@Jorge Enrique. Otro detalle a tener en cuenta en el evangelio según Lucas, es que quienes indica fueron llenos del Espíritu Santo, Zacarías y Elisabet, ambos, eran justos ante Dios, y cumplían los mandatos y leyes ante el Señor, de tal manera que nadie los podía tachar de nada.
Lc 1:6 Y eran ambos justos delante de Dios, andando sin reprensión en todos los mandamientos y estatutos del Señor.
Si leemos con atención, nos daremos cuenta de que, cuando nos indica Lucas que fueron llenos del Espíritu Santo, no menciona la gracia, no menciona el favor de Dios, sino que simplemente indica que fueron llenos del Espíritu Santo. ¿Y por qué pudieron ser llenos del Espíritu Santo? Lo acabamos de leer: porque ambos eran justos delante de Dios, sin reprensión en todos los mandamientos y estatutos del Señor. Y si eran sin reprensión, hemos de entender que eran sin mancha ni pecado a los ojos de Dios (nada que ver con el "todos han pecado", este es otro tema). Quizás nos haga comprender mejor otra versión:
Lc 1:6 Ambos eran rectos delante de Dios, y caminaban irreprochablemente en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor.
¿Se entiende mejor, verdad? Ambos eran RECTOS delante de Dios, y caminaban IRREPROCHABLEMENTE en TODOS los mandamientos y ordenanzas del Señor. Que es lo mismo que decir, que no pecaban, ni en ellos había muestras de que pecasen ni tuviesen inclinación a pecar, de modo alguno (repito: nada que ver con el "todos han pecado", esta es otra cuestión a analizar). ¿Y cómo sabemos que no pecaban, que en ellos no había pecado computable?
- Porque el pecado solo computa cuando hay quebrantamiento de la ley.
- Porque nadie puede ser lleno del Espíritu Santo, de Dios mismo, si en él hay pecado, o peca.
No digo que, como todos, en ocasiones puntuales no pecasen de un modo u otro, pero bastaba con que cumpliesen con los ritos de purificación establecidos por la ley, para que les fuesen perdonados (no redimidos, este es otro tema muy distinto). Pero está claro que, en su corazón, su anhelo y deseo era servir y ser, en todo, del agrado de Dios.
Después tenemos a Juan el Bautista. De él nos dice que fue lleno del Espíritu Santo, desde antes de nacer, desde el vientre de su madre. Lo cual nos muestra igualmente que, en Juan, no había pecado que impidiese ser, desde antes de nacer, lleno del Espíritu Santo, que Dios mismo habitase en él. Hecho este que ya nos muestra que no había necesidad de que Dios, preservase de pecado, y sus pecados, a María, por tanto, que Juan pudo ser lleno del Espíritu Santo, sin necesidad de que Isabel fuese preservada del pecado, y sus pecados, por parte de Dios. Recordemos que en quien moraba el Espíritu Santo, lo era en Jesús, en su carne, que no en María. Y la carne de Jesús, NO ERA DIVINA, SINO HUMANA. Hombre y Dios verdadero, dos naturalezas distintas, pero no mezcladas ni confundidas. Y si Juan pudo ser lleno del Espíritu Santo, de Dios mismo —no olvidemos que el Espíritu Santo es Dios—, desde antes de nacer, desde el vientre de su madre, y sin necesidad de preservar Dios a Isabel de pecado, y sus pecados; nos deja en claro que Dios, no tuvo necesidad ninguna de preservar a María, para que en ella fuese engendrado Jesús, y naciese sin pecado, santo y sin mancha ninguna. (*)
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Y ahora vamos a María. No, de ella, la Escritura, de modo alguno, nos dice ni que fuese justa ni recta, ni que caminara irreprochablemente en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor. No, de ella no lo dice, pero si vemos que se hace presente la gracia, la necesidad del favor de Dios, y bien sabemos que la gracia es un don INMERECIDO que Dios otorga. Sin olvidar que, en lugar alguno, Lucas, indica que María fuese llena del Espíritu Santo.
- Tenemos, y claramente Lucas lo ha expuesto, que Zacarías e Isabel, eran justos y caminaban irreprochablemente en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor, y ambos fueron llenos del Espíritu Santo.
- Juan el Bautista, fue lleno del Espíritu Santo desde antes de nacer, lo que nos muestra que para que Dios habite, porque el Espíritu Santo es Dios, en una criatura que él ha elegido, y formado, no hay necesidad de preservar a la madre de pecado, tal como se pretende mostrar, erradamente, que procedió para con María.
- De María no dice nada de que fuese justa e irreprochable en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor, ni que fuese llena del Espíritu Santo; pero Lucas, sí, nos indica la necesidad para con ella de la gracia, de que Dios le otorgase una gracia especial a María, para poder llevar Su obra y propósitos a cabo por medio de ella.
¿Entendido hasta aquí? Bien, pues aún hay muchos más detalles que se han de tener en cuenta en el evangelio según Lucas. La luz va llegando en la medida que puede ser aceptada, que puede ser creída. La revelación solo se da, cuando los hay que ya están preparados y suficientemente maduros espiritualmente, para recibirla. ¿Y por qué se lo comparto? Porque sé que, en mayor o menor medida, usted está recibiendo luz mediante todo lo que le comparto. Sí, sé que no todo lo acepta a primeras, pero tampoco lo rechaza, lo cual es señal de que también está siendo guiado por el Espíritu Santo, y él será quien se lo haga entender cuando está preparado para aceptarlo.
El Señor nos siga dando debida luz y entendimiento.
P.D. *Para una mejor comprensión de por qué no había necesidad de que Dios preservase a María de pecado,
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