Re: Hurgando entre el Estiércol
y en el caso del reino espiritual lo es aun mas, (cuando toda experiencia ajena a la dimensión, en la q nuestros cuerpos se mueven y q nuestro paso por ella ha provocado q se le den nombres) recibe un nombre diferente por parte de cada uno de los q han descubierto "la llave" para entrar y salir de ella, nombre q solo es una aproximación personal de experiencias terrenas previamente nombradas???
. Coincido bastante con tu percepción del Reino (una tercera dimensión, por nombrarlo humanamente) y el lenguaje propio de las diferentes dimensiones. De hecho, en mis torpes palabras, sin mucho estudio, he intentado en algun epigrafe explicarme, y me estremece gratamente encajar en este, mejor educado, argumento. No es, ciertamente, la dialéctica el motivo de el 80% de las diferencias humanas???ACERCA DEL TIEMPO
Rebuscando entre estiércol, hoy nos topamos con esto:
Quizás me he expresado torpemente en el tema del “tormento eterno e inmortalidad del alma”. Intentaré superar mis limitaciones y enmendar el entuerto:
En mi escrito hablaba de “2” y “3” dimensiones. Entiendo por “2 dimensiones” lo propio del mundo terrenal, de lo que las Escrituras apuntan como “terrenal" o "mente carnal”. Entiendo por “3 dimensiones” lo propio del mundo celestial, que las Escrituras apuntan como “celestial" o "espiritual.”
El hombre es una fusión de un cuerpo que sólo asimila las 2 dimensiones (aquí nace y aquí se queda) con un espíritu que proviene de las 3 dimensiones. Sólo el espíritu del hombre puede conocer las 3 dimensiones por la sencilla razón de que el espíritu del hombre proviene de allí, y allí vuelve: “cuando el hombre muere, su cuerpo va al polvo, y su espíritu vuelve a Dios, de quién vino.”
Así, con el espíritu el hombre puede percibir que existe un mundo de “3 dimensiones”, pero a su porción de “2 dimensiones” no le resulta cómodo relacionarse con cosas ajenas a su ámbito de conocimiento. Sus 2 dimensiones comprenden su cuerpo y una razón afectada por la desobediencia y la rebelión.
Tu cuerpo terrenal y tu mente terrenal (tus “2 dimensiones”) sólo conocen la hoja de papel; se mueven entre sus estrechos márgenes, y cuando les hablan de términos provenientes de un mundo tridimensional, sencillamente no pueden asimilarlo. Por ello, las cosas de la piedad sólo pueden comprenderse en el espíritu del hombre, y desde allí bajan (aunque otros dirían que “suben”) a las potencias propias del cuerpo (razón, voluntad, memoria). Sólo el espíritu el hombre puede re-conocer ese mundo de 3 dimensiones. Naturalmente, mi espíritu lo hace, aunque a mis 2 dimensiones le parezca una “completa locura”... y con razón.
Ahora, todo cuanto Cristo enseña proviene de las "3 dimensiones." Puede y de hecho tienen aplicación en mis 2 dimensiones (pues el Evangelio es eminentemente práctico) pero los "principios", "leyes" y "dichos" de Cristo pertenecen a una mente y una dimensión distinta, una dimensión espiritual y celestial. Así las cosas, cuando llegan a oídos del hombre conceptos tales como “vida eterna” y “tormento eterno”, estos tienen el sentido propio que las 3 dimensiones dan a “vida eterna” y “tormento eterno”.
Yo no puedo asimilar la "eternidad" de las 3 dimensiones con mi razón de las 2 dimensiones. Cuando me hablan de eternidad mi cerebro enseguida lo relaciona con “mucho, mucho tiempo.” Pero la eternidad no es “mucho” ni “poco”. Es otra cosa. Los Evangelios están llenos de esto. En el mundo de las 3 dimensiones, “poco” es “mucho” y “mucho” es “poco”. “Pequeño” es “grande” y “grande” es “pequeño”. “Pobre” es “rico”, y “rico” es “pobre”.
Por ello dije que si los teólogos tuvieran experiencia verdadera del Cielo, experiencia en su espíritu, dejarían su inútil profesión. Sin ir más lejos, eso hizo Tomás de Aquino, un profesional, el mayor teólogo de la historia del mundo. Cuando, al final de su existencia le fue dado conocer en su espíritu un breve instante de verdadero conocimiento, dio por inútil todo cuanto había escrito (y escribió bastante). Ese habitante de la hoja de papel vio la Luz, fue iluminado en su espíritu por las "3 dimensiones". Si los que hablan como si supieran algo, conocieran en su espíritu un sólo instante una mota de polvo de las 3 dimensiones... entonces comprenderían que dedicar su vida a explicar las “grandes cosas” de las 3 dimensiones basándose sólo en lo que la razón humana de 2 dimensiones puede asimilar es una perfecta pérdida de tiempo. Un sólo segundo de conocimiento en las 3 dimensiones superan 1000 años del conocimiento de los habitantes de la hoja de papel y su entendimiento racional de las cosas que pertenecen a las 3 dimensiones.
Algunas personas con el cerebro desconectado de la realidad (enfermas, en coma, etc.) tienen experiencias en el espíritu. De hecho, las experiencias de personas cuyo cerebro ha dejado de funcionar por alguna razón y luego ha vuelto a funcionar dan testimonio de que, libres de la atadura de las potencias del cuerpo, han tenido experiencias en su espíritu para las que no existen palabras en estas 2 dimensiones con la que poder explicarlas en su plenitud.
Ciertamente Dios también ha dado experiencias así a muchos cuyo cerebro no se ha “desconectado.” Probablemente el 100% de los creyentes (y un buen porcentaje de incrédulos también) ha tenido en algún momento de su vida experiencias de las 3 dimensiones que las 2 dimensiones no pueden asimilar ni comprender.
En esto contesto a estas ideas un tanto raras sobre el "tiempo." Mi querida Ana (la "sueca"), asevera en boca de los budistas que el tiempo es un “tipo de conciencia." Pero no es cierto. El tiempo no depende de mi conciencia. El tiempo ES, pues aunque no existiera vida en el universo seguiría existiendo la LEY del tiempo. Habría un “principio” y un “final.” Un día en Júpiter seguiría durando lo mismo, y en la Tierra el sol saldría y se pondría, y el día y la noche durarían lo mismo, una rotación completa del planeta, aunque no hubiera un ser humano para dividirlo y darle medida horaria. El Universo seguiría sujeto a leyes... también a la ley del tiempo. Como está escrito, “el tiempo está prefijado” (Hch 17:26). Así que el tiempo no es algo que dependa de mi “conciencia”, sino que mi conciencia y mi ser “detectan” ese tiempo que ya existe. No sólo lo detectan, sino que existimos EN el tiempo, y no podemos cambiarlo ni escapar de él. Vivo en la corriente del tiempo, navego en ese tiempo. Ahora, es cierto que puedo tener una conciencia de ese tiempo, pero no deja de ser una percepción más o menos correcta o distorsionada de un hecho objetivo: que el tiempo es una LEY, independiente de mí, y no soy yo (al estilo aristotélico) el que prefija el tiempo. Igualmente, el tiempo no es sólo un concepto que sólo atañe al hombre, pues los animales también tienen concepto de tiempo, pues viven también EN el tiempo, y marcan su ritmo biológico conforme a él.... el sol sale y se pone en la noche, y las micro y macro estaciones rigen su existencia.
El tiempo, pues, es el tesoro de nuestra existencia en esta tierra, el mayor tesoro... y allí donde invierto mi tiempo, allí está mi amor. Así pues, no lo desperdicies discutiendo si los ángeles tienen pene o vagina cuando en tu vida te has visto cara a cara con uno.
Ibero 2012
y en el caso del reino espiritual lo es aun mas, (cuando toda experiencia ajena a la dimensión, en la q nuestros cuerpos se mueven y q nuestro paso por ella ha provocado q se le den nombres) recibe un nombre diferente por parte de cada uno de los q han descubierto "la llave" para entrar y salir de ella, nombre q solo es una aproximación personal de experiencias terrenas previamente nombradas???