Re: Hurgando entre el Estiércol
EL DESTRUCTOR
Entre el estiércol, hallamos hoy...
¿El sábado es un mandato que los apóstoles hayan mencionado? ¿Lo observaban?
Hay un Destructor de almas ahí afuera que se dedica a su trabajo concenciudamente; pasito a pasito, detalle a detalle. Él humilla al soberbio y exalta al humilde... por dentro. Pues en el corazón toma lugar la verdadera existencia, ahí se desenvuelve. Ahí, en los secretos y recovecos del corazón de cada uno, toma lugar la gesta, el desafío, la enorme batalla que es la existencia humana. Y el Destructor no "destruye" para dejarte en ruinas. Destruye para darte lo Mejor, porque lo nuestro, nuestro kiosko (la vanidad del mundo y la apariencia de la vida, y la futilidad de la fuerza humana) son cosas que pasan, que no perviven.
Tenemos recia voluntad. Todo pende de tu nivel de tozudez. Los hay que nunca se cansan de la ruina que es la vida sin Cristo, y muchos mueren creyendo que procurando ser "mejores personas" van a sacar algo en claro. Salvan las ballenas, se meten a Cáritas o reciclan adecuadamente. Se creen "buenas personas." De hecho, la mayoría acaba sus días así. "Salvándose a sí mismos." Siendo "buenos". "Mejor que.... mi vecino... mis padres... mis amigos... los judíos." (Es que el vecino es "malo", pero mira que yo soy "bueno", por esto, esto y esto...)
Hay otros que permiten que el Destructor (al que los no creyentes denominan "la vida") les tire abajo el chiringuito. De esa ruina y agonía espiritual que es la existencia humana sin Dios (es decir en un estado interior "quebrantado" y "humillado") algunos (ah, qué pocos) como palpando, buscan un Salvador para su alma... y lo encuentran, pues: "el que busca, halla, y al que llama, se le abrirá."
¿Recuerdas?
Hay un Salvador como solución integral al dilema que soy yo, y al dilema que eres tú, y al dilema que es la existencia de la vecina petarda de al lado. Él está siempre a la puerta, "llamando." Y lo que hace es llamarte a Sí Mismo... a un terreno privado, una esfera de protección absoluta donde nadie entra, ni la "iglesia", ni la "organización", ni la "gente." En definitiva, una intimidad genial donde eres tú y Él-creador, en armonía perfecta, en un vínculo de Amor apasionado donde Él llama a Sí Mismo, un Deleite inefable.
Y cuando oyes que Él te llama por tu nombre, (como esa Voz que todo lo pide y ocupa) es donde yo digo que se requieren más agallas que palabras... ante Él se prueba el temple de los hombres porque ante Él ninguno es justificado por sus propias obras y todos andamos desnudos. Cuando escuchan Su Voz, muchos giran la cabeza hacia otro lado, se tapan los oídos, cierran los ojos. No quieren dar su brazo a torcer. "Yo me basto a mí mismo, muchas gracias."
Y la "vida", en Su Amor y Misericordia, sigue apretando las tuercas...
¿Ser "bueno"?
Ese camino, el de la moral, es puro fracaso. Es una senda cerrada y sellada por el Hijo de Dios y por la historia de los hombres. El hombre no da la talla. No hay fuerzas en el Universo suficientes para ser "buenos". Sólo hay Uno que lo es, y el Padre de Todo lo ha aceptado como tal... y quiere vivir en ti, en armonía contigo (Él hace la guerra para que firmes un tratado de paz; si no lo firmas, pasará por encima).
Él es la Vida más sencilla, libre y apasionada del Universo... sólo piensa un momento lo impresionante que es este Dios que ha creado el sexo, los agujeros negros y los amaneceres, el que insultó en la cara a los religiosos que pretendían salvarse a sí mismos "cumpliendo la Ley" y "siendo mejores personas"... mejores que el vecino, que su padre, que su amigo.
Religiosos no muy diferentes a ti, porque, querido mío, todos tenemos una religión muy bien establecida, hasta que Él viene y te destrona con el fuego de Su Inconfundible Amor. Sólo el Amor te salvará... y serán tus propias palabras (ese edificio que construimos en contra de Él y de Su conocimiento) las que te condenarán.
Ya dijo Él todo esto cuando paseó entre nosotros, y yo, hago memoria de ello.
En Cristo, naturalmente.
Amor,
Ibero 2012