De todas maneras Alissa y Guadalajara están en otra dimensión.
Y ellos nos miran como indios a los que pueden asombrar con espejitos de colores.
Somos muy primitivos para ellos.
Yo me pregunto ¿Por qué gente tan avanzada entra a perder su tiempo en un sitio tan primitivo como este?
Natanael 1
Antes de nada, decir que yo no considero a nadie ni indio ni primitivo. Me gusta participar en este tipo de foros para dar mi opinión, pero nunca para ofender a los que no piensan como yo.
Me preguntas si no soy capaz de discernir el pasaje de Juan 1:14
Yo, a su vez, te pregunto:
¿Y tú? ¿Eres capaz de discernir Juan 17:3?
¿Qué parte de la frase “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero y a Jesucristo a quien has enviado”, no entiendes?
¿Y qué parte de 1 Corintios 8:6, en el que Pablo dice que el único Dios es el Padre, no entiendes?
Y por poner otros dos ejemplos
¿Qué parte no entiendes cuando Jesús, en Mateo 4:10, dice que al único que hay que adorar y dar culto es a Dios, o en Juan 4:23 donde leemos que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad?.
Por lo que respecta a Juan 1:14, te vuelvo a repetir que la traducción de que el verbo se hizo carne es una pésima traducción. El verbo es la palabra de Dios, no es Jesucristo (o el Hijo de Dios).
Eruditos de hoy en día se están empezando a dar cuenta que esa traducción no puede ser porque si el verbo/palabra se hace carne, la palabra desaparece porque se ha convertido en carne, y por lo tanto, haciendo mías tus palabras, dejamos a Dios mudo.
El verbo aparece en los versículos 1 y 2
Luego, desde el versículo 3 al 13, exceptuando, claro está, a los que hacen referencia a Juan el Bautista, se están refiriendo a Dios, al Padre.
No es hasta el versículo 14 que vuelve a aparecer el verbo. Por eso, en muchas versiones, el versículo 14 comienza con “ Y aquel verbo…”, haciendo referencia al verbo de los versículos 1 y 2.
La traducción que más se acercaría a lo que Juan quiso decir, sería que el verbo llegó a estar o habitó carne.
¿En qué carne?
En la de Jesucristo, el hombre preexistido y preconocido en la mente eterna de Dios antes de la fundación del mundo, como el único que en el futuro iba a aceptar el plan de la salvación, y que con el espíritu y el poder que Dios le daría, pudiese llevarlo a cabo.
¿Y por qué sería esta la mejor traducción?
En JUAN 6:27 leemos:
“Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a este señaló Dios el Padre”.
¿Y cómo señala Dios el Padre a Jesucristo?.
Está claro, Dios señala a Jesucristo con su verbo
En COLOSENSES 1:19, leemos:
“Por cuanto agradó al Padre que en él HABITASE toda plenitud”
¿Y qué es la plenitud?
La plenitud es la gracia , la verdad, el poder, la gloria….Todo eso se lo da Dios a Jesucristo cuando le incorpora su verbo
Y en FILIPENSES 2:5, Pablo nos dice que Jesús existe con algo que proviene de Dios:
“El cual existente en unión con forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse”
(En otras versiones: “no tuvo por usurpación ser igual a Dios” o “no se aprovechó de ser igual a Dios”).
Así pues, Forma de Dios, Plenitud de Dios o Verbo de Dios todo es lo mismo.
Juan lo llama verbo, y Pablo lo llama plenitud o forma de Dios.
Cuando Dios incorpora su verbo en Jesucristo en el momento de su nacimiento, se produce una gloria. Esa gloria, que es la del Padre, es la que se manifiesta en Jesucristo.
“Y aquel verbo/palabra habitó carne y tabernaculó entre nosotros (moró entre nosotros).
Es la palabra de Dios la que mora entre nosotros, en nuestros corazones.
Jesucristo no ha venido a presentarse asimismo, sino a revelar y a darnos a conocer al Padre, al único Dios, que en eso consiste la vida eterna.
Jesús no es la palabra. Jesucristo trae la palabra que Dios le ha dado. Esta palabra es vida eterna, y si la aceptamos y la ponemos en práctica, esa vida eterna la podremos experimentar aquí y ahora.
La plenitud de Dios, como he dicho anteriormente, es la gracia y la verdad (Juan 17:17). Jesús está lleno de esta gracia y verdad que le da el Padre (Juan 1:14). Y de esta plenitud tomamos todos (Juan 1:16).
Según Efesios 3:19, todos podemos llegar a estar llenos de toda la plenitud de Dios.
Pero, cuidado, estar llenos de la plenitud de Dios, como lo estaba Jesucristo, no quiere decir que Jesucristo tuviese los mismos atributos que Dios, ni que nosotros tengamos los mismo atributos que Dios.
Huelga decir, que la plenitud de Dios que nosotros podemos llegar a tener es muy inferior a la plenitud con la que Dios colmó al hombre Jesucristo, al cual Dios puso como nuestro Salvador y Redentor.
Y acabo
¿Que no me va a ser fácil decir a un cristiano que Jesucristo no es Dios?
Difícil no es decirlo, sino que se acepte.
Yo no tengo que convencer a nadie, eso lo dejo para Dios.