Apreciado Edison
Apreciado Edison
Respuesta a Mensaje # 2057:
Nosotros no te creemos tan malo como quizás fácilmente podrías imaginarte por nuestros comentarios, bastante acerbos, a veces, ni somos mejores que tú. Con este diálogo permanente que por baste tiempo hemos mantenido, estoy seguro que todos –y sin excepción-, hemos aprendido a quererte, pues allá en fondo seguramente existe una buena intención de ser fiel al Señor y su Palabra.
Todos nos equivocamos muchas veces y de nuestros errores aprendemos.
Yo no te pido que te avengas a nuestra posición, pues es necesario que cada uno esté bien convencido de su propia opinión (Ro 14:5) sin seguir simples mayorías.
Pero ya ves que hasta Plataforma se puso a mitad de camino cuando recientemente sugirió lo de una iglesia en Jerusalem Judeo-Cristiana.
Manhattan también mostró una solidaridad incondicional contigo, pero no se animó a confesar: -La iglesia en Jerusalén no era cristiana.
Ella ha ganado buen prestigio en otros epígrafes y sería una lástima que lo perdiera sólo por mantenerse leal en la total adhesión que te ha mostrado.
Fíjate que ahora dices: “El hecho de llamar las Iglesias de Judea "Iglesias de Cristo" no cambia en nada la Fe judía que estas asambleas abrazaban”, y tienes toda la razón, sólo que esa “fe judía” nada tenía de malo, pues por tenerla muchos judíos reconocieron y confesaron a Jesús de Nazaret como al Mesías que esperaban. Aquellas cosas que ellos no debían retener y ser desechadas, durante aquel tiempo de transición, con la enseñanza de Pablo, Bernabé, Timoteo, Tito y otros, fueron luego depuestas, aunque la lucha contra los judaizantes sigue hasta el día de hoy.
En realidad, nada obstaba a que el Señor Jesucristo fuera el único y verdadero centro de reunión. Luego, con Laodicea, ya no será así (Ap 3:20).
Tampoco hay problema alguno con que Pedro y los demás apóstoles siguieran predicando el evangelio del Reino. Acaso Pablo, en sus últimos tiempos, ya en Roma, ¿no lo hacía también? (Hch 28:31).
Reconoce, por fin, que el único delito en este epígrafe sería persistir en la misma idea luego de tantas evidencias presentadas.
Saludos cordiales.
Ricardo.
Apreciado Edison
Respuesta a Mensaje # 2057:
Nosotros no te creemos tan malo como quizás fácilmente podrías imaginarte por nuestros comentarios, bastante acerbos, a veces, ni somos mejores que tú. Con este diálogo permanente que por baste tiempo hemos mantenido, estoy seguro que todos –y sin excepción-, hemos aprendido a quererte, pues allá en fondo seguramente existe una buena intención de ser fiel al Señor y su Palabra.
Todos nos equivocamos muchas veces y de nuestros errores aprendemos.
Yo no te pido que te avengas a nuestra posición, pues es necesario que cada uno esté bien convencido de su propia opinión (Ro 14:5) sin seguir simples mayorías.
Pero ya ves que hasta Plataforma se puso a mitad de camino cuando recientemente sugirió lo de una iglesia en Jerusalem Judeo-Cristiana.
Manhattan también mostró una solidaridad incondicional contigo, pero no se animó a confesar: -La iglesia en Jerusalén no era cristiana.
Ella ha ganado buen prestigio en otros epígrafes y sería una lástima que lo perdiera sólo por mantenerse leal en la total adhesión que te ha mostrado.
Fíjate que ahora dices: “El hecho de llamar las Iglesias de Judea "Iglesias de Cristo" no cambia en nada la Fe judía que estas asambleas abrazaban”, y tienes toda la razón, sólo que esa “fe judía” nada tenía de malo, pues por tenerla muchos judíos reconocieron y confesaron a Jesús de Nazaret como al Mesías que esperaban. Aquellas cosas que ellos no debían retener y ser desechadas, durante aquel tiempo de transición, con la enseñanza de Pablo, Bernabé, Timoteo, Tito y otros, fueron luego depuestas, aunque la lucha contra los judaizantes sigue hasta el día de hoy.
En realidad, nada obstaba a que el Señor Jesucristo fuera el único y verdadero centro de reunión. Luego, con Laodicea, ya no será así (Ap 3:20).
Tampoco hay problema alguno con que Pedro y los demás apóstoles siguieran predicando el evangelio del Reino. Acaso Pablo, en sus últimos tiempos, ya en Roma, ¿no lo hacía también? (Hch 28:31).
Reconoce, por fin, que el único delito en este epígrafe sería persistir en la misma idea luego de tantas evidencias presentadas.
Saludos cordiales.
Ricardo.