FALSA PROFETISA ELLEN WHITE.

Re: FALSA PROFETISA ELLEN WHITE.

Estimado Juan Luis Marín. Saludos cordiales.

Tú dices:

El cuerpo humano se divide topográficamente en tres partes:

Cabeza.
Tronco.
Extremidades.
A su vez, cada una de ellas tiene otras divisiones:

Cabeza

La cabeza está situada en la parte superior del cuerpo y está formada por un armazón esferoidal de huesos planos donde se encierran órganos muy delicados, como el centro de control, registro y proceso de datos denominado encéfalo.

Pivota sobre la columna vertebral (cervical) y ejerce los movimientos de rotación a través de los músculos del cuello. En la parte delantera, denominada cara se encuentran otros órganos importantes que componen los sentidos, como la vista, el oído, el equilibrio, el olfato y el gusto.Por lo tanto.......no miento si digo que recibiò un golpe en su cabeza.....que la dejò sin conocimiento....y postrada en cama por varìas semanas.Cierto es que no afirmastes que desconocieras dicha iglesìa....pero còmo vì signos de interrogaciòn,puès deduje que preguntabas¡¡¡¡¡¡.

Respondo: La respuesta tuya iba en el sentido de que ella era adolescente, y como deberías saber Elena era una niña de 9 años, que cursaba el tercer grado de primaria, cuando recibió la pedrada, ¡no era adolescente! como mencionas, esto te lo señalo para que replantees tu comentario.

Aprovecho al mismo tiempo, indicarte que una pedrada en la cara o en la cabeza, no convierte a una persona en profeta, tampoco lo convierte en un loco.

Fíjate en el caso de Goliat, que recibió una piedra en su cabeza lanzada con una honda por David.

También tenemos el caso de Esteban que fue apedreado y no por eso se volvió loco.

"Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo.
Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu.
Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió
."

¡Bueno, espero que reflexiones sobre estos puntos!

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
 
Re: FALSA PROFETISA ELLEN WHITE.

Estimado Juan Luis Marín. Saludos cordiales.

Tú dices:



Respondo: La respuesta tuya iba en el sentido de que ella era adolescente, y como deberías saber Elena era una niña de 9 años, que cursaba el tercer grado de primaria, cuando recibió la pedrada, ¡no era adolescente! como mencionas, esto te lo señalo para que replantees tu comentario.

Aprovecho al mismo tiempo, indicarte que una pedrada en la cara o en la cabeza, no convierte a una persona en profeta, tampoco lo convierte en un loco.

Fíjate en el caso de Goliat, que recibió una piedra en su cabeza lanzada con una honda por David.

También tenemos el caso de Esteban que fue apedreado y no por eso se volvió loco.

"Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo.
Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu.
Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió
."

¡Bueno, espero que reflexiones sobre estos puntos!

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.

La Adolescencia: Durante la adolescencia cambia la apariencia de los jóvenes, debido a los eventos hormonales de la pubertad; el cuerpo se transforma en el de un adulto. También cambia su pensamiento y se vuelven muchos más competentes para pensar abstracta e hipotéticamente, sus sentimientos cambian casi del todo y se enfrentan a la tarea más importante que es: Lograr la identidad, incluida la identidad sexual que perdura en la edad adulta.

La Adolescencia comienza alrededor de los 11-12 años hasta los 20 años aproximadamente, ni el comienzo ni el fin están marcados con claridad, se considera que la adolescencia comienza con la pubertad, proceso que conduce a la madurez sexual o a la fertilidad. Algunas personas siempre pertenecen en la adolescencia sin importar su edad cronológica.QUE LÀSTIMA QUE NO TENGAS LA MÌSMA AGUDEZA VISUAL PARA PERCIBIR LOS ERRORES GARRAFALES QUE COMETIÒ TU GUÌA Y mensajera.
La postura presentada por el doctor Couperus, miembro de la Iglesia Adventista, es descubir la realidad fenomenológica de las visiones y las actitudes hipermoralistas, impositivas y de plagio de la señora Elena G. de White a la luz de la neurología, en especial de la epileptolgía y documentos de la denominación, haciendo un llamado a los lideres de esta Iglesia que se empeñan en hacer ver sus visiones y escritos como verdad incuestionable dada por Dios. Como humanista secular considero que el empeño del doctor Couperus es honesto y valiente, y nos sirve para ilustrar como en el seno de las religiones reveladas se pueden esconder realidades fisiológicas y psicológicas más profundas que las que sus seguidores admiten, además que nos muestra, una vez más, que en la cúpula de las religiones organizadas existen grandes esfuerzos por mantener algunas cosas ocultas que refutaran su pretención de "religión verdadera".

Las experiencias visionarias de Elena G. de White y sus características conductuales han sido examinadas desde la perspectiva del conocimiento clínico contemporáneo. De este examen general pueden derivarse las siguientes conclusiones:

Elena era una muchacha normal y saludable, tanto física como emocionalmente, hasta que, a la edad de nueve años, fue golpeada por una piedra en el área nasal del rostro. Estuvo inconsciente por tres semanas, lo que indicaba una severa lesión cerebral; fue incapaz de recordar nada acerca del accidente o su secuela. El tipo y la ubicación de la herida en la cabeza, y el resultante período de inconsciencia y amnesia, hizo probable que ultimadamente desarrollará ataques epilépticos.
Sus sueños y visiones comenzaron cuando tenía quince años, como seis años después del accidente, y continuaron durante toda su vida. Cuando las experiencias de visiones de Elena se comparan con los ataques de la epilepsia de lóbulo temporal, se encuentra que son típicos de los ataques complejos parciales.
Después de esto, sus rasgos conductuales se compararon con los de epilépticos de lóbulo temporal y se encontró que eran similares. También se discutió el auto-confesado impulso compulsivo de Elena de escribir, culminando en una producción total que pocos han igualado. El hábito de Elena de tomar prestado material libremente de otros autores sin darles el merecido crédito es también quizás parcialmente explicable por este impulso intenso de escribir (hipergrafía) y por su propia y limitada educación formal, que terminó con el tercer grado. El tomar material prestado le permitió incluir en sus libros lo que ella misma era incapaz de producir. Sin embargo, decir que ella no sabía que las fuentes literarias debían ser reconocidas parece difícil de sustentar, puesto que algunos de los autores de los cuales ella tomó material prestado aun desde sus primeros escritos fueron muy meticulosos al indicar sus fuentes con cada cita. Esto se veía claramente en las obras de J. N. Andrews, del cual ella tomó material prestado temprano en su vida.
Elena tenía otro rasgo epiléptico que es muy visible aún hoy en sus escritos, y estaba también presente en su habla - a saber, la tendencia a permanecer como adherida a una palabra, una frase, o un pensamiento, y repetirlas en sucesión - una viscosidad. Esto es más notable donde se repiten palabras sueltas, como la oración atribuida a Cristo: "mi sangre, padre, mi sangre, mi sangre" o cuando al ángel se le hace decir: "nunca, nunca, nunca"; o donde ella dice "escribir, escribir, escribir, escribir." O "¡Oscuro!, ¡Oscuro!, ¡Todo oscuro!, ¡Tan oscuro!" O "Todo, todo, todo es de Dios." Este reiteración aparece en casi todos los escritos de Elena de una manera u otra, como ocurre en los escritos de otros epilépticos de lóbulo temporal. Como hemos mostrado, la edición de los escritos posteriores de Elena hizo desaparecer muchas de estas repeticiones, pero no todas. De lo más notable era su uso de las palabras "Yo vi," donde a veces cada oración comenzaba con esta introducción repetitiva.
Sus escritos y su habla tenían otras características en común con esta forma de epilepsia, tales como la falta de sentido del humor, la sobriedad, la sospecha acerca de los motivos de otros, la pesadez, la hipermoralidad, y la hipereticidad. Sus escritos incluyen largos relatos de las faltas y fracasos de otros, y sobreinterpretaciones de las acciones y las palabras de otros miembros de iglesia, acompañadas de condenación. Con esto iba también un sentido de la gran importancia de su propia obra y mensajes y de las terribles consecuencias de ignorar sus consejos. Sus demandas hiperéticas incluían requisitos tales como que los niños no jugaran en sábado, el uso de ciertos tipos de indumentaria, y prohibiciones contra el tennis, el béisbol, el cricket, y las bicicletas. Tales características del pensamiento y el juicio de Elena, probablemente atribuíbles a las consecuencias de su herida en la cabeza, han sido incomprensibles y causado alejamiento en los miembros de su iglesia. Una reciente expresión de esta preocupación repite lo que muchos han dicho antes:
"¿... cuánto del cinismo y la pérdida de fe que vemos en la iglesia hoy día podría haberse evitado si, a través de la historia de la denominación, hubiera habido un poco más de confianza en la capacidad de los miembros para manejar la verdad acerca de la naturaleza de la inspiración y la obra de Elena G. de White?

"Revelar más de la verdad más temprano sin duda habría causado algún dolor, pero ¿no habría sido eso preferible al trastorno que significa forzar la revelación de la verdad en una atmósfera de disentimiento mordaz? Y, en lugar de eso, ¿no podrían muchos que hoy están desilusionados tener una fe fuerte en el don de Elena G. de White y receptividad para sus mensajes, si hubiese habido una mayor apertura? Por supuesto, el punto no es retorcerse las manos acerca del pasado. Ni lo es lanzar desprecio sobre concienzudos dirigentes eclesiásticos que hicieron lo que pensaron que era lo mejor. La pregunta es: ¿Verá una lección en todo esto la iglesia de hoy día?"1

En 1977, Paul B. Ricchiuti escribió lo siguiente:

"Pero, al transcurrir el siglo que comenzó en 1900, una extraña clase de irrealidad la rodeó, levantándola y colocándola fuera del alcance de los otros creyentes. El nombre de 'Elena G. de White' se convirtió en un misterio, porque la gente no podía identificarse con ella como persona viviente. Para ellos, Elena G. de White se había convertido en una institución, y rápidamente se estaba convirtiendo en una leyenda. Dándose cuenta de esto ella misma, no pudo detenerlo, por mucho que lo intentara. Así, gente bien intencionada pero confundida corrió un oscuro velo en frente de la verdadera Elena G. de White. Y cuando lo hacían a un lado de tiempo en tiempo, "la Hermana White" aparecía sentada como la estatua de un santo, libro en mano, fuego condenatorio de Dios en sus ojos.

"Hoy la leyenda puede describirse en cuatro palabras. Y esas cuatro palabras se han convertido en "el látigo" [woodshed rod] en manos de innumerables padres y maestros en la Iglesia Adventista.

"Así, la frase 'la hermana White dice' ha encendido innumerables hogueras de resentimiento en los corazones de Adventistas, especialmente entre los jóvenes. Este desastre es en realidad una herramienta muy efectiva, inventada por Satanás mismo, para destruir la iglesia desde adentro.

"La obra y las palabras de Elena G. de White, sus escritos, y sus acciones han sido todos usados como látigos y garrotes sobre las cabezas de viejos y jóvenes por igual."2

Ha habido discusiones y crisis periódicas acerca de la importancia, la posición, y la autoridad de Elena en la iglesia; y esto ha continuado hasta el presente. En todos sus escritos, Elena probablemente trató de presentar lo que ella creía que era verdadero y exaltador, pero todavía estaba escribiendo como epiléptica de lóbulo temporal con una muy limitada educación y como una niña de su tiempo.

Hubo cosas que Elena escribió que reflejan esto claramente, tales como sus afirmaciones de que el comer puerco causa lepra, que los terremotos son causados por carbón y petróleo subterráneos que arden, que el llevar pelucas causa locura, o que la amalgama de hombres y bestias puede verse en ciertas razas de hombres.3

Cuando miramos la vida y la obra de Elena G. de White, el problema no ocurre tanto con lo que ella dijo o escribió, sino con la autoridad que ella reclamaba e implicaba, así como la autoridad que otros le atribuyen. Elena creía que Dios le había dado una obra especial que llevar a cabo en la tierra, una obra que Él no le había dado a nadie más; ella era una mensajera especial. Sin duda, esto fue la base de su creencia en su autoridad especial. Si Elena sufrió de epilepsia de lóbulo temporal, con sus ataques y conducta alterada, esto no significa que todo lo que dijo o escribió es por lo tanto sin valor. Esto no implica, sin embargo, que lo que ella dijo no es verdad porque ella lo dijo, sino que podría ser cierto, basado en otra evidencia diferente de sus simples afirmaciones. También implica que algo de lo Elena escribió podría ser incorrecto. Luego, tal integridad intelectual requeriría que los escritos de Elena fueran críticamente juzgados por la evidencia disponible.

Mucho de lo que Elena o sus secretarias escribieron o tomaron prestado era hermoso y espiritualmente elevador, no importa quién lo escribiera. Es también claro que algo de lo que salió de la pluma de Elena era cuestionable o erróneo, como podría ocurrir con cualquier autor. Concederle a Elena la autoridad intrínsica que fue rechazada por los primeros dirigentes de su iglesia no se justifica y es peligroso para el estudio y la progresiva comprensión, por parte de los Adventistas del Séptimo Día, de la doctrina cristiana y el conocimiento en general.

La Conferencia Bíblica de 1919 parecía prometer una actitud más realista y honesta hacia Elena G. de White y su obra.4 Si a esta franqueza y a este estudio se le hubiera permitido continuar, probablemente la principal crítica por parte de otras iglesias cristianas de que la Iglesia Adventista del Séptimo Día hizo una especial adición a las Escrituras - a saber, los escritos de Elena G. de White - se habría evitado.

Entonces, ¿quién era Elena G. de White? Ciertamente fue una mujer notable y una devota cristiana. Se dice que Dudley Canright, uno de sus críticos más severos, dijo durante el funeral que ella era "una mujer de lo más piadosa."

Aunque los trances de Elena probablemente no eran la clase de visiones que ella creía que eran, ella claramente era una persona de visión. Ella concibió instituciones médicas, escuelas, y editoriales en varios lugares alrededor del mundo; propuso cambios de largo alcance en la organización denominacional; y demostró a veces una gran visión de la misión de su iglesia. Ella abogaba por el cuidado de la salud y la educación avanzada para su pueblo. Y, sin embargo, sería difícil comprender correctamente a Elena y lo que ella escribió, a menos que uno reconociera la presencia de la epilepsia de lóbulo temporal de la cual ella aparentemente sufrió durante toda su vida adulta, y que tan marcadamente influyó en su pensamiento, sus escritos, y su conducta.

Referencias:

[1] Collegiate Quarterly (Boise, Idaho: Pacific Press Publishing Association, July-September 1984), 102.
[2] Paul B. Ricchiuti, Ellen (Mountain View, California: Pacific Press Publishing Association, 1977), 112-113, 135-139.
[3]
White, Patriarchs and Prophets (Mountain View, California: Pacific Pres
 
Re: FALSA PROFETISA ELLEN WHITE.

Estimado Juan Luis Marín. Saludos cordiales.

Tú dices:



Respondo: La respuesta tuya iba en el sentido de que ella era adolescente, y como deberías saber Elena era una niña de 9 años, que cursaba el tercer grado de primaria, cuando recibió la pedrada, ¡no era adolescente! como mencionas, esto te lo señalo para que replantees tu comentario.

Aprovecho al mismo tiempo, indicarte que una pedrada en la cara o en la cabeza, no convierte a una persona en profeta, tampoco lo convierte en un loco.

Fíjate en el caso de Goliat, que recibió una piedra en su cabeza lanzada con una honda por David.

También tenemos el caso de Esteban que fue apedreado y no por eso se volvió loco.

"Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo.
Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu.
Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió
."

¡Bueno, espero que reflexiones sobre estos puntos!

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.

La Adolescencia: Durante la adolescencia cambia la apariencia de los jóvenes, debido a los eventos hormonales de la pubertad; el cuerpo se transforma en el de un adulto. También cambia su pensamiento y se vuelven muchos más competentes para pensar abstracta e hipotéticamente, sus sentimientos cambian casi del todo y se enfrentan a la tarea más importante que es: Lograr la identidad, incluida la identidad sexual que perdura en la edad adulta.

La Adolescencia comienza alrededor de los 11-12 años hasta los 20 años aproximadamente, ni el comienzo ni el fin están marcados con claridad, se considera que la adolescencia comienza con la pubertad, proceso que conduce a la madurez sexual o a la fertilidad. Algunas personas siempre pertenecen en la adolescencia sin importar su edad cronológica.QUE LÀSTIMA QUE NO TENGAS LA MÌSMA AGUDEZA VISUAL PARA PERCIBIR LOS ERRORES GARRAFALES QUE COMETIÒ TU GUÌA Y mensajera.
La postura presentada por el doctor Couperus, miembro de la Iglesia Adventista, es descubir la realidad fenomenológica de las visiones y las actitudes hipermoralistas, impositivas y de plagio de la señora Elena G. de White a la luz de la neurología, en especial de la epileptolgía y documentos de la denominación, haciendo un llamado a los lideres de esta Iglesia que se empeñan en hacer ver sus visiones y escritos como verdad incuestionable dada por Dios. Como humanista secular considero que el empeño del doctor Couperus es honesto y valiente, y nos sirve para ilustrar como en el seno de las religiones reveladas se pueden esconder realidades fisiológicas y psicológicas más profundas que las que sus seguidores admiten, además que nos muestra, una vez más, que en la cúpula de las religiones organizadas existen grandes esfuerzos por mantener algunas cosas ocultas que refutaran su pretención de "religión verdadera".

Las experiencias visionarias de Elena G. de White y sus características conductuales han sido examinadas desde la perspectiva del conocimiento clínico contemporáneo. De este examen general pueden derivarse las siguientes conclusiones:

Elena era una muchacha normal y saludable, tanto física como emocionalmente, hasta que, a la edad de nueve años, fue golpeada por una piedra en el área nasal del rostro. Estuvo inconsciente por tres semanas, lo que indicaba una severa lesión cerebral; fue incapaz de recordar nada acerca del accidente o su secuela. El tipo y la ubicación de la herida en la cabeza, y el resultante período de inconsciencia y amnesia, hizo probable que ultimadamente desarrollará ataques epilépticos.
Sus sueños y visiones comenzaron cuando tenía quince años, como seis años después del accidente, y continuaron durante toda su vida. Cuando las experiencias de visiones de Elena se comparan con los ataques de la epilepsia de lóbulo temporal, se encuentra que son típicos de los ataques complejos parciales.
Después de esto, sus rasgos conductuales se compararon con los de epilépticos de lóbulo temporal y se encontró que eran similares. También se discutió el auto-confesado impulso compulsivo de Elena de escribir, culminando en una producción total que pocos han igualado. El hábito de Elena de tomar prestado material libremente de otros autores sin darles el merecido crédito es también quizás parcialmente explicable por este impulso intenso de escribir (hipergrafía) y por su propia y limitada educación formal, que terminó con el tercer grado. El tomar material prestado le permitió incluir en sus libros lo que ella misma era incapaz de producir. Sin embargo, decir que ella no sabía que las fuentes literarias debían ser reconocidas parece difícil de sustentar, puesto que algunos de los autores de los cuales ella tomó material prestado aun desde sus primeros escritos fueron muy meticulosos al indicar sus fuentes con cada cita. Esto se veía claramente en las obras de J. N. Andrews, del cual ella tomó material prestado temprano en su vida.
Elena tenía otro rasgo epiléptico que es muy visible aún hoy en sus escritos, y estaba también presente en su habla - a saber, la tendencia a permanecer como adherida a una palabra, una frase, o un pensamiento, y repetirlas en sucesión - una viscosidad. Esto es más notable donde se repiten palabras sueltas, como la oración atribuida a Cristo: "mi sangre, padre, mi sangre, mi sangre" o cuando al ángel se le hace decir: "nunca, nunca, nunca"; o donde ella dice "escribir, escribir, escribir, escribir." O "¡Oscuro!, ¡Oscuro!, ¡Todo oscuro!, ¡Tan oscuro!" O "Todo, todo, todo es de Dios." Este reiteración aparece en casi todos los escritos de Elena de una manera u otra, como ocurre en los escritos de otros epilépticos de lóbulo temporal. Como hemos mostrado, la edición de los escritos posteriores de Elena hizo desaparecer muchas de estas repeticiones, pero no todas. De lo más notable era su uso de las palabras "Yo vi," donde a veces cada oración comenzaba con esta introducción repetitiva.
Sus escritos y su habla tenían otras características en común con esta forma de epilepsia, tales como la falta de sentido del humor, la sobriedad, la sospecha acerca de los motivos de otros, la pesadez, la hipermoralidad, y la hipereticidad. Sus escritos incluyen largos relatos de las faltas y fracasos de otros, y sobreinterpretaciones de las acciones y las palabras de otros miembros de iglesia, acompañadas de condenación. Con esto iba también un sentido de la gran importancia de su propia obra y mensajes y de las terribles consecuencias de ignorar sus consejos. Sus demandas hiperéticas incluían requisitos tales como que los niños no jugaran en sábado, el uso de ciertos tipos de indumentaria, y prohibiciones contra el tennis, el béisbol, el cricket, y las bicicletas. Tales características del pensamiento y el juicio de Elena, probablemente atribuíbles a las consecuencias de su herida en la cabeza, han sido incomprensibles y causado alejamiento en los miembros de su iglesia. Una reciente expresión de esta preocupación repite lo que muchos han dicho antes:
"¿... cuánto del cinismo y la pérdida de fe que vemos en la iglesia hoy día podría haberse evitado si, a través de la historia de la denominación, hubiera habido un poco más de confianza en la capacidad de los miembros para manejar la verdad acerca de la naturaleza de la inspiración y la obra de Elena G. de White?

"Revelar más de la verdad más temprano sin duda habría causado algún dolor, pero ¿no habría sido eso preferible al trastorno que significa forzar la revelación de la verdad en una atmósfera de disentimiento mordaz? Y, en lugar de eso, ¿no podrían muchos que hoy están desilusionados tener una fe fuerte en el don de Elena G. de White y receptividad para sus mensajes, si hubiese habido una mayor apertura? Por supuesto, el punto no es retorcerse las manos acerca del pasado. Ni lo es lanzar desprecio sobre concienzudos dirigentes eclesiásticos que hicieron lo que pensaron que era lo mejor. La pregunta es: ¿Verá una lección en todo esto la iglesia de hoy día?"1

En 1977, Paul B. Ricchiuti escribió lo siguiente:

"Pero, al transcurrir el siglo que comenzó en 1900, una extraña clase de irrealidad la rodeó, levantándola y colocándola fuera del alcance de los otros creyentes. El nombre de 'Elena G. de White' se convirtió en un misterio, porque la gente no podía identificarse con ella como persona viviente. Para ellos, Elena G. de White se había convertido en una institución, y rápidamente se estaba convirtiendo en una leyenda. Dándose cuenta de esto ella misma, no pudo detenerlo, por mucho que lo intentara. Así, gente bien intencionada pero confundida corrió un oscuro velo en frente de la verdadera Elena G. de White. Y cuando lo hacían a un lado de tiempo en tiempo, "la Hermana White" aparecía sentada como la estatua de un santo, libro en mano, fuego condenatorio de Dios en sus ojos.

"Hoy la leyenda puede describirse en cuatro palabras. Y esas cuatro palabras se han convertido en "el látigo" [woodshed rod] en manos de innumerables padres y maestros en la Iglesia Adventista.

"Así, la frase 'la hermana White dice' ha encendido innumerables hogueras de resentimiento en los corazones de Adventistas, especialmente entre los jóvenes. Este desastre es en realidad una herramienta muy efectiva, inventada por Satanás mismo, para destruir la iglesia desde adentro.

"La obra y las palabras de Elena G. de White, sus escritos, y sus acciones han sido todos usados como látigos y garrotes sobre las cabezas de viejos y jóvenes por igual."2

Ha habido discusiones y crisis periódicas acerca de la importancia, la posición, y la autoridad de Elena en la iglesia; y esto ha continuado hasta el presente. En todos sus escritos, Elena probablemente trató de presentar lo que ella creía que era verdadero y exaltador, pero todavía estaba escribiendo como epiléptica de lóbulo temporal con una muy limitada educación y como una niña de su tiempo.

Hubo cosas que Elena escribió que reflejan esto claramente, tales como sus afirmaciones de que el comer puerco causa lepra, que los terremotos son causados por carbón y petróleo subterráneos que arden, que el llevar pelucas causa locura, o que la amalgama de hombres y bestias puede verse en ciertas razas de hombres.3

Cuando miramos la vida y la obra de Elena G. de White, el problema no ocurre tanto con lo que ella dijo o escribió, sino con la autoridad que ella reclamaba e implicaba, así como la autoridad que otros le atribuyen. Elena creía que Dios le había dado una obra especial que llevar a cabo en la tierra, una obra que Él no le había dado a nadie más; ella era una mensajera especial. Sin duda, esto fue la base de su creencia en su autoridad especial. Si Elena sufrió de epilepsia de lóbulo temporal, con sus ataques y conducta alterada, esto no significa que todo lo que dijo o escribió es por lo tanto sin valor. Esto no implica, sin embargo, que lo que ella dijo no es verdad porque ella lo dijo, sino que podría ser cierto, basado en otra evidencia diferente de sus simples afirmaciones. También implica que algo de lo Elena escribió podría ser incorrecto. Luego, tal integridad intelectual requeriría que los escritos de Elena fueran críticamente juzgados por la evidencia disponible.

Mucho de lo que Elena o sus secretarias escribieron o tomaron prestado era hermoso y espiritualmente elevador, no importa quién lo escribiera. Es también claro que algo de lo que salió de la pluma de Elena era cuestionable o erróneo, como podría ocurrir con cualquier autor. Concederle a Elena la autoridad intrínsica que fue rechazada por los primeros dirigentes de su iglesia no se justifica y es peligroso para el estudio y la progresiva comprensión, por parte de los Adventistas del Séptimo Día, de la doctrina cristiana y el conocimiento en general.

La Conferencia Bíblica de 1919 parecía prometer una actitud más realista y honesta hacia Elena G. de White y su obra.4 Si a esta franqueza y a este estudio se le hubiera permitido continuar, probablemente la principal crítica por parte de otras iglesias cristianas de que la Iglesia Adventista del Séptimo Día hizo una especial adición a las Escrituras - a saber, los escritos de Elena G. de White - se habría evitado.

Entonces, ¿quién era Elena G. de White? Ciertamente fue una mujer notable y una devota cristiana. Se dice que Dudley Canright, uno de sus críticos más severos, dijo durante el funeral que ella era "una mujer de lo más piadosa."

Aunque los trances de Elena probablemente no eran la clase de visiones que ella creía que eran, ella claramente era una persona de visión. Ella concibió instituciones médicas, escuelas, y editoriales en varios lugares alrededor del mundo; propuso cambios de largo alcance en la organización denominacional; y demostró a veces una gran visión de la misión de su iglesia. Ella abogaba por el cuidado de la salud y la educación avanzada para su pueblo. Y, sin embargo, sería difícil comprender correctamente a Elena y lo que ella escribió, a menos que uno reconociera la presencia de la epilepsia de lóbulo temporal de la cual ella aparentemente sufrió durante toda su vida adulta, y que tan marcadamente influyó en su pensamiento, sus escritos, y su conducta.

Referencias:

[1] Collegiate Quarterly (Boise, Idaho: Pacific Press Publishing Association, July-September 1984), 102.
[2] Paul B. Ricchiuti, Ellen (Mountain View, California: Pacific Press Publishing Association, 1977), 112-113, 135-139.
[3]
White, Patriarchs and Prophets (Mountain View, California: Pacific Pres
 
Re: FALSA PROFETISA ELLEN WHITE.

Juan Luis Marín, más bien da la impresión por el tono de tus respuestas que aquí el único desequilibrado de la cabeza eres tú. Haz que te la revisen cuanto antes. Es mi sano consejo.
 
Re: FALSA PROFETISA ELLEN WHITE.

Juan Luis Marín, más bien da la impresión por el tono de tus respuestas que aquí el único desequilibrado de la cabeza eres tú. Haz que te la revisen cuanto antes. Es mi sano consejo.


Mañana sin falta pediré cita para que me analice el psiquiatra!!!!!!!,es que ahora son las 3,10 en España y los médicos también tienen derecho a descansar!!!!!!
Recuerdas aquella frase que dice:cada uno de nosotros poseemos un carácter distinto,(refiriéndose a las doce tribus de ISRAEL)?.Pués eso,AVERIGUA A QUE TRIBU PERTENECE MI CARÁCTER.Me expreso LIBREMENTE,tal vez,un tanto subido de tono en ocasiones,(PERO ES QUE LA FALSA maestra SE LO MERECE).
 
Re: FALSA PROFETISA ELLEN WHITE.

Ayuda divina para el psiquiatra. La va a necesitar.
 
Re: FALSA PROFETISA ELLEN WHITE.

Ayuda divina para el psiquiatra. La va a necesitar.
No me sèas bobo,amigo.TÙ SI QUE NECESITAS QUE TE ANALICEN EXHAUSTIVAMENTE TÙ CEREBRITO,PERO QUIÈN SABE,TAL VEZ ALGÙN DÌA LLEGUES A COMPRENDER,(DENTRO DEL MARGEN DE LAS ESCASAS NEURONAS QUE AÙN TE QUEDAN PURULANDO POR TU CABEZITA),EN LA FALSEDAD ESPIRITUAL EN LA QUE TE ENCUENTRAS.Y........NO METAS A DIOS EN TUS RIDÌCULOS COMENTARÌOS SARCASTICOS¡¡¡¡¡¡¡¡¡.
 
Re: FALSA PROFETISA ELLEN WHITE.

Juan Luis:

No quiero contradecir los "hallazgos" del doctor Coperus, epro se puede visualizar algo de prejuicios. Una cosa es que alguien sea golpedo yafectarse la cabeza y otra es que por eso quede descualificada para ser un instrumento de Dios.

He leído mucho a Elena White. Sus artículos para periódicos y revistas, de los que se han hecho recolpilaciones, son maravillosos e imposible que sean copias de otros autores. Pasa lo mismo con Mensajes para los Jóvenes, El Hogar Cristiano, y otros muchos que se han publicado den los últimos 80 años. No dudo que en obras como El Conflicto del os Siglos, que contiene gran parte histórica, ella, como hacemos los que escribimos sobre historia, recurró a otros autores. Lo mismo pasó con El Deseado de Todas las Gentes. Pero quiero que me digas de qué libros copió Elena White los últimos 5 capítulos de El Conflicto. ¿Sabes por qué te lo digo, amigo? Porque es justamente en esos capítulos donde se nota a las claras el don profético en Elena G. de White.
 
Re: FALSA PROFETISA ELLEN WHITE.

Juan Luis:

No quiero contradecir los "hallazgos" del doctor Coperus, epro se puede visualizar algo de prejuicios. Una cosa es que alguien sea golpedo yafectarse la cabeza y otra es que por eso quede descualificada para ser un instrumento de Dios.

He leído mucho a Elena White. Sus artículos para periódicos y revistas, de los que se han hecho recolpilaciones, son maravillosos e imposible que sean copias de otros autores. Pasa lo mismo con Mensajes para los Jóvenes, El Hogar Cristiano, y otros muchos que se han publicado den los últimos 80 años. No dudo que en obras como El Conflicto del os Siglos, que contiene gran parte histórica, ella, como hacemos los que escribimos sobre historia, recurró a otros autores. Lo mismo pasó con El Deseado de Todas las Gentes. Pero quiero que me digas de qué libros copió Elena White los últimos 5 capítulos de El Conflicto. ¿Sabes por qué te lo digo, amigo? Porque es justamente en esos capítulos donde se nota a las claras el don profético en Elena G. de White.



Estimado amigo Cajiga.Siempre dispensando un trato correcto a todos,(a pesar de ser consciente de nuestra oposición a ellen white),gracías.El "supuesto don profético" de ella,se descubre no tan sólo a través de sus plagíos,(que es justo decir que en su época era una práctica habitual,y no penada),pero recordemos que sus escritos "procedían del TRONO DE LA GRACÍA",sino a través de tantas contradicciones con la SANTA PALABRA.Que la PAZ de CRISTO no te abandone jamás,eres manso y humilde.DIOS está contigo.
 
Re: FALSA PROFETISA ELLEN WHITE.

Estimado amigo Cajiga.Siempre dispensando un trato correcto a todos,(a pesar de ser consciente de nuestra oposición a ellen white),gracías.El "supuesto don profético" de ella,se descubre no tan sólo a través de sus plagíos,(que es justo decir que en su época era una práctica habitual,y no penada),pero recordemos que sus escritos "procedían del TRONO DE LA GRACÍA",sino a través de tantas contradicciones con la SANTA PALABRA.Que la PAZ de CRISTO no te abandone jamás,eres manso y humilde.DIOS está contigo.

HOla amigo.

No puede considerarse plagio cuando la misma autora dice basarse en otros textos, es algo deshonesto (quizas no de tu parte, sino porque leíste de otro lado) acusarla de plagio sin leer las propias declaraciones de ella.
 
Re: FALSA PROFETISA ELLEN WHITE.

Mis calumnìas,còmo tù las llamas,son las evidencìas de la verdad que otros tuvieron el coraje y valentìa de sacarlas a la luz pùblica.

Tu mencionaste que esa chiquilla por la pedrada que recibio quedo loquita, te pidos las evidencias,

Por que derivado de tu comentarios anterior sin presentar ninguna evidencia empiezan a desacreditar los escritos de la Hermana White.



Que Dios te bendiga
 
Re: FALSA PROFETISA ELLEN WHITE.

La Adolescencia: Durante la adolescencia cambia la apariencia de los jóvenes, debido a los eventos hormonales de la pubertad; el cuerpo se transforma en el de un adulto. También cambia su pensamiento y se vuelven muchos más competentes para pensar abstracta e hipotéticamente, sus sentimientos cambian casi del todo y se enfrentan a la tarea más importante que es: Lograr la identidad, incluida la identidad sexual que perdura en la edad adulta.

La Adolescencia comienza alrededor de los 11-12 años hasta los 20 años aproximadamente, ni el comienzo ni el fin están marcados con claridad, se considera que la adolescencia comienza con la pubertad, proceso que conduce a la madurez sexual o a la fertilidad. Algunas personas siempre pertenecen en la adolescencia sin importar su edad cronológica.QUE LÀSTIMA QUE NO TENGAS LA MÌSMA AGUDEZA VISUAL PARA PERCIBIR LOS ERRORES GARRAFALES QUE COMETIÒ TU GUÌA Y mensajera.
La postura presentada por el doctor Couperus, miembro de la Iglesia Adventista, es descubir la realidad fenomenológica de las visiones y las actitudes hipermoralistas, impositivas y de plagio de la señora Elena G. de White a la luz de la neurología, en especial de la epileptolgía y documentos de la denominación, haciendo un llamado a los lideres de esta Iglesia que se empeñan en hacer ver sus visiones y escritos como verdad incuestionable dada por Dios. Como humanista secular considero que el empeño del doctor Couperus es honesto y valiente, y nos sirve para ilustrar como en el seno de las religiones reveladas se pueden esconder realidades fisiológicas y psicológicas más profundas que las que sus seguidores admiten, además que nos muestra, una vez más, que en la cúpula de las religiones organizadas existen grandes esfuerzos por mantener algunas cosas ocultas que refutaran su pretención de "religión verdadera".

Las experiencias visionarias de Elena G. de White y sus características conductuales han sido examinadas desde la perspectiva del conocimiento clínico contemporáneo. De este examen general pueden derivarse las siguientes conclusiones:

Elena era una muchacha normal y saludable, tanto física como emocionalmente, hasta que, a la edad de nueve años, fue golpeada por una piedra en el área nasal del rostro. Estuvo inconsciente por tres semanas, lo que indicaba una severa lesión cerebral; fue incapaz de recordar nada acerca del accidente o su secuela. El tipo y la ubicación de la herida en la cabeza, y el resultante período de inconsciencia y amnesia, hizo probable que ultimadamente desarrollará ataques epilépticos.
Sus sueños y visiones comenzaron cuando tenía quince años, como seis años después del accidente, y continuaron durante toda su vida. Cuando las experiencias de visiones de Elena se comparan con los ataques de la epilepsia de lóbulo temporal, se encuentra que son típicos de los ataques complejos parciales.
Después de esto, sus rasgos conductuales se compararon con los de epilépticos de lóbulo temporal y se encontró que eran similares. También se discutió el auto-confesado impulso compulsivo de Elena de escribir, culminando en una producción total que pocos han igualado. El hábito de Elena de tomar prestado material libremente de otros autores sin darles el merecido crédito es también quizás parcialmente explicable por este impulso intenso de escribir (hipergrafía) y por su propia y limitada educación formal, que terminó con el tercer grado. El tomar material prestado le permitió incluir en sus libros lo que ella misma era incapaz de producir. Sin embargo, decir que ella no sabía que las fuentes literarias debían ser reconocidas parece difícil de sustentar, puesto que algunos de los autores de los cuales ella tomó material prestado aun desde sus primeros escritos fueron muy meticulosos al indicar sus fuentes con cada cita. Esto se veía claramente en las obras de J. N. Andrews, del cual ella tomó material prestado temprano en su vida.
Elena tenía otro rasgo epiléptico que es muy visible aún hoy en sus escritos, y estaba también presente en su habla - a saber, la tendencia a permanecer como adherida a una palabra, una frase, o un pensamiento, y repetirlas en sucesión - una viscosidad. Esto es más notable donde se repiten palabras sueltas, como la oración atribuida a Cristo: "mi sangre, padre, mi sangre, mi sangre" o cuando al ángel se le hace decir: "nunca, nunca, nunca"; o donde ella dice "escribir, escribir, escribir, escribir." O "¡Oscuro!, ¡Oscuro!, ¡Todo oscuro!, ¡Tan oscuro!" O "Todo, todo, todo es de Dios." Este reiteración aparece en casi todos los escritos de Elena de una manera u otra, como ocurre en los escritos de otros epilépticos de lóbulo temporal. Como hemos mostrado, la edición de los escritos posteriores de Elena hizo desaparecer muchas de estas repeticiones, pero no todas. De lo más notable era su uso de las palabras "Yo vi," donde a veces cada oración comenzaba con esta introducción repetitiva.
Sus escritos y su habla tenían otras características en común con esta forma de epilepsia, tales como la falta de sentido del humor, la sobriedad, la sospecha acerca de los motivos de otros, la pesadez, la hipermoralidad, y la hipereticidad. Sus escritos incluyen largos relatos de las faltas y fracasos de otros, y sobreinterpretaciones de las acciones y las palabras de otros miembros de iglesia, acompañadas de condenación. Con esto iba también un sentido de la gran importancia de su propia obra y mensajes y de las terribles consecuencias de ignorar sus consejos. Sus demandas hiperéticas incluían requisitos tales como que los niños no jugaran en sábado, el uso de ciertos tipos de indumentaria, y prohibiciones contra el tennis, el béisbol, el cricket, y las bicicletas. Tales características del pensamiento y el juicio de Elena, probablemente atribuíbles a las consecuencias de su herida en la cabeza, han sido incomprensibles y causado alejamiento en los miembros de su iglesia. Una reciente expresión de esta preocupación repite lo que muchos han dicho antes:
"¿... cuánto del cinismo y la pérdida de fe que vemos en la iglesia hoy día podría haberse evitado si, a través de la historia de la denominación, hubiera habido un poco más de confianza en la capacidad de los miembros para manejar la verdad acerca de la naturaleza de la inspiración y la obra de Elena G. de White?

"Revelar más de la verdad más temprano sin duda habría causado algún dolor, pero ¿no habría sido eso preferible al trastorno que significa forzar la revelación de la verdad en una atmósfera de disentimiento mordaz? Y, en lugar de eso, ¿no podrían muchos que hoy están desilusionados tener una fe fuerte en el don de Elena G. de White y receptividad para sus mensajes, si hubiese habido una mayor apertura? Por supuesto, el punto no es retorcerse las manos acerca del pasado. Ni lo es lanzar desprecio sobre concienzudos dirigentes eclesiásticos que hicieron lo que pensaron que era lo mejor. La pregunta es: ¿Verá una lección en todo esto la iglesia de hoy día?"1

En 1977, Paul B. Ricchiuti escribió lo siguiente:

"Pero, al transcurrir el siglo que comenzó en 1900, una extraña clase de irrealidad la rodeó, levantándola y colocándola fuera del alcance de los otros creyentes. El nombre de 'Elena G. de White' se convirtió en un misterio, porque la gente no podía identificarse con ella como persona viviente. Para ellos, Elena G. de White se había convertido en una institución, y rápidamente se estaba convirtiendo en una leyenda. Dándose cuenta de esto ella misma, no pudo detenerlo, por mucho que lo intentara. Así, gente bien intencionada pero confundida corrió un oscuro velo en frente de la verdadera Elena G. de White. Y cuando lo hacían a un lado de tiempo en tiempo, "la Hermana White" aparecía sentada como la estatua de un santo, libro en mano, fuego condenatorio de Dios en sus ojos.

"Hoy la leyenda puede describirse en cuatro palabras. Y esas cuatro palabras se han convertido en "el látigo" [woodshed rod] en manos de innumerables padres y maestros en la Iglesia Adventista.

"Así, la frase 'la hermana White dice' ha encendido innumerables hogueras de resentimiento en los corazones de Adventistas, especialmente entre los jóvenes. Este desastre es en realidad una herramienta muy efectiva, inventada por Satanás mismo, para destruir la iglesia desde adentro.

"La obra y las palabras de Elena G. de White, sus escritos, y sus acciones han sido todos usados como látigos y garrotes sobre las cabezas de viejos y jóvenes por igual."2

Ha habido discusiones y crisis periódicas acerca de la importancia, la posición, y la autoridad de Elena en la iglesia; y esto ha continuado hasta el presente. En todos sus escritos, Elena probablemente trató de presentar lo que ella creía que era verdadero y exaltador, pero todavía estaba escribiendo como epiléptica de lóbulo temporal con una muy limitada educación y como una niña de su tiempo.

Hubo cosas que Elena escribió que reflejan esto claramente, tales como sus afirmaciones de que el comer puerco causa lepra, que los terremotos son causados por carbón y petróleo subterráneos que arden, que el llevar pelucas causa locura, o que la amalgama de hombres y bestias puede verse en ciertas razas de hombres.3

Cuando miramos la vida y la obra de Elena G. de White, el problema no ocurre tanto con lo que ella dijo o escribió, sino con la autoridad que ella reclamaba e implicaba, así como la autoridad que otros le atribuyen. Elena creía que Dios le había dado una obra especial que llevar a cabo en la tierra, una obra que Él no le había dado a nadie más; ella era una mensajera especial. Sin duda, esto fue la base de su creencia en su autoridad especial. Si Elena sufrió de epilepsia de lóbulo temporal, con sus ataques y conducta alterada, esto no significa que todo lo que dijo o escribió es por lo tanto sin valor. Esto no implica, sin embargo, que lo que ella dijo no es verdad porque ella lo dijo, sino que podría ser cierto, basado en otra evidencia diferente de sus simples afirmaciones. También implica que algo de lo Elena escribió podría ser incorrecto. Luego, tal integridad intelectual requeriría que los escritos de Elena fueran críticamente juzgados por la evidencia disponible.

Mucho de lo que Elena o sus secretarias escribieron o tomaron prestado era hermoso y espiritualmente elevador, no importa quién lo escribiera. Es también claro que algo de lo que salió de la pluma de Elena era cuestionable o erróneo, como podría ocurrir con cualquier autor. Concederle a Elena la autoridad intrínsica que fue rechazada por los primeros dirigentes de su iglesia no se justifica y es peligroso para el estudio y la progresiva comprensión, por parte de los Adventistas del Séptimo Día, de la doctrina cristiana y el conocimiento en general.

La Conferencia Bíblica de 1919 parecía prometer una actitud más realista y honesta hacia Elena G. de White y su obra.4 Si a esta franqueza y a este estudio se le hubiera permitido continuar, probablemente la principal crítica por parte de otras iglesias cristianas de que la Iglesia Adventista del Séptimo Día hizo una especial adición a las Escrituras - a saber, los escritos de Elena G. de White - se habría evitado.

Entonces, ¿quién era Elena G. de White? Ciertamente fue una mujer notable y una devota cristiana. Se dice que Dudley Canright, uno de sus críticos más severos, dijo durante el funeral que ella era "una mujer de lo más piadosa."

Aunque los trances de Elena probablemente no eran la clase de visiones que ella creía que eran, ella claramente era una persona de visión. Ella concibió instituciones médicas, escuelas, y editoriales en varios lugares alrededor del mundo; propuso cambios de largo alcance en la organización denominacional; y demostró a veces una gran visión de la misión de su iglesia. Ella abogaba por el cuidado de la salud y la educación avanzada para su pueblo. Y, sin embargo, sería difícil comprender correctamente a Elena y lo que ella escribió, a menos que uno reconociera la presencia de la epilepsia de lóbulo temporal de la cual ella aparentemente sufrió durante toda su vida adulta, y que tan marcadamente influyó en su pensamiento, sus escritos, y su conducta.

Referencias:

[1] Collegiate Quarterly (Boise, Idaho: Pacific Press Publishing Association, July-September 1984), 102.
[2] Paul B. Ricchiuti, Ellen (Mountain View, California: Pacific Press Publishing Association, 1977), 112-113, 135-139.
[3]
White, Patriarchs and Prophets (Mountain View, California: Pacific Pres

Todos los que tenemos un poco de preparación académica (soy Lic. en Contaduría), sabemos que lo que acabas de exponer son cuestiones subjetivas, asi como una persona puede afirmar esto que pusiste que lo busque en internet y lo leí http://www.nonegw.org/espanol/headinjury.htm esta la posición adventista igual de valida que tu subjetivo comentario.
 
Re: FALSA PROFETISA ELLEN WHITE.

Mañana sin falta pediré cita para que me analice el psiquiatra!!!!!!!,es que ahora son las 3,10 en España y los médicos también tienen derecho a descansar!!!!!!
Recuerdas aquella frase que dice:cada uno de nosotros poseemos un carácter distinto,(refiriéndose a las doce tribus de ISRAEL)?.Pués eso,AVERIGUA A QUE TRIBU PERTENECE MI CARÁCTER.Me expreso LIBREMENTE,tal vez,un tanto subido de tono en ocasiones,(PERO ES QUE LA FALSA maestra SE LO MERECE).

Buena desicion hermanito, y pregúntale cuanto daño de puede causar esa fijación obsesiva hacia la hermana White
 
Re: FALSA PROFETISA ELLEN WHITE.

Todos los que tenemos un poco de preparación académica (soy Lic. en Contaduría), sabemos que lo que acabas de exponer son cuestiones subjetivas, asi como una persona puede afirmar esto que pusiste que lo busque en internet y lo leí http://www.nonegw.org/espanol/headinjury.htm esta la posición adventista igual de valida que tu subjetivo comentario.


Si no dices que eres licenciado no te quedas a gusto!!!!!
 
Re: FALSA PROFETISA ELLEN WHITE.

Buena desicion hermanito, y pregúntale cuanto daño de puede causar esa fijación obsesiva hacia la hermana White

DESICION.........O DECISION.....,POR QUE......O PORQUE......."licenciado?.......formación académica?.Arrojastes tierra en tú propío tejado.Así te vá!!!!!!!!
 
Re: FALSA PROFETISA ELLEN WHITE.

DESICION.........O DECISION.....,POR QUE......O PORQUE......."licenciado?.......formación académica?.Arrojastes tierra en tú propío tejado.Así te vá!!!!!!!!

Juan...

¿Habló Ellen White de leyes dominicales en el futuro...? Si o No..?

Veamos cuan falsa es la profeta.
 
Re: FALSA PROFETISA ELLEN WHITE.

Juan...

¿Habló Ellen White de leyes dominicales en el futuro...? Si o No..?

Veamos cuan falsa es la profeta.


Humillado:
Te respondo con otra pregunta....,es la SANTA PALABRA DE DIOS la única FUENTE DE SABIDURÍA,SANTIDAD,PALABRA VERDADERA Y GUÍA ÚNICA para un hijo de DIOS?.SÍ O NO?.
 
Re: FALSA PROFETISA ELLEN WHITE.

Humillado:
Te respondo con otra pregunta....,es la SANTA PALABRA DE DIOS la única FUENTE DE SABIDURÍA,SANTIDAD,PALABRA VERDADERA Y GUÍA ÚNICA para un hijo de DIOS?.SÍ O NO?.

Si.

Te contesto aunque no me contestaste. Por favior ahora contesta.

Te pregunto:

¿La santa palabra de Dios está escrita por hombres inspirados...? Si o No...? observa como te contesté.
 
Re: FALSA PROFETISA ELLEN WHITE.

Si.

Te contesto aunque no me contestaste. Por favior ahora contesta.

Te pregunto:

¿La santa palabra de Dios está escrita por hombres inspirados...? Si o No...? observa como te contesté.



Gracías.
Así lo creo por FÉ.
 
Re: FALSA PROFETISA ELLEN WHITE.

Gracías.
Así lo creo por FÉ.

Lo mismo sucede con Ellen White.

Acuerdate, las preguntas se contestan con un Si o No.

Te pregunto: ya que reconoces que la palabra de Dios fué escrita por hombres inspirados...

¿Habló Ellen White de futuras leyes dominicales...? Si o No...?