuena porque es un día de hermandad de todos los pueblos y apreciamos además que la Autoridad Nacional Palestina (ANP) declarara festivo en sus territorios el día de Navidad».

Vítores dijo que la orden franciscana, que junto con los griegos y los armenios custodian la Basílica de la Natividad de Belén erigida sobre la gruta donde nació Jesús, invita como todos los años al presidente de la ANP, Yaser Arafat.

Las autoridades israelíes no han permitido a Arafat asistir a la Misa del Gallo desde que comenzara la Intifada hace tres años por lo que su silla permanece vacía en la iglesia de Santa Catalina, donde se celebra el oficio religioso.

Arafat, bajo arresto israelí en sus oficinas de Ramala desde diciembre de 2001, ha transmitido su deseo de asistir a Belén. Agencias

Negritas por Bart
 
A mí me parece que el hecho de que la mujer de Arafat sea cristiana no justifica la invitación. Y menos después de leer noticias como esta:

CONSIGNAS ANTICRISTIANAS

Protestas por los libros de la Autoridad Nacional Palestina

Libros aprobados por la Autoridad Nacional Palestina (ANP) para la enseñanza de la cultura islámica en la escuela primaria atacan con virulencia la labor de los misioneros cristianos.

4 de diciembre. Según un informe del Middle East Media Research Institute [Instituto de Investigación sobre los Medios de Comunicación en Oriente Medio] (MEMRI), de 2001 a 2003 los manuales escolares editados por la Autoridad Nacional Palestina han incrementado su incitación a la violencia. La tendencia, según esta organización, se ha invertido, tras unos años de mejoras en aplicación de los Acuerdos de Paz de Oslo de 1993.

En concreto, el nuevo manual de Cultura islámica para clase de primaria, destinado a alumnos de ese nivel por el ministerio de Educación de la ANP (y aprobados por su homónimo jordano), incita a la djihad y considera a los misioneros cristianos un instrumento más de las fuerzas invasoras.

Así, en su página 252 afirma: "Los misioneros constituyen una de las instituciones occidentales al servicio de la invasión intelectual del mundo musulmán. Han intentado forzar a los musulmanes a abandonar al islam, debilitando su fe y obligándoles a adoptar el modo de vida cristiano. (...) El movimiento misionero ha dejado huellas profundas en la vida islámica".

Citan entre ellas la adopción del modo de vida occidental, el debilitamiento del espíritu islámico de la joven generación, las ideas capitalistas, comunistas y ateas, la influencia sobre el sistema educativo que convierte la historia y la cultura occidentales en fuente de aprendizaje y educación de la ciencia, la difamación de la historia islámica, el cuestionamiento del islam, de su profeta y de la veracidad de sus profecías, y "la criminalización de las leyes sobre el divorcio y la poligamia describiendo como inhumanos los castigos instituidos por la ley islámica".

Un llamamiento a la djihad

Estos textos, destinados a la formación islámica de los niños palestinos, combinan estas ideas con una llamada a la djihad: si los predicadores del islam se ven impedidos para ejercer su función, "la djihad y la fuerza física se hacen inevitables" (p. 208).

En la página siguiente se insiste en que "la djihad es una obligación de todos los musulmanes. (...) Es un deber colectivo: si algunos musulmanes cumplen esa obligación, no se le exige a todos, en la medida en que sea suficiente; (...) [pero] si nadie practica la djihad, todos los musulmanes se convierten en culpables de negligencia".

Y fija los casos en que la djihad se convierte en un deber personal, siendo el primero "cuando existe una presencia enemiga en un país musulmán": algo aplicable, visto lo anterior, a los misioneros extranjeros. En tal caso, "el deber de los ciudadanos de ese país es combatir al enemigo y expulsarlo".

Posteriormente explica los distintos tipos de djihad: participación en el combate, contribución financiera y logística, y "la djihad de las ideas: (...) aportar pruebas irrefutables contra los enemigos e invitarles a [reconocer] a Alá. (...) La nación islámica vive hoy una necesidad urgente del espíritu de la djihad en sus hijos, incluidos todos los tipos de djihad... Es una necesidad vital... Es una fuente de bienestar y de prosperidad para todos los musulmanes... La nación islámica debe expandir entre sus hijos, de generación en generación, el espíritu de la djihad y el amor al sacrificio de sí mismo".

Por último, en la pág. 155 y siguientes el manual de educación infantil explica "la razón lógica que justifica la ejecución de una persona que abandone el islam". Se trata de un crimen "que implica un castigo severo", que se aplicará tras animar al traidor "a abjurar inmediatamente" y "advertirle de las consecuencias de su testarudez... esto es, avisarle de su ejecución"; el paso final es "ejecutar al pecador si persiste en querer abandonar el islam".

Muchos padres palestinos cristianos han protestado por estos textos, que han llegado a imbuir de su espíritu incluso a sus hijos no musulmanes. Hace algunos meses trascendió a los medios de comunicación la tragedia de un palestino cuya hija cristiana se disponía a inmolarse cometiendo un atentado suicida, que sólo pudo evitarse al descubrir su padre las intenciones de la niña.


Fuente: http://www.elsemanaldigital.com/articulos.asp?idarticulo=10668
 
Palestina y sus Falsas Verdades

Con un día de diferencia, pude leer en EL PAÍS dos textos antagónicos sobre el conflicto árabe-israelí, un artículo de Joan B. Culla y una carta de Faisal Khalid Abdel-Hadi. Sin entrar en la polémica que alimentó dicho encuentro -encontronazo, diría-, me parece pertinente formular algunas cuestiones que nunca existen en el debate, especialmente si se formulan desde posiciones acríticamente pro palestinas.

Como señalaba Joan B. Culla, parte del problema de Oriente Próximo tiene que ver con la distorsión de la información, y también con un maniqueísmo que nos está llevando, entre otros desastres, a la corriente de antisemitismo más importante en Europa desde la negritud del nazismo. Para dar un dato nada alentador, en estos casi tres años de Intifada ha habido más agresiones contra sinagogas en Europa que en toda la Noche de los Cristales Rotos. El mismo día del atentado contra Neve Shalom y Beth Israel, dos sinagogas de Estambul donde murieron decenas de personas, ardía una escuela judía en un barrio de París. El Financial Times ha lanzado una acusación contra la Unión Europea porque se ha negado a publicar el informe de 112 páginas que el European Monitoring Centre of Racism and Xenophobia (EUMC) hizo en el año 2001, donde quedaba patente la responsabilidad de grupos islámicos en esta oleada antisemita. El senador estadounidense Robert Wexler envió una carta a Javier Solana, en julio, pidiendo la publicación del informe. El informe no ha sido publicado. Doy estos datos no sólo porque son pertinentes, sino por dos hechos relevantes: uno, la responsabilidad de Europa, tanto por pasiva como por activa, en el nuevo antisemitismo que la recorre; otro, porque centra una cuestión de fondo: la negación de la autocrítica por parte de los colectivos islámicos pro palestinos y su demonización permanente de todo lo que tiene que ver con el mundo judío. Más allá de la crítica a Sharon, lo que late en las ONG musulmanas, en los editoriales de los diarios de El Cairo o Damasco, en las arengas de las mezquitas de Teherán y en los libros de texto del Ministerio de Educación palestino es un renovado, facistoide y agresivo antisemitismo.

No es una casualidad que un ex líder del Ku Klux Klan (como se explicó en un congreso en la Unesco) haya recorrido Qatar y los Emiratos explicando la bondad de los Protocolos de los Sabios de Sión, el libro base que fundamentó el Mein Kampf de Hitler. Hasta el periodista Robert Fisk ha denunciado la cuestión en algún artículo.

Lo primero que denuncio, pues, es que muchos de los textos críticos con Israel no parten de un planteamiento democrático, sino de un furibundo prejuicio antisemita. El día que quieran, los ilustro con lindos ejemplos, pero sólo cabe recordar lo último de Saramago -"el pueblo judío ya no merece compasión por los sufrimientos que pasó"- o la frase de Theodorakis -"este pequeño pueblo, el judío, es la cuna de la maldad"-. ¡Y pensar que nos enamoramos del Memorial del convento y de Zorba el griego...! Si les traigo a colación la literatura antisemita que hoy recorre el cuerpo educativo de la práctica totalidad del mundo islámico, quedarán impresionados. Esto es, pues, lo primero: el antisemitismo no es una broma, ha resurgido con un ímpetu voraz, Europa es responsable por despreocupación -y por distorsión de la verdad- y el mundo islámico no ha hecho los deberes con la democracia, porque su discurso no es de base tolerante. Lo cual no significa que no haya intelectuales, como Sami Naïr, que expresen su preocupación por la cuestión.

Lo segundo, la absoluta negación de la autocrítica de los palestinos, encantados de demonizar a Sharon y a Israel, chivo expiatorio de todos sus problemas, pero incapaces de reconocer las muchas responsabilidades que existen en el lado árabe. Por ejemplo, el hambre de los palestinos, dato real. Si antes de esta Intifada los ciudadanos palestinos tenían el estándar económico más alto del mundo árabe, hoy están en las ratios del Yemen. Sin embargo, ¿conocen ustedes las cifras? El Banco Mundial ha dado el doble por habitante a la Autoridad Nacional Palestina de lo que recibió Europa con el Plan Marshall; la Unión Europea ha dado 330 millones de euros para el sistema educativo palestino (que enseña a odiar a los judíos); los informes de corrupción hablan de una fortuna de Arafat que sobrepasa el billón de dólares, con importantes inversiones incluso en la fábrica de Coca- Cola en Ramallah; ¿dónde están los 50 millones de dólares que Saddam dio a Arafat por apoyarlo en la Guerra del Golfo?, ¿dónde la herencia económica de la Organización para la Liberación de Palestina, con las nutridas donaciones del KGB y los saudíes? Y puestos a preguntar, más allá de nutrir a los grupos terroristas, ¿cuál es la aportación del petrodólar al bienestar de los palestinos? Y sin embargo, se pasa hambre... O ¿se busca el hambre para usarlo? También podemos hablar de la paz y Arafat. Rabin, en 1993 con los acuerdos de Oslo -que firmó porque se le había prometido la paz-; Netaniahu, con los acuerdos de Hebrón; Barak, en Camp David en 2000, donde se ofreció incluso la partición de Jerusalén. Y sin embargo, Arafat respondió con una segunda Intifada que lleva miles de muertos. Siempre ha dicho no a la paz, pero nunca tiene culpa...

¿Hablamos del muro? Sólo tres datos. Un suicida tarda menos en pasar a pie de Kalkiliya a Kfar Saba de lo que ustedes tardan en leer la prensa. Han pasado 127 terroristas a Israel desde la ribera occidental que han matado a más de 500 personas. El muro que existe en Gaza desde 2001 ha conseguido que no pasara ni un terrorista y ha permitido que los miles de trabajadores palestinos de la zona industrial de Erez tuvieran mayor seguridad. Esto también forma parte de la información. Pero ¿lo leen a menudo?

No se trata de no criticar a Sharon o la política de Israel. Se trata de cumplir dos principios morales de la verdad. Uno, que la verdad es un espejo roto e Israel también tiene muchos fragmentos. Otro, que a la verdad no se la sirve con el maniqueísmo, la demonización o la intolerancia. Por mucho que se intente, no se sirve a la causa palestina con la mentira.

Nota: Artículo publicado en "El Pais" edición de Catalunya del pasado Sábado 29-11-2003

Autor: Pilar Rahola
Fuente: <A HREF="http://www.es-israel.org/modules.php?name=News&file=article&sid=613">Es-Israel</A>.
 
La judeofobia española

Perednik acaba de publicar en inglés una extensa investigación sobre la judeofobia española, en la edición de otoño del <A HREF="http://www.jcpa.org/phas/phas-perednik-f03.htm" TARGET="_new">Jewish Political Studies Review</a> (Jerusalén, 15:3-4). En este artículo se sintetizan algunas de sus ideas acerca de esta patología social que, más de medio milenio después de la expulsión de los judíos de España, sigue carcomiendo el raciocinio de una buena parte de los españoles. Especialmente se destacan los medios de prensa de la península

Miguel Angel Moratinos publicó en junio de este año una exhortación para que Israel «despierte» y favorezca el surgimiento de un Estado árabe-palestino, el primero de la historia. Que los esfuerzos diplomáticos de Israel estuvieron y están encaminados en esa dirección, y que toda propuesta israelí para concretarlos fue respondida con un baño de sangre, pues parece escapársele al despierto exhortador.

Me pregunto si, en vistas del virulento recrudecimiento de la judeofobia europea, no debería escribirse un corolario a la moratinada, titulado <i>Despierta Europa</i>, por lo menos para sacudir a la mayoría de ellos que, según las encuestas del <i>Eurobarómetro</i> de noviembre pasado, opinan que el principal país que amenaza la paz mundial es Israel.

No las autocracias belicistas árabes que mantienen a sus pueblos en la miseria culpando siempre al exterior, ni algunas dictaduras corruptas del África, ni Irán fundamentalista, Libia asesina, Arabia misógina, Siria que ocupa el Líbano entero, Sudán genocida. Europa siente que <i>Israel</i> la amenaza, y Moratinos nos pide a los israelíes que nos despertemos y descubramos las causas de sentimientos tan sagaces.

Algunos genios europeos han dado un paso adicional y procedieron a explicar <i>por qué</i> Israel es el problema. Mikis Theodorakis acaba de declarar públicamente que «los judíos, carentes de historia, arrogantes y agresivos, son <i>la raíz del mal</i>». Goebbels perpetraba similares invitaciones al genocidio, pero por lo menos no se trataba de un admirado compositor. Mientras Europa odia a Israel y alienta a sus destructores, lo acusa simultáneamente de nazi. Así hablaron Gaspar Llamazares y José Saramago, quienes agregaron que no cabe conmiserarse ni siquiera por los sufrimientos que los judíos han sufrido en el pasado. Ni que hablar de los que sufren hoy.

Niños israelíes pueden volar en pedazos en pizzerías y fiestas de cumpleaños, pero para la mayor parte de los europeos la agresión radicará en «el muro» que Israel construye para impedir la infiltración de terroristas (dicho sea de paso, no hay <i>muro</i> alguno. Es una <i>valla</i> reversible parecida a la que España ha construido para evitar la infiltración de magrebíes en Melilla, y eso que Marruecos nunca se ha propuesto destruir España).

En un estudio sobre las actitudes judeofóbicas en varios países europeos que fue dada a conocer a fin de 2002, España resultó ser el peor, tanto entre los cinco países estudiados como entre otros cinco considerados dos meses antes. En la encuesta española, el 21% de los entrevistados resultaron judeófobos.

Se me ocurre que ingentes esfuerzos deberían invertirse en despertar a España de la pesadilla judeofóbica que la enferma; antes de que una buena parte de Europa, fría, hipócrita y suicida, sea capaz de perpetrar un pequeño Holocausto más, al mismo tiempo que le reproche a Israel ser nazi y asesino. Así operó el nazismo: mientras destruía al pueblo judío, explicaba su genocidio como un acto de autodefensa frente a las maquinaciones del «lobby judío».

El caso español

Imaginemos a un inquisidor del siglo XVI. Aun si se hubiera horrorizado de las matanzas de judíos en 1391, no habría sido capaz de notar que él mismo encarnaba la continuación de aquella cruzada judeofóbica. «¿Cómo puede usted comparar?» espetaría. «Ferrant Martínez masacró inocentes arbitrariamente. Nuestra Inquisición, por el contrario, tiene el noble objeto de proteger la unidad religiosa, y además otorga a las víctimas la opción de la fe antes de la hoguera.»

Del mismo modo, quien durante el siglo XIX se enterara con estupor de las torturas inquisitoriales, no admitiría que ese odio tuviera relación con la discriminación e injurias que durante su propia época padecían los descendientes de judíos: «¿Cómo se puede equiparar la brutalidad medieval –exclamaría– con la autodefensa de la sociedad española actual frente a las perniciosas influencias judaicas?»

La judeofobia es singular. No sólo porque se trata del odio más antiguo, universal, profundo, persistente, obsesivo, quimérico y eficaz que haya existido, sino porque quien lo padece, raramente lo asume conscientemente. Aunque Lope de Vega, Quevedo, o Bécquer, hubieran expresado reservas frente a los horrendos mitos del pasado que habían provocado el derramamiento de torrentes de sangre judía, los mitos pretéritos no los habrían disuadido de difamar ellos mismos a sus contemporáneos de origen israelita. Para el ilustre trío, los judíos dominan todo, corrompen todo.

Pareciera que la compasión por las víctimas judías, es válida siempre y cuando los agredidos ya hayan muerto en el remoto ayer. Empero, la sensibilidad para con el dolor tiende a desvanecerse cuando uno debe hurgar en la judeofobia que pervive en su propia sociedad.

De entre los españoles de hoy también, pocos proclamarían abiertamente odiarnos, pero la mayoría de ellos guarda, aún en el más cálido de los corazones, un gélido rincón para «el judío de los países». Una encuesta de Gallup, encontró que sólo el 4% de los españoles sienten empatía con Israel con respecto al conflicto en Medio Oriente.

Que Israel es el Estado más cuestionado del mundo no parece sorprenderlos. Que sufrió las dos terceras partes de las condenas de la Asamblea de las Naciones Unidas, no los hace parpadear, aun después de enterarse de que ese organismo, hasta 1991 jamás había condenado a ningún régimen árabe, pese a sus violaciones reiteradas a los derechos humanos.

No los conmueve que Israel es el único país del mundo que tiene vedado el acceso al Consejo de Seguridad, y que, a pesar de ser la única democracia del Medio Oriente, se descarguen sobre él los dardos acusadores de los medios de difusión. Que es el único país del mundo al que se zahiere con epítetos como «nazi», «cáncer de Medio Oriente», proferidos aun por intelectuales y grandes escritores. Que a los medios de difusión europeos los tiene obsesionados el pujante Estado cuya creación fue precisamente una necesidad para salvar millones de vidas de las garras de Europa. Ninguna prueba es suficiente. No despierta su admiración el reverdecer del desierto, ni el renacimiento del hebreo, ni la más alta tecnología. Al contrario: son logros con los que incrementan su arsenal de desprecio contra «la explotación judía». Y si Israel ha compartido sus logros en agricultura ayudando como ningún otro país a los africanos, pues es parte de su soberbia. Si siempre estuvo dispuesta a transacciones territoriales en aras de la paz, pues es mentirosa.

A Israel no hay que dejarlo ni hablar. No era suficiente con que tenga vedado el acceso a la mayor parte de los medios españoles. La Universidad Carlos III acaba de cancelar unilateralmente una presentación del embajador de Israel en España argumentando que recibió amenazas de violencia. Debemos suponer que también «los judíos» son los culpables de esas amenazas y así ¡una universidad! opta por someterse a los violentos, y silencia de plano a una de las partes de un conflicto. La verdad tiene en España una sola cara.

«¿Cómo puede usted comparar?» nos preguntarían enojados las marujatorres y los javieresnart. «¿Qué tienen que ver los excesos de la intolerancia en el pasado con las críticas al Estado sionista, dirigidas contra la ocupación?» Será quijotesco procurar que piensen en que el terrorismo palestino mataba niños judíos <i>antes</i> de la ocupación. Que se den cuenta de que Israel les ofreció en el año 2000 concluir la ocupación, y el jefe palestino rechazó la oferta sin contraproponer nada, y lanzó a su desdichado pueblo a un baño de sangre que lleva más de dos años. Será imposible sacudirlos de una judeofobia que les impide ver que la ocupación israelí no es la <i>causa</i>, sino la <i>consecuencia</i> de la agresión árabe.

El terrorismo árabe no nos mataba sólo antes de la ocupación. Mataba judíos décadas antes de que el Estado de Israel siquiera hubiera nacido. Un dato que entorpece la estrecha visión del judeófobo contemporáneo sería, por ejemplo, que terroristas árabes destruyeron la comunidad judía de Hebrón el 24 de agosto de 1929, décadas antes de «la ocupación». Asesinaron a decenas de judíos, hombres, mujeres y niños, sólo por ser judíos, exactamente igual que los pogromos que venían diezmando por medio siglo las comunidades israelitas de Europa Oriental. Una miniatura del Holocausto que comenzaría diez años después. ¿Por qué no habríamos de cotejar odio con odio, si compartían el mismo blanco, la misma saña, y la misma condonación generalizada?

No atenderán ningún argumento, porque la judeofobia de hoy, como la del pasado, padece de inconciencia. No admite reclamos. Se limita a atacar. Europa castiga a Israel cuando se atreve a defenderse, y se limita a condenar la judeofobia... <i>pretérita</i>.

Los medios de difusión españoles (salvo algunas honrosas excepciones) siguen el modelo enfermizo de <i>El País</i>, que consiste en demonizar a Israel, presentándolo como una intolerante teocracia financiada por un poder oculto internacional. El resultado es esperable: el lector medio no habrá de contentarse con ninguna «solución» al conflicto que en la práctica no implique la destrucción del único Estado judío del mundo. Un estado imperial cuyo territorio cabe más de veinte veces en España y más de quinientas veces en los territorios árabes, ricos en petróleo y en analfabetismo impuesto por jeques y reyezuelos.

Pero las voces ofensivas de su vocabulario, los españoles las tienen reservadas para los judíos. «Judiada» y «sinagoga» siguen siendo recogidos en España como insultos. Los antisionistas de hoy han extendido la nómina infame agregándole «Israel», y la voz «lobby judío», que en España se utiliza con una frecuencia escalofriante. Se atribuye al «lobby judío» todo tipo de maquinaciones, ¡en un país donde los judíos son el 0,05% de la población!). Marisa Paredes llegó a culpar a ese «lobby» que la película «El pianista» ganara un Oscar.

Sólo en los medios de España, Jenin fue un Holocausto. Sólo en España aún se reverencia la memoria de niños supuestamente torturados y martirizados por diabólicos judíos (un par de ejemplos son la catedral de La Seo en Zaragoza, y la de San Nicolás en Sevilla, en la que el obispo Carlos Amigo Vallejo difunde el libelo de sangre). Sólo en España «matar judíos» puede ser considerado un juego de niños.

Ni derecho a la existencia

Un artículo de <i>Crónica</i> esgrimió que los judíos están encaramados en la élite política española y que aún de la cárcel pueden liberarse gracias a sus conexiones en la banca, en la industria y en las tenebrosas bambalinas desde las que controlan todo. Cuando un atrevido lector osó cuestionar la calumnia, el editor Agustín Pery Riera publicó una respuesta que debería incluirse en una antología del atolondramiento más pérfido: «si alguien descubriera que la mitad de los hombres de negocios españoles son gaditanos, y yo pidiera un artículo al respecto, nadie me acusaría de querer destruirlos a todos» (13/11/02). El profundo pensador da aquí por sobreentendido dos taras de la judeofobia española: los judíos lo dominan todo, y la única forma posible de la judeofobia es «matarlos a todos». Si sólo se trata de <i>insultarlos</i> a todos, pues eso no es judeofobia. Es ciencia pura, políticamente correcta.

Cuando a principios de marzo de este año fui invitado a dar una conferencia a la universidad <i>Rovira i Virgili</i> de Tarragona, una avanzada estudiante me interrumpió con ingenuidad: «Me lo han explicado cien veces y no logro entenderlo: ¿qué derecho tiene Israel a existir?» Me permito detenerme en su pregunta porque intuyo que íntimamente se la formulan muchos españoles.

Si la audiencia tarraconense no hubiera sido hostil, habría optado por regalarle a mi interlocutora su centésimoprimera explicación, aunque convencido de que tampoco cien adicionales la habrían hecho entender, porque la judeofobia tiende a oscurecer el raciocinio.

Opté por no justificar mi existencia y le reboté su pregunta: «Estimada Eva, ¿sabe usted cuántos Estados hay en el mundo?» Como me replicó intrigada que lo ignoraba, me apresuré a aclararle: «Hay 192. Yo felicito a 191, porque han aprobado su concienzudo examen de derecho a la existencia. Hay un solo Estado, mucho más pequeño que Cataluña y agredido por los regímenes más atroces, al que usted ha reprobado en su minuciosa inspección. ¿No le despierta sospechas?» En mi experiencia, este método de retribuir un cuestionamiento con otro, coadyuva a quebrar el prejuicio.

Si hubiera optado por esclarecerla sobre nuestro derecho a existir, me habría bastado echar mano del judío más famoso del mundo. Jesús de Nazaret fue un hebreo en su tierra, un judío en Judea. Se regía por el mismo calendario de los israelíes de hoy, usaba su alfabeto y celebraba sus festividades, practicaba su religión y estudiaba el mismo libro. Asumía su historia y contemplaba la misma geografía. Jamás escuchó la palabra «Palestina» ni vio mezquita alguna. Al igual que David, que los macabeos, los escribas, los profetas, los salmistas, los reyes de Judea y los herederos de su tierra por milenios. Los que retornaron a su tierra siglo tras siglo, cuando en el mundo no había documento alguno que atestiguara la existencia de otro pueblo palestino más que el pueblo judío en Sión.

Adivine el lector: ¿con qué pueblo actual se habría identificado Jesús: con los griegos, los palestinos, o los israelíes? Quien pueda responder con honestidad una pregunta tan simple como esa, comprenderá nuestro derecho a una tierra en la que nos hemos forjado como nación, de la que nos alejaron por la fuerza, y a la que jamás renunciamos. Entiéndase eso, y la judeofobia contemporánea comenzará a disiparse.

Pero tampoco para los medios de difusión españoles bastarán cien explicaciones. Optan por las macabras caricaturas de Reboredo y de Ferreres acerca del sionismo y de Israel, como los europeos de antaño baldonaban al judío y su religión. Creo que a un diario local le sería suficiente publicar un titular bisilábico que se limitara a decir «Sharón», para que el lector medio reaccionara indignado por el despliegue de fanatismo y agresividad que le provocan las asociaciones de su imaginario.

Todos los Estados modernos nacieron gracias a movimientos nacionales, pero solamente el sionismo es bastardo a los ojos españoles. Es el único movimiento nacional al que se le atribuyen intentos de dominio mundial, como antaño a los judíos.

El terrorismo judeofóbico es invisible para los lentes europeos. Para los judíos no, porque lo pagamos con sangre. Por ello Israel continuará defendiéndose de una agresión que no admite alternativas: no se confronta a una u otra política, sino, como la estudiante Eva, cuestiona nuestra misma existencia. Israel no aparece en los mapas árabes cualesquiera, y la mayoría de los Estados árabes, después de medio siglo, aún no lo reconocen.

Ninguno de esos datos logra penetrar la muralla autista de los medios españoles. Someten al sionismo a una metamorfosis similar a la que la Europa de antaño sometía al judaísmo, «la religión vengativa y sanguinaria».

«¡Cómo puede usted comparar!» los oigo irritarse a los antoniogalas. Pues les respondo: lo hago, porque se trata del mismo objeto de desprecio, de la misma soberbia que elige sólo a uno para no perdonarle nada y deja a los demás indemnes de sus implacables dictámenes. Comparo porque es el mismo empecinamiento en descalificar al judío y sólo al judío. Comparo porque es la misma judeofobia letal, colérica e ingenua.

En esta campaña de demonización de Israel, el método más tentador para los medios es emplear voceros judíos, quienes por su origen permitan simular buena predisposición. Entrevístese a Chomsky, Shahak y Avneri, y Arafat querrá contratarlos para su ministerio de propaganda.

Con el ardid de hacer hablar a periodistas locales con apellidos judíos, o a israelíes que odian Israel, la ponzoña de la prensa se asume insospechable de judeofobia. Individuos que no representan a nadie entre los judíos, ocuparán páginas enteras de <i>El País</i>. El implícito argumento es de una lógica impecable: si nada menos que judíos critican a Israel, qué podría esperarse del resto de pobres nosotros. El lector inteligente sabrá cómo evitar caer en la trampa. Se espera de un diario, más que pluralidad de etnias y religiones, pluralidad de ideas. Una policromía que en general brilla por su ausencia cuando se debate sobre el Medio Oriente.

Porque sobre Israel, las conclusiones que se esperan del lector español son monocordes y maniqueas; la culpa la tiene Israel. Siempre el judío. Así fue el título del artículo de Enrique Curiel (<i>La Razón</i> de Madrid, 20/4/03): «El nombre del problema es Israel.» En una combinación de estulticia y paranoia que sólo la judeofobia puede engendrar, se explica allí que la culpa de la guerra en Irak la tienen los judíos, y que la Intifada árabe fue el resultado de una conspiración entre Bush, Ehud Barak y Ariel Sharón. Los pobres terroristas árabes (perdón, quise decir «activistas») son dominados por el poder judío internacional.

Escribo estas líneas para <i>El Catoblepas</i>, del círculo de Gustavo Bueno, que es en alguna medida una ráfaga de aire puro en una España contaminada de judeofobia suicida. Desde estas páginas sí puede hacerse un humilde llamamiento para que España tome una iniciativa educacional que la despierte de su obsesión para descalificar a un solo país, el judío.

Cuando el español medio tome conciencia de esa obsesión, podrá sacar una de dos conclusiones: o Israel es en efecto la obra más satánica de la historia humana, o bien la saña de la que el Estado judío es objeto, es la heredera directa de la que castigó al pueblo hebreo por milenios.

En ambos casos habremos revelado la judeofobia subyacente. Desvincularla pues de la judeofobia pretérita, sería tan ingenuo como atribuir toda opinión sobre el conflicto al odio antijudío.

© 2003 www.nodulo.org

Autor: Gustavo D. Perednik
Fuente: <A HREF="http://www.nodulo.org/ec/2003/n022p05.htm">El Catoblepas</A>.
 
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/international/newsid_3309000/3309513.stm

Advertencia de Korei a Israel

El primer ministro de la Autoridad Nacional Palestina, Ahmed Korei, advirtió a Israel que la violencia podría incrementarse todavía más en el Medio Oriente si busca "sus propias soluciones" a los problemas regionales.

En declaraciones a un períodico israelí, el premier palestino manifestó que las negociaciones entre las dos partes "son posibles".

Sin embargo, dijo que las medidas unilaterales adoptadas por Israel, como la construcción de una controvertida barrera en Cisjordania, constituyen en "terrible error" que pueden llevar al desencadenamiento de más violencia.

"Necesitamos renovar la confianza mutua", expresó Korei, quien añadió: "Se equivocan al tratar de imponer una solución mediante el uso de la fuerza".

Acción y reacción

La advertencia de Korei llega luego de la muerte de al menos tres palestinos durante operativos del ejército israelí en un campamento de refugiados de Gaza.

Según testigos, soldados israelíes apoyados por helicópteros artillados entraron en el campamento Rafah y rodearon la casa de un presunto integrante del grupo radical islámico Hamas, lo que desencadenó un duro enfrentamiento.

De acuerdo con fuentes médicas, unas 17 personas resultaron heridas en lo que se considera el mayor operativo israelí llevado a cabo en los dos últimos meses.

Por otro lado, poco después de que el premier palestino hiciera sus declaraciones, una explosión sacudió el sur de Tel Aviv, causando al menos dos muertes y unos 15 heridos.

La detonación ocurrió frente a una agencia de cambio y cerca de un café a la hora del almuerzo. La policía informó que, al parecer, no se trata de un atentado sino de un enfrentamiento de bandas delictivas.
 
Tristeza de Arafat por la captura de Saddam

<IMG SRC="http://www.miwebcristiana.com/bart/web/israel/fotos/saddamarafat.jpg" BORDER=0 ALIGN="RIGHT">Los Palestinos en Judea y Samaria tuvieron un shock tras la captura de Saddam Hussein.

Para muchos Palestinos, las imágenes de un Saddam obediente a las revisaciones médicas por parte de los captores fue doloroso, imágenes de la derrota de un líder iraqui.

Saddam tiene que suicidarse o pelear, decían, y su rendición es un honor Arabe. “ Es una gran derrota para todos los Arabes y Musulmanes”, dijo Raji Hassan, de 29 años, quien miraba televisión en un bar de la ciudad de Gaza.

La autoridad palestina no comentó del arresto de Saddam, pero un Oficial Mayor en Ramallah dijo que Yasser Arafat se “entristeció” por las noticias de Bagdad.

“El presidente Arafat estaba triste por ver a un líder Arabe en una posición humillante,” dijo el oficial.

Por dos decadas, Saddam fue aclamado por muchos Palestinos como el héroe de las masas Arabes y el único líder Arabe que le hizo frente a Estados Unidos e Israel. Durante la primer Guerra del Golfo, los Palestinos saltaban por los techos mientras el ejército de Saddam disparaba misiles a Israel. Arafat fue uno de los pocos líderes Arabes en visitar Bagdad para expresar contención por la invación de Kuwait.

La decisión de Arafat de ponerse del lado de Saddam resultó cercana a la quiebra de La Organización para La Liberación de Palestina (OLP). Se dice que Saddam compensó a la OLP en darle a Arafat 50 millones.

En los pasados tres años, Saddam era el único lider Arabe en pagar millones de dólares a las familias víctimas de violencia. Familias de suicidas recibieron 10,000 dólares, mientras los que sufrieron la destrucción de sus casa por el IDF se les dio 20,000 dólares.

<CENTER><IMG SRC="http://www.miwebcristiana.com/bart/web/israel/fotos/palestinos/mn18.jpg" BORDER=0></CENTER>

Los pagos hicieron crecer la popularidad de Saddam entre los Palestinos, particularmente en tiempos en lo cuales Arafat daba sumas menores a su gente. Este año, los Palestinos demostraron estar a favor de Saddam cuando Estados Unidos amenazó invadir Iraq y hacer caer su régimen.

Pero esta vez Arafat y el liderazgo Palestino fueron cuidadosos de no ser vistos hablando a favor del tirano Iraqui. En privado, sin embargo, oficiales de la Autoridad Palestina decian que apoyaban a Saddam en las agresiones por parte de Estados Unidos. La caída de Bagdad el 9 de Abril fue tomada en cuenta por varios Palestinos como una nueva “nakba” (una catástrofe, un término utilizado por los Palestinos para describir la creación de Israel en 1948).

Cuando reportes sobre las atrocidades de Saddam empezaron a aparecer desde Iraq, algunos Palestinos cambiaron sus ideas acerca del dictador Iraqui, explicando que ellos no estaban al tanto de la escala de crímenes realizados por su régimen. Pero esto no logró prevenir a los medios Palestinos de apoyar los ataques de resistencia en contra de los soldados americanos y dibujar un paralelismo entre estos ataques y la lucha Palestina en contra de Israel.

En las calles de Ramallah el Domingo, muchos Palestinos expresaban su dolor y estado de shock por la captura de Saddam. Jihan Ajlouni, una alumna universitaria de 24 años dijo “Esto es una pérdida muy grande para la Nación Arabe” Saddam fue uno de los mejores líderes Arabes que apoyó a los Palestinos y a muchos Arabes. Nos sentimos muy tristes hoy, y a todos los traidores y colaboradores: no se gasten en festejar porque hay muchos “Saddam” en el mundo Arabe”.

Abdel Kader, uno de los más grandes líderes, dijo que muchos Palestinos estaban desconcertados porque Saddam no intentó defenderse. “ Hubiese sido mejor si lo hubieran matado” agregó. “Por lo menos hubiese muerto de forma honorable. Es un final feliz y triste para un dictador y espero que sea una lección para todo el resto de los dictadores Arabes. Esto muestra que todos los tiranos son cobardes.”

Durante los pasados tres años de enfrentamiento entre Israelies y Palestinos, Saddam envió millones de dólares a Judea y Samaria y a La Franja de Gaza, incluyendo 25,000 dólares para la familia de cada suicida y 10,000 dólares para cada Palestino asesinado en la lucha contra los Israelíes.

“Lo quiero mucho, no puedo mirarlo mientras está bajo custodia,” dijo Raafat Logman, de 23 años. “Estamos sorprendidos. Estamos muy tristes,” dijo Sameh Aloul, de 22 años.

Autor: Khaled Abu Toameh
Traducción: Romina Faham
Fuente: Jerusalem Post via <A HREF="http://www.elreloj.com/article.php?id=2353">El Reloj</A>.
 
http://www.libertaddigital.com/./noticias/noticia_1276209964.html

ES EL PRIMER PAÍS POR SU APOYO AL TERRORISMO
Israel señala a Irán como “el mayor peligro estratégico” en Oriente Medio

Avi Dijter, jefe del Shin Bet, el Servicio de Seguridad General de Israel, ha declarado que la República Islámica de Irán es “el mayor peligro estratégico para Israel” y es el “primero” entre los países que promueven el terrorismo. Según el máximo responsable de la seguridad interior de Israel, agentes de Irán han intentado recientemente atraerse a miembros de la comunidad árabe que vive en Israel.

L D (Agencias)
Avi Dijter hizo estas afirmaciones ante un foro político conocido como la “Conferencia de Herzlía”, informa Efe.

En su disertación, Dijter admitió que los organismos de seguridad israelíes no han logrado proporcionar la debida protección a la población civil ante los ataques terroristas palestinos desde que hace 38 meses comenzó la segunda “Intifada” contra la ocupación en Cisjordania y Gaza.

No obstante, reveló que en los últimos diez días los organismos de seguridad frustraron tres ataques de suicidas palestinos en una escuela secundaria de la localidad de Yokneam, en Rosh Ayn, y el pasado viernes en la planta suburbana de Tel Aviv. Con respecto a Irán, Dijter señaló que agentes de la República Islámica, algunos de cuyos dirigentes son aliados de organizaciones islámicas extremistas que abogan por “la destrucción de la entidad sionista”, intentan atraer a miembros de la colectividad árabe de Israel.

El reclutamiento de activistas entre los ciudadanos palestinos de Israel es promovido por Irán mediante agentes de las organizaciones islámicas HAMAS y la Yihad Islámica, y también de militantes radicales del partido oficialista Al Fatah, la formación del presidente palestino, Yaser Arafat. En opinión de Dijter, Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y Rusia, deberían encabezar las actividades contra Irán precisamente por la amenaza que representa, no sólo para las aspiraciones israelíes a vivir en una nación segura, sino también porque amenaza al resto del mundo con sus actividades.

También arremete contra los extremistas israelíes

El jefe del Shin Bet también desveló que, apenas hace unos días, “siete palestinos fueron asesinados sólo por ser palestinos” a manos de extremistas israelíes, en alusión a algunos grupos de colonos. Esto, según Avi Dijter, puede poner en peligro con todo el mundo islámico al Estado de Israel y al pueblo judío, un 70 por ciento del cual reside en decenas de países extranjeros. En cuanto al “muro o valla de seguridad” que se está levantando a lo largo de Cisjordania, el jefe del Shin Bet instó al Gobierno seguir con su construcción a pesar de las protestas de los palestinos, pues ha probado ser un obstáculo para impedir la infiltración de terroristas.

Esa cerca de obstáculos, que incluye vallas de cemento armado de ocho metros de altura en varias de sus secciones, “ya está salvando vida humanas”, argumentó Dijter al urgir al Gobierno a terminarla. Según los organismos de seguridad, 114 suicidas palestinos, casi todos militantes de las organizaciones islámicas HAMAS y Yihad, llegaron desde que comenzó la “Intifada” desde Cisjordania y causaron más de 400 muertos al inmolarse en ciudades de Israel. El próximo jueves hablará en ese foro, que se celebra en la localidad de Herzlía, el primer ministro Ariel Sharón, quien se propone explicar un plan de “medidas unilaterales” para el caso de que fracasen las negociaciones de paz con la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y su primer ministro Ahmed Qurea (Abú Alá).

 
http://revista.libertaddigital.com/articulo.php/1276209768

EL CONTROL DEL DINERO EN LA ANP
El banco de Arafat

Por Asaf Romirowsky

Desde la creación de la OLP en 1964, Yaser Arafat se las ha arreglado para convertirse en el único líder aceptado por el pueblo palestino. Aunque Arafat se muestra como general del ejército y como líder justo de la causa palestina, cuyo carisma hace que el pueblo quiera seguirle, su absoluto control financiero dentro de la OLP, hoy “Autoridad Palestina”, es la técnica elemental empleada para mantener su total poder dictatorial.

Recientemente, el programa 60 Minutes de la cadena CBS norteamericana emitió un reportaje de investigación sobre Arafat que demostraba el desvío de cerca de 1.000 millones de dólares de fondos públicos para asegurar su particular supervivencia política. Como Lesley Stahl informa “aunque el dinero venía de fondos públicos como los impuestos palestinos, no se usaba casi nada a favor del pueblo palestino. Todo era controlado por Arafat” .

En su última publicación, Yaser Arafat: una biografía política, Barry Rubin y Judith Colp Rubin destacan el ascenso de Arafat y su papel de controlador único de la Autoridad Palestina financiera, política y psicológicamente. “Con la creación de la ANP, Arafat es ahora más que nunca, un indiscutible, inatacable líder”. Una revista palestina explicaba: “él maneja las riendas, él controla el dinero, él toma todas las decisiones... y él es, con mucho, la única ley cuya autoridad es respetada e impuesta”.

En realidad, el “descubrimiento” de 60 Minutes, aunque importante para la audiencia occidental, no es nada nuevo para el pueblo palestino, que ha estado conviviendo con la manifestación visible de las dos formas de vida de Arafat durante mucho tiempo, que ha visto las casas extravagantes que poseen sus oficiales y los fantásticos coches que conducen. Durante la “eufórica etapa de Oslo”, cuando la mujer de Arafat, Suha, honraba al pueblo palestino con su presencia, se la veía conducir su flamante y recién adquirido BMW por las calles de Gaza, mientras la mayoría de residentes apenas podía dar de comer a sus familias. Con el colapso del acuerdo de Oslo, Suha se trasladó a Paris, donde subsiste gastando de forma habitual en las tiendas de los grandes diseñadores el generoso estipendio de 100.000 dólares mensuales provenientes de los fondos de la ANP.

En el fondo, Suha representa exactamente lo contrario de la imagen pública proletaria que Arafat intenta proyectar. Tal como Rubin* plantea, “Suha era un ejemplo vergonzoso por dos cosas. Primero, es claramente un miembro de la elite árabe occidentalizada, contra la que Arafat había estado luchando supuestamente toda su vida. Sus caros vestidos occidentales, su pelo teñido de rubio y sus escapadas sin límite por las tiendas parisinas dañaban la imagen espartana de Arafat como hombre incorruptible y piadoso musulmán”.

El control del dinero de la ANP es crucial tanto para liderar como para mantener la posición de Arafat como cabeza visible de la Autoridad. Como escribe Danny Rubinstein, una autoridad en Arafat, éste “continua en la nueva Autoridad Palestina como en los viejos tiempos de la OLP, mirando el dinero como fuente de poder, firmando cheques en solitario y reservándose los secretos del presupuesto sólo para él”**. Una de las más famosas anécdotas ilustrativas de los esfuerzos de Arafat por mantener el absoluto control financiero de los asuntos palestinos gira en torno a su “libro negro de cuentas bancarias”. Mientras volaba a Trípoli, el avión de Arafat atravesó una tormenta que casi le hace estrellarse. Todos sus hombres se lanzaron sobre él para protegerle. Durante el incidente, Arafat perdió su libro de cuentas, que fue encontrado horas más tarde. Fue el miedo a perder tan valiosa información financiera lo que hizo que sus hombres le protegieran, más que su sentido de la lealtad hacia la persona de Arafat. Este es sólo un ejemplo de cuánta corrupción ha existido, cuán profunda es, y cómo el destino entero del pueblo palestino ha estado en las manos de un sólo hombre en detrimento de las necesidades del resto.

La muerte de los acuerdos de Oslo está haciendo surgir ahora, desde todos los ámbitos, diversas preguntas sobre el paradero de los fondos suministrados a Arafat para colaborar en la creación del Estado Palestino. Arafat no sólo no ha usado esos fondos para mejorar el nivel de vida de su pueblo, sino que en realidad ha desviado considerables sumas para financiar actividades terroristas. Rachel Ehrenfeld, autora de Fondos diabólicos: Cómo se financia el terrorismo y cómo pararlo, especifica que, de un total de 250 millones de dólares adjudicados a la OLP, 10 millones fueron destinados a las “familias de los mártires”.

Arafat quiere que su pueblo crea que el establecimiento de un Estado Palestino es más costoso de lo que ellos imaginan, y que él no tendría por qué clarificar públicamente los cuantiosos desembolsos empleados en la creación del nuevo estado. Según Mohammed Rachid, ex consejero económico de Arafat, se estima que éste dispone de más de 300 millones de dólares para creación de puestos de trabajo, mejora de los servicios médicos y ayuda para la alimentación de los palestinos. Sólo se necesita mirar la pobreza y la carencia de servicios en la franja oeste y especialmente en Gaza, para darse cuenta de que los fondos no son destinados a esos fines, lo que nos lleva a la gran cuestión, ¿por qué Arafat no usa los fondos de la ANP para beneficiar a todos los palestinos?

La respuesta es bastante simple. Si las condiciones socio-económicas mejoraran en Gaza y en la franja oeste, Arafat tendría muchas dificultades para seguir manteniendo la idea de que Israel está oprimiendo al pueblo palestino. La mejora de las condiciones económicas en los territorios ocupados posibilitaría el comienzo de una paulatina disminución del control de Arafat sobre los asuntos palestinos, y, como su actitud de auto-preservación a toda costa ha demostrado, Arafat está más interesado en mantener el control que en mejorar la situación de los palestinos. Mas aún, un aumento de la esperanza, producido por la mejora de las condiciones de vida en los territorios, causaría una inmediata caída del índice de actividades terroristas contra los civiles israelíes. Mientras el pueblo palestino vea la paz como algo que impide Israel, Arafat podrá seguir cultivando el odio necesario para perpetuar el conflicto palestino-israelí.

Yaser Arafat decidió, hace mucho tiempo, que la lucha palestina sólo podría finalizar con una victoria militar. La paz con un permanente estado israelí no se considera una victoria real. Arafat volvió a casa de Camp David II apareciendo públicamente como un matón líder guerrero; ha financiado y fundado organizaciones terroristas con dinero de la ANP. Es el único líder palestino que puede autorizar esas salidas de dinero. Ni un solo dólar ha sido gastado sin su autorización.

En los primeros meses de la actual intifada —antes de que estas manifestaciones fueran suprimidas por la intimidación de Arafat y los grupos islamistas— los árabes israelíes del norte protestaban contra Arafat y la ANP y se declaraban abiertamente contrarios a convertirse en ciudadanos palestinos. Incluso en los momentos de máxima tensión entre árabes e israelíes, la vida dentro de la democracia israelí aparece para ellos como muy superior a la vida opresiva bajo el régimen dictatorial de Arafat en los territorios post-Oslo.

Haciendo un último análisis, la centralización de instituciones bancarias en la ANP no es necesariamente mala —es algo común en estados pequeños y especialmente en los de nueva creación que han de luchar con asuntos complejos cada día. El problema es que el director del banco, Arafat, no ha tenido nunca un interés real en el bienestar de sus clientes. Sus esfuerzos para beneficiarse personalmente y librar a Oriente Medio de un estado israelí son sus objetivos esenciales. Una independiente pero dictatorial Palestina sería la consecuencia de esta clase de victoria.

Todo lo que hubiese podido transformar a la sociedad palestina y que verdaderamente le hubiera ayudado a eliminar el sufrimiento de su pueblo —escuelas, infraestructuras, carreteras, empleo, inversiones y préstamos para pequeños negocios— Arafat lo ha sacrificado a cambio de una mitológica lucha para destruir Israel.

La autoridad central que permite a Arafat mantener su posición como el líder del pueblo palestino perpetúa una dependencia cíclica que no se romperá hasta que emerja un nuevo líder palestino, más interesado en construir un próspero estado palestino vecino de Israel, que en destruir al estado judío.


*Rubin, Barry. And Rubin Judith Colp. Yasir Arafat A Political Biography, New York: Oxford University Press, 2003, P. 130.
**Rubinstein, Danny. The Mystery of Arafat, Vermont: Steerforth Press, 1995, P. 125


Asaf Romirowsky es investigador asociado en el “Middle East Forum”.

Este artículo fue publicado inicialmente en FrontPage Magazine.
 
Contra el terrorismo, convicción y firmeza

Una de las especies propaladas por la izquierda que más hondo ha calado en la opinión pública es la de que la guerra contra el terrorismo, y contra las dictaduras que lo apoyan y lo financian, sólo servirá para exacerbar a los terroristas, para "animarlos" a perpetrar más masacres. La solución al "conflicto" que "provoca" el asesinato indiscriminado de inocentes ha de pasar, supuestamente, por "comprender" los motivos de los terroristas, su "desesperación" ante la "opresión" y las "injusticias" que dicen sufrir por culpa del mundo occidental capitalista. Los ideólogos biempensantes del pensamiento único "progresista" no se cansan de repetir que sólo el diálogo y la aceptación parcial o total de las exigencias de los terroristas podrá poner fin un "conflicto", provocado por la insensibilidad, el imperialismo y la prepotencia de Israel, EEUU y sus aliados.

Sin embargo, la experiencia demuestra más bien lo contrario: contemporizar y dialogar con los terroristas es la vía más segura para perpetuar un problema que, efectivamente, se halla profundamente enraizado en la intolerancia y en la falta de diálogo... de quienes quieren sojuzgar a naciones libres y democráticas con las pistolas, los coches-bomba o las armas de destrucción masiva que puedan caer en sus manos. Como ya hemos dicho muchas veces, cualquier muestra de buena voluntad con los terroristas, además de ser un insulto a sus víctimas y a los familiares de éstas, sólo sirve para reafirmarlos en su estrategia. Desde la lógica de los terroristas, cuando el "enemigo" pide negociar es que está próximo a derrumbarse. Por tanto, lo que "procede" es intensificar el terror y las masacres, obligar al "enemigo" a cometer errores –la célebre espiral acción-reacción– o provocar su hastío ante tanta sangre, hasta obtener la "victoria" final. El ejemplo clásico de esta estrategia terrorista es la Argelia francesa, que ha servido de modelo a todas las "guerras de liberación" que han tenido lugar en la segunda mitad del siglo XX.

Contra el terrorismo, lo hemos dicho muchas veces, sólo cabe hacer acopio de serenidad, de firmeza y, sobre todo, de razones. Pues rara vez se gana una guerra si no se está convencido de que se libra por causas justas. Y por ello, no es extraño que los detractores de EEUU y sus aliados pongan todo su empeño en convencer a la opinión pública de que la guerra contra el terrorismo, especialmente contra las dictaduras que lo amparan y lo financian, es una guerra injusta provocada por mezquinos afanes imperialistas o por oscuros intereses económicos.

Pero la mejor prueba de que sólo combatiendo a los terroristas y a quienes los jalean lograremos preservar nuestras libertades y nuestra prosperidad la tenemos, probablemente, en España. Las conversaciones de Argel, los contactos esporádicos con los jefes terroristas y la "tregua trampa" sólo sirvieron para fortalecer a los etarras y para poner en serio peligro la supervivencia del Estado de derecho. Fue en el momento en que se dejó de barajar una solución "política" y negociada al terrorismo nacionalista y se decidió emplear todos los recursos al alcance del Estado de derecho –y sólo los del Estado de derecho– para combatirlo cuando empezaron a disminuir drásticamente los atentados y la violencia callejera.

Otro tanto puede decirse del terrorismo internacional. Aunque la estrepitosa caída del régimen de Sadam y su posterior captura probablemente no hará desistir de la noche a la mañana a los fanáticos de Al Qaeda, sí ha hecho reflexionar a las dictaduras que los amparan y que les ofrecen bases y financiación: Siria ya se muestra menos beligerante contra Israel y los países occidentales, los ayatollas de Irán aceptan las inspecciones de armamento y el coronel Gadafi desvela voluntariamente sus armas de destrucción masiva ante los ojos de norteamericanos y británicos. Es una muestra de lo que la presión internacional, combinada con la demostración palmaria de lo que les ocurre a quienes no respetan el derecho internacional, puede conseguir; pues sólo la reliquia estalinista de Corea del Norte muestra todavía una actitud desafiante hacia las democracias occidentales.

Y, probablemente, esta es la única política a seguir con Arafat, quien ha despreciado todas las oportunidades que ha tenido de firmar la paz con Israel en condiciones ventajosas para su pueblo. Ayer mismo, Bush incidía en lo obvio: para lograr la paz es preciso deshacerse de Arafat, quien sigue apoyando y dirigiendo a quienes colocan bombas en autobuses, discotecas y restaurantes. Y bastaría, tan sólo, con que la Unión Europea cerrara el grifo de la financiación y retirara la cobertura diplomática al veterano e inveterado terrorista, que a ojos de los europeos todavía representa la imagen romántica del guerrillero que se rebela contra la injusticia y la opresión.

Fuente: Libertad Digital.
 
http://www.libertaddigital.com/./noticias/noticia_1276210432.html


AHMED MAHER SE REUNIÓ CON AUTORIDADES ISRAELÍES
Un grupo de palestinos agrede al ministro egipcio de Exteriores en Jerusalén

El ministro de Asuntos Exteriores de Egipto, Ahmed Maher, ha sido abucheado y atacado por jóvenes exaltados palestinos durante una visita a la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, en la que pretendía rezar con los palestinos. El ministro, atrapado entre el gentío, tuvo que ser rescatado de inmediato entre gritos, empujones e incluso zapatazos. Fue evacuado al hospital Hadasa Ein Karem de Jerusalén, donde los médicos israelíes le han atendido por daños leves.

L D (EFE)
Fuentes hospitalarias dijeron que el ministro egipcio no ha sufrido heridas, sino que sufrió un ahogo debido a los empujones y a su apresurada evacuación entre los gritos de la multitud.

La Autoridad Palestina dijo que algunos de los participantes en el suceso lanzaron zapatos contra el ministro egipcio y le recriminaron por "venir a rezar en tierra bajo ocupación".

Maher, que este lunes se entrevistó en Israel con su colega israelí, Silvan Shalom, y con el primer ministro Ariel Sharon, fue tachado de "traidor" por los palestinos que se hallaban en el recinto. Una segunda persona de la delegación egipcia también fue trasladada al hospital en estado leve. Maher llegó a la Explanada acompañado por su cuerpo de su seguridad, ya que de antemano había pedido a la Policía y al servicio secreto israelíes que no le acompañaran. Sin embargo, fueron estos organismos los que le evacuaron cuando comenzaron los abucheos y los insultos.

Fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores israelí, responsable de la visita del jefe de la diplomacia egipcia, dijeron que "el Ministerio investiga los hechos en los que Maher fue atacado por feligreses musulmanes en la Explanada de las mezquitas". Según las primeras informaciones, el ataque ha sido obra de activistas de una facción radical islámica casi desconocida y denominada "Partido de la Liberación". La radio pública israelí ha informado de que el ministro Shalom se ha desplazado al hospital para visitar a su huésped.

En la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén se halla la mezquita de Al-Aksa, tercer lugar más sagrado para el Islam y que Israel ocupó en la guerra de 1967 junto con Cisjordania y Gaza. Los judíos conocen la Explanada de las Mezquitas como el "Monte del Templo", por ser el lugar donde en épocas bíblicas se erigían los templos de Jerusalén.

 
http://espanol.news.yahoo.com/031229/1/pxoq.html

29 de diciembre de 2003, 03:27 AM

Advierten sobre atentado en Israel en Año Nuevo


JERUSALEN (AP) - Funcionarios de las agencias de espionaje de Israel tienen informaciones de que grupos militantes planean un "ataque no convencional" en la víspera del Año Nuevo, posiblemente contra lugares sagrados, jardines de niños, edificios de departamentos y hospitales, dijeron fuentes de seguridad el lunes.

La policía ha sido instruida a fin de que se prepare para tres situaciones probables: Un ataque desde el aire o el mar o uno terrestre, con varios atentados suicidas simultáneos, dijeron fuentes oficiales, que pidieron no ser identificadas.

Indicaron que las autoridades saben cuál de los escenarios es el más probable, pero no están dispuestos a compartir la información con la policía, a fin de impedir que se filtre.

Las alertas parecen estar relacionadas con la eliminación por parte de Israel de un dirigente del Yihad Islámico en la Franja de Gaza el jueves. Luego del ataque aéreo, el ministro de la Defensa, Shaul Mofaz, dijo que su muerte había prevenido "un mega ataque terrorista", pero fuentes de seguridad indicaron que las alertas continuaban siendo relevantes.

El vocero policial, Gil Kleiman, se negó a hacer comentarios.

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¿CÓMO RESPONDERÍA ISRAEL CONTRA EL CULPABLE?
 
Antes de ayer dieron un programa en Antena 3 televisión (España) es abominable como el pueblo palestino inculca en los niños el inmolarse matando el mayor numero de gente civil judía, me llamó la atención un niño de unos 10 años que dijo textualmente, ya no vale la pena vivir aquí y lo mejor es morir por palestina e ir directamente al paraíso., es que no piensan hacer nada los medios internacionales para contrarrestar este crimen que están haciendo contra los niños palestinos??? que se puede esperar de un pueblo que crea niños para asesinar población civil??? es un acto de cobardía en su grado sumo, indignante al máximo.
 
¿a qué hora dieron ese programa?
Ya está bien que algún medio de comunicación español nos muestre la barbaridad de educación que están recibiendo los niños palestinos
 
Es este: El ESPEJO PUBLICO

Y el docuemental se llamaba: LA MATANZA DE LOS INOCENTES

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Mira que suerte, podemos ver el documental entero:

http://www.a3n.tv/video.asp?seccion=Otros/Programas/Espejo Público&news=6377354
 
Como el documental anterior habla del niño Mohamed Al-Dura, veo interesante que todos pueda hacerse una idéa de lo que verdaderamente ocurrió.


Sí, ese niño (Mohammed Al-Dura) que se ha convertido en el símbolo de la intifada palestina, ese vil asesinato a sangre fría por parte de Israel, que tanto llena la boca de los antisemitas, mega-progres y enemigos de occidente.

Bueno, pues después de las investigaciones, un canal de documentales (Odisea) ha emitido un documental, una genial labor de investigación, donde queda claramente demostrado que ese niño murió por culpa de los francotiradores palestinos, pero ya no sólo eso, como destruyeron las pruebas que exculpaban a Israel, y a sabiendas de que estaban mintiendo, cómo manipularon todo, e hicieron una campaña de desinformación para atacar y criminalizar a Israel. No fueron sólo los palestinos, la cadena France 2, fueron sus cómplices.

Les invito a que vean el documental, y además de mostrarles los hechos tal y como sucedieron, de forma objetiva, verán cómo se les lava el cerebro a los niños palestinos, y cómo se manipula la verdad en TODOS los medios de comunicación.

Me hace felíz y me dá esperanza de que en medios de comunicación europeos aún quede un poquito de imparcialidad, aunque sólo se emita de madrugada y no en horas punta.

Para <b>ver</b> el documental "¿Quién mató a Mohammed Al-Dura?" en formato windows media, http://www.feislamica.com/mohammedal-dura.wmv
(Web del pastor Dawlin Ureña)
 
<center>El Que Ilumina El Cielo

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©2003 por Jack T. Chick
Fuente: <A HREF="http://www.chick.com/es/reading/tracts/0589/0589_01.asp">Chick</A>.
</center>
 
Judeofobia y Ginebra, viejas malas

La judeofobia que se expande por Europa y el mundo es muchas cosas, menos nueva. Los intelectuales post-sionistas, avenidos de pronto a hablar del fenómeno, harían bien en admitir que ella es independiente de lo que hagan Israel y los judíos.

Muchas son las características que distinguen la judeofobia de entre los muchos odios que han enfermado a la humanidad: es el más persistente, letal, eficaz, profundo, obsesivo, universal y quimérico. Una cualidad, empero, brilla por su ausencia: la novedad. Bien tituló Robert Wistrich su libro sobre el tema: <i>El odio más antiguo</i>, y mal lo tituló el director del <i>Cevipof</i> (Centro para el Estudio de la Vida Política Francesa) Pierre-Andre Taguieff: <i>La nueva judeofobia</i>. Aplaudimos el sustantivo (Taguieff rechaza la voz "antisemitismo" que sólo confunde) y también el hecho de que en su obra se señalan sin vueltas los dos pilares de la judeofobia contemporánea (antisionismo y negación del Holocausto). Pero el adjetivo de su título es equívoco, porque la judeofobia no es <i>nueva</i> en lo más mínimo.

Corresponde esta precisión porque últimamente surgieron escritores y periodistas dedicados a explicar la "nueva" judeofobia. El motivo de su dedicación (ésta sí que es nueva) puede hallarse en que los explicadores han reparado solamente ahora en la dimensión del odio. Sólo durante estos años en los que la dura realidad viene socavando sus gastados dogmas, se avinieron a admitir la perseverante potencia del veneno judeofóbico.

En rigor, decíamos, la única novedad aquí es que ellos se dediquen al tema, pero como en general les cuesta la revisión autocrítica de sus propias ideas, han optado por describir <i>al fenómeno</i> como nuevo, y así han saltado desde el polo de haber minimizado la judeofobia por muchos años, hasta el de osar explicarnos sus causas, pletóricos de erudición y galimatías.

El común denominador de estas recientes tesis es que señalan a la judeofobia como la consecuencia, parcial o total, de la <i>conducta</i> del pueblo judío o del Estado de Israel. Este diagnóstico incorrecto es el quid; todo el resto es detalle. La judeofobia actúa independientemente de lo que Israel y los judíos hagan o dejen de hacer. No es por "la ocupación" que la biblioteca de Alejandría tiene una exposición de <i>Los Protocolos de los Sabios de Sión</i>, ni por la visita de Sharón al Monte del Templo que estalló la Intifada.

Como bien se sabe, una vez que se diagnostica mal, los remedios que se propongan serán inútiles o contraproducentes. Aun si Israel se replegara a las fronteras de 1967, Arafat seguiría matándonos en la medida de sus posibilidades, y aun si deshiciéramos la cerca antiterrorista, la prensa española continuaría vituperándonos.

Pocas actitudes agravan tanto la judeofobia, como el error de ceder ante ella, de mostrarle que en efecto "estamos dispuestos a cambiar" a fin de apaciguarla. La judeofobia busca eminentemente el éxito, y su éxito consiste en debilitar el rumbo natural de los judíos. Cuando lo logra, se monta en él para acelerar su insaciable sendero de violencia.

La perorata de los nuevos judeofobólogos tiene su paralelo en la tesis post-modernista acerca del "fin de las ideologías". No cabe duda de que <i>hay</i> ideologías que se han desmoronado estrepitosamente, como el marxismo, y no sorprende que precisamente los que hasta hace poco la sostenían olímpicamente, compensan ahora su incapacidad de autocrítica con el escudo de que "todas" las ideologías han muerto, ergo no hay nada que revisar. Yo me equivoco, tú te equivocas, todos nos equivocamos, aquí no ha pasado nada, y un siglo de estulticia intelectual hipnotizada por el espejismo socialista, no merecería ni siquiera una revisión (ni que hablar de disculpas).

Los autodesignados intelectuales exaltaron entusiastamente los peores desatinos, siempre con vocación de revisar críticamente la sociedad que los rodea (pero sólo la que <i>los rodea</i> y nunca la que moldea sus propias concepciones).

Recordemos al Jean-Paul Sartre de la década del sesenta con sus frecuentes viajes a la Unión Soviética de los campos de la Gulag; el vidente no veía ningún atropello a los derechos humanos, y regresaba a Occidente elogiando el paraíso estalinista.

Recordemos a los saramagos de todos los países, anunciándonos futuros que nunca se cumplieron, especialistas todos ellos en pronosticar el pasado. Una vez que sus dislates son desenmascarados por la mismísima realidad, prosiguen iluminados, enfadados, decretando sus fatuos veredictos bajo una meditabunda aura de profundidad. Denuestan a Israel a diestra y siniestra, judíos y gentiles mezclados, Chomsky, Theodorakis, García Márquez, Daniel Barenboim, Vargas Llosa, Joel Beinin, Bastenier y Almodóvar, sumados a israelíes como Moshe Zimerman, Zeev Sternhal, Avishai Erlich.

Abordan la cuestión de la guerra contra Israel, soslayando culposa y empecinadamente el dato esencial de esta guerra (el único dato cuya desaparición anunciaría el fin del conflicto): los enemigos del Estado judío aspiran a destruirlo y prosiguen impertérritos su marcha en esa dirección. Ante tanta culpa empecinada de los intelectuales post-modernistas, vale concluir con la máxima de George Orwell inspirada en Cicerón, que hacía referencia a los pacifistas de la década del treinta que cacareaban la necesidad del desarme frente a Hitler: "Hay algunas ideas tan estúpidas que sólo intelectuales pueden creer en ellas".

<b>Los nuevos judíos, viejos</b>

Siempre hubo judíos resistentes a admitir la realidad. Hoy en día más aún, ya que la realidad (que la judeofobia sigue tan activa como en el pasado) se oculta bajo los disfraces de "la solidaridad con el pueblo palestino", "las críticas y exigencias de amigos de Israel" o, peor aún, tras la hipocresía de los "deseos de paz" y "no a la guerra". Por ello se requiere mucha audacia y sutileza para contrarrestarlos.

En Israel el anhelo por la paz es casi una obsesión, y por lo tanto, aun cuando el anhelo en sí es una fuerza positiva, ha llevado a algunos israelíes a insistir ingenuamente en que, para obtener paz, sólo hace falta que el gobierno de Israel dé los pasos apropiados. Si no hay paz, pues es culpa nuestra. Aunque sea <i>un poco</i> culpa nuestra. La realidad es muy diferente. No había modo de satisfacer el impulso destructor del nazismo ni la tenacidad imperialista del comunismo, del mismo modo en que hoy no hay forma de apaciguar la brutalidad troglodita del fundamentalismo islámico ni la engañosa intransigencia del arafatismo.

Cuando frente a nosotros opera un enemigo que aspira a destruirnos, nuestra única culpa radicará en no derrotarlo, o en no aspirar a derrotarlo, o en no admitir, claramente y si vueltas, que tenemos derecho de derrotarlo y así lo haremos, como a Saddam.

Además de la aspiración a la paz, existe otra fuerza que ha empujado a algunos israelíes al mismo dislate de "corregir nuestros errores". A diferencia de la anterior, ésta no es positiva. Se trata del autoodio, que se expresa en un rechazo categórico, absoluto, militante, del uso judío de la fuerza, de toda fuerza, de cualquier fuerza, bajo circunstancias cualesquiera.

Esta apología de la debilidad rayana en el suicidio, es bandera compartida de los "pre-sionistas" de la ultraortodoxia y de los "post-sionistas" del pacifismo. A veces se inspiran en un prohombre de la filosofía judía como fue Martín Buber. Un artículo post-modernista que acaba de publicarse en estas páginas abre precisamente con una cita buberiana que refleja con transparencia la enfermedad. Cito la cita de Buber: "Cada vez que pensamos en conseguir poder, fallamos y desperdiciamos nuestro destino y el significado de nuestras vidas".

Pero, permítame, maestro Buber: ¿no está permitido desear conseguir poder siquiera para defendernos de quienes nos aniquilan?

A partir de la creación de Israel, Buber responderá <b>no</b> y <b>no</b>. Llegó incluso a condenar el celebérrimo juicio y castigo al monstruo de Adolf Eichmann.

Pero, permítame maestro Buber: ¿acaso no es un acto de justicia que las víctimas de Eichmann le apliquen la pena de muerte (por única vez en Israel) después de facilitar su defensa legal? No, insiste Buber, y con él los que sienten vértigo cada vez que el pueblo judío usa del poder para defenderse. "Matarlo a Eichmann es una salida fácil de un dilema moral que afecta nuestro espíritu y que desperdicia nuestro destino y el significado..." Perdón que interrumpa su sabihondez, maestro Buber, ¿pero qué hacemos con Eichmann? ¿Lo perdonamos, para eludir el maldito poder y el repelente uso de la fuerza? ¿Nu, post-sionistas, qué hacemos con Eichmann?

¿Qué hacemos con los grupos terroristas de hoy que anuncian querer exterminarnos, o que celebran el asesinato de párvulos sionistas?

Buber por lo menos dio una respuesta: recomendó que Eichmann fuera hospedado en un kibutz a los efectos de que el destino y el significado y el desperdicio y los trabalenguas y las lúcidas torres de marfil. En suma, a poner la otra mejilla, judíos, como indica el postulado nunca cumplido de una religión que no es la nuestra.

¡Para colmo de colmos, la mentada cita de Buber es ¡de 1929! Una fecha que constituye sobrado motivo para esconderla avergonzados, no para usarla de epígrafe. Imaginemos cómo habría sido la historia si en 1929 los judíos nos hubiéramos dedicado pertinaz y diligentemente a conseguir poder, sólo poder, más poder, a fin de defendernos del Holocausto que acechaba. Imaginemos cuánto mejor se vería el mundo si hiciéramos oídos sordos a los iluminados del significado, el desperdicio y el suicidio.

Esta gente está moralmente mareada. No sabe distinguir que el poder y la fuerza pueden ser aplicados en causas nobles, como por ejemplo defender la vida, los derechos humanos, o a Israel. Leon Rodal y Mordejai Anielewicz usaron la fuerza. También todo sistema jurídico se basa en el poder.

La doble confusión de los post-sionistas combina el rechazo de la fuerza (la fuerza <i>de los judíos</i> y sólo de ellos), con la inconciencia ante la enormidad de la judeofobia (o una conciencia tan tardía y tan parcial que no les da tiempo a modificar su actitud al respecto).

Les cuento un secreto, amigos post-sionistas: al Estado judío lo quieren borrar del mapa. Están empeñadas en esta obra civilizadora las fuerzas más oscuras del mundo. Regímenes misóginos, esclavistas, retrógrados, y violentos, que cuentan para tan excelsa cruzada con ilimitados recursos petroleros, con la aprobación automática de las Naciones Unidas, y con la aquiescencia europea que, cegada por siglos de judeofobia enraizada, sigue apoyando cualquier embate contra "el judío de entre los países". ¿Me explico, post-sionistas? (me tienta llamarlos post-racionales, pero no lo haré).

<b>Los viejos europeos, nuevos</b>

La ONU acaba de rechazar una moción (la primera que presentara Israel en su historia) que tenía como objeto defender el derecho a la vida de los niños israelíes. Huelga todo comentario.

La Unión Europea, no menos sincera, le clava a Israel puñales con los que no zaheriría a ningún otro país. Sólo si los niños asesinados son israelíes, la bomba será calificada de "resistencia legítima", y sólo si la oposición es al gobierno de Israel, se puede, como en Ginebra, pactar con ella soslayando al gobierno legítimo que ha elegido el pueblo en su democracia. Aun si semejante arrogancia conlleva entronizar a sectores políticamente marginales de la vida israelí que se arrogan la representación de nuestro país frente a líderes palestinos que sí representan a sus jefes, empeñados como están en destruir al Estado judío.

Es como si Gaspar Llamazares se reuniera en Londres bajo auspicios del gobierno inglés, con un ministro marroquí, y le cediera Ceuta y Melilla, y renunciara a Gibraltar. ¿Se enojaría el gobierno español con el de Inglaterra? Intuyo que sí, y eso que Marruecos no tiene como objetivo borrar a España del mapa.

No hubo en Ginebra ningún avance hacia la paz, sino la canonización del programa de Arafat por parte de Europa. Se estrecharon las manos, de un lado, Arafat y Europa; del otro, sus representantes en Israel, rechazados por el electorado israelí pero populares en el exterior en la medida en que aceptan el programa explícito de Arafat de acabar con nosotros "por etapas".

En Ginebra no hubo una sola crítica contra cabecillas palestinos de ninguna corriente, ni una sola palabra acerca de la responsabilidad que les cabe a ellos en la sangrienta guerra que nos han impuesto por tres años (por ochenta años). Por enésima vez, la única parte culpable que debe admitir responsabilidades, es Israel y sólo Israel. Los discursos de los palestinos ni siquiera condenaron al terrorismo (eso que en Europa, como dijimos, se conoce como "resistencia legítima" cuando las víctimas son judías).

Ningún documento producido en Ginebra menciona la aceptación de Israel como Estado judío. Ese es un aspecto de la nueva mentira europea (y de sus cómplices israelíes) que tiene como objeto ablandar las resistencias israelíes ante el proyecto suicida. El "acuerdo" se autodefine como firmado por un "Estado de israelíes" (judíos y palestinos) y un "Estado de palestinos". A buen entendedor, el acuerdo no sólo no avanzaría la paz, sino que abriría las compuertas de una perpetua guerra contra el Estado judío una vez que éste se avenga a concederlo todo.

El accionar de la judeofobia no tiene nada que ver con la conducta de los judíos, sino con el <i>imaginario</i> acerca de los judíos. Se nos pone en bloque, y se nos atribuye a todos los defectos (reales o inventados) de alguno de nosotros. Este procedimiento hoy se aplica mayormente contra el Estado de Israel, que viene absorbiendo la milenaria agresión judeofóbica. Israel es presentado como una violenta teocracia financiada por el poder internacional, y se proyecta en el pequeño país lo que son nuestros vastos enemigos: petroleros, violentos, dictatoriales y teocráticos.

El odio contra la única democracia de la región no se disipará cuando Israel se someta a las demandas de sus enemigos, sino cuando éstos sean derrotados en sus metas genocidas. Derrotarlos será una noble contribución al avance de la civilización humana y de la paz, por sobre las fuerzas medievales del odio y de la represión.

<b>Por qué (nos) odian</b>

Y por favor, no nos dejemos confundir con la pregunta de por <i>qué nos odian</i>. La primera pregunta, la esencial, es por qué odian. ¿Por qué los Osamas, Saddames y Arafates vehiculizan tanto odio de sus sociedades agobiadas?

Sin duda los pueblos árabe-musulmanes (el palestino incluido) padecen horripilantes desdichas: la esclavitud, la degradación de la mujer, la explotación de niños, la lasciva pompa de sus jeques, emires y reyezuelos, la violenta persecución de "desvíos" sexuales, la pena de muerte por apostasía o adulterio, la poligamia, la corrupción, la represión de conciencia, la falta de libertad de expresión, de asociación, de prensa; el atraso, el analfabetismo, la tendencia constante hacia la violencia, la aquiescencia terrorista. En fin: lo peor de las sociedades contemporáneas se ha concentrado en la guarida del mundo árabe, un resabio medieval al que su principal intelectual, recién fallecido, Edward Said, ha denominado "un infierno". Un infierno social al que lo agrava una característica que le es propia: echarle siempre la culpa al mundo externo. Como el liderazgo árabe es la antítesis de la autocrítica, nunca avanza en la solución de sus problemas.

La ONU, en el segundo informe del Programa para el Desarrollo, elaborado por expertos árabes y publicado a fines de 2003, muestra que la censura es practicada en todos los veintidós regímenes árabes, los que en toda su historia tradujeron al árabe menos libros que lo que España traduce en un año (Israel está en tercer lugar en el mundo, con quinientas traducciones anuales por cada millón de residentes).

También muestra el documento que la distribución media anual de un libro entre la población árabe (280 millones de personas) fue de ¡dos mil ejemplares! (una cifra irrisoria que ya incluye un alto porcentaje de libros islámicos). Son sociedades que reprimen la curiosidad, el aprendizaje, la lectura, la creatividad, la crítica, todo lo bueno. ¿Pues cómo no van a aborrecer?

El promedio mundial de computadoras por cada mil habitantes es de 80. En los países árabes, menos de la cuarta parte. ¿Cómo no van a envidiar? Los árabes conectados a Internet no llegan al 2%. ¿Pero cómo diablos no van a odiar? ¿Qué han hecho ellos con sus desiertos y en qué los hemos convertido nosotros, con muchísimos menos recursos? ¿Cómo no van a odiar? ¿Cómo no van a echar a otros la culpa de que dilapidan su petróleo en basura?

En el informe se muestra que, en tres años, más de quince mil médicos árabes abandonaron sus países y, en fin, se revela toda la infelicidad de la que, por supuesto, la culpa la tiene Israel.

Así lo dicen ampulosos post-sionistas: el problema de los árabes es Israel y la ocupación. Justamente, al alentar el planteamiento de que Israel es el problema, les permiten a los que aborrecen seguir desviando su enojo hacia el ubicuo enemigo externo, y ayudan a los amargados a desatender sus gravísimos problemas, y justificar su odio.

No casualmente quienes han firmado la iniciativa de Ginebra del lado de Israel, provienen de más allá de la izquierda laborista. Su visión no es nueva; es herencia directa del marxismo. Ven a la política como una ciencia exacta. No pueden cometer errores. Ellos saben. Que en el pasado cercano nos hayan empujado a los israelíes al mismo abismo terrorista y a la misma trampa, la de los acuerdos de Oslo, no los disuade. Si la realidad no ha salido de acuerdo a como la planearon Beilin y Burg, pues la realidad está equivocada. Y hay que intentarla nuevamente en Ginebra. No se detienen ante la socava a la democracia que significa negociar sin haber sido elegidos para ello. Porque tienen la verdad absoluta en materia política.

Cuando en un par de años más haya elecciones en Israel y su propuesta sea demolida en las urnas por la sensatez del votante israelí, se sonreirán socarronamente y seguirán su marcha impávidos. No los entendemos, nosotros los tontos. Europa los financia y aplaude, y ellos no requieren de ser gobierno legítimo porque la verdad absoluta les es suficiente.

Como al escribir estas líneas no me arrogo poseer la verdad, preveo que habrá quienes disentirán con mis reflexiones. Me alegro, y espero humildemente que no atribuyan mis imperfecciones a que amo la guerra. Es cierto: quienes se oponen a la iniciativa de Ginebra del lado árabe, se oponen a ella porque suponen que traerá paz con Israel. Pero quienes nos oponemos del lado israelí (es decir la mayoría de los israelíes) la resistimos porque estamos convencidos de que iniciativas así sólo promueven la guerra. Y los israelíes queremos paz. Una paz perdurable basada en el mutuo respeto y no en la desaparición de una de las partes contendientes, que fue y sigue siendo la meta de Arafat y su morralla.

Autor: Gustavo Perednik
Fuente: <A HREF="http://www.wzo.org.il/es/recursos/view.asp?id=1585">WZO</A>.
 
El ojo tuerto de Europa

El ojo tuerto de Europa

El ojo tuerto de Europa

Los Protocolos de los Sabios de la información.

¿Qué ha pasado para que una persona ideológicamente atrasada, que no tiene pensamiento, ni ninguna concepción de la complejidad, y que históricamente no actúa como un líder ni en el mundo musulmán, ni en el árabe, pueda convertirse en un héroe?

La pregunta no la formula ningún pensador pro Israelí, o directamente judío, sino Samí Nair, intelectual árabe francés, en su momento asesor de Mitterrand y, a pesar de su radicalidad en la cuestión palestina, claramente crítico con la deriva intelectual y moral que está llevando al mundo islámico al desastre.

Ciertamente, pues, ¿qué ha pasado? ¿Qué ha ocurrido en el mundo, y en los diversos mundos, desde que Bin Laden lanzó su maléfica fatwa, un lejano 23 de agosto de 1996?

¿Por qué motivo, lo que Salman Rushdie llamó el islamismo paranoico y Jean Francois Revel tildó de nueva ideología criminógena (perfectamente asentada entre el comunismo bárbaro y la barbarie nazi), está subiendo como la espuma y cubriendo la tierra de sangre derramada, de fanatismo nihilista y de nueva y seria amenaza contra la libertad?

Han ocurrido muchas cosas, y a pesar de la recurrente enfermedad del pensamiento europeo, tan patológicamente antiamericano y antiisraelí que no ve mas allá de sus narices, mucho de lo que ha ocurrido tiene que ver con la propia culpa europea y, mutatis mutandis, la mismísima culpa árabe.

¿Error de cálculo en el presente? Gravísimos errores acumulados en el pasado y multiplicación de errores en la actualidad. Hablemos de ellos y, especialmente, del complejo entramado de mentiras sobre las que se sustenta la ceguera actual de muchos intelectuales europeos, mentiras que se han convertido en verdades sobre las que sustentar una nueva forma de intolerancia: la reformulación moderna del Viejo monstruo del antisemitismo.

Israel es el centro de la acusación; Estados Unidos, la causa de todos los males; y lo árabe, el núcleo de todas las victimologías.

Sin embargo, lo único cierto es que la culpa europea esta ahí, camuflada, perfectamente embellecida con vestidos Chanel (el antisemitismo de salón, que señaló el Comisario Europeo contra el Racismo), políticamente correcta en la enorme incorrección moral que es, hoy por hoy, el pensamiento europeo.

Esta es, pues, la traición y la mentira de Europa.

Primera traición y primera mentira: la memoria. Atid azicaron, me habita el futuro del recuerdo, dice la sabiduría del Templo.

Sin embargo, lo único cierto es que Europa ha hecho suya esa maldad que asegura que olvidarse es tener buena memoria.

El olvido ha sido una opción europea, perfectamente escogida para desgracia de la justicia; de hecho, perfectamente coherente con su tendencia suicida a alimentar lo mejor del pensamiento, pero también lo peor del pensamiento. Si fuimos los inventores, propagadores y ejecutores del antisemitismo secular, ¿por qué motivo tendría que ser hoy distinto? Hay algo en el ADN europeo que devora nuestros órganos judíos como si fuera un cáncer voraz, a pesar de ser órganos vitales. Instalados, pues, en el olvido militante, reinventamos el antisemitismo a pesar de no tener ya judíos.

Un antisemitismo sin judíos, dijo de ello Paul Lendvai, y la constatación de tamaña miseria intelectual la tenemos diariamente en muchas ciudades europeas. No se cuán contrastado está el dato que leía en un informe reciente, pero me parece altamente creíble: en estos casi tres años de Intifada ha habido más agresiones en Europa contra sinagogas que en la Kristalnacht.

Además, se ha creado un flujo migratorio de miles de judíos (hasta ahora no reconocidos como refugiados por el Alto Comisionado de la ONU), y la prensa ha iniciado un proceso de demonización contra Israel y contra los judíos, que no tiene precedentes desde el agujero negro del nazismo.

Todo ello no habría sido posible si previamente Europa no hubiera militado, con ímpetu, en el olvido de su propia miseria moral. La primera traición, pues, de Europa es hacia los judíos. Es decir, hacia sí misma. Y es una traición a la memoria trágica y a la culpa que de ella se deriva. Excepto Alemania, que ha hecho un proceso serio de expiación y catarsis colectiva, el resto del continente no ha querido recordar, no ha querido enseñar y, sobretodo, no ha tenido ninguna intención de aprender.

España, por ejemplo, artífice de ese 9 de Av que firmó el edicto de expulsión, y cuna del totalitarismo inquisidor, no solo no practica la autocrítica histórica, sino que hasta existe una corriente que quiere beatificar a Isabel la Católica.

¿El holocausto? Ni un solo niño español ha estudiado la profunda lección moral que surge de la mayor tragedia de la humanidad, de manera que la Shoá se percibe como un hecho lejano, más vinculado a la virtualidad del cine, que no a su propia historia, y por supuesto, exclusivamente judío.

De la desmemoria nace la ignorancia; de la ignorancia renace el prejuicio; y en el prejuicio vuelve a habitar la intolerancia.

¿Quién dijo aquello de que no hay nada más peligroso en el mundo que la ignorancia sincera? Pues Europa tiene un empacho supino de sinceridad imbécil, iletrada y absolutamente desmemoriada.

Es en ese contexto de olvido contumaz, de banalización de los caminos que nos llevaron al odio (desde el corazón mismo del cristianismo hasta el delirio de Stalin de acabar con los médicos judíos, los famosos batas blancas, pasando por la estación final de Auschwitz), en el contexto de relativización del antisemitismo impregnado en el córtex mismo de Europa, es en ese contexto en donde nacen los Saramago y los Theodorakis. ¡Y pensar que nos enamoramos del escritor con el Memorial do convento! ¡Y pensar que lo hicimos del músico viendo Zorba el griego! ¡Quien iba a avisarnos que, bajo la piel intelectual de ambos, palpitaba un corazón despreciable!
Porque estos dos no son antisemitas sin lectura. Estos han leído, han pensado, han analizado, pero cabe preguntarse con qué órgano lo han hecho. La inteligencia del estómago solo sabe navegar entre bilis...

De Saramago no diré más de lo que hemos escrito muchos a lo largo de estos meses, excepto recordar que se formó en la misma escuela de libertad, democracia y tolerancia que su buen amigo Arafat: los pechos amorosos de la KGB... Quien amó a Pol Pot y a Stalin y aún ama a Castro, no tiene mucho para sorprender. Al fin y al cabo, como dice Thierry Saint-Jacques, la izquierda ha enviado a Hitler al infierno, pero se ha cuidado mucho de salvar a Stalin. Cien millones de muertos no tienen quien les escriba... Así pues, ¿como no va a considerar Saramago que seis millones de muertos judíos son una chiquillada olvidable, si nunca ha reconocido a los cien millones muertos por el comunismo? El pueblo judío ya no merece simpatía por los sufrimientos que pasó, dijo alegremente. Y me pregunto, José Saramago ¿en qué preciso momento has tenido tu simpatía por los judíos?, rancio comunista sin sentido crítico, corroído por los dogmas y las consignas, y tan ciego que has amado a dictadores y asesinos que han matado en nombre de la libertad. ¡Vete al carajo!

Al carajo con el amigo Mikis Theodorakis, otra innoble alma. Ha dicho textualmente: esta pequeña nación es la raíz de la maldad. Está llena de vanidad y de una obstinación maldita. Y ha añadido, en un alarde de ignorancia ilustrada, los judíos y los griegos no son comparables, porqué los griegos han tenido eximias personalidades como Pericles, y los judíos solo han tenido patriarcas. ¿Se refiere al Pericles que condenó a muerte a Sócrates? ¿Se refiere al personaje desalmado que Sófocles retrató en Edipo Rey? Y, sobre todo, ¿en qué saco del desprecio coloca a los 140 premios Nobel que le Pueblo Judío ha aportado a la Humanidad?

¿Qué hacemos con Ellie Wiesel, con Elías Canetti, con Bashevis Singer, con Nelly Sachs, con Saul Bellow, con Brodsky, con Imre Kertesz, con Rabin, con los casi 50 Nobel de Medicina, con...? ¿Qué hacemos con la maldad cuando se disfraza de músico mítico y, en nombre de la solidaridad, practica la más rancia de las intolerancias? El español Indalecio Prieto dijo, en plena Guerra Española, nada se puede hacer ante un batallón de fascistas recién comulgados. Y ahí tenemos a Theodorakis, recién comulgado en su fe progresista. En fin, ¿qué hacemos? Hacemos lo que estamos haciendo: despojarle del disfraz, sacarle la careta pretendidamente heroica y mostrar la fealdad del alma que hay en su interior.

Hoy, los Saramago y los Theodorakis son los caballos de Troya del antisemitismo ilustrado europeo. Ya no se trata de la extrema derecha. Se trata de la izquierda épica. Pero es que, como escribió mi buen amigo Marcos Aguinis, hay una izquierda que camina hacia la antimodernidad. He ahí dos buenos ejemplares.

Pero existen, rugen y son creíbles porqué Europa no ha hecho los deberes. El olvido, pues, de la propia culpa es como la indiferencia: son sustento, pan y fundamento de la violencia. La violencia misma, que diría Hermann Broch, y ¿quién podría desmentirlo?

Sobre el olvido y la minimización de la Shoá, se construye un auténtico edificio antisemita, viejo en su pálpito interior, pero nuevo en fórmulas y lenguajes. Un antisemitismo con prestigio, bien visto en universidades y cenáculos, políticamente correcto y progresista y, por supuesto, antisionista.

Es tan extraordinaria su fuerza de convicción que ha aunado, en un solo eje a tres corrientes del pensamiento igualmente patológicas: el populismo nacional - católico, el excomunismo y ese deporte favorito de los europeos que es el antiamericanismo. El antisemitismo, pues, es el lugar común de las diversas versiones de la inteligencia totalitaria. Y está de moda. Quizás porqué, tal como asegura ese interesante pensador del judaísmo secular, Sherwin Wine, ser racional no está de moda. La conclusión es clara. Europa está viviendo un auge sin precedentes desde hace décadas, del antisemitismo secular que siempre la ha marcado y la ha destruido. Su primera traición, traicionando a la memoria, es una traición a sí misma. La Segunda traición es a la verdad. El edifico antisemita actual está construido sobre dos pilares igualmente poderosos. Uno tiene que ver con la cultura de odios y prejuicios que nos marcan como pueblo. Pero el otro pilar es absolutamente necesario para que esos prejuicios tomen alas y echen a volar: la mentira informativa. Y mentir, hoy por hoy, es un verbo que conjugan con igual entusiasmo periodistas e intelectuales, hasta el punto de que, sobre la verdad de Israel y del conflicto árabe-israelí, se ha creado otra verdad paralela que, basada en la distorsión y la falsificación de la historia, está substituyendo a la propia. Tampoco aquí nada es nuevo, ya que todo el antisemitismo histórico y actual tiene que ver con la mentira. Lo diré, pues, con la dureza que la acusación conlleva: Europa, la Europa ilustrada, intelectual, periodística, la Europa que informa día a día sobre Oriente Próximo y que es la responsable del estado de opinión tan vorazmente antiisraelí, está reescribiendo unos nuevos Protocolos de los Sabios de Sión. Los agentes secretos del zarismo son sustituidos por los periodistas de la modernidad; el peligro ancestral del complot judío se verbaliza ahora como complot yankee-israelí; el judío malo de antes es el judío malo de siempre, sólo que ahora su complot se sitúa en Wall Street y tiene ejército. Nunca dejará de sorprenderme y de horrorizarme la fuerza que tienen las viejas maldades. Lo decía así la Liga Anti Difamación (ADL), en un estudio entre adultos de cinco países europeos: es alarmante encontrar en este mundo post-Holocausto y post 11-S, que una de cada cinco personas cree en las viejas calumnias. En España, por ejemplo, el 71% cree en el concepto del lobby financiero judío, lobby que, por supuesto, mueve los hilos del mundo. Así pues, en el principio de los tiempos tuvimos los textos cristianos convirtiendo al pueblo judío en deicida. Creo que hay un tipo impresentable por ahí que quiere hacer de ello una película...

En 1903 tuvimos los Protocolos, arropados por la extrema derecha rusa, que contribuyeron a crear los progroms que asolaron aquel país hasta 1914, así como la matanza de 60.000 judíos en la Guerra civil entre blancos y rojos. En 1920 tuvimos a Henry Ford y su delirante El judío internacional. Y en la Alemania vencida y crispada, bien alimentada por los Protocolos, Hitler escribió su Mein Kampf y Rosenberg y Goebbels se encargaron de propagar el odio y legitimar la persecución. Los resultados son bien conocidos.

Hoy, en la misma Europa donde nació todo, el odio, la persecución y el exterminio, nace una nueva narrativa cuyos estigmas son lejanos, su distorsión es igualmente desacomplejada y sus consecuencias, en cualquier caso, nunca pueden ser buenas.

Esta es la rotunda acusación que hago: el mundo periodístico e intelectual, fundamentalmente de izquierdas, ha escrito unos nuevos Protocolos cuya influencia es elevada y cuya consecuencia es demoledora. Día a día, noticia a noticia, declaración a declaración, hoy no tenemos ese u otro libro feroz, hoy tenemos una hemeroteca llena.

Los Protocolos de los Sabios de la Información son, como los antiguos, maniqueos, criminalizadores y falsos. Su objetivo es Israel. Su motivo, muchos motivos, la mayoría innobles. Su justificación es Sharon. Su excusa, el antisionismo. Su arma, el prestigio. Su propagador, miles de medias. Su gurú, los Saramago. Su aliado, Arafat. Su resultado, el antisemitismo... Este es el decálogo de mentiras y distorsiones en el que basan una realidad paralela, totalmente falsa, pero presentada como cierta. Primer Capítulo del Protocolo: Israel es un estado ilegítimo. De esta convicción parten la mayoría de planteamientos de izquierda actuales. Quienes fueron, por ejemplo, a Durban o a Porto Alegre, auténticos escándalos antisemitas, como los tipificó el Centro Simón Wiesenthal (por cierto, permítanme este inciso para elevar mis honores al alma noble de la eterna compañera de Simón, Cyla Wiesenthal, que hace poco murió), decía que quienes fueron a Durban, saben de qué hablo... Sin embargo, en el listado de países nacidos al albur de la descolonización (entre ellos, casi todos los árabes y algunos tan absurdos que aún se dan de bruces con el sentido común), ¿hay algún estado con una base más moral que la del Estado de Israel? ¿Se pueden acumular más motivos, más dolor, más tragedia, más muertos, más derecho histórico, que el que acumularon los judíos para crear el Estado? Sin embargo, en boca de los voceros del antisionismo, Israel es el único país del mundo que tiene que pedir perdón por existir, el único que no es legítimo y el único que no tiene derecho a defenderse. Segundo Protocolo: Sharon es la madre de todas las maldades. A pesar de que Sharon ha llegado a decir lo que nunca dijo Rabin, que está a favor de un estado palestino (haré las concesiones dolorosas que haga falta, dijo en la Vanguardia española el pasado 16 de noviembre); a pesar de que es el hombre que desocupó Yamit y que cada vez que ha existido un precario principio de diálogo, ha ido más allá de los acuerdos (la última hoja de ruta, por ejemplo); a pesar de los pesares, todo el mundo en Europa cree en dos autos de fe: Sharon es el culpable de la Intifada y es un Genocida. No ha existido nunca en la historia un presidente democrático de un estado democrático que haya sido tan criminalizado como Sharon. De poco sirve que la Segunda Intimada naciera con el pacifista Barak. De nada sirven las matanzas entre árabes que culminaron en Sabra y Chatila: nunca hubiera imaginado ese odio entre árabes, dijo Sharon en el juicio que se le hizo. En el imaginario europeo era necesario que el judío malo medieval tuviera una reencarnación moderna para poder justificar la demonización de todo un pueblo. Sharon se presenta como esa reencarnación y por ello resulta tan útil. Sin embargo, y es una verdad tozuda a pesar de las muchas mentiras, la responsabilidad de los miles de muertos de esta Intimada solo tiene un responsable, y está en el lado palestino. En perfecta coherencia, si Sharon es malvado e Israel es un estado ocupante, la paz no la quieren los judíos. Esta afirmación, dicha con más o menos transparencia, late en el fondo de los artículos que culpan a Israel. Especialmente está presente en muchos colectivos que son antiisraelíes con buena fe, aunque ya se sabe que la buena fe puede promover desastres... Sin embargo, nuevamente la paz ni está hoy, ni ha estado nunca en Tel Aviv. No la estuvo en el '48, ni en el '67, ni en el '73, cuando Israel las conquistó por Derecho de Victoria, después de haber sido agredida. También ahora, como entonces, se defiende de una permanente agresión cuyos agresores viven en Palestina, pero cuyos hilos se mueven a centenares de kilómetros. La paz no está ni en Sharon, ni en Barak, ni la estuvo en Rabin, quien firmó los Acuerdos de Oslo porque Arafat había prometido la paz. Oslo en el '93 con Rabin. Netaniahu en el acuerdo de Hebrón. Barak en el 2000 en Camp David. Y sin embargo, no hay paz. ¿Por qué no quiere Arafat? Sin duda, Arafat es un líder de la guerra, pero el centro de la violencia está en Damasco, en Riad, en Teherán, y estaba en Bagdad. Y mientras estas dictaduras teocráticas, basadas en el despotismo y en una lectura patológica del Corán, muevan los hilos del terrorismo palestino, difícilmente ningún presidente israelí podrá firmar la paz. Israel no ha declarado la guerra, pero se la culpa de la situación. Israel no tiene en sus manos la paz, pero se la culpa de no querer la paz. De ahí cuelgan tres distorsiones más de la verdad. Una, que el pueblo palestino se muere de hambre. Otra, que solo los palestinos son víctimas. La tercera, que Arafat es un resistente heroico. Pero la verdad es muy distinta y se acerca bastante a estos datos: a.. El Banco Mundial ha dado a la ANP el doble por habitante de lo que recibió Europa con el Plan Marshall. a.. La U.E. (que, como denuncia François Zimeray, se niega a investigar) ha dado 330 millones de euros para el sistema educativo palestino. a.. Los informes de corrupción política hablan de millones de dólares desviados a cuentas e inversiones de Arafat, entre ellas, inversiones en la planta embotelladora de Coca Cola en Ramallah, en una empresa de telefonía móvil tunecina, y en fondos importantes en distintos paraísos opacos, entre ellas Islas Caimán. a.. Los oficiales norteamericanos que lo han investigado, estiman que la fortuna personal de Arafat supera los 2 billones de dólares, y de todos es sabido que Suha, su esposa en París, recibe 100.000 dólares mensuales. a.. ¿Qué decir del famoso monopolio de la Corporación del Petróleo General, que compró el combustible de una compañía israelí y lo aguó con querosén? Los propios hombres de Arafat hablan de la pesada comisión que se llevó el Rais. a.. Y todo ello sin hablar de los 50 millones de dólares que Saddam Hussein dio a Arafat por apoyarlo en la Guerra del Golfo, ni de todas las herencias económicas de la OLP, especialmente importantes las donaciones de la KGB y de los saudíes. Sin embargo, es cierto también que el pueblo palestino está en una situación económica deplorable. Pero, ¿es culpa de Israel? Antes de la Intifada, los palestinos tenían el mayor estándar de vida de todos los árabes. Hoy están, según el Banco Mundial, al nivel del Yemen. La corrupción moral y económica de Arafat es de tal magnitud que usa incluso el hambre de su pueblo como arma, mientras acumula fortunas indecibles. La acusación también vale para los países árabes del petrodólar, forrados de dinero, pero que nunca han hecho ni una sola inversión industrial, comercial, infraestructural. Su contribución a la vida de los palestinos es harto más generosa: pagar profusamente al terrorismo. Es un pueblo víctima, sin duda, pero, ¿por culpa de quién? Aparte del hecho histórico que nadie ha matado a más palestinos que los propios árabes, lo cierto es que son víctimas de sus propios líderes, corruptos, envilecidos y fanáticos. Líderes que, como dijo Golda Meir, odian más a los judíos de lo que aman a sus hijos. Víctimas del integrismo islámico, que los destruye como individuos y los convierte en máquinas de matar. Víctimas de unos países árabes que no pueden aceptar un vecino democrático viviendo en paz. Víctimas de una Europa que, criminalizando permanentemente a Israel, les alimenta aún más el odio. Y por cierto, les paga las escuelas donde ese odio se propaga e inculca. La nación islámica necesita esparcir el espíritu de la Jihad y el amor por el autosacrificio, dice, entre otras barbaridades "democráticas" el libro del Ministerio de Educación de la ANP titulado Cultura islámica, obligatorio en 11º grado. Aunque mañana se firmara la paz, ¿qué haríamos con estos miles de niños educados en el odio, amantes de la muerte y adiestrados en el desprecio a la vida? La magnificación de Arafat en Europa es lo peor de lo dicho hasta ahora. Traicionero, violento, autoritario, cruel, corrupto y, sin embargo, amado por Europa. Este hombre que con un ojo lee a Marx y con el otro a Hitler, marcado históricamente por su biografía sangrienta, héroe de los Tres Noes y traidor de Camp David (donde engañó incluso a Clinton), y cuyo gobierno deja por herencia un terrorismo sanguinario, un caos económico, un déficit absoluto de bienestar, mafias y fanatismo, este hombre es un héroe para toda la izquierda, para la mayoría de la prensa y para mucha de la opinión pública europea. Los motivos son múltiples y no es nuevo que Europa se enamore de dictadores fanáticos que enarbolan banderas de libertad. Tampoco lo es que, faltada de épica propia, practique un panarabismo romántico irreal y suicida. Pero además, y no lo olvidemos, Arafat es enemigo de Israel y, hoy por hoy, también de EUA. Europa, en su ceguera, tiene suficiente con ello. El octavo punto de mi particular decálogo tiene que ver con la minimización del terrorismo palestino, consecuencia de ese síndrome de David contra Goliat que practica la prensa europea. Es así, por ejemplo, como una mujer destruida en su individualidad, corroída por el odio y amante de la muerte, y cuya principal hazaña es poner una bomba en un restaurante de Haifa, no es llamada terrorista sino joven abogada resistente. Europa aún no ha tomado una posición de responsabilidad con el terrorismo, y su indiferencia se convierte en un notable aliado de la violencia. Finalmente, dos elementos más que culminan este largo proceso de despropósitos que doy en llamar Los Protocolos de los Sabios de la Información: la mentira como práctica periodística y la configuración de una imagen totalitaria de Israel. Sobre la primera no hace falta decir mucho. Está ahí y llena, todos los días, los periódicos. Solo hace falta, por ejemplo, leer la documentación que ampara a la denuncia que Take a Pen ha hecho ante diversas instancias europeas contra la prensa española: 5 cajas de recortes de diarios, diapositivas, mapas y varios CD, así como grabaciones televisivas. Una documentación brutal que demuestra la sistemática vulneración de los códigos deontológicos del periodismo y la burla a la verdad. Aún hoy ninguno de estos medios ha pedido perdón por la información que dio de Jenín o Belen, ni ninguno no ha dicho, por ejemplo, que Mohammed al-Durrah murió por bala palestina, o que existieron ambulancias con explosivos, etc. . El periodismo de hoy, especialmente el de izquierdas, ha substituido a la información por la propaganda, y a la idea por la consigna. El resultado recuerda la escuela del periodismo soviético... Como tal y en su maniqueísmo de víctimas y verdugos, Europa dibuja una imagen totalitaria de Israel que toma cuerpo con cualquier excusa más o menos oportuna. Como si no fuera atacada, como si no muriera su gente, como si no estuviera en situación histórica de guerra latente, se le niega el derecho a la defensa y cualquier acción es tipificada como antidemocrática. Genocida, apartheid y limpieza étnica son términos usados habitualmente y ello a pesar de que Israel es la única democracia de la zona. La última excusa es el muro de protección. Nuevamente aquí la información cae derrotada por la tergiversación y la mentira. ¿A quién le importa que un terrorista tarde menos en pasar a pie de Kalkiliya a Kfar Saba, de lo que tardarán ustedes en leer este escrito? ¿A quién, los 127 terroristas que pasaron a Israel desde la Ribera Occidental y mataron a 428 israelíes, aparte de los heridos? ¿A quién le importa que 573 terroristas más intentaran pasar? Y, sobre todo, ¿a quien le importa que la valla fortificada de la Franja de Gaza, construida en el 2001, haya conseguido evitar que ni un solo terrorista suicida penetre por allí? Por supuesto, nada se dice de las 42 puertas que permiten el paso de trabajadores, o el hecho que Julián Schvindlerman explicaba en el Miami Herald: en diciembre de 2000 (justo antes de construir la valla de Gaza) trabajaban 3.300 palestinos en la zona industrial Erez. Como resultado de la mejoría de la seguridad, hoy 5.000 palestinos trabajan allí. A quien le importa...

Continuar no tiene sentido porque los ejemplos de distorsión están a millares. Pero esto es lo que hay, hoy, en Europa: la recreación de una auténtica gramática antisemita, con lenguaje renovado, pero basado en prejuicios inmorales tan antiguos como la misma Europa. Europa, sin duda, tiene unos nuevos Protocolos. Los Protocolos del siglo XXI. Finalmente, en su triple traición, Europa traiciona a los ciudadanos de cultura musulmana, y lo hace tanto con su apoyo a sus líderes más despóticos, como con su ceguera ante lo que significa el integrismo islámico. Lo cual es pura dinamita para sus propios intereses. 1.300 millones de personas de profesión islámica no son culpables. Ni lo es, tampoco, la fe que los arropa, antaño ejemplo de convivencia entre religiones y hoy refugio de la intolerancia, el antisemitismo y el antioccidentalismo. Pero es cierto que es en nombre de Alá que hoy se alimentan las ideologías totalitarias, las violencias más tenebrosas y los conflictos armados. No hay que olvidar que, de los casi 30 conflictos abiertos en el mundo, más de 20 tienen motivaciones islamistas, desde Cachemira hasta Chechenia, desde Sudán a Palestina. Lejos quedan los ejemplos de Burguiba en Túnez, o de Mustafá Kemal en Turquía, substituidos por una concepción patológica de la religión, convertida en refugio identitario antidemocrático, ahistórico y ferozmente antioccidental. El término que Freud usó para otro momento trágico de la historia, la marea negra del oscurantismo, sirve nuevamente.

No solo el petróleo no ha sido usado para liberar a los ciudadanos y para crear una sociedad ilustrada, democrática y avanzada, sino que el petróleo ha sido usado como una auténtica arma de destrucción masiva, y ha alimentado al terrorismo, a los conflictos sangrientos y a la multiplicación de las madrazas coránicas. En Pakistán, por ejemplo, hay 7.000 madrazas coránicas que enseñan a unos 600.000 alumnos. Se calcula que la mitad pasará a ser militante radical. Vivimos en una guerra constante, dice Ibdul Rashid Ghazi, mullah de la mezquita Vermella de Islamabad, y las madrazas deben prepararse para la guerra. Usada la religión como arma contra el progreso, cultivada la gente en el odio a Occidente y sometida a regímenes despóticos, hoy tenemos un montón de países enormemente ricos que, sin embargo, son subdesarrollados. En la mayoría de ellos, hay más desigualdad que en los años '50. La corrupción, las elites inmensamente ricas, las administraciones hipertrofiadas, las prácticas fiscales discriminatorias, unos servicios públicos defectuosos, y unos mullah llamando cada día a conquistar el paraíso por la vía de las bombas, son los diversos pirómanos del fuego que hoy arde en el mundo.

Un fuego que usa a los palestinos como gasolina, y a los judíos como carne en la hoguera. La riqueza del petróleo, pues, solo ha servido para encarcelar aún más a los ciudadanos en la cárcel de la ignorancia, el despotismo y el fanatismo.

¿Por qué acuso a Europa de traicionar a los musulmanes? Porque lejos de analizar la raíz de la locura integrista y de señalar las evidentes responsabilidades, minimiza el terrorismo islámico, practica un antiamericanismo balsámico a oídos integristas, magnifica a Arafat y demoniza a los judíos, cuyo simbolismo está estrechamente ligado a los valores de la libertad.

Es decir, creyendo Europa que satisface a los 20 millones de musulmanes que habitan en el continente, en realidad los está condenando. Ahí tenemos, como último ejemplo de ocultación y minización, la acusación que acaba de lanzar el Financial Times contra la Unión Europea, y donde explica que el informe de 112 páginas del European Monitoring Centre of Racism and Xenpohobia (EUMC) de 2001, no ha sido publicado expresamente por la Unión por el miedo que provocan sus conclusiones. El informe detalla, con precisión, la dedicación logística y económica de decenas de ONG´S árabes para potenciar un nuevo antisemitismo en Europa.

El senador americano Robert Wexler envió una carta a Javier Solana pidiendo la publicación del informe. El informe no ha sido publicado. La pregunta, por tanto, es pertinente: ¿A quien beneficia que informaciones de esta naturaleza sean escondidas e incluso negadas? Solo beneficia al miedo. Desde mi punto de vista, hay que liberar al Islam del Islam nihilista, heredero natural de los dos grandes totalitarismos de la historia. Stalin secuestró la idea de justicia, y destruyó a la utopía. Hitler secuestró a la vieja Europa, y también la destruyó. El integrismo secuestra a lo musulmán, y puede destruirlo por mucho tiempo. En el proceso de autodestrucción, se matará y nos matará mucho. Judíos y no judíos. Mientras tanto, Europa hace la siesta, siempre observando al mundo con ese ojo tuerto que le dotó la historia. ¿Qué espera para entender lo substancial? ¿Que haya un atentado en París o Londres? Arden las sinagogas de Neve Shalom y Beth Israel y Turquía quema (por el camino, ya de paso, arde una escuela judía en París), pero en Londres se manifiestan 100.000 personas contra ¿...Arabia Saudita, Pakistán, Sudán, Siria...?. Por supuesto que no. ¡Se manifiestan contra Bush! Ese ojo tuerto, enfermo y patológico, que nunca ve donde tiene el incendio...

El antisemitismo no es una cuestión judía. Ni lo son las bombas contra las sinagogas. Ni lo fue AMIA. Ni lo es cada israelí que muere bajo el totalitarismo terrorista.

El antisemitismo y el terrorismo y el integrismo son una cuestión de libertad. Ustedes, judíos, solo son nuestros canarios. ¿Conocen la metáfora? Los canarios usados en las minas de carbón para medir la contaminación. Cuando morían, la contaminación estaba muy alta. Cuando mueren judíos en el mundo por ser judíos, la contaminación de la democracia es peligrosa. Los judíos son los canarios de la democracia: viven y mueren si vive o muere la libertad. Por ello, siempre que los enemigos de la democracia han crecido, han muerto judíos. Primero judíos. Después todos.

El antisemitismo es un problema de la libertad. Como lo es también ese ojo tuerto europeo que no ve más allá de sus complejos, sus esteriotipos y sus prejuicios. Europa forma parte de la solución. Pero ese huevo de la serpiente que habita en su interior, forma parte del problema.

Autor: Pilar Rahola
Fuente: Lista Hebreos, via <A HREF="http://www.es-israel.org/modules.php?name=News&file=article&sid=726">Es-Israel</A>.