La serie Del Lago De Fuego
[EL MITO DEL LIBRE ALBEDRÍO- EXPUESTO]
Capitulo XV Parte A
Casi todos, en algún tiempo, creímos y muchos todavía creen que el hombre tiene “libre albedrío”. Definido como la habilidad del hombre para tomar decisiones, cambiar de parecer, aprender de experiencias etc. Y debido a que es un hecho que el hombre “puede” hacer estas cosas, parece evidente para todos que el hombre tiene realmente libre albedrío. Pero vamos a ver que está en realidad no es la definición de libre albedrío.
De hecho y literalmente, el libre albedrío, no significa que uno puede tomar decisiones, crear, cambiar de parecer o formular ideas, data (información) etc. sino que esas decisiones y el proceso que se lleva para tomarlas o formularlas debe ser libre, sin causa.
El “libre albedrío” solo es verdad si nuestras decisiones, y elecciones también son libres. Pero ¿Libres de qué? ¿Libres del hecho que nos obliguen a hacer algo en contra de nuestra voluntad? ¿O libres de ser causados por algo o alguien más, aparte de nuestra propia voluntad? Entonces, ¡sí! el hombre puede pensar, procesar data, tomar decisiones, cambiar sus elecciones etc. Pero ninguna de estas actividades es libre de CAUSAS internas o externas.
De que el hombre tenga voluntad no hay debate. Es la enseñanza de que el hombre por si solo determina su propia voluntad, LIBREMENTE, sin cosa alguna que cause a su voluntad y a sus decisiones ser lo que son; esto es lo que está mal. La idea de “voluntad libre” o “agencia de moral libre” supone que el “YO” del hombre, sin ayuda de nada, puede originar sus propias decisiones.
¿Pero realmente el hombre posee tal poder? Y de ser así, ¿donde está la prueba? Ahora, para aquellos que no tienen confianza en la Biblia, dejemos dicho en claro que no hay prueba científica de que el hombre tiene una “voluntad libre” o la habilidad de tomar decisiones NO causadas. Si existiera tal libertad de la voluntad, debería ser posible demostrarla. Pero no hay tal demostración científica de que el hombre pueda formular pensamientos y acciones a las cuales no puede ser atribuida absolutamente ninguna CAUSA.
Y para aquellos que si tienen confianza en las Escrituras, también dejemos dicho claramente, que no hay prueba alguna en la Biblia de que el hombre tenga “voluntad libre”. En cada caso, la escritura muestra que es Dios quien está detrás de todas y cada una de las circunstancias que influyen y causan al hombre tomar la decisión y la única posible que podía haber tomado. (La única decisión posible que podía haber escogido).
Esta ley de “causa y efecto” está establecida y demostrada una y otra vez en la Escritura. El hecho de ignorar los causantes (la CAUSA) detrás de cada circunstancia no desaprueba el hecho de que nuestras decisiones no son causadas.
Hay leyes de la ciencia que el hombre no quiere o no desearía tener en su vida privada y espiritual; ¿Por qué? Porque no le gustan las ramificaciones de estas leyes. El hombre no quiere admitir que está atado y controlado por leyes; quiere ser “libre”- libre de ser su propio dios, libre de determinar su propio destino, libre de nulificar el dominio y las leyes de Dios, libre de revelarse y libre de obedecer, pero libre albedrío sobre todas las cosas.
Es realmente un “shock” cuando venimos a darnos cuenta de que no podemos tomar una decisión totalmente libre, incluso para hacer el bien. Algo debe causar esa decisión, pero a la mente humana no le gusta ser “causada” por nada. Ellos gritan: “Dios le dio al hombre “libre albedrío” de eso es de lo que más seguros están. Pero Dios no le dio al hombre tal cosa. El “libre albedrío” es un fantasma; una ilusión que ha engañado a todo el mundo.
Pero… ¿Como algo fundamental como la idea de tener libre albedrío puede ni siquiera existir? Y esta idea es creída por todo el mundo. Antes de entrar a las pruebas, daremos 2 versículos que son indicadores de que quizás lo que la mayoría cree o lo que la mayoría enseña NO necesariamente es verdad.
Mat. 7:13-14. “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella. Pero ¡qué estrecha es la puerta y qué angosto [Gr: Difícil] el camino que lleva a la vida! Y son pocos los que la hallan [Gr: “La están encontrando”].”
1 Cor. 1:20. “¿Dónde está el sabio?, ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido [Gr: tonto] Dios la sabiduría del mundo? [No ha hecho tonto Dios la sabiduría del mundo?]
Dios le llama a la sabiduría de este mundo una locura, una tontería. Y una de las ideas más profundas filosofal y teológica de este mundo está de acuerdo con la creencia de que el hombre posee “libre albedrío” o “agencia de moral libre”. Virtualmente todos, en todas las edades han creído esta enseñanza, y ni uno aun la ha visto o la ha probado científicamente y/o bíblicamente.
¿Por qué tanto alboroto sobre el “Libre Albedrío”?
¿Por qué es importante si el hombre tiene o no libre albedrío? ¿Cambiaría el futuro de la raza humana si el hombre posee o no libre albedrío? Bien, aquí esta es su importancia: Si las doctrinas básicas de la Cristiandad; libre albedrío y condenación eterna en el infierno son verdad, entonces el “hombre”, y no Dios, es el responsable de donde pasará la eternidad. Si el hombre posee una voluntad que es libre de cualquier causa interna o externa, entonces sería posible para toda la humanidad decidir y escoger por Dios y ser salvos; o toda la humanidad podría decidir no escoger a Dios y todos estarían perdidos; o parte de la humanidad podría escoger a Dios y otra parte NO lo escogería. Esta última opción es la que es creída y enseñada por el mundo del cristianismo. Muchas personas dicen y creen así: “Dios no manda a nadie al infierno. El hombre escoge irse al infierno”. Pero no hay versículo que apoye dicha teoría.
Estadísticamente hablando, ha habido relativamente pocas poblaciones en el mundo que han realmente oído el nombre de Jesucristo (que es el único nombre bajo el cielo dado a los hombres en quien podemos ser salvos [Hec. 4:12]). Así que ¿Qué pasa con los billones de niños y niñas, hombres y mujeres que nunca han realmente oído el nombre de Jesús? El Dr. James Kennedy (Probablemente uno de los más grandes y famosos teólogos de la Cristiandad hoy en día, con seis doctorados) contesta así:
“Es la luz de Cristo, es la luz de la gracia, y no es de incumbencia a Dios extenderla a todos. Dejemos claro que no es de incumbencia a Dios extenderla a nadie”
“El hecho de que Dios la extienda a alguien no significa que deba extenderla a todos, o a alguien más. El debe ser justo, El no necesita tener gracia o misericordia con ningún culpable pecador…” “Así que la idea de que Dios le deba a alguno misericordia es totalmente extraño a la Biblia”
(Las connotaciones anteriores son del sermón “¿Que de aquellos que nunca han oído?” por el Dr. Jame Kennedy A.B., M.Div., M.Th., D.D., D.Sac.Lit., Ph.D., Litt. D., D.Sac. Theol., D.Humane Let [Estos son Doctorados y titulos, tiene 6]. Desde el pulpito de la iglesia Coral Ridge Presbyterian Church, Fort Lauderdale, Florida)
¿Es esta la manera en que Dios quiere que los cristianos crean que él es cuidador y proveedor de su creación? ¿Al quemar la carne en una cámara terrorista llamada infierno por toda la eternidad? ¿Si ninguna razón redentora o propósito alguno? Dr. Kennedy dice: “El infierno es justo”. Frases como estas y predicaciones así, deben ser expuestas. Millones de personas son engañados por esta basura no bíblica y maligna.
Usemos un poco de sentido común acerca de esto; aun si el hombre tuviera “libre albedrío”, ¿Qué posibilidades o en qué manera posible sería libre para escoger a Cristo y el cielo, si fuera uno de los billones desafortunados que nunca han oído de Jesús y el Cielo? Pero se nos dice que él o ella escogió el infierno aunque nunca ha escuchado hablar realmente del cielo y del infierno, y ni si quiera sabe que hay una elección por hacer en primer lugar. Así que la idea del libre albedrío no tendría valor en la salvación de la mayoría de la humanidad aún si la poseyera, puesto que no han oído.
¿Realmente escoge el hombre irse al infierno?
Analicemos un poco esta idea de que “el hombre escoge irse al infierno”,
¿Cómo es que el hombre escoge irse al infierno? Primero, una definición:
“Escoger (v 1). Seleccionar entre un número posible de alternativas” (The American Heritage Collage Dictionary)
Como Uno puede “seleccionar entre un número posible de alternativas” a menos que te presenten con un numero de posibles alternativas?
Un predicador mundialmente famoso dijo: “Tú solo te envías al infierno por rechazar el evangelio de Jesucristo”, pero ¿Cómo puede alguien rechazar algo que nunca se le ha sido presentado, algo que nunca ha realmente escuchado?
¿Acaso hay un tiempo y lugar en la vida de todo hombre en que se les presente o en que se le haya presentado la clara oportunidad de seleccionar entre un lugar llamado cielo y otro infierno? O ¿escoger voluntariamente vivir por la eternidad? Esta proposición es absurda. Millones de personas han vivido y muerto sin ni siquiera oír el nombre de Jesús, del cielo, de Satanás y del infierno. En esta vida, la mayoría de la humanidad no tiene un conocimiento básico ni cree en un lugar de tormento llamado infierno. Ni tampoco tienen entendimiento ni creen en un lugar de eterna paz llamado cielo. Nadie puede hacer una decisión clara e inteligente acerca de algo sin la previa información necesaria de las alternativas a escoger. No se puede escoger ni rechazar algo que no sabes si existe, algo que ni siquiera crees.
El hombre de pecado es una bestia que se cree Dios
En la parte XIII de esta serie aprendimos que “el hombre de pecado” del que habla Pablo en II. Tes. 2, reside no en un templo físico de piedras, sino en cada uno de nosotros. El “hombre de pecado” se sienta en el templo de Dios el cual somos nosotros. Y aprendimos que Dios llama a este hombre de pecado “una bestia”.
¿Qué poder cree el hombre que tener que le cause lo siguiente?:
“… el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios” (II. Tes. 2:4)
Mientras este hombre de pecado siga haciéndose pasar por Dios, Jesús solo puede estar “con nosotros” pero no realmente “EN nosotros”. Porque para que Jesús nuestro Rey se siente en el trono de nuestro corazón, el hombre de pecado debe ser expulsado. Sabiendo que “ningún hombre puede servir a dos amos”, y “¿qué relación tiene la luz con las tinieblas?”
AUN LOS DISCIPULOS NO RECONOCIAN A LA BESTIA INTERNA
Antes de la verdadera conversión de los discípulos de Cristo, leemos en Juan 14:16-17:
“Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que este con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora CON [Gr: Contigo] vosotros y estará entre [Gr:EN] vosotros [Gr: TI]”
Después de años de seguir a Jesús a diario los apóstoles no eran aun convertidos. En la noche de Pascua, Jesús le dice a Pedro:
“Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que no falte tu fe; y tu, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.” (Luc. 22:31-32) Otra versión dice: “… y tu una vez convertido, confirma a tus hermanos”
Si, Y cuando “tu una vez convertido” ¿Cuando sucedería esto?
Hasta el último día con el Señor, los apóstoles creyeron que ellos poseían el poder del “libre albedrío”, que los hacía capaces de escoger o decidir su propio destino, y que ellos querían y podían con fuerza de voluntad y con su libre albedrío mantenerse en el camino. Pero Jesús les dijo a sus discípulos que todos lo abandonarían, en otras palabras, Jesús les estaba prediciendo de eventos que les causarían (aun forzar si así se quiere ver) cambiar su voluntad en contra de sus antes declaradas voluntades. Ellos, claro, negaron que Jesús supiera de lo que estaba hablando.
“Todos os escandalizareis de mi esta noche; porque está escrito: Heriré al pastor, y las ovejas serán dispersadas” (Marc. 14:27 y Zac. 13:7)
Todos los discípulos dijeron que se mantendrían fieles y leales aun en cualquier circunstancia. Pero Jesús dijo que todos lo dejarían y serían atemorizados. ¿Había alguna razón por la que Dios causara que todos los discípulos desearan mantenerse leales a Jesús y esa misma noche lo negarán y abandonarán? ¿Dios hace las cosas en vano sin razón alguna? Todo esto era parte del mismo proceso de conversión de los discípulos. Dios les humillo al probarles que su propia voluntad no era libre de hacer lo que querían, sino:
“… es Dios (no el hombre) el que en nosotros produce el QUERER [Dios nos causa a querer] como el HACER [Dios nos causa a hacer], por su propia voluntad” (Fil. 2:13)
En una sola noche Dios aplasto la supuesta voluntad libre de todos los discípulos. Ellos perdieron confianza en su carne después de esa noche. Santiago escribe sobre esto:
Sant. 4:13-15 “¡Vamos ahora! Los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿Qué es nuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar de lo cual deberíais decir: Si el señor quiere, viviremos y haremos esto y aquello.”
LIBRE ALBEDRIO, ¿DONDE?
Santiago está de acuerdo con la escritura y la ciencia de que el hombre tiene la habilidad de tener ‘voluntad’. Pero también reconoce completamente que hay cosas que se oponen y hacen cambiar la voluntad del hombre, así que no se puede decir que es libre para decidir su propio destino, ni aun por un día o por aun por una hora.
Hay dos factores sobre los cuales el hombre no tiene control alguno, no son libres:
1. CIRCUNSTANCIAS: ¿Cómo inspiro (causo) el Espíritu Santo a Santiago para explicar que determina la verdadera resolución de la voluntad del hombre? Respuesta: “…cuando no sabéis lo que será mañana”
Dios cambia las mentes y voluntades de todos los humanos en todo el mundo, millones de veces al día, a través de circunstancias que desconocemos pero que de hecho son las causas de nuestras decisiones o cambios de decisión. Casi nunca nos damos cuenta de que realmente nos causo decir o hacer o pensar de la manera en que lo hacemos.
En un momento todos los discípulos querían mantenerse fieles a Jesús, pero todos cambiaron su voluntad y le abandonaron. ¿Qué cambio sus voluntades? Las circunstancias. En un momento estaban tranquilos y a salvo en un cuarto cenando, y en el momento siguiente estaban en el monte, en el huerto, rodeados de soldados romanos con armas y fuego. El “miedo” fue la circunstancia que les causo a sus voluntades cambiar.
Así que fue la presencia de ciertas circunstancias lo que hizo que escogieran lo que escogieron. ¿Pero que causo, que las circunstancias fueran como lo fueron para que se pudiera cumplir completamente la profecía de Cristo que dice que sus ovejas seria esparcidas? El factor número dos.
2. LA VOLUNTAD DE DIOS: Noten que la segunda cosas que el Espíritu Santo inspira a Santiago a escribir con respecto a la voluntad de que se hará o que no se hará en cualquier día a cualquier persona es: “… si el Señor quiere” (voluntad).
¿Quién estaba a cargo de todas las circunstancias que causaron a los discípulos cambiar sus voluntades? Por supuesto, DIOS. Los discípulos no querían cambiar sus voluntades. Ellos NO querían negar al Señor y Salvador. No querían mentir ni hacer el ridículo de ellos mismos. No querían verse como unos cobardes. Bueno, entonces ¿Por qué cambiaron su voluntad? ¿Qué no eran libres NO cambiarla? No, no eran libres.
El miedo dentro de ellos causo e hizo (y sí, forzó, si así se quiere ver) que cambiaran sus voluntades y Jesús mismo ya les había dicho que lo harían, así que ¿Cómo podría ser lo contrario? Aun así supongo que algunos insisten que los apóstoles no tenían que cambiar sus voluntades, que sus voluntades aun eran libres de mantenerse leales aun en medio de dicha circunstancia.
Cuando pensamos así, minimizamos a Dios. Dios tiene un Plan y lo está llevando a cabo y lo terminará. Dios tiene una voluntad y será hecha. Dios no es un tonto ni un humano, El es soberano y Todopoderoso. Dios sabe exactamente como causar (a toda la humanidad) al hombre para que haga exactamente como Él planea que haga, en el tiempo y lugar que El quiere.
Diferenciando entre la voluntad establecida de Dios y Sus planes o intenciones
Pocos estudiantes de la Biblia han aprendido la verdad acerca de la voluntad establecida de Dios y su Plan o sus intenciones. Claramente NO son lo mismo; ni ambos son una sola cosa. Operan para diferentes propósitos.
Primero tenemos que saber que la voluntad de Dios se usa como un sustantivo pero también como verbo. Como un sustantivo, la voluntad de Dios es un sinónimo con Su META. No es muy difícil diferenciar en las Escrituras si se está hablando de “voluntad” como un sustantivo o como un verbo. En Santiago acabamos de ver que las cosas solo pasaran “si Dios así lo desea”, ahí es un verbo, este deseo será absolutamente completado y llevado a cabo en el tiempo y lugar que Dios lo haya deseado.
Si Dios está hablando de su voluntad como un sustantivo, refiriéndose a Su META final, entonces no inmediatamente se completa en su totalidad en el momento y lugar en que se dijo (se hablo de ella), o en que se estableció. Un ejemplo de esto es lo que popularmente se conoce como la oración modelo:
“Padre que estas en los cielos, santificado sea tu nombre, venga tu Reino, hágase Tu voluntad, así como en el cielo, sea también en la tierra…” (Mat. 6:9-10)
Creo que muchos estarán de acuerdo que el Reino de Dios y Su voluntad No se han llegado a establecer totalmente en la Tierra como lo ES en el cielo. Esa es la META, sucederá, solo que no aun, no en este tiempo (siglo/aion). Así que la voluntad humana está casi siempre en variación a la voluntad establecida de Dios y Su META ultima, para la raza humana. Pero la voluntad de Dios de “día a día” de que sucedan los eventos y circunstancias que quiere para llevar a cabo Su Plan NUNCA es contradecido o amenazado por ningún hombre, ni por ningún libre albedrío.
¿EL FARAON TENIA LIBRE ALBEDRIO?
Aquí hay un versículo profundo y muy malentendido y no creído por muchos:
Rom. 9:15 “Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca.”
¿Quién está en control, el hombre o Dios? El albedrío o la voluntad del hombre no es libre de contradecir lo que Dios dice que hará.
v.16 “Así que no depende del que quiere, ni del que corre, si no DE DIOS que tiene misericordia”
Lo que el hombre quiera o haga por lograr algo, no se lograra si Dios no ha establecido que suceda.
v. 17-18 “Porque la Escritura dice a faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra. De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece.”
Faraón No endureció su propio corazón – Dios dice que Él lo endureció. Habíamos dicho que Dios tiene una voluntad establecida o META y una voluntad activa en el proceso de obtener Su META. Aquí podemos ver este principio:
1. Dios establece Su voluntad:
Éxodo 9:1 “Entonces el Señor dijo a Moisés: Entra a la presencia de Faraón y dile: el Señor, el Dios de los hebreos, dice así: Deja ir a mi pueblo…”
Este verso muestra la voluntad establecida de Dios. Él quiere que Faraón deje ir a Su pueblo, ¿Pero Dios espera e incluso quiere que Su “voluntad sea hecha en la tierra” en el momento en que Él la declara? Obviamente no. De hecho, es Él (Dios), quien previene a Faraón de hacer la voluntad establecida; de dejar ir a su pueblo. Veamos:
2. Voluntad Activa:
Éxodo 9:12 “Pero el Señor endureció el corazón de Faraón, y no los oyó, como el Señor lo había dicho a Moisés”
La mayoría de los cristiano se negarían a creer esto claros versos. Aun así, las ramificaciones de estas verdades son enormes. Notemos lo que Dios hizo con Faraón:
Primero Dios le dice a Moisés que le diga a Faraón: “deja ir a mi pueblo” Y faraón los hubiera dejado ir. Claro que sí, si Dios mismo no hubiera intervenido. ¿Por qué Faraón los hubiera dejado ir? Porque el corazón del faraón era suave y débil, y Dios no ocupaba el corazón de Faraón suave y débil. Dios no quería que dejara ir a su pueblo. Le pidió a Faraón que dejara ir a su pueblo, pero Él no quería que los dejara ir tan pronto y tan fácilmente.
Segundo, Dios tiene que hacer algo para prevenir que el corazón suave y débil de Faraón no deje ir a su pueblo tan fácilmente. Dios, de hecho, quiere que Faraón vaya en contra de Su voluntad establecida. La voluntad establecida de Dios es “dejar ir a mi pueblo”, pero Dios no quiere que Faraón haga Su voluntad establecida en este tiempo. El quiere que Faraón se resista.
Dios no ha cambiado, Dios todavía quiere que la humanidad se le resista a él. Pero el Faraón (como el resto de la humanidad) es muy débil y suave para resistir a Dios Así que, ¿Qué hace Dios? 2 cosas:
1. “Yo endureceré [Heb: qashah hacer duro] el corazón del faraón y multiplicaré mis señales y mis prodigios en la tierra de Egipto. El faraón no os escuchará. Pero yo pondré mi mano sobre Egipto y sacaré a mis ejércitos, mi pueblo, los hijos de Israel, de la tierra de Egipto con grandes actos justicieros. Así sabrán los egipcios que yo soy Jehovah [El Eterno], cuando extienda mi mano sobre Egipto y saque a los hijos de Israel de en medio de ellos.” Ex. 7:3-5
Después de que Dios endurece el corazón [más de lo que estaba] del Faraón, y el Faraón se resiste a la voluntad de Dios y se rehúsa a dejar a los hebreos ir. Dios entonces pone plagas sobre Egipto, más y más severas cada vez hasta que el muy endurecido corazón del Faraón deja que los hebreos se vayan. Pero notemos que hace Dios después de esto:
2. Éxodo 14: 3-4 “Porque Faraón dirá de los hijos de Israel: Encerrados están en la tierra, el desierto los ha encerrado. Y yo endureceré [Heb: chazaq— hacer Fuerte y Valiente] el corazón de Faraón para que los siga; y seré glorificado en Faraón y en todo su ejército, y sabrán los egipcios que yo soy Jehová. Y ellos lo hicieron así.”
Faraón era naturalmente débil y blando de corazón para resistirse a dejar ir a los hebreos, así que Dios endureció su débil y suave corazón para que él se resistiera y no dejara ir al pueblo hasta que Dios obrara con gran poder sobre los egipcios, y así ellos sabrán que Jehová es Dios, y lo glorifiquen. Y después que Faraón dejo ir al pueblo hebreo, Dios volvió a endurecer su corazón para que persiguiera al pueblo hebreo y ahí es donde Faraón y su ejército son totalmente derrotados y aniquilados, entre el desierto y el Mar Rojo.
Bueno, ahí está, es fácil de leer y entender, pero ¿quién lo creerá? Desde el nacimiento de Faraón hasta su muerte, Dios tenía un propósito para su vida, y Dios controlo cada aspecto de ella. Faraón no tuvo “libre albedrío” en ninguno de estos eventos. Dios NO cambia, El opera de la misma manera en las vidas de todos. Seremos vasos de honra o de deshonra, y todo depende del Alfarero; de Dios.
