Finalmente, ¿toda la humanidad será salvada?

Por supuesto que puede, pues ese es precisamente el significado de misericordia.
Te invito a hacer un ejercicio, compañero:
Piensa y postea acá un solo ejemplo, uno solo, en donde la misericordia no haya "sobrepasado" o "le haya sacado la vuelta a la Ley".

Todo acto de misericordia implica que no existe obligación, por justicia, de que la persona A le de un regalo a la persona B, o desista de un castigo que se merece la persona B.
Si existiera tal obligación, ya no sería misericordia.
De poder, poder... claro, si se puede. Pero si se va a romper o destruir la justicia. Entonces, no debería existir la ley o abrogarla. Pero existe la ley. Es mas, es inimaginable que, de haber otras civilizaciones en otras esfera terráqueas, que no exista la ley en todo nuestro universo conocido. La ley siempre va a existir. De modo que, si se va a manifestar la misericordia, esta no puede robar o destruir la ley.

Te preguntaras, ¿como es que Dios por medio de su Gracia, a dado su Misericordia a la humanidad entera, sin robar a su propia justicia?

Un reo de la justicia jamas de los jamases, nunca de los nuncas puede salvar a otro semejante. Siendo que todo el genero humano han caído, ninguno es justo, por lo que no califica para salvar a nadie, que ni siquiera puede salvarse a si mismo. Es allí donde entra, en una singularidad única, el Mesías, el Unigénito... en Jesucristo que de su propio consentimiento se ofrece para pagar a la justicia por toda la humanidad entera. Así fue viable la Misericordia de Dios sin robar a la Justicia. Se satisfizo a ambos, la justicia saldada y la misericordia opero en la humanidad entera, es libre (ojo) solo en Cristo. Es decir, siempre y cuando el arrepentido acepte a Jesucristo como su salvador si desea ser libre.

No hubo obligación alguna, la Gracia es un regalo. A nadie obliga a aceptar la oferta de Jesucristo como su mediador ante la justicia.
 
-Así, tanto Satanás, como el Anticristo, el Falso Profeta y todos los confinados eternamente al lago de fuego y azufre (Ap 21:8) quedarán reducidos como único consuelo a aborrecer la sola idea del reconciliarse con Dios, e incrementar al paso del tiempo y a perpetuidad, su oposición, rechazo y blasfemias contra el Eterno.
Cada vez su tesis se pone peor. Ahora nos dice que la maldad seguirá aumentando y aumentando por la eternidad.
Parece que para usted en el universo habrá un Dios infinito y una maldad infinita.

Respecto a los versículos del Apocalipsis que cita, el autor está intentando explicar por qué Dios trae una plaga tras otra, sin detenerse.
El mismo hecho que nos cuente que los malvados no se arrepentían tras la quinta o la sexta, implica que lo esperable es que se arrepintieran ("Yo reprendo y castigo a los que amo. Arrepiéntete", dice en 3:19) . El autor se asombra de que no lo hicieran, y nos trasmite ese asombro.

De todas maneras, los terrores que nos describen las trompetas ocurren en esta vida. Los pasajes no nos hablan de lo que ocurrirá por la eternidad con las almas de tales personas.

Si se nos contara la historia del hijo pródigo en detalle, antes de su arrepentimiento, seguramente nos contaría que le dio gonorrea y no se arrepintió. Que perdió su fortuna apostando al pócker y no se arrepintió. Que lo ingresaron a la cárcel ebrio por no poder pagar sus deudas a sus acreedores y no se arrepintió. Hay muchos momentos en la historia del hijo pródigo en que seguramente no se arrepentía a pesar de sus fracasos. Pero la historia, como sabemos, no concluyó ahí.

Lo que nos dicen esos textos de las trompetas de Apocalipsis es que las ovejas perdidas se alejan a pesar del primer, segundo, quinto, sexto llamado del Pastor. No nos cuentan lo que en otro lado nos cuenta Jesús: que el pastor finalmente regresa, victorioso, con la oveja perdida en hombros.

"Por esto también a los muertos se les predicó el evangelio, para que sean juzgados en su cuerpo según los criterios humanos, pero vivan en el espíritu según Dios."
 
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Cada vez su tesis se pone peor. Ahora nos dice que la maldad seguirá aumentando y aumentando por la eternidad.
Parece que para usted en el universo habrá un Dios infinito y una maldad infinita.

Respecto a los versículos del Apocalipsis que cita, el autor está intentando explicar por qué Dios trae una plaga tras otra, sin detenerse.
El mismo hecho que nos cuente que los malvados no se arrepentían tras la quinta o la sexta, implica que lo esperable es que se arrepintieran ("Yo reprendo y castigo a los que amo. Arrepiéntete", dice en 3:19) . El autor se asombra de que no lo hicieran, y nos trasmite ese asombro.

De todas maneras, los terrores que nos describen las trompetas ocurren en esta vida. Los pasajes no nos hablan de lo que ocurrirá por la eternidad con las almas de tales personas.

Si se nos contara la historia del hijo pródigo en detalle, antes de su arrepentimiento, seguramente nos contaría que le dio gonorrea y no se arrepintió. Que perdió su fortuna apostando al pócker y no se arrepintió. Que lo ingresaron a la cárcel ebrio por no poder pagar sus deudas a sus acreedores y no se arrepintió. Hay muchos momentos en la historia del hijo pródigo en que seguramente no se arrepentía a pesar de sus fracasos. Pero la historia, como sabemos, no concluyó ahí.

Lo que nos dicen esos textos de las trompetas de Apocalipsis es que las ovejas perdidas se alejan a pesar del primer, segundo, quinto, sexto llamado del Pastor. No nos cuentan lo que en otro lado nos cuenta Jesús: que el pastor finalmente regresa, victorioso, con la oveja perdida en hombros.

"Por esto también a los muertos se les predicó el evangelio, para que sean juzgados en su cuerpo según los criterios humanos, pero vivan en el espíritu según Dios."
-De ninguna manera podría empeorar mi posición por lo enfática, pues que el diablo y todos los suyos sean así de malos, no limitados, sino ilimitados por los extremos de maldad a que pueden llegar, no equivale a una expansión cósmica infinita, sino que queda reducida a aquel lago de fuego y azufre.

-Dios, efectivamente, a todos los que ama reprende y castiga a fin de que se arrepientan. Pero a los que no ama, los juzga, sentencia e inflige el tormento eterno. Dios no ama al malvado que vive y muere como tal. Pero a los muy malvados que en vida se arrepienten, los perdona y salva.

-El hijo pródigo pecó mucho pero se arrepintió, convirtió y regresó a su padre, porque era hijo.

-El buen pastor regresa gozoso con su oveja perdida sobre sus hombros ¡porque era su oveja! No un lobo.

-1Pedro 4:6 es la antítesis del 3:19, 20. Los primeros son los justos a los que Cristo llevó del seno de Abraham al cielo en su ascensión (Ef 4:8); los segundos son los prediluvianos de los que ya hablamos.
 
Dios no ama al malvado que vive y muere como tal.

¿Quiere usted decir que Dios ama al malvado hasta su último suspiro, pero una vez que expiró, deja de amarlo? ¿Qué es lo que hace que deje de amarlo de un momento a otro?

No creo que tenga usted base ni racional ni bíblica para insinuar que Dios, cuya esencia es amor, deja de amar de un momento a otro.
Tenemos amplias evidencias escriturísticas, y vivenciales, de que Dios aborrece la maldad pero ama a todos los seres humanos, incluyendo a los malvados.

Espero también que usted no vaya a creer que Dios ama al buen judío o musulmán hasta su último suspiro, pero luego deja de amarlo, aunque haya obedecido sus mandamientos de la mejor forma que le fue posible.
 
-El hijo pródigo pecó mucho pero se arrepintió, convirtió y regresó a su padre, porque era hijo.

Por supuesto. Era hijo como lo es cada ser humano, justo o malvado, pues el Padre es "Padre de todos", como afirma Pablo.
El estado de "hijo" está presente en cada niño que nace. Cada niño ya pertenece al reino del Padre, dijo Jesús. No requiere salvación.
Cuando el niño crece, se hace hombre y se aparta de Dios, y luego se arrepiente, se da cuenta de que al no comportarse como hijo, ya no merece el estatus de hijo.
El muchacho de la parábola le dice arrepentido al padre: "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo"
Es entonces cuando el Padre lo abraza y lo restituye a su familia, tratándolo como hijo. Es como si volviera a nacer. Como si hubiera resucitado: "porque este mi hijo muerto era, y ha revivido"

Note que al decir: "Este mi hijo muerto era" reconoce que aún muerto, lo seguía considerando hijo.
En conclusión, todos somos hijos del Padre. Todos perdemos ese derecho por justicia, pero no su amor por misericordia. Y todos, si nos arrepentimos, podemos ser "adoptados", "resucitados", "nacidos de nuevo", "comprados" o "restaurados" como hijos de nuevo, por su infinito amor.

Dios no ha predestinado a nadie para ser odiado.
Sí ha predestinado a personas para que se extravíen (o como dice metafóricamente la Escritura, para ser vasos de su "ira") por un rato, y por un propósito. Tenemos como buen ejemplo a Israel: Dios "endureció a Israel",
por bien de los gentiles, por un rato, pero luego "todo Israel será salvo".
Incluso en el caso de Judas Iscariote, Jesús reconoce que en esta vida solo él se le perdió, pero que tal pérdida no era una derrota, ni falta de planeación, ni falta de amor, sino "para que se cumpliera la Escritura". Es decir, tenía un propósito de salvación para los demás.
"Lo que has de hacer, hazlo pronto" le pidió.
 
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¿Quiere usted decir que Dios ama al malvado hasta su último suspiro, pero una vez que expiró, deja de amarlo? ¿Qué es lo que hace que deje de amarlo de un momento a otro?

No creo que tenga usted base ni racional ni bíblica para insinuar que Dios, cuya esencia es amor, deja de amar de un momento a otro.
Tenemos amplias evidencias escriturísticas, y vivenciales, de que Dios aborrece la maldad pero ama a todos los seres humanos, incluyendo a los malvados.

Espero también que usted no vaya a creer que Dios ama al buen judío o musulmán hasta su último suspiro, pero luego deja de amarlo, aunque haya obedecido sus mandamientos de la mejor forma que le fue posible.
-El amor de Dios por los pecadores es vivo, activo y permanente porque "es en Cristo Jesús, Señor nuestro" (Rom.8:28-39); pero Él aborrece a todos los que hacen iniquidad, y abomina a los sanguinarios y engañadores (Salmo 5:5,6); repudia a malos y violentos (Salmo 11:5).

-El amor que Dios nos tiene es desde antes que naciéramos y perdura aun más allá de la muerte. Los que no son partícipes de este amor, no es porque los dejara de amar, sino porque nunca los amó.

-El buen judío o musulmán tiene en vida la misma oportunidad de cuantos no somos semitas; en cuanto al amor de Dios respecto a ellos, eso es cosa suya y yo no llevo conmigo aparato alguno que detecte quién goza de este amor o quién no.
 
-El amor que Dios nos tiene es desde antes que naciéramos y perdura aun más allá de la muerte. Los que no son partícipes de este amor, no es porque los dejara de amar, sino porque nunca los amó.

No hay razón alguna para pensar que Dios nunca amó a una persona, creyente o incrédula, salva o perdida.
Dios primero amó al mundo, por el cual envió a su Hijo (Jn 3:16), aun sabiendo que algunos lo aceptarían y otros lo rechazarían.

Su propósito eterno es que "nadie se pierda, sino que todos procedan al arrepentimiento". No puede usted, mi hermano, visualizar una sola persona que Dios no haya amado desde la eternidad, pues ese alguien es parte del "mundo" de Jn 3:16, y del "nadie" y "todos" de 2 P 3:9


Calvino en el otro mundo debe estarse echando un te negro con Bahá'u'lláh. Y ahí ha entendido qué tan cerca, tan cerca, estuvo de comprender esta verdad (quizá más cerca que cualquier otro gigante que haya existido dentro del cristianismo) : que en la omnisciencia de Dios la "condenación" o "perdición" a las que están unos predestinados es tan transitoria y tan llena de propósito, como son los terremotos o las epidemias. No hay malvado que no esté inscrito dentro del plan victorioso y perfecto de Dios ya que en él "existimos, nos movemos y somos" (cosa que les dijo Pablo a los paganos atenienses, antes que hubieran escuchado de Cristo).

Dios no falla. Como diría mi paisano el Chapulín Colorado "Todos sus movimientos están finamente calculados".

La maldad de este mundo es una burbujita dentro del plan de bondad de Dios, de la misma forma que nuestro libre albedrío es una burbujita dentro de su omnisapiencia.


Salvación Universal vs Tormento Eterno.png
 
Última edición:
No hay razón alguna para pensar que Dios nunca amó a una persona, creyente o incrédula, salva o perdida.
Dios primero amó al mundo, por el cual envió a su Hijo (Jn 3:16), aun sabiendo que algunos lo aceptarían y otros lo rechazarían.

Su propósito eterno es que "nadie se pierda, sino que todos procedan al arrepentimiento". No puede usted, mi hermano, visualizar una sola persona que Dios no haya amado desde la eternidad, pues ese alguien es parte del "mundo" de Jn 3:16, y del "nadie" y "todos" de 2 P 3:9


Calvino en el otro mundo debe estarse echando un te negro con Bahá'u'lláh. Y ahí ha entendido qué tan cerca, tan cerca, estuvo de comprender esta verdad (quizá más cerca que cualquier otro gigante que haya existido dentro del cristianismo) : que en la omnisciencia de Dios la "condenación" o "perdición" a las que están unos predestinados es tan transitoria y tan llena de propósito, como son los terremotos o las epidemias. No hay malvado que no esté inscrito dentro del plan victorioso y perfecto de Dios ya que en él "existimos, nos movemos y somos" (cosa que les dijo Pablo a los paganos atenienses, antes que hubieran escuchado de Cristo).

Dios no falla. Como diría mi paisano el Chapulín Colorado "Todos sus movimientos están finamente calculados".

La maldad de este mundo es una burbujita dentro del plan de bondad de Dios, de la misma forma que nuestro libre albedrío es una burbujita dentro de su omnisapiencia.


Ver el archivo adjunto 3325773
-De nada serviría pensar que Dios nunca amó a una persona todavía viva, pues aun puede salvarla, y en caso de que ya hubiese muerto, jamás nuestra limitada humanidad sabría cual fue la realidad.

-Es posible realizar en la Biblia un provechoso estudio: Cuando "todos" no son todos. Muchas veces ese "todos" no comprende a la totalidad de la humanidad, sino a los hijos de Dios, los creyentes.

-El problema mayor que tú parecieras no querer atender, no está con Dios, su amor y misericordia, sino con el hombre que solo atiende a su propia voluntad e independencia, contraria a un Dios y Señor al que le deba acatamiento y adoración. Ni el diablo ni sus hijos son redimibles ¡no lo quieren!
 
-De nada serviría pensar que Dios nunca amó a una persona todavía viva, pues aun puede salvarla, y en caso de que ya hubiese muerto, jamás nuestra limitada humanidad sabría cual fue la realidad.
El problema es que usted afirma en el post 466, con respecto a los malos, que "Dios nunca los amó" como un hecho, y ahora, reculando hacia un lugar más seguro, se refugia en "jamás nuestra limitada humanidad sabría cual fue la realidad".
¿Cuál es entonces su postura, mi hermano? ¿ Dios nunca los amó, o es imposible saber si los amó? No comparto ninguna de las dos opciones, pero al menos el hecho de que se decida por una de ellas me permite saber qué es lo que usted en realidad piensa.



-Es posible realizar en la Biblia un provechoso estudio: Cuando "todos" no son todos. Muchas veces ese "todos" no comprende a la totalidad de la humanidad, sino a los hijos de Dios, los creyentes.

Usted confunde el concepto de hijos por adopción vs hijos por creación.
El infeliz resultado de tal confusión es que usted termina pensando que Dios ama a unos pero nunca amó a los otros.
El error teológico podría llevarle a un problema todavía más profundo y tóxico: el adjudicar el título de "hijos de Dios" a quienes asienten intelectualmente a un grupo específico de dogmas, y no a quienes se han arrepentido de sus pecados y vuelto al Padre.




-El problema mayor que tú parecieras no querer atender, no está con Dios, su amor y misericordia, sino con el hombre que solo atiende a su propia voluntad e independencia, contraria a un Dios y Señor al que le deba acatamiento y adoración. Ni el diablo ni sus hijos son redimibles ¡no lo quieren!

Qué raro argumento para un calvinista, mi hermano.
Le estás poniendo al hombre toda la capacidad para adorar o no adorar a Dios. Ahora resulta que del hombre surge la fe, el arrepentimiento... ya nada más falta que los méritos para la salvación misma!
 
Ni el diablo ni sus hijos son redimibles ¡no lo quieren!
La decisión del diablo y de los demonios es definitiva, eterna y el hombre que se convierte en su hijo, lo acompaña también eternamente en el infierno y todos ellos en esa condición, son una prueba del libre albedrío que por amor Dios da a sus criaturas espirituales, el amor implica el respeto de las decisiones de sus criaturas de aceptarlo o rechazarlo.
 
La decisión del diablo y de los demonios es definitiva, eterna y el hombre que se convierte en su hijo, lo acompaña también eternamente en el infierno y todos ellos en esa condición, son una prueba del libre albedrío que por amor Dios da a sus criaturas espirituales, el amor implica el respeto de las decisiones de sus criaturas de aceptarlo o rechazarlo.

Consideremos el caso de un adicto a las compras y la vanidad de su imagen física que decide continuar siendo adicto a las compras y la vanidad.
Estamos todos de acuerdo que, al decidir eso, está aceptando las consecuencias de su mala elección.
¿Cuáles son tales consecuencias? El desorden financiero, la pobreza, la pérdida de popularidad cuando se vaya haciendo viejo y feo, y finalmente, la frustración de ver que sus posesiones no le dan paz ni felicidad. Tal frustración le llegará tarde o temprano, en esta vida o en la otra.

Ahora bien, es aberrante pensar...


  • que cuando un adicto a las compras y la vanidad decide continuar siendo así, está "decidiendo" ser torturado en cuerpo y alma por los siglos de los siglos.
  • que Dios, cuya justicia es infinitamente superior a la de cualquier juez humano, considere que la consecuencia natural y justa de ser adicto a las compras y a la vanidad es la tortura permanente del cuerpo y el alma en un lago de fuego y azufre.
  • que un adicto a las compras y a la vanidad será incapaz, para siempre, de darse cuenta que su adicción le llevó a la frustración, y de llegar a desear un cambio en su estado
  • que el Dios de amor, al saber que el adicto ha reconocido la raíz del problema y deseado un cambio de estado, decida no ayudarlo, "por respeto a su decisión."
 
El problema es que usted afirma en el post 466, con respecto a los malos, que "Dios nunca los amó" como un hecho, y ahora, reculando hacia un lugar más seguro, se refugia en "jamás nuestra limitada humanidad sabría cual fue la realidad".
¿Cuál es entonces su postura, mi hermano? ¿ Dios nunca los amó, o es imposible saber si los amó? No comparto ninguna de las dos opciones, pero al menos el hecho de que se decida por una de ellas me permite saber qué es lo que usted en realidad piensa.

Usted confunde el concepto de hijos por adopción vs hijos por creación.
El infeliz resultado de tal confusión es que usted termina pensando que Dios ama a unos pero nunca amó a los otros.
El error teológico podría llevarle a un problema todavía más profundo y tóxico: el adjudicar el título de "hijos de Dios" a quienes asienten intelectualmente a un grupo específico de dogmas, y no a quienes se han arrepentido de sus pecados y vuelto al Padre.

Qué raro argumento para un calvinista, mi hermano.
Le estás poniendo al hombre toda la capacidad para adorar o no adorar a Dios. Ahora resulta que del hombre surge la fe, el arrepentimiento... ya nada más falta que los méritos para la salvación misma!
-Ninguno de nosotros tendría como saber que aun un malvado en su agonía no se arrepienta y reconcilie con Dios, como ocurriera con el ladrón al que el Señor prometió pronto reencuentro. No retrocedo ni me refugio en argucia alguna. Procuro ser consecuente y coherente.

-No puede haber confusión posible con el uso de la expresión "hijos de Dios", cuando añado que somos los creyentes, sobreentendiendo que me refiero a los que creen en Jesucristo, el Señor.

-Si la Biblia me dice que Dios aborrece a los malos ¡entonces no está amando a todos los humanos!

-No hay más rareza en lo que escribo que la que resulte de tu lectura. La salvación, la fe, el arrepentimiento, son todas iniciativas divinas que nos son concedidas de pura gracia, sin merecimiento nuestro alguno. Que el hombre es responsable de su mala elección, lo hace culpable.
 
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Por supuesto. Era hijo como lo es cada ser humano, justo o malvado, pues el Padre es "Padre de todos", como afirma Pablo.
El estado de "hijo" está presente en cada niño que nace. Cada niño ya pertenece al reino del Padre, dijo Jesús. No requiere salvación.
Cuando el niño crece, se hace hombre y se aparta de Dios, y luego se arrepiente, se da cuenta de que al no comportarse como hijo, ya no merece el estatus de hijo.
El muchacho de la parábola le dice arrepentido al padre: "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo"
Es entonces cuando el Padre lo abraza y lo restituye a su familia, tratándolo como hijo. Es como si volviera a nacer. Como si hubiera resucitado: "porque este mi hijo muerto era, y ha revivido"

Note que al decir: "Este mi hijo muerto era" reconoce que aún muerto, lo seguía considerando hijo.
En conclusión, todos somos hijos del Padre. Todos perdemos ese derecho por justicia, pero no su amor por misericordia. Y todos, si nos arrepentimos, podemos ser "adoptados", "resucitados", "nacidos de nuevo", "comprados" o "restaurados" como hijos de nuevo, por su infinito amor.

Dios no ha predestinado a nadie para ser odiado.
Sí ha predestinado a personas para que se extravíen (o como dice metafóricamente la Escritura, para ser vasos de su "ira") por un rato, y por un propósito. Tenemos como buen ejemplo a Israel: Dios "endureció a Israel",
por bien de los gentiles, por un rato, pero luego "todo Israel será salvo".
Incluso en el caso de Judas Iscariote, Jesús reconoce que en esta vida solo él se le perdió, pero que tal pérdida no era una derrota, ni falta de planeación, ni falta de amor, sino "para que se cumpliera la Escritura". Es decir, tenía un propósito de salvación para los demás.
"Lo que has de hacer, hazlo pronto" le pidió.
Es bueno el razonamiento, pero hay algo que no se está tomado literalmente y es atribuido a un derecho que se pierde, y me refiero a la condición de hijo. La condicion de hijo se basa en lo que somos y en lo que dejamos de ser a causa de la maldad que nos gobierna como bien explica en la parábola del hijo pródigo. Somos hijos por ser espíritus provenientes del padre no por un derecho, ese halito de vida que Dios unió a un cuerpo físico es lo que somos y por ser eso es que nos conoce desde antes de nacer en este Reino. El tema es que ese espíritu eterno es algo tangible capaz de morir . Pero como muere algo que es eterno? Igual que un vehículo que funciona con determinado combustible, si lo usamos con otro que no es el indicado deja de funcionar y pierde el propósito. Igualmente un espíritu hijo del Padre viviente, cuando lo usamos con el combustible equivocado como lo es la maldad pierde el propósito y esa es la muerte de algo que es eterno. Luego le colocamos el combustible correcto y vuelve a tener propósito entonces vuelve a la vida, de eso se trata la parábola del hijo pródigo. Si para explicar algo que dice Dios o Jesús se aplicara ese conocimiento, se daran cuenta que todo toma un sentido muy literal y lógico que es la base del entendimiento. Cada vez que dios dijo que estábamos muertos o íbamos a morir como le dijo a Adán y Eva, fue algo que le iba o le estaba sucediendo al espíritu y fue muy literal no era una metáfora. Cuando caminaron de su mano en el desierto les llamo Dioses incluso Jesús les dijo que eran hermanos hijos del mismo padre cuando a sus espíritus no los gobernaba la maldad. Nos ama por lo que somos, nos castiga acordé a lo que somos, solo falta que nosotros comencemos a actuar como lo que realmente somos y nos reconozcamos cómo hermanos y terminemos de tanta tontería.
 
¿La misericordia sobrepasa a la justicia?
Que manera mas ridícula de denigrar el sacrificio del Hijo De Dios nuestro Señor Jesucristo.
O sea que nadie pagó por el pecado de todo aquel que cree. huff.
12Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino; Pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos los que en él confían.
 
Ahora resulta que Satanas, la Bestia, el anticristo, los ángeles caídos, y Judas tienen toda la eternidad para arrepentirse y vivir en el cielo junto a Dios y ser hermanitos de este y otros individuos. Que flojera.
 
Ahora resulta que Satanas, la Bestia, el anticristo, los ángeles caídos, y Judas tienen toda la eternidad para arrepentirse y vivir en el cielo junto a Dios y ser hermanitos de este y otros individuos. Que flojera.
-La sola sospecha de que tal eventualidad pudiera darse, podría generarnos la duda si al fin y al cabo los que creemos amar y servir a Dios no acabáramos nosotros mismos en el fuego eterno. Si Dios pudiera sorprendernos de aquella manera, también podría hacerlo de esta otra. ¡Pero Dios no es así!
 
-La sola sospecha de que tal eventualidad pudiera darse, podría generarnos la duda si al fin y al cabo los que creemos amar y servir a Dios no acabáramos nosotros mismos en el fuego eterno. Si Dios pudiera sorprendernos de aquella manera, también podría hacerlo de esta otra. ¡Pero Dios no es así!
No puedo comprender el porque piensan así estas gentes si hablan como grandes filósofos estudiados e inteligentes y encima se ensalzan y exaltan unos a otros, pero veo que queriendo ser sabios se hicieron necios. Ojalá Dios les conceda el arrepentirse.
 
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Hola Armando:
La Escritura confirma que la misericordia siempre sobrepasa a la justicia. Atención: no la viola. No es contraria a la justicia. Simplemente la trasciende, va más allá.
Te invito a mostrarme un solo ejemplo en la Biblia, uno solo, de alguien que haya obrado con misericordia porque así se lo exigía la justicia.

¿Un ejemplo? ¡Me canso! Tuvieron misericordia de la ramera Rahab los israelitas enviados a Jericó, tuvo misericordia David de Saúl en varias ocasiones que tuvo su cabeza en sus manos y no lo hizo por ser este el Ungido de Dios, las misericordias de Ezequías, de Samuel, de Job, etc etc etc. Bueno, en definitiva sobre todo 'las misericordias de muchos que practican hoy esta justicia':

Proverbios 14:21
[21]Peca el que menosprecia a su prójimo; Mas el que tiene misericordia de los pobres es bienaventurado.

Si no entiendes que La Misericordia y La Justicia una misma cosa son, seguirás el camino de la misericordia y la justicia. La diferencia es del cielo a la tierra...

Los versículos que mencionas, como Romanos 9:15-16, no significan que Dios es caprichoso al extender su misericordia.

Significa que Dios va extendiendo su misericordia a diferentes personas en diferentes momentos, según su Plan Sapientísimo.

Dios sí extendió (tiempo pasado que ya se fue y lo que se fue y no vuelve es como sino hubiera fuecesido...) Su Misericordia en Su 'Sapientísimo Plan' (no estoy seguro de que hablemos el mismo idioma en este caso, yo me refiero al único Plan de Dios que no es otra cosa que Su Palabra, tú, no se a que te refieres) y es Extensión es conocida actualmente como El Nuevo Testamento. Esto (y no otra cosa) es La Misericordia de Dios, la cual alcanzamos a ser participes de Ella quienes en otro tiempo fuimos excluidos, a saber, nosotros los gentiles.

Así pues, dice el mismo Pablo en la misma epístola que "endureció" a Israel para que los gentiles conocieran de Dios y de Cristo, pero al final "todo Israel será salvo".

Es que, Israel no es aquél que desciende de Abraham, sino aquél que desciende de Cristo, este es el 'todo Israel que será salvo' y no los que siendo descendientes de Abraham no oyeron la Voz de Su Pastor...

Si leemos 'Los Misterios' de Dios con los espejuelos de los incircuncisos de vista, todo estará nublado como les tocó a nuestros antepasados.

Tanto los profetas del AT como Jesús en el NT fueron claros en que Dios perdona a quien se arrepiente, y que no rechaza a nadie.


Dios perdona a quien se arrepiente, se convierte, se regenera y guarda Sus Mandamientos. Eso de que 'no rechaza a nadie' está de más.


S.Juan 12:47-50
[47]Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. [48]El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero. [49]Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. [50]Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho.


Cordial saludo.
 
-De ninguna manera podría empeorar mi posición por lo enfática, pues que el diablo y todos los suyos sean así de malos, no limitados, sino ilimitados por los extremos de maldad a que pueden llegar, no equivale a una expansión cósmica infinita, sino que queda reducida a aquel lago de fuego y azufre.

Disculpe, mi hermano, mi tardanza en contestar a su post. He andado estos dos o tres días con responsabilidades que atender en mi trabajo.
Mi comentario sobre la infinitud de la maldad no tiene que ver con una "expansión cósmica". Me refiero a una maldad que, al crecer por la eternidad sin parar, se vuelve infinita. En su post #439 usted señala que la "oposición, rechazo y blasfemias contra el Eterno" se van a "incrementar al paso del tiempo y a perpetuidad".
Es en ese sentido que me parece que su tesis se puso peor, porque una maldad que no parará de crecer jamás se concibe como infinita.
En el universo del Dios victorioso, según tu tesis, habrá una bondad infinita y una maldad infinita.
 
¿Un ejemplo? ¡Me canso! Tuvieron misericordia de la ramera Rahab los israelitas enviados a Jericó, tuvo misericordia David de Saúl en varias ocasiones que tuvo su cabeza en sus manos y no lo hizo por ser este el Ungido de Dios, las misericordias de Ezequías, de Samuel, de Job, etc etc etc. Bueno, en definitiva sobre todo 'las misericordias de muchos que practican hoy esta justicia':
Hola Armando

Gracias por continuar el diálogo.
Te invité a poner un ejemplo sobre un caso en que la misericordia hubiera sido una exigencia de la justicia. Veamos el caso de Rahab:
¿Exigía la justicia que Rahab fuera asesinada durante la conquista de Jericó?

  • Si me dices que sí, porque el decreto divino* era matar a todos los habitantes de Jericó, entonces la misericordia dispensada a Rahab trascendió la justicia. La trascendió porque Rahab era habitante de Jericó, y a pesar de ello, se le perdonó la vida.
  • Si me dices que no, porque la orden la excluía desde que fue promulgada, entonces los soldados simplemente cumplieron la orden, y no necesitaron de mostrarle misericordia alguna. Al contrario, de no haber cumplido la orden, habrían sido castigados o ejecutados. «¡Griten, porque el Señor les ha entregado la ciudad! Jericó y todo lo que hay en la ciudad deben ser destruidos por completo como una ofrenda al Señor. Solo se les perdonará la vida a Rahab, la prostituta, y a los que se encuentren en su casa, porque ella protegió a nuestros espías." (Josué 6:16, NTV)
En conclusión, tanto si me dices que Rahab merecía morir durante la conquista de Jericó, como si me dices que no lo merecía, el ejemplo que has citado de ninguna manera muestra que se le mostró misericordia porque así lo exigiera la justicia.

Podemos ir incluso más allá. Podemos decir que, por su buen comportamiento, Rahab simplemente no merecía morir por una razón puramente moral, independientemente de cualquier decreto u orden. Si fuera ese nuestro razonamiento, entonces tampoco se le "perdonó la vida", porque nunca hubo nada que perdonar. Siempre mereció vivir, y con Rahab simplemente se hizo lo que era justo hacer, y no se necesitó mostrarle misericordia alguna.