Re: GUIA FACIL PARA COMPROBAR 1844
Estimado ernesto gil. Saludos cordiales.
Frente a la pregunta que te hice:
Ahora te pregunto: ¿Mintió eduardo martínez rancaño cuando señaló que Jesús regresó en el año 70 d. C.?
¿Si? ---- ¿No?
Tu silencio al respecto indica que sí mintió al señalar que Jesús regresó en el año 70 d. C.
Frente a este triste panorama tuyo, de ser seguidor de engañadores y mentirosos, doy respuesta a lo que no te deja dormir.
"Dios no le da a ningún hombre un mensaje de que pasarán cinco o diez, o veinte años antes de que concluya la historia de esta tierra".
Humanamente no podemos saber el "día ni la hora" del regreso de nuestro Señor, esta información reservada le pertenece al Padre Celestial, y Él lo revelará a sus siervos los profetas.
"Porque no hará nada el Señor Jehová, sin que revele su secreto á sus siervos los profetas". (Amós 3.7) (Ya sabes lo de los 144000.)
Guillermo Miller estudió la Palabra de Dios, especialmente las profecías de Daniel y llegó a la conclusión de que Jesús regresaba al fin de los 2300 años.
Como no pudiste probar que él anunció el día y la hora, ahora vienes con estos sofismas propios de lo que tu mente te señala.
Es cierto que Miller predicó el mensaje que el Señor le otorgó a través de su Palabra y usó muy bien su talento.
"
Como el novio tardaba, cabecearon todas y se durmieron.
Y a la medianoche se oyó un clamor: "¡Aquí viene el novio, salid a recibirlo!" Mateo 25:5,6.
"Aunque la visión tarda en cumplirse,
se cumplirá a su tiempo, no fallará.
Aunque tarde, espérala,[
porque sin duda vendrá, no tardará."
Habacuc 2:3
Aunque... tarda en cumplirse: La referencia al tiempo señalado para el cumplimiento de los anuncios proféticos es frecuente en el libro de Daniel (cf. Dn 8.19,26; 10.14; 11.27).
Aunque tarde, espérala: Heb 10.13; 2 P 3.8-10.
“La profecía que parecía revelar con mayor claridad el tiempo del segundo advenimiento, era la de Daniel 8:14: ’Hasta dos mil y trescientas tardes y mañanas; entonces será purificado el Santuario.’ (V. M.) Siguiendo la regla que se había impuesto, de dejar que las Sagradas Escrituras se interpretasen a sí mismas, Miller llegó a saber que un día en la profecía simbólica representa un año (Números 14:34; Ezequiel 4:6); vio que el período de los 2.300 días proféticos, o años literales, se extendía mucho más allá del fin de la era judaica, y que por consiguiente no podía referirse al santuario de aquella economía. Miller aceptaba la creencia general de que durante la era cristiana la tierra es el santuario, y dedujo por consiguiente que la purificación del santuario predicha en Daniel 8:14 representaba la purificación de la tierra con fuego en el segundo advenimiento de Cristo. Llegó pues a la conclusión de que si podía encontrar el punto de partida de los 2.300 días, sería fácil fijar el tiempo del segundo advenimiento. Así quedaría revelado el tiempo de aquella gran consumación, [...].”
“Había un punto importante en la visión del capítulo octavo, que no había sido explicado, a saber, el que se refería al tiempo: el período de los 2.300 días; por consiguiente, el ángel, reanudando su explicación, se espacia en la cuestión del tiempo:
“ ‘Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad. ... Sepas pues y entiendas, que desde la salida de la palabra para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; tornaráse a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, y no por sí. ... Y en otra semana confirmará el pacto a muchos, y a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda.’ (Daniel 9:24-27).
“El ángel había sido enviado a Daniel con el objeto expreso de que le explicara el punto que no había logrado comprender en la visión del capítulo octavo, el dato relativo al tiempo: ‘Hasta dos mil y trescientas tardes y mañanas; entonces será purificado el Santuario.’ Después de mandar a Daniel que ‘entienda’ ‘la palabra’ y que alcance inteligencia de ‘la visión’, las primeras palabras del ángel son: ‘Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad.’ La palabra traducida aquí por ‘determinadas’, significa literalmente ‘descontadas.’ El ángel declara que setenta semanas, que representan 490 años, debían ser descontadas por pertenecer especialmente a los judíos. ¿Pero de dónde fueron descontadas? Como los 2.300 días son el único período de tiempo mencionado en el capítulo octavo, deben constituir el período del que fueron descontadas las setenta semanas; las setenta semanas deben por consiguiente formar parte de los 2.300 días, y ambos períodos deben comenzar juntos. El ángel declaró que las setenta semanas datan del momento en que salió el edicto para reedificar a Jerusalén. Si se puede encontrar la fecha de aquel edicto, queda fijado el punto de partida del gran período de los 2.300 días.
“El decreto se encuentra en el capítulo séptimo de Esdras. (Vers. 12-26) Fue expedido en su forma más completa por Artajerjes, rey de Persia, en el año 457 ant. de J. C. [...].
“ ‘Desde la salida de la palabra para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas’ – es decir sesenta y nueve semanas, o sea 483 años. El decreto de Artajerjes fue puesto en vigencia en el otoño del año 457 ant. de J. C. Partiendo de esta fecha, los 483 años alcanzan al otoño del año 27 de J. C. [...] Entonces fue cuando esta profecía se cumplió. La palabra ‘Mesías’ significa ‘ el Ungido’. En el otoño del año 27 de J. C., Cristo fue bautizado por Juan y recibió la unción del Espíritu Santo. [...].
“ ‘Y en otra semana confirmará el pacto a muchos.’ La semana de la cual se habla aquí es la última de las setenta. Son los siete últimos años del período concedido especialmente a los judíos. Durante ese plazo que se extendió del año 27 al año 34 de J. C., Cristo, primero en persona y luego por intermedio de sus discípulos, presentó la invitación del Evangelio especialmente a los judíos. [...].
“ ‘A la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda.’ El año 31 de J. C., tres años y medio después de su bautismo, nuestro Señor fue crucificado. [...].
“Hasta aquí cada uno de los detalles de las profecías se ha cumplido de una manera sorprendente, y el principio de las setenta semanas queda establecido irrefutablemente en el año 457 ant. de J. C. y su fin en el año 34 de J. C. Partiendo de esta fecha no es difícil encontrar el térnimo de los 2.300 días. Las setenta semanas – 490 días – descontadas de los 2.300 días, quedan 1.810 días. Contando desde 34 de J. C., los 1.810 años alcanzan al año 1844. Por consiguiente los 2.300 días de Daniel 8:14 terminaron en 1844. Al fin de este gran período profético, según el testimonio del ángel de Dios, ‘el santuario’ debía ser ‘purificado.’ De este modo la fecha de la purificación del santuario – la cual se creía universalmente que se verificaría en el segundo advenimiento de Cristo – quedó definitivamente establecida.”
Es cierto que Miller se equivocó al aplicar la purificación del santuario a la tierra, pero no en relación al magno acontecimiento señalado por Daniel 8:14, no hubo engaño. La visiones y los datos cronológicos de Daniel han quedado confirmados, y el mismo Simon Luzzato, rabino supremo veneciano, tuvo que reconocer "que si los doctores judíos se dedicasen a una larga y honda investigación sobre Daniel 9 llegarían probablemente a ser ellos cristianos; pues no se podía negar que según las indicaciones cronológicas de Daniel el Mesías debía haber venido ya" Wolf, Biblioteca Hebr. III, 1228. Las fechas 457 a.C. hasta 34 d.C. descansan sobre fundamento de roca, principalmente sobre el año de muerte del Redentor. Pero estos 490 años son contados de los 2300 y son la primera parte de éstos, por consiguiente deben éstos también empezar antes de Cristo y contando desde aquella fecha 2300 años llegaríamos al año 1843-1844. O si cercenamos en 490 años de los 2300 años quedan 1810 años los que contados desde 34 d.C., punto final de los 490 años, nos dan por resultado el año 1844, año en que ha de empezar la consagración o justificación del santuario celestial y la hora del juicio sobre al casa de Dios. ¿Pero se reconoció acaso ese hecho en el Libro de Daniel y se proclamó acaso la hora del juicio según Apocalipsis 14:3-8?
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.