Aunque el ojo del común de la gente jamás notará algo fuera de lo común en esta Biblia, el ojo entrenado en símbolos y señas ocultistas se dará cuenta rápidamente de que el libro está cortado o partido. Es un mensaje Bíblico partido. Una verdad incompleta.
De acuerdo con las escrituras cualquier tipo de “donativos” o “diezmos” debe ser administrado por sacerdotes que pertenecen a dos órdenes sacerdotales; el Sacerdocio según el Orden de Melquisedec, y el Sacerdocio según el orden de Aarón (o Sacerdocio Levítico), veamos:
“CIERTAMENTE LOS QUE DE ENTRE LOS HIJOS DE LEVÍ RECIBEN EL SACERDOCIO, TIENEN MANDAMIENTO DE TOMAR DEL PUEBLO LOS DIEZMOS SEGÚN LA LEY, es decir, de sus hermanos, aunque éstos también hayan salido de los lomos de Abraham. (Hebreos 7:5).
Sin embargo, el primer sacerdote que recibió los diezmos no fue del orden de Leví. Melquisedec, cuyo nombre significa "Rey de Justicia", recibió los diezmos de manos de Abraham muchos años antes de que naciera Leví:
“PORQUE ESTE MELQUISEDEC, REY DE SALEM, SACERDOTE DEL DIOS ALTÍSIMO… A QUIEN ASIMISMO DIO ABRAHAM LOS DIEZMOS DE TODO; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz; sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre. Considerad, pues, CUÁN GRANDE ERA ÉSTE, A QUIEN AUN ABRAHAM EL PATRIARCA DIO DIEZMOS DEL BOTÍN.” (Hebreos 7:1-4)
Cristo, en su rol de sumo sacerdote, pertenecía precisamente al sacerdocio según el orden de Melquisedec. Este sacerdocio reemplazó al sacerdocio de Aarón como autoridad para administrar en los asuntos del Señor:
“Y AQUÍ CIERTAMENTE RECIBEN LOS DIEZMOS HOMBRES MORTALES; PERO ALLÍ (refiriéndose a Melquisedec), UNO DE QUIEN SE DA TESTIMONIO DE QUE VIVE. Y por decirlo así, EN ABRAHAM PAGÓ EL DIEZMO TAMBIÉN LEVÍ, QUE RECIBE LOS DIEZMOS… Si, pues, la perfección fuera por el SACERDOCIO LEVÍTICO (porque bajo él recibió el pueblo la ley), ¿QUÉ NECESIDAD HABRÍA AÚN DE QUE SE LEVANTASE OTRO SACERDOTE, SEGÚN EL ORDEN DE MELQUISEDEC, Y QUE NO FUESE LLAMADO SEGÚN EL ORDEN DE AARÓN? PORQUE CAMBIADO EL SACERDOCIO, NECESARIO ES QUE HAYA TAMBIÉN CAMBIO DE LEY” (Hebreos 7:5-12).
Todo sistema de pago de diezmos, administrado sin el Sacerdocio (ya sea de Aarón o de Melquisedec), no es reconocido por el Señor y es, por lo tanto, absolutamente injusto.
¿Por qué es injusto? Porque el hombre no puede prometer bendiciones de parte del Señor si no es su administrador legal reconocido. Cualquier sistema de diezmos administrado por hombres sin sacerdocio, sólo afectará la economía familiar. Bastará un ejercicio de lógica simple para darse cuenta de eso: La décima parte, para un rico, no afecta en nada la canasta familiar de éste; en cambio, para una familia pobre puede ser la diferencia entre comer o no un día de la semana.
Ninguno de esos dos sacerdocios existe en la Iglesia adventista. Nunca existieron en esta Iglesia. Ni James G. White ni Robert Stanley Folkenberg ni Jean Paulsen (actual presidente de la Iglesia Adventista del Septimo Día) tuvieron jamás alguno de estos dos sacerdocios. Por lo tanto, no hay autoridad de lo alto para pedir diezmos.
¿Con qué autoridad una organización, que no tiene ni Sacerdocio Aarónico ni Sacerdocio de Melquisedec, puede pedir dinero en “nombre del Señor”?
En realidad, todo ese dinero que recaudan las organizaciones religiosas, que no poseen el sacerdocio, se utiliza para enriquecer a unos pocos
El amor desmedido al dinero de los líderes principales de la Iglesia Adventista (y no su obediencia a lo que manda la Biblia) es lo que mueve el gran aparato financiero llamado "Diezmos y Ofrendas" de la Iglesia Adventista.
Un ejemplo claro de ello se puede ver en el caso del señor Robert Stanley Folkenberg, penultimo presidente de la Conferencia General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
El pastor Robert Stanley Folkenberg fue acusado de algo que en la justicia americana se conoce como "financial impropriety".
Es evidente que el señor Robert no podía justificar su riqueza así que, para evitar que la "Imágen de la Iglesia" se viese afectada, renunció.
Fotografía del Pastor Robert Stanley, presidente de la Conferencia general Adventista hasta 1999 (año en el que renunciara intempestivamente tras ser acusado de irregularidades financieras).