Hurgando entre el Estiércol

KarinaMoreno · 21 Diciembre 2011

Re: Hurgando entre el Estiércol

REY PACÍFICO:

Vale, entonces no es evidencia, es fe.

Gracias por la respuesta,
Karina.

rey pacifico · 21 Diciembre 2011

Re: Hurgando entre el Estiércol

KarinaMoreno dijo:
REY PACÍFICO:

Vale, entonces no es evidencia, es fe.

Gracias por la respuesta,
Karina.

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Mis bendiciones.

luzfinal · 21 Diciembre 2011

Re: Hurgando entre el Estiércol

edcentinela dijo:
Me remito al comienzo del tema, y creo firmemente en esto, solo Dios juzgará a cada uno de nosotros al momento de ser juzgados delante de él. Si la religión tal o cual cumple con los preceptos de Dios, será justo con esa persona y será juzgada justamente.

Imagínense una persona que ha llevado una vida honorable, siguiendo los mandamientos, siguiendo lo que dijo Jesucristo en el sermón del monte ha aceptado a Cristo como su salvador, y en un momento de debilidad comenta un pecado, por ejemplo, le fué infiel una sola vez con una amiga de su esposa, viene el marido y lo mata? Esa alma se perderá irremediablemente o Dios tendrá misericordia de él?

si pecó...y no se arrepintio ...asi sea de 1 sola vez ...se pierde

Cátara · 21 Diciembre 2011

Re: Hurgando entre el Estiércol

daniel1212 dijo:
entendi el tema Ibero escoge lo mas selecto del foro y lo comenta

Aporto con 5 sorpresitas:

[h=2]1.- ¿ Se puede ser Wiccano y Cristiano ? ; por lo visto si.[/h] 2.- Malentendidos DISIPADOS; NO soy amigO, soy amigA.
Cataraerdón por confundir tu género. Un abrazo.
Karina.

3.- Solo las personas más cultas en este tema, como los médicos y los testigos de Jehová no aceptamos sangre
(superintendente de circuito de los testigos de Jehová pretendiendo enseñar medicina a 2 médicos del foro)

4.- Saltando de nuevo el tema (OFFTOPIC) el chavista es la persona que sigue a Chávez y los venezolanos son los que viven en Venezuela xD

5.- Tengo 27 años. Aunque estoy seguro que por mi juventud soy mas apuesto que tu.Pax.

Solo los CHISMOSOS, los PECADORES IMPENITENTES, EXALTADORES de su propio EGO, que SEÑALAN en otros sus propios PECADOS, creyendo ser lo que NO SON, y algún que otro ANIMAL; HURGAN en el estiercol...

JESUCRISTO (Bendito sea) NO HURGA en semejante materia.
El BUEN PASTOR LIMPIA, APACENTA, ABREVA y CUIDA a las OVEJAS...
Y DICE: "Si entendieráis qué SIGNIFICA: MISERICORDIA QUIERO..."
"SED MISERICORDIOSOS COMO vuestro PADRE ES MISERICORDIOSO".
"BIENAVENTURADOS los MISERICORDIOSOS porque ellos ALCANZARÁN MISERICORDIA."...PALABRA DE DIOS. AMÉN.

Que ÉL os Bendiga a TODOS, en todo momento, con SU PAZ y SU AMOR, en éstos días en que se celebra SU VENIDA, EN la que TRAJO LA SALVACIÓN al MUNDO. AMÉN
FELIZ NAVIDAD.

IBERO · 21 Diciembre 2011

Re: Hurgando entre el Estiércol

"ESPIRITUS"

... como hombre de Dios puedo decirte que los espíritus tienen forma, algunos hablan y otros no, son los causantes de muchos pecados y todas las enfermedades físicas y de origen psicológicas.

Cuando habla un "hombre de Dios", sea en un foro o en la vida real, por lo menos hay que hacer un alto en el camino y escuchar. Nadie quiere que un "hombre de Dios" esté diciendo cosas muy ciertas y nosotros andemos sordos, ensimismados en las nubes de Valencia. Primero hay que saber qué quién es realmente el "hombre de Dios", porque puede sea de "Dios" o de cualquier otro lado. Si además resulta que el "hombre de Dios" es neocarismático o pentecostal -como es el caso que nos atañe- hay que sujetarse inmediatamente la billetera y extremar asimismo las precauciones para no perder la razón en un descuido. La religión del neocarismático, -como todas las religiones-, tiende a pintar de colores sus propias pedorretas. En su frikismo "espiritual" toman el pincel del "Espíritu Santo", y con su imaginación le ponen color a sus pedos anímicos. Lo que traducido quiere decir que la imaginación y la fantasía humana TAMBIÉN actúan sobre las cosas de la piedad. Y es que la mente humana aplicada a las cosas de Dios trae... religión y frikismo.

En todo caso, se dice que "hay que procurar con diligencia ver si estas cosas son así."

Por lo tanto, voy al grano. Con mucha diligencia he indagado en las Escrituras para ver si lo que el "hombre de Dios" dice es palabra de Dios o pura ventosidad pintada con su pincel neocarismático. No veo por ninguna parte que nadie diga que un espíritu tiene forma, sabor o se ha puesto chándal para ir jugar al tenis. Tampoco esto de que "algunos hablan y otros no", como si hubiera "espíritus tímidos" y otros charlatanes que hablan por los codos como mi tía Isodora, a quién por cierto se le ha muerto el marido recientemente. Naturalmente, tampoco veo por ninguna parte que sean "la causa de todos los pecados y enfermedades físicas y de origen psicológico", pues en tal caso los propios apóstoles del primer siglo tendrían muchos "malos espíritus" (cosa que no es cierta, ya que Él dijo "y vosotros estáis limpios"). Ningún cristiano en sus cabales imaginaría que los apóstoles no sufrieron un dolor de cabeza, una gripe, o una descomposición estomacal en toda su existencia después de aceptar el Evangelio. Ciertamente, hombres como Timoteo (colaborador del apóstol Pablo), sufrían diversas enfermedades. El propio Pablo sufría un extraño "aguijón en el cuerpo" y Dios no se lo extirpó... y, de nuevo, ningún "hombre de Dios" en sus cabales afirmaría que Pablo estuviera lleno de demonios.

En cambio, sí encontramos en las Escrituras que los espíritus malos tienen nombre y entran en aquella casa "barrida y aseada" en la que no mora el Perfecto Morador... pues el corazón humano está diseñado para acoger al Dios Vivo y para, así, VIVIR. Si en tu búsqueda interior no acojes al Buen Dios, los malos espíritus (demonios) hacen festín de ti y, tarde o temprano, MORIRÁS espiritualmente hablado. Así, la muerte espiritual conlleva muerte física pues el hombre es un todo: espíritu-cuerpo. Si el espíritu está enfermo, el cuerpo puede también infectarse, pues el hombre es un ser unívoco.

Pero de las coloridas ventosidades de nuestro "hombre de Dios" ya advirtió Santiago en su epístola:

Nadie que es tentado, diga: Soy tentado por Dios. Porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni Él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado cuando es atraído por la propia concupiscencia, y seducido.

... con la variante de que aquí el "hombre de Dios" neopentecostal le echa la culpa a los demonios de andar beodo todos los días en el bar de la esquina... o de ser acostarse con hombres... o de vivir sumido en la envidia. Para el chiflado neopentecostal, el demonio es un "bicho malo" que me obliga a emborracharme, y al que hay que echar "¡fuera!" a bocinazos.

Pero ese no es el órden para que los demonios huyan, sino:

1) AUTORIDAD y PRESENCIA de Dios. Estas vienen por Su Palabra.
2) Cuando la persona oye esa Palabra de poder, debe haber profundo y genuino ARREPENTIMIENTO, en y con el auxilio del Espíritu Santo.
3) Entonces se abre la puerta de la (tu) casa para que entre Aquel que está a la (tu) puerta, llamando.

Entonces los malos espíritus huyen... para no volver a morar allí.

Naturalmente, tú puedes seguir teniendo diarreas ocasionales, dolores de cabeza... e incluso osteosporosis y dolor de espalda. Todo ello por mucho que un "hombre de Dios" pinte sus malolientes pedos de colores y te los quiera dar a disfrutar como la más exquisita fragancia del mercado.

Un abrazo a los de puro corazón,
Ibero 2011

Kungens Ester · 22 Diciembre 2011

Re: Hurgando entre el Estiércol

Ibero......

Mi amado campesino,
cultivador de campos,
abonador de estiércol …
re-plantador de arboles que no dan fruto
… ya que te niegas a saludarme propiamente y personalmente y me ignoras olímpicamente… yo en cambio no tengo tal vergüenza y descaradamente (ya que los hermanos me han dicho que tengo demonio porque sigua fielmente a Cristo que me llevo a la Iglesia – ya que no les gusta ni quieren a la Iglesia y la odian – por su lógica yo tengo demonio…

... en fin…)
....te digo ahora ante Navidad que te mando un abrazo cálido lleno de cariño, de amor en Cristo y con una lagrima mas de todas que ya me cayeron cuando llegaste a llamarle a Cristo galleta… que cae por el amor que te (os) tengo…

También lloro una lágrima mas por el pendiente que se me cayó ayer… comprado tras mi confirmación en tu país y guardado con mucho cariño y ahora --- perdido… solo Dios sabe por qué. Ayer solo faltaba el cierre cuando se me cayo … lo puse en mi escritorio diciendo antes de dormirme “ojala encuentre la parte importante porque lo sabes Señor que me gusta” … y esta mañana me despierto y fuera esta también la parte delantera (el pendiente per se) --- se ha esfumado de mi escritorio y yo no sé porque… quizás no le gusto al Señor con “adornos”… quien sabe… - y ahora ante su Venida … me prepara… y me “pela”. No se… El sigue siendo un misterio para mi aunque Le amo… - y quien sabe…. Quizá solo hasta ahora he amado Su Santa Sombra pensando que era El pero dado veo tan mal (pensando que veo tan bien) me he confundido…
(ya sabes que las mujeres son de tal modo que cuando se sienten (como yo ahora) algo molestas porque intentan tomar contacto con alguien quien les ignora (como tu) empiezan de repente hablar sobre temas que nadie sabe porque lo hacen - (ni ellas saben)... y por tanto me salio el tema del pendiente... ya sabes.... mujeres....

De todos modos y de todas formas – te ama profundamente y en distancia tu hermana que te desea que no vuelves a llamar a nuestro Amado – galleta.
En Cristo y Feliz Navidad también a ti…

IBERO · 23 Diciembre 2011

Re: Hurgando entre el Estiércol

Kungens Ester dijo:
Ibero......

Mi amado campesino,
cultivador de campos,
abonador de estiércol …
re-plantador de arboles que no dan fruto
… ya que te niegas a saludarme propiamente y personalmente y me ignoras olímpicamente… yo en cambio no tengo tal vergüenza y descaradamente (ya que los hermanos me han dicho que tengo demonio porque sigua fielmente a Cristo que me llevo a la Iglesia – ya que no les gusta ni quieren a la Iglesia y la odian – por su lógica yo tengo demonio… ... en fin…)
....te digo ahora ante Navidad que te mando un abrazo cálido lleno de cariño, de amor en Cristo y con una lagrima mas de todas que ya me cayeron cuando llegaste a llamarle a Cristo galleta… que cae por el amor que te (os) tengo…

También lloro una lágrima mas por el pendiente que se me cayó ayer… comprado tras mi confirmación en tu país y guardado con mucho cariño y ahora --- perdido… solo Dios sabe por qué. Ayer solo faltaba el cierre cuando se me cayo … lo puse en mi escritorio diciendo antes de dormirme “ojala encuentre la parte importante porque lo sabes Señor que me gusta” … y esta mañana me despierto y fuera esta también la parte delantera (el pendiente per se) --- se ha esfumado de mi escritorio y yo no sé porque… quizás no le gusto al Señor con “adornos”… quien sabe… - y ahora ante su Venida … me prepara… y me “pela”. No se… El sigue siendo un misterio para mi aunque Le amo… - y quien sabe…. Quizá solo hasta ahora he amado Su Santa Sombra pensando que era El pero dado veo tan mal (pensando que veo tan bien) me he confundido…
(ya sabes que las mujeres son de tal modo que cuando se sienten (como yo ahora) algo molestas porque intentan tomar contacto con alguien quien les ignora (como tu) empiezan de repente hablar sobre temas que nadie sabe porque lo hacen - (ni ellas saben)... y por tanto me salio el tema del pendiente... ya sabes.... mujeres....

De todos modos y de todas formas – te ama profundamente y en distancia tu hermana que te desea que no vuelves a llamar a nuestro Amado – galleta.
En Cristo y Feliz Navidad también a ti…

Hola Ana,

Me reí un rato contigo; y sí, me alegro de verte por aquí con tus protestas altisonantes.

En cuanto al Cristo-galleta: querida Ana, no soy yo quién le llamo así, sino la religión católica en sus misas dominicales, en el mundo entero. ¿O acaso no convierten a Cristo en una galleta con sus tradiciones de hombres? Pero estas son las cosas típicas de las religiones y sus horribles cajas-ataúdes en las que enclaustran al Dios Vivo.

Como hartas veces te he dicho, y te he amado... Dios te ha llamado a Sí Mismo, no a los pedos de colores de ninguna religión.
Ibero 2011

PD: Puedes contactar conmigo al email que aparece en mis detalles del foro: [email protected]

rey pacifico · 23 Diciembre 2011

Re: Hurgando entre el Estiércol

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Nunca hay que dejar de lado la enseñanza de Dios.

Lucas 6:45
El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.

Eclesiastés 12:10

Procuró el Predicador hallar palabras agradables, y escribir rectamente palabras de verdad.

Kungens Ester · 23 Diciembre 2011

Re: Hurgando entre el Estiércol

IBERO dijo:
Hola Ana,

Me reí un rato contigo; y sí, me alegro de verte por aquí con tus protestas altisonantes.

En cuanto al Cristo-galleta: querida Ana, no soy yo quién le llamo así, sino la religión católica en sus misas dominicales, en el mundo entero. ¿O acaso no convierten a Cristo en una galleta con sus tradiciones de hombres? Pero estas son las cosas típicas de las religiones y sus horribles cajas-ataúdes en las que enclaustran al Dios Vivo.

Como hartas veces te he dicho, y te he amado... Dios te ha llamado a Sí Mismo, no a los pedos de colores de ninguna religión.
Ibero 2011

PD: Puedes contactar conmigo al email que aparece en mis detalles del foro: [email protected]

Ves – sabia yo…. Que iba a saber alegrar ese corazón tuyo con una buena risa y sonrisa… tu allí con tu máscara de gas de la primera guerra mundial intentando de teclearte un buen sermón (de lo cual no logras convencer a nadie) entre estiércol y pedos de color (mira donde han ido a caer los hombres ya – de pleno aburrimiento van y ponen colores a incluso eso)-

Ahora yo _ aunque soy muy atrevida cuando deseo desearte Felices Fiestas no soy para tanto de escribirte personalmente….

Soy una florecita dramáticamente CATOLICA y tímida… lo siento tener que decirlo…. y mi Papa del Cielo me planto en ese Jardín y yo no puedo replantarme… porque no quiero y menos tomar contacto privado con señores que hurgan entre estiércol – me da “cosita” y no tengo yo una máscara de gas para tal aventura.

Me hundo con el Barco o me mantengo a flote… - ese asunto serio de muerte o vida está en manos de mi Papi… y de mi Señor Galletita Le recibo felizmente… toda la vida… como dicen, y cuando puedo todos los días.

Pero a pesar de mi timidez en privado – en abierto en el foro – te mando mis abrazos de nuevo y mi alegría de haberte dado una ventana abierta con algo de aire y de risas para tu corazón alegre….que te den un paquete grande esta Navidad con un periscopio para que cuando salgas de tus estiércol puedas ver hasta el horizonte – donde me veras en Aurora…a mi felizmente dando brincos con María la Dorada… (La galleta).
Un nuevo abrazo
Anna

Vino Tinto · 23 Diciembre 2011

Re: Hurgando entre el Estiércol

jajajajajaja

Periscopio....jajajajajajaj

Un abrazo mi querida Ester!

Feliz navidad para Ud.

Kungens Ester · 23 Diciembre 2011

Re: Hurgando entre el Estiércol

Vino Tinto dijo:
jajajajajaja

Periscopio....jajajajajajaj

Un abrazo mi querida Ester!

Feliz navidad para Ud.

Esperando esperando esperando Navidad....
tambien te mando otro abrazo... y a todos mis hermanos/as...
Os quiere ...

En Cristo

Kungens Ester · 30 Diciembre 2011

Re: Hurgando entre el Estiércol

Ibero...dijiste:

Como hartas veces te he dicho, y te he amado... Dios te ha llamado a Sí Mismo, no a los pedos de colores de ninguna religión.
Ibero 2011

Terminando el año te vuelo a escribir acerca de esto…. POR SU PUESTO que me has amado… y yo a ti… tan profundamente que hemos – cada uno por su cuenta – dado su vida por los demás… y por el otro/otra.

Pero no confundas….
Religión es estudio… Jesucristo estudio… las Sagradas Escrituras… también.
Era judío sabes….
Parte de la RELIGION judía…
no te olvides con tus colorines…

y ya que me siento feliz ante lo que nos espera que esperamos ---
te mando un saludo también de un buen y santo año nuevo… lleno de (mas lleno si es posible) la presencia del Señor – nuestro Amado.

Anna 2011 tocando 2012

IBERO · 31 Diciembre 2011

Re: Hurgando entre el Estiércol

Kungens Ester dijo:
Ibero...dijiste:

Como hartas veces te he dicho, y te he amado... Dios te ha llamado a Sí Mismo, no a los pedos de colores de ninguna religión.
Ibero 2011

Terminando el año te vuelo a escribir acerca de esto…. POR SU PUESTO que me has amado… y yo a ti… tan profundamente que hemos – cada uno por su cuenta – dado su vida por los demás… y por el otro/otra.

Pero no confundas….
Religión es estudio… Jesucristo estudio… las Sagradas Escrituras… también.
Era judío sabes….
Parte de la RELIGION judía…
no te olvides con tus colorines…
y ya que me siento feliz ante lo que nos espera que esperamos ---
te mando un saludo también de un buen y santo año nuevo… lleno de (mas lleno si es posible) la presencia del Señor – nuestro Amado.

Anna 2011 tocando 2012

¿Estudio?

Cristo era el Dios de los judíos y conocía los textos, mas no porque se pasara día y la noche enteros dejándose los párpados en unos pergaminos, sino porque emanaban de Él, de Sus mismas entrañas, desde la eternidad. Él era el texto vivo. Siendo de 12 años maravillaba a los expertos religiosos. Esa maravilla no proviene del estudio ni de la razón, sino del Espíritu de Dios.

Él no ha llamado nunca a nadie a religiones, sino a la libertad de los Hijos de Dios por medio del Espíritu. Por esto murió y por esto resucitó. Para rescatar y libertar lo que era Suyo, lo que no debía perderse ni quedar en prisión. Él vino por aquellos que se congregarían a Él... y no hizo nada de lo que hizo ni dijo nada de lo que dijo para sustentar inventos de hombres artificiados según la mente carnal, de la cual tu dios-galleta es máximo exponente.

¡Buen año 2012, Ana, lleno de Su presencia, la cual es dicha para aquellos que la contemplan!

Kungens Ester · 31 Diciembre 2011

Re: Hurgando entre el Estiércol

IBERO dijo:
¿Estudio?

Cristo era el Dios de los judíos y conocía los textos, mas no porque se pasara día y la noche enteros dejándose los párpados en unos pergaminos, sino porque emanaban de Él, de Sus mismas entrañas, desde la eternidad. Él era el texto vivo. Siendo de 12 años maravillaba a los expertos religiosos. Esa maravilla no proviene del estudio ni de la razón, sino del Espíritu de Dios.

¡Buen año 2012, Ana, lleno de Su presencia, la cual es dicha para aquellos que la contemplan!

Jejejejejeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee.....

Pero .... que tenemos aqui?????

UN ROMANTICO... Ibero, Ibero Ibercito.... "párpados en unos pergaminos"...."sino porque emanaban de Él, de Sus mismas entrañas, desde la eternidad".... jejejejejeeeeeeeeeeeeeeeeee.... como dicen....

Como lo sabes Ibero.... estabas alli para verlo y saberlo?

Cuentame....
Y por su puesto --- llenos de Su Presencia dado Le contemplamos... a nuestra Amado (Pan de Vida).

En Cristo

IBERO · 1 Enero 2012

Re: Hurgando entre el Estiércol

"TORMENTO ETERNO E INMORTALIDAD DEL ALMA"

Paseándome esta mañana por el foro, encuentro un encendido debate sobre el "tormento eterno" (que probablemente ya sea la versión 7521.9 del mismo tema). Según los votos, el asunto está dividido. De hecho, en el momento de escribir esto, se mantiene en un perfecto 50/50; un "empate técnico" entre los que defensores del tormento eterno y los que se niegan a creer que un "Dios amoroso" atormente "eternamente" a nadie en base a "70 años" llenos de males en esta tierra.

Hace poco me decía una persona que lleva no pocos años en la luz de Cristo que un teólogo de su congregación (un "pastor") le estaba demostrando con las Escrituras en una serie de sermones dominicales que el alma NO es inmortal. La había "convencido." Me lo decía con los ojos muy abiertos, convencida de que alguien le había encendido una "luz en su oscuridad", como si le estuvieran descubriendo la telegrafía sin hilos. Se lo había demostrado con la Escritura. Me decía, "es que el alma no es inmortal"... como si le acabaran de demostrar que el Real Madrid perdió la Champions la temporada pasada. Yo la miraba un tanto alucinao, preguntándome sobre la importancia real de esas enseñanzas teológicas de la in/a-mortalidad del alma, y sobre todo preguntándome si alguno de los dos (a pesar de la profusión y chorreo de palabras) había rascado algo más que la superficie del tema implicado.

¿Tormento eterno? ¿Inmortalidad del alma?

El concepto implicado es, obviamente, el TIEMPO. Pues, ¿qué sentido tiene hablar de "tormento eterno" en una esfera sin tiempo, donde no hay concepto de años, ni días? ¿No estamos haciendo lo mismo que expresar conceptos de 3 dimensiones a los habitantes de una hoja de papel? El que vive en una hoja de papel no entiende que hay una "tercera dimensión , hacia arriba" ("arriba... ¿de dónde?")... a no ser que viva una experiencia real de la 3º dimensión. Las cosas que vemos escritas en las Escrituras, los que decían los apóstoles y profetas, es un lenguaje divino de "3 dimensiones" proyectado a una hoja de papel, que es nuestra hoja de papel, nuestro lenguaje humano en un tiempo y espacio determinados. El propio Cristo proyectaba Su luz de tres dimensiones en una hoja de papel de dos. Él Mismo, limitado al tiempo y al espacio y a un cuerpo mortal, expresando palabras de un Reino que no tiene tiempo, ni espacio, ni mortalidad; limitado asímismo por el entendimiento de sus discípulos ("si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?")

Así pues, en resumidas cuentas, estos debates son absurdos. La "teología" es el arte de construir una inútil torre de lo que no se ha visto ni experimentado. Es asombroso lo que un teólogo puede llegar a decir. El teólogo me habla del mundo de las 3 dimensiones sin vivir en él, ni verlo (los teólogos que viven en él y lo ven, abandonan inmediatamente la profesión, y si no que se lo pregunten al autor de Summa Theologiae). Así pues, vosotros, religiosos de la orbe, teólogos de uno y otro bando... tan seguros de vuestra fría ingeniería intelectual. Yo os pregunto, y os confronto. ¿Quién de vosotros ha sido transportado en el Espíritu a la eternidad? ¿Quién de vosotros, vendedores ambulantes de humo, habéis entrado en el "tiempo y espacio inexistentes", para desde allí conocer los detalles del infierno de las almas y de la condenación eterna, y del tormento, y del "humo que sube por los siglos", y de la "muerte primera" y de la "muerte segunda"?

No sois más que charlatanes luciendo chapa, la "Biblia". "Intérpretes" de la ley... según vuestra propia ley, y no la que es de Arriba. Patéticos cerebros de dos dimensiones (mente carnal) procurando atrapar un Reino inabarcable y sin límites (sólo conocible por la mente espiritual, en revelación del Espíritu de Dios).

Y así empezamos este año,
Ibero 2012

PD: ¿Me preguntas si creo en el tormento eterno y en la inmortalidad del alma? Creo en el "tormento eterno", sea lo que eso signifique en una realidad que no he visto, y que sólo puedo percibir en mi espíritu. Creo que el alma es el producto de juntar un espíritu y un cuerpo. En base a esto, creo en la "inmortalidad del espíritu" para todo ser humano (dioses sois), y en la inmortalidad del alma para los Hijos de Dios, pues sólo ellos tendrán un cuerpo nuevo (procurad la salvación de vuestras almas). Pero, de nuevo, no digo esto por revelación del 3º cielo.

Kungens Ester · 1 Enero 2012

Re: Hurgando entre el Estiércol

IBERO dijo:
"TORMENTO ETERNO E INMORTALIDAD DEL ALMA"

Paseándome esta mañana por el foro, encuentro un encendido debate sobre el "tormento eterno" (que probablemente ya sea la versión 7521.9 del mismo tema). Según los votos, el asunto está dividido. De hecho, en el momento de escribir esto, se mantiene en un perfecto 50/50; un "empate técnico" entre los que defensores del tormento eterno y los que se niegan a creer que un "Dios amoroso" atormente "eternamente" a nadie en base a "70 años" llenos de males en esta tierra.

Hace poco me decía una persona que lleva no pocos años en la luz de Cristo que un teólogo de su congregación (un "pastor") le estaba demostrando con las Escrituras en una serie de sermones dominicales que el alma NO es inmortal. La había "convencido." Me lo decía con los ojos muy abiertos, convencida de que alguien le había encendido una "luz en su oscuridad", como si le estuvieran descubriendo la telegrafía sin hilos. Se lo había demostrado con la Escritura. Me decía, "es que el alma no es inmortal"... como si le acabaran de demostrar que el Real Madrid perdió la Champions la temporada pasada. Yo la miraba un tanto alucinao, preguntándome sobre la importancia real de esas enseñanzas teológicas de la in/a-mortalidad del alma, y sobre todo preguntándome si alguno de los dos (a pesar de la profusión y chorreo de palabras) había rascado algo más que la superficie del tema implicado.

¿Tormento eterno? ¿Inmortalidad del alma?

El concepto implicado es, obviamente, el TIEMPO. Pues, ¿qué sentido tiene hablar de "tormento eterno" en una esfera sin tiempo, donde no hay concepto de años, ni días? ¿No estamos haciendo lo mismo que expresar conceptos de 3 dimensiones a los habitantes de una hoja de papel? El que vive en una hoja de papel no entiende que hay una "tercera dimensión , hacia arriba" ("arriba... ¿de dónde?")... a no ser que viva una experiencia real de la 3º dimensión. Las cosas que vemos escritas en las Escrituras, los que decían los apóstoles y profetas, es un lenguaje divino de "3 dimensiones" proyectado a una hoja de papel, que es nuestra hoja de papel, nuestro lenguaje humano en un tiempo y espacio determinados. El propio Cristo proyectaba Su luz de tres dimensiones en una hoja de papel de dos. Él Mismo, limitado al tiempo y al espacio y a un cuerpo mortal, expresando palabras de un Reino que no tiene tiempo, ni espacio, ni mortalidad; limitado asímismo por el entendimiento de sus discípulos ("si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?")

Así pues, en resumidas cuentas, estos debates son absurdos. La "teología" es el arte de construir una inútil torre de lo que no se ha visto ni experimentado. Es asombroso lo que un teólogo puede llegar a decir. El teólogo me habla del mundo de las 3 dimensiones sin vivir en él, ni verlo (los teólogos que viven en él y lo ven, abandonan inmediatamente la profesión, y si no que se lo pregunten al autor de Summa Theologiae). Así pues, vosotros, religiosos de la orbe, teólogos de uno y otro bando... tan seguros de vuestra fría ingeniería intelectual. Yo os pregunto, y os confronto. ¿Quién de vosotros ha sido transportado en el Espíritu a la eternidad? ¿Quién de vosotros, vendedores ambulantes de humo, habéis entrado en el "tiempo y espacio inexistentes", para desde allí conocer los detalles del infierno de las almas y de la condenación eterna, y del tormento, y del "humo que sube por los siglos", y de la "muerte primera" y de la "muerte segunda"?

No sois más que charlatanes luciendo chapa, la "Biblia". "Intérpretes" de la ley... según vuestra propia ley, y no la que es de Arriba. Patéticos cerebros de dos dimensiones (mente carnal) procurando atrapar un Reino inabarcable y sin límites (sólo conocible por la mente espiritual, en revelación del Espíritu de Dios).

Y así empezamos este año,
Ibero 2012

PD: ¿Me preguntas si creo en el tormento eterno y en la inmortalidad del alma? Creo en el "tormento eterno", sea lo que eso signifique en una realidad que no he visto, y que sólo puedo percibir en mi espíritu. Creo que el alma es el producto de juntar un espíritu y un cuerpo. En base a esto, creo en la "inmortalidad del espíritu" para todo ser humano (dioses sois), y en la inmortalidad del alma para los Hijos de Dios, pues sólo ellos tendrán un cuerpo nuevo (procurad la salvación de vuestras almas). Pero, de nuevo, no digo esto por revelación del 3º cielo.

Ibericito....
alguien te ha dicho que cada dia te pareces mas al Elege.... (bien a el particularmente le iban las cloacas...

).... pero dado tu sermón tan bello y tu confesion y tu forma de empezar este año.... te doy un regalito... para que puedas realizar tu "laboro".... mejor...

http://www.youtube.com/watch?v=ZYt8UL3X5ik

En Cristo

Kungens Ester · 1 Enero 2012

Re: Hurgando entre el Estiércol

No mejor … (ya sabes..... MUJERES

)
cambio de idea…
no te pareces a Elege…

....sino mas bien a Anton Tjechov…
un hombre que también le gusto montones de estiércol.

En una carta a una amiga – cuando ella le reprocho que era demasiado honesto y claro en su forma de describir los lados repugnantes de sus prójimos en sus obras…

Tjechov le acuerda que “el autor debe saber que los montones de estiércol tienen un rol decisivo en la naturaleza” (libremente traducido por mi….

)…

Bien Tjechov no era un cínico sino era contemplador… y por tanto los montones de estiércol no le interesaban porque eran montones de estiércol sino porque eran parte de la sociedad.
Y el querido Tjechov era un hombre que en sus escritos pedía y demandaba una honestidad total pero en su vida privada era un hombre que se negó a confesar que tenia tuberculosis (aunque era medico) y además tenía preferencia a las amantes y amigas ante una relación estable como el matrimonio…

En Cristo
Anna 2012

Kungens Ester · 2 Enero 2012

Re: Hurgando entre el Estiércol

Las bellas
[Cuento. Texto completo]
Anton Chejov

I
Recuerdo cómo, siendo colegial del quinto o sexto año, viajaba yo desde el pueblo de Bolshoi Krepkoi, de la región del Don, a Kostov, acompañando a mi abuelo. Era un día de agosto, caluroso y penosamente aburrido. A causa del calor y del viento, seco y cálido, que nos llenaba la cara de nubes de polvo, los ojos se nos pegaban y la boca se volvía reseca, uno no tenía ganas de mirar ni hablar ni pensar, y cuando el semidormido cochero, el ucranio Karpo, amenazando al caballo me rozaba la gorra con su látigo, yo no emitía ningún sonido en señal de protesta y sólo, despertándome de la modorra, escudriñaba la lejanía: ¿no se veía alguna aldea a través de la polvadera? Para dar de comer a los caballos nos detuvimos en Bjchi-Salaj, un gran poblado armenio, en casa de un rico aldeano, conocido de mi abuelo.
En mi vida había visto nada más caricaturesco que aquel armenio. Imagínese una cabecita rapada, de cejas espesas y sobresalientes, nariz de ave, largos y canosos bigotes y ancha boca desde la cual apunta una larga pipa de cerezo; esa cabecita está pegada torpemente a un torso flaco y encorvado, vestido con un traje fantástico: una corta chaqueta roja y amplios bombachos de color celeste claro; esta figura caminaba separando mucho los pies y arrastrando los zapatos, hablaba sin sacar la pipa de la boca y se comportaba con dignidad puramente armenia: no sonreía, abría desmesuradamente los ojos y trataba de prestar la menor atención posible a sus huéspedes.

En las habitaciones del armenio no había ni viento ni polvo, pero la atmósfera de la casa era tan desagradable, sofocante y tediosa como en la estepa y en el camino. Me recuerdo polvoriento y exhausto por el calor, sentado en el rincón sobre un baúl verde. Las paredes de madera sin pintar, los muebles y los pisos recubiertos de ocre expandían un olor a madera seca, quemada por el sol. En todas partes, por donde uno mirara, había moscas, moscas, moscas... El abuelo y el armenio conversaban a media voz acerca de las pasturas, el estiércol, las ovejas... Yo sabía que durante una hora entera iban a preparar el samovar, que mi abuelo emplearía no menos de una hora para tomar el té, que luego se echaría una siesta de dos o tres horas y que yo pasaría la cuarta parte del día esperando, después de lo cual volverían el calor, la polvareda y las sacudidas de la carreta. Al escuchar el murmullo de dos voces, se me figuraba que hacía ya mucho tiempo que yo estaba viendo al armenio, el armenio con la vajilla, las moscas, las ventanas, en las que pegaba el cálido sol, y que no las dejaría de ver sino en un futuro muy lejano y me dominaba entonces un odio a la estepa, al sol, a las moscas...
Una mujer ucrania, con un pañuelo en la cabeza, trajo la bandeja con vajilla y luego el samovar.

El armenio, sin prisa, salió al zaguán y gritó:

-¡Mashia! ¡Ven a servir el té! ¿Dónde estás? ¡Mashia!

Se oyeron unos pasos presurosos y entró una joven de unos dieciséis años, llevando un sencillo vestido de percal y un pañuelito blanco. Lavando la vajilla y sirviendo té, me daba la espalda y pude notar solamente que tenía un talle muy fino, que estaba descalza y que sus pequeños talones desnudos se escondían bajo unos pantalones que llegaban hasta el suelo.

El dueño me invitó a tomar el té. Al sentarme en la mesa, miré la cara de la joven, que me ofrecía el vaso, y de pronto sentí como si una ráfaga de viento sacudiera mi alma, borrando todas las impresiones del día, con su tedio y su polvo. Porque vi los encantadores rasgos del más hermoso de los rostros que jamás haya encontrado o soñado. Ante mí estaba una beldad, y lo comprendí a primera vista, como comprendo el relámpago.

Estoy dispuesto a jurar que Masha o, como la llamaba su padre, Mashia, era una verdadera belleza, mas no puedo demostrarlo. Ocurre a veces que las nubes se acumulan desordenadamente en el horizonte, y el sol, escondiéndose tras ellas, las pinta con todos los colores posibles: purpúreo anaranjado, dorado lila, rosado sucio; una nubecilla se parece a un monje, otra a un pez, otra más a un turco tocado con un turbante. El resplandor abarca la tercera parte del cielo; hace brillar la cruz de la iglesia y las ventanas de la mansión señorial; se refleja en el río y en las charcas; tiembla en los árboles; lejos, recortándose sobre el fondo iluminado, una bandada de patos silvestres vuela en busca de un lugar para pernoctar... El zagal, que va arreando vacas, el agrimensor, que atraviesa en carretela el dique: los señores que están de paseo: todos contemplan la puesta del sol y todos, sin excepción, encuentran que es terriblemente bella, pero nadie sabe ni podrá decir en qué consiste esta belleza.

No era yo solo quien encontraba bella a la joven armenia. Mi abuelo, un anciano de ochenta años, hombre duro e indiferente para las mujeres y las bellezas de la naturaleza, miró a Masha con cariño durante un minuto entero y preguntó:

-¿Es tu hija, Avet Nazárich?

-La hija, sí. Es mi hija -contestó el dueño.

-Linda señorita -alabó el abuelo.

Un pintor llamaría clásica y severa a la belleza de, aquella armenia. Era, precisamente, esa clase de belleza cuya contemplación, Dios sabe cómo, origina en uno la seguridad de ver facciones regulares, de que los cabellos, los ojos, la nariz, la boca, el cuello, el pecho y todos los movimientos del joven cuerpo se han fundido en un solo acorde íntegro y armónico, en el cual la naturaleza no se había equivocado ni en un ápice; no se sabe por qué, nosotros creemos que una mujer idealmente bella debe tener una nariz exactamente igual a la de Masha, recta y levemente encorvada, los mismos ojos, grandes y oscuros, las mismas pestañas largas, la misma mirada lánguida; que sus ondulados cabellos negros y sus cejas hacen el mismo juego con el blanco y delicado color de la frente y las mejillas, como el verde cañaveral con el apacible río. El blanco cuello de Masha y su pecho juvenil no están bien desarrollados aún, pero a uno le parece que para esculpirlos es necesario tener un enorme talento creador. Se la está mirando y poco a poco, invade el deseo de decirle hasta algo muy agradable, sincero, bello, tan bello como lo es ella misma.

Al principio me sentía ofendido y avergonzado por el hecho de que Masha no me prestaba ninguna atención y siempre miraba al suelo; me parecía que un aire especial, feliz y orgulloso, la separaba de mí y la ocultaba celosamente de mis miradas.

"Debe ser -pensé- porque estoy cubierto de polvo, quemado por el sol y porque no soy más que un mozalbete".

Pero luego, poco a poco, me olvidé de mí mismo y me abandoné por entero a sentir solamente su belleza. Ya no recordaba el tedio de la estepa ni la polvoreada; no oía el zumbido de las moscas, no percibía el sabor del té, sólo sentía que al otro lado de la mesa se hallaba una hermosa muchacha.

Percibía aquella belleza de una manera extraña. No eran deseos, ni entusiasmo, ni tampoco placer lo que Masha suscitaba en mí, sino una honda, aunque agradable, tristeza. Era una tristeza indefinida, vaga como un sueño. Sin saber por qué, sentía lástima por mí mismo, por mi abuelo, por el armenio y por la misma pequeña armenia, y experimentaba una sensación como si los cuatro hubiéramos perdido algo importante y necesario para la vida, algo que jamás volveríamos a encontrar. También mi abuelo se puso triste. Ya no hablaba de rastrojos ni de ovejas, sino callaba, pensativo, mirando a Masha de tiempo en tiempo.

Después del té el abuelo se acostó a dormir y yo salí de la casa y me senté en un escalón del pórtico. La casa, como todas las casas en Bajch-Salaj, estaba expuesta directamente al sol; no había árboles, ni toldos, ni sombra. El gran patio exterior del armenio, cubierto de armuelle y otras hierbas, a pesar del fuerte calor, se hallaba animado y hasta alegre. Detrás de una de las cercas que allá y acá cruzaban el patio, se realizaba la trilla. Alrededor de un poste, clavado en medio de la era, uncidos en fila y formando un solo radio, corrían doce caballos. Cerca de ellos caminaba un mozo ucranio vestido con un chaleco largo y amplios bombachos, quien hacía restallar el látigo y profería gritos, como si quisiera burlarse de los caballos y jactarse de su poder sobre ellos:

-¡A-a-a, malditos! A-a-a... ¡ya les voy a dar! ¿Tienen miedo?

Los caballos, bayos, blancos y pintos, sin comprender para qué los obligan a girar en el mismo lugar y a aplastar la paja del trigo, corrían de mala gana, como haciendo un gran esfuerzo, y agitaban las colas ofendidos. De bajo de sus cascos el viento levantaba nubes enteras de dorado tamo y las llevaba lejos, por encima de la empalizada. Junto a las altas y frescas hacinas se afanaban las mujeres con rastrillos y se movían los carros, más allá de las hacinas, en otro patio, corría alrededor del poste otra docena de parecidos caballos y otro ucranio, igual que el primero, hacía restallar el látigo y se burlaba de los caballos.

Los escalones en que me hallaba sentado estaban calientes; en algunos sitios del estrecho pasamanos y en los marcos de las ventanas el calor ablandaba el pegamento; bajo los peldaños y los postigos, en las angostas franjas de la sombra, se apretujaban insectos de color rojo. El sol me quemaba la cabeza, el pecho y la espalda; pero yo no lo notaba y sólo sentía el roce de los pies descalzos por los tablones del piso, en el zaguán, en las habitaciones. Después de retirar la vajilla, Masha bajó corriendo por los peldaños, alcanzándome con una ráfaga de aire, y se dirigió volando como un pájaro hacia una pequeña y ahumada construcción que debía ser cocina y de donde llegaba un olor a cordero asado y un enojado parloteo armenio.

Ella desapareció por la oscura puerta y en su lugar surgió en el umbral una vieja y encorvada armenia, de cara colorada, que vestía largos bombachos verdes. La vieja estaba enfadada y reñía a alguien. Pronto apareció Masha, enrojecida por el calor de la cocina y con un enorme pan negro sobre el hombro, inclinándose con gracia bajo el peso del pan, corrió a través del patio en dirección a la era, en un santiamén se coló por la cerca y envuelta en la nube del dorado polvillo, desapareció detrás de los carros. El ucranio que fustigaba a los caballos bajó el látigo y durante un minuto se quedó mirando, en silencio, hacia el lado de los carros; luego, cuando la muchacha volvió a aparecer junto a los caballos y saltó la cerca la siguió con la mirada y de repente gritó a los caballos de tal modo como si estuviera muy apenado:

-¡Ea, que los lleve el diablo!

Permanecí escuchando sin cesar los pasos de los pies descalzos y viéndola correr por el gran patio, con la cara seria, preocupada. Ora descendía corriendo los escalones, echándome viento, ora volaba a la cocina ora hacia la era, ora corría fuera del patio, de modo que yo apenas tenía tiempo de mover la cabeza para seguirla con la mirada.

Y cuanto más veces pasaba corriendo, con su belleza, ante mi vista, más fuerte se tornaba mi tristeza. Tenía lástima de mí mismo, de ella y del mozo ucranio que la seguía con su triste mirada cada vez que ella corría hacia los carros, a través de una nube de tamo. No sé si su belleza provocaba en mí la envidia, o lamentaba que la muchacha no fuese mía, ni nunca lo sería y que yo fuese un extraño para ella; o sentía vagamente que su rara belleza era casual, innecesaria, efímera; o, quizás, era mi tristeza aquel sentimiento especial que nace en el hombre al contemplar éste una verdadera belleza. ¿Quién lo sabe?

Las tres horas de espera pasaron inadvertidas. Me pareció que no había tenido suficiente tiempo para ver bien a Masha, cuando Karpo ya había ido al río, bañado el caballo y ya estaba enganchándolo: El mojado caballo resoplaba contento y golpeaba con los cascos. Karpo le gritaba: "¡atra-ás!" El abuelo se despertó. Masha empujó el portón y éste se abrió chirriando, nosotros subimos a la carreta y salimos del patio. Viajábamos en silencio, como si estuviéramos enojados.

Cuando al cabo de dos o tres horas, a lo lejos, se avistaron Rostov y Najicheván, Karpo, que durante todo el viaje había permanecido callado, se volvió por un instante hacia nosotros y dijo:

-¡Qué linda moza, la del armenio!

Y fustigó al caballo.

II

En otra oportunidad, siendo ya estudiante, me dirigía por ferrocarril al sur. Era el mes de mayo. En una de las estaciones, parece que fue entre Belgorod y Karkov, bajé del vagón para dar un paseo sobre el andén.

La sombra crepuscular había descendido ya sobre el pequeño jardín de la estación, el andén y el campo, el edificio de la estación ocultaba la puesta del sol, pero por las bocanadas superiores de humo que salía de la locomotora y que estaba teñido de un suave color de rosa, se notaba que el sol aún no se había puesto del todo.

Paseando por el andén, observé que la mayoría de los pasajeros caminaban y se detenían siempre junto a un coche de segunda clase, y lo hacían con una expresión que parecía señalar la presencia en el vagón de algún personaje célebre. Entre los curiosos que encontré cerca de este vagón se hallaba también mi compañero de viaje, un oficial de artillería, hombre inteligente, cordial y simpático, como todos aquellos con quienes me relacioné en el camino.

-¿Qué están mirando aquí? -le pregunté.

Sin responder, me señaló con los ojos una figura femenina. Era una joven de unos diecisiete o dieciocho años, vestida a la usanza rusa con la cabeza descubierta y con una pequeña mantilla negligentemente echada sobre un hombro; no era una pasajera del tren, sino, al parecer, la hija o la hermana del jefe de estación. De pie, junto a la ventanilla del coche, estaba conversando con una pasajera de cierta edad. Antes de darme cuenta de lo que estaba viendo, me invadió de repente la misma sensación que otrora había experimentado en la aldea armenia.

La joven era una notable belleza y de ello no teníamos duda ni yo ni los que la miraban junto conmigo.

Si tuviera que describir su físico por partes, como suele hacerse, debería de reconocer que lo único realmente bello que tenía la muchacha eran sus rubios, ondulados y espesos cabellos, que caían libremente sobre su espalda y sólo estaban sujetos en la cabeza con una cintita negra; todo lo demás era irregular o muy ordinario. Fuese por una manera especial de coquetear o por la miopía, tenía los ojos entornados; su nariz era tímidamente respingada; la boca, pequeña, su perfil, débilmente delineado; sus hombros eran demasiado estrechos para su edad y, sin embargo, la muchacha daba la impresión de ser una verdadera beldad. Mirándola pude convencerme de que un rostro ruso, para parecer bello, no necesita una rigurosa regularidad de facciones; más aún, si a la joven le hubieran cambiado su nariz respingona por otra, recta y plásticamente impecable, como la que tenía la pequeña armenia, su rostro, probablemente, hubiera perdido todo su encanto.

Parada junto a la ventanilla, la muchacha, al conversar, encogía los hombros a causa del aire fresco del anochecer, con frecuencia volvía la cabeza hacia nosotros, se ponía en jarras, alzaba sus manos para arreglar los cabellos, hablaba, reía, expresaba en su cara tan pronto sorpresa como terror y no recuerdo un solo instante en que su rostro y su cuerpo estuvieran quietos. Todo el secreto y el hechizo de su belleza consistían precisamente en estos pequeños e infinitamente graciosos movimientos en su sonrisa en el juego de su rostro, en las fugaces miradas que nos dirigía, en la conjunción de la fina elegancia de sus ademanes con la juventud, la frescura, la pureza del alma que se revelaban en su risa y en su voz, y con esa debilidad que tanto amamos en los niños, en los pájaros, en los jóvenes cierzos, en los jóvenes árboles.

Era una belleza de mariposa a la cual tan bien le queda el vals, el revoloteo por el jardín, la risa, la alegría, y la que no concuerda con una idea seria, ni con la tristeza, ni con la paz; y bastaría, al parecer, que un fuerte viento corriera por el andén o que cayera una lluvia para que el frágil cuerpo se marchitara de golpe y su caprichosa belleza se aventara como el polvillo de las flores.

-¡Sí-sí...! -murmuró suspirando el militar, cuando, después de la segunda campanada, nos dirigíamos a nuestro vagón.

En cuanto al significado de ese “sí-sí", no estoy en condiciones de definirlo.

Puede ser que estuviera triste y no tuviera ganas de abandonar a la bella joven y el crepúsculo primaveral para encerrarse en el sofocante ambiente del vagón; puede ser también que sintiera, igual que yo, una indefinible piedad por la bella, por sí mismo, por mí y por todos los pasajeros que lentamente, sin ganas, se encaminaban hacia sus coches. Al pasar delante de una ventana de la estación, tras la cual se hallaba sentado junto a su aparato el pálido y pelirrojo telegrafista, de cara descolorida y de pómulos salientes, el oficial suspiró y dijo:

-Apuesto que este telegrafista está enamorado de aquella linda. Vivir en medio del campo, bajo el mismo techo con esa celestial criatura y no enamorarse de ella estaría por encima de las fuerzas humanas. ¡Y qué desgracia, mi amigo, que burla resulta ser encorvado, desgreñado, grisáceo, decente y juicioso y enamorarse de esa muchacha linda y tontita que no le presta a uno ni la menor atención! O peor todavía: imagínese que este telegrafista está enamorado, pero al mismo tiempo es casado y que su mujer es tan encorvada, desgreñada y decente como él mismo... ¡Es una tortura!

Junto a nuestro vagón, apoyándose en el pasamanos de la plataforma, el guarda miraba hacia el lugar en que estaba la bella joven, y sus abotagados ojos y demacrado rostro, fatigado por las noches sin dormir y por el trajín del tren, expresaba ternura y profunda tristeza, como si en aquella muchacha viera su propia juventud, su felicidad, su pureza, su sobriedad, su mujer y sus hijos; miraba como si se estuviera arrepintiendo de algo y sintiendo con todo su ser que la muchacha no le pertenecía y que la común dicha humana, la de los pasajeros, resultaba tan inalcanzable para él -con su vejez prematura, su torpeza y su cara demacrada- como el cielo.

Sonó la tercera campanada, silbaron los pitos, y el tren se puso perezosamente en marcha. Ante nuestras ventanillas pasaron primero el guarda, el jefe de estación, luego el jardín y la bella moza con su maravillosa sonrisa infantil y pícara...

Asomándome por la ventanilla y mirando hacia atrás, la vi seguir con los ojos el tren, dar unos pasos por el andén ante la ventana del telegrafista, arreglar sus cabellos y correr al jardín. El edificio de la estación ya no obstaculizaba el panorama, y el campo hacia el lado occidental se mostraba abierto, pero el sol se había puesto ya y las negras bocanadas de humo se extendían por el verde terciopelo de los sembrados. Había tristeza tanto en el aire primaveral y en el oscurecido cielo, como en el vagón.

El conocido guarda entró en el vagón y se puso a encender las bujías.

FIN

Kungens Ester · 2 Enero 2012

Re: Hurgando entre el Estiércol

E Ibero… a cuanto lo que has escrito… debo darte la cortesía también de comentar tu texto y no solo como te percibo y darte regalitos para tu duro labor del estiércol…
...y por tanto voy a darte esa cortesía dado eres mi hermano que me has amado (lo cual es PASADO) …
y a lo cual también pierdo una lagrima mas de las todas que ya he perdido por ti y tu manía a las galletas…
por tanto y por ende vamos al grano….

Has dicho:
¿Tormento eterno? ¿Inmortalidad del alma?

El concepto implicado es, obviamente, el TIEMPO. Pues, ¿qué sentido tiene hablar de "tormento eterno" en una esfera sin tiempo, donde no hay concepto de años, ni días? ¿No estamos haciendo lo mismo que expresar conceptos de 3 dimensiones a los habitantes de una hoja de papel? El que vive en una hoja de papel no entiende que hay una "tercera dimensión , hacia arriba" ("arriba... ¿de dónde?")... a no ser que viva una experiencia real de la 3º dimensión. Las cosas que vemos escritas en las Escrituras, los que decían los apóstoles y profetas, es un lenguaje divino de "3 dimensiones" proyectado a una hoja de papel, que es nuestra hoja de papel, nuestro lenguaje humano en un tiempo y espacio determinados. El propio Cristo proyectaba Su luz de tres dimensiones en una hoja de papel de dos. Él Mismo, limitado al tiempo y al espacio y a un cuerpo mortal, expresando palabras de un Reino que no tiene tiempo, ni espacio, ni mortalidad; limitado asimismo por el entendimiento de sus discípulos ("si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?")

Ibero… hermano, en serio, honestamente… párate a pensar…
(jejejejejejeje… como dicen dentro de las limitaciones que nos pone la REALIDAD QUE CONOCEMOS donde también entra la que nombras – la espiritual donde percibes en tu alma lo que por tanto crees – tomento eterno y inmortalidad del alma

)…

Párate a pensar en lo que has dicho…
El concepto implicado es, obviamente, el TIEMPO. Pues, ¿qué sentido tiene hablar de "tormento eterno" en una esfera sin tiempo, donde no hay concepto de años, ni días?

Me sigues… ahora querido….
Veamos… a parte de primero hay que saber y ENTENDER lo que el concepto del Tiempo en toda su totalidad IMPLICA y significa … para llegar a solo la superficie del asunto… requiere algo mas…
requiere LA CONCIENCIA del hombre…
estar consciente del tiempo…
“su “progreso” y su realidad en la cual te mueves”.
Verdad que si mi querido…

Pues… si eso requiere… “la consciencia del tiempo” para ser consciente que “pasa y que te mueves en el” y eres una persona donde tu ser consiste de alma, espíritu y cuerpo – TODO PERSONAL E UNICO Y QUIEN ERES TU EN PARTICULAR…
esa persona que solo puede ser tu persona… cuando entras en la eternidad (y no estoy hablando de la inmortalidad dado que ser inmortal implica que es una prolongación a tu vida aquí y ahora que se prolonga una eternidad … un tiempo sin fin) ….?

Serás consciente o no?

¿Si no eres consciente de estar, ser o exististe tras la muerte corporal – en realidad puede existir entonces lo que podemos llamar VIDA ETERNA?

¡Verdad que no…!

Dicen los budistas –sabios

– que la muerte solo es un “cambio de consciencia”

– y con tal te dejo… te abandono como las ratas abandonan el barco que se hunde…

(como dicen)
...y por tanto empezamos el año nuevo no tan en paz y tranquilidad con o sin pedos de colores o estiércol que ves en tus hermanos
– como te imaginabas ---
sino debes de ahora también sufrir el saber que hay otra que HURGA…
- pero no tanto en estiércol sino mas preferible la mente de los amados… del Amado – la Galleta… como dicen.

Te quiere (NO pasado) tu hermana, debidamente En Cristo

Anna 2012

IBERO · 2 Enero 2012

Re: Hurgando entre el Estiércol

ACERCA DEL TIEMPO

Rebuscando entre estiércol, hoy nos topamos con esto:

“ENTENDER lo que el concepto del Tiempo en toda su totalidad IMPLICA y significa, requiere algo mas… requiere LA CONCIENCIA del hombre.”

(...)

Dicen los budistas que la muerte solo es un “cambio de consciencia”

Quizás me he expresado torpemente en el tema del “tormento eterno e inmortalidad del alma”. Intentaré superar mis limitaciones y enmendar el entuerto:

En mi escrito hablaba de “2” y “3” dimensiones. Entiendo por “2 dimensiones” lo propio del mundo terrenal, de lo que las Escrituras apuntan como “terrenal" o "mente carnal”. Entiendo por “3 dimensiones” lo propio del mundo celestial, que las Escrituras apuntan como “celestial" o "espiritual.”

El hombre es una fusión de un cuerpo que sólo asimila las 2 dimensiones (aquí nace y aquí se queda) con un espíritu que proviene de las 3 dimensiones. Sólo el espíritu del hombre puede conocer las 3 dimensiones por la sencilla razón de que el espíritu del hombre proviene de allí, y allí vuelve: “cuando el hombre muere, su cuerpo va al polvo, y su espíritu vuelve a Dios, de quién vino.”

Así, con el espíritu el hombre puede percibir que existe un mundo de “3 dimensiones”, pero a su porción de “2 dimensiones” no le resulta cómodo relacionarse con cosas ajenas a su ámbito de conocimiento. Sus 2 dimensiones comprenden su cuerpo y una razón afectada por la desobediencia y la rebelión.

Tu cuerpo terrenal y tu mente terrenal (tus “2 dimensiones”) sólo conocen la hoja de papel; se mueven entre sus estrechos márgenes, y cuando les hablan de términos provenientes de un mundo tridimensional, sencillamente no pueden asimilarlo. Por ello, las cosas de la piedad sólo pueden comprenderse en el espíritu del hombre, y desde allí bajan (aunque otros dirían que “suben”) a las potencias propias del cuerpo (razón, voluntad, memoria). Sólo el espíritu el hombre puede re-conocer ese mundo de 3 dimensiones. Naturalmente, mi espíritu lo hace, aunque a mis 2 dimensiones le parezca una “completa locura”... y con razón.

Ahora, todo cuanto Cristo enseña proviene de las "3 dimensiones." Puede y de hecho tienen aplicación en mis 2 dimensiones (pues el Evangelio es eminentemente práctico) pero los "principios", "leyes" y "dichos" de Cristo pertenecen a una mente y una dimensión distinta, una dimensión espiritual y celestial. Así las cosas, cuando llegan a oídos del hombre conceptos tales como “vida eterna” y “tormento eterno”, estos tienen el sentido propio que las 3 dimensiones dan a “vida eterna” y “tormento eterno”.

Yo no puedo asimilar la "eternidad" de las 3 dimensiones con mi razón de las 2 dimensiones. Cuando me hablan de eternidad mi cerebro enseguida lo relaciona con “mucho, mucho tiempo.” Pero la eternidad no es “mucho” ni “poco”. Es otra cosa. Los Evangelios están llenos de esto. En el mundo de las 3 dimensiones, “poco” es “mucho” y “mucho” es “poco”. “Pequeño” es “grande” y “grande” es “pequeño”. “Pobre” es “rico”, y “rico” es “pobre”.

Por ello dije que si los teólogos tuvieran experiencia verdadera del Cielo, experiencia en su espíritu, dejarían su inútil profesión. Sin ir más lejos, eso hizo Tomás de Aquino, un profesional, el mayor teólogo de la historia del mundo. Cuando, al final de su existencia le fue dado conocer en su espíritu un breve instante de verdadero conocimiento, dio por inútil todo cuanto había escrito (y escribió bastante). Ese habitante de la hoja de papel vio la Luz, fue iluminado en su espíritu por las "3 dimensiones". Si los que hablan como si supieran algo, conocieran en su espíritu un sólo instante una mota de polvo de las 3 dimensiones... entonces comprenderían que dedicar su vida a explicar las “grandes cosas” de las 3 dimensiones basándose sólo en lo que la razón humana de 2 dimensiones puede asimilar es una perfecta pérdida de tiempo. Un sólo segundo de conocimiento en las 3 dimensiones superan 1000 años del conocimiento de los habitantes de la hoja de papel y su entendimiento racional de las cosas que pertenecen a las 3 dimensiones.

Algunas personas con el cerebro desconectado de la realidad (enfermas, en coma, etc.) tienen experiencias en el espíritu. De hecho, las experiencias de personas cuyo cerebro ha dejado de funcionar por alguna razón y luego ha vuelto a funcionar dan testimonio de que, libres de la atadura de las potencias del cuerpo, han tenido experiencias en su espíritu para las que no existen palabras en estas 2 dimensiones con la que poder explicarlas en su plenitud.

Ciertamente Dios también ha dado experiencias así a muchos cuyo cerebro no se ha “desconectado.” Probablemente el 100% de los creyentes (y un buen porcentaje de incrédulos también) ha tenido en algún momento de su vida experiencias de las 3 dimensiones que las 2 dimensiones no pueden asimilar ni comprender.

En esto contesto a estas ideas un tanto raras sobre el "tiempo." Mi querida Ana (la "sueca"), asevera en boca de los budistas que el tiempo es un “tipo de conciencia." Pero no es cierto. El tiempo no depende de mi conciencia. El tiempo ES, pues aunque no existiera vida en el universo seguiría existiendo la LEY del tiempo. Habría un “principio” y un “final.” Un día en Júpiter seguiría durando lo mismo, y en la Tierra el sol saldría y se pondría, y el día y la noche durarían lo mismo, una rotación completa del planeta, aunque no hubiera un ser humano para dividirlo y darle medida horaria. El Universo seguiría sujeto a leyes... también a la ley del tiempo. Como está escrito, “el tiempo está prefijado” (Hch 17:26). Así que el tiempo no es algo que dependa de mi “conciencia”, sino que mi conciencia y mi ser “detectan” ese tiempo que ya existe. No sólo lo detectan, sino que existimos EN el tiempo, y no podemos cambiarlo ni escapar de él. Vivo en la corriente del tiempo, navego en ese tiempo. Ahora, es cierto que puedo tener una conciencia de ese tiempo, pero no deja de ser una percepción más o menos correcta o distorsionada de un hecho objetivo: que el tiempo es una LEY, independiente de mí, y no soy yo (al estilo aristotélico) el que prefija el tiempo. Igualmente, el tiempo no es sólo un concepto que sólo atañe al hombre, pues los animales también tienen concepto de tiempo, pues viven también EN el tiempo, y marcan su ritmo biológico conforme a él.... el sol sale y se pone en la noche, y las micro y macro estaciones rigen su existencia.

El tiempo, pues, es el tesoro de nuestra existencia en esta tierra, el mayor tesoro... y allí donde invierto mi tiempo, allí está mi amor. Así pues, no lo desperdicies discutiendo si los ángeles tienen pene o vagina cuando en tu vida te has visto cara a cara con uno.

Ibero 2012

Hurgando entre el Estiércol

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No con ejército,ni con fuerza,sino con mi Espíritu

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Ibero de Iberia

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Ibero de Iberia

No con ejército,ni con fuerza,sino con mi Espíritu

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Expulsado

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Ibero de Iberia

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Ibero de Iberia

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Ibero de Iberia